miércoles, 21 de octubre de 2015

Marty McFly y los zombis. El futuro a 21 de octubre de 2015.



Marty McFly viajó al futuro en la segunda entrega de la trilogía de Back to the Future estrenada en 1989 y llegó al 21 de octubre de 2015. Es decir, al día de hoy. Algunas personas han esperado esta fecha desde el mismo momento en el que vieron por primera vez la película. Cada cierto tiempo llegamos al futuro pronosticado o imaginado por pensadores o artistas y el futuro es siempre igual y, a la vez, diferente a como fue presentado porque cuando uno imagina un futuro lo que proyecta son sus temores o sus esperanzas presentes. 

Los tiempos tremendamente negros elaboran un futuro pesimista y apocalíptico. Desde hace unos años, el arte nos entrega -hasta el exceso del aburrimiento por lo previsible- un mundo futuro a la intemperie en el que reina el caos, el final de la civilización tal y como la conocemos o la amenaza de los zombis que devoran a los pocos seres humanos que se salvaron del contagio. Hubo un tiempo en el que la amenaza fueron las máquinas que terminarían controlando nuestras vidas, la tiranía establecida que nos fabricaba un aparente orden y comodidad. Mucho antes las pestes bíblicas o los cataclismos nos hacían purgar nuestras culpas ante la divinidad. Las épocas en las que predomina este tipo de construcción futura suelen ser tiempos penosos para la sociedad que los imagina.

En algunas ocasiones quienes fabrican estos mundos futuros no son tan inocentes como pueden parecer puesto que contienen la larva de una ideología que quiere controlarnos y advertirnos del peligro de los otros para que no tengamos contacto con ellos y disparemos antes de preguntar. Casi nunca el espectáculo es inocente. En otras ocasiones, sus creadores nos advierten de tendencias que ya existen en nuestro presente y según las cuales labramos nuestros males futuros de forma inevitable si no actuamos con urgencia para corregirlas.

Regreso al futuro era otra cosa. Su protagonista es un joven un tanto torpe al que acompañaba un científico loco. Era divertida y nos proponía que podíamos alterar nuestro futuro, que no era inevitable. En aquellos tiempos de finales de los años ochenta el mundo occidental era expansivo y no tenía apenas temores apocalípticos, se extendía un cierto optimismo y un aire de vitalidad que parecía poder tener las riendas de la historia. 

Aquel excelente entretenimiento que proporcionaron las tres películas nos lleva a una pregunta en el presente sobre qué es igual y qué es diferente a lo que se imaginó en ellas. Lo anecdótico y menos importante es pensar en los aciertos sobre los aparatos técnicos. Curiosamente, es en lo que se han centrado la mayoría de los comentaristas.

Lo verdaderamente importante es lo otro, si nos creemos en el año 2015 capaces de cambiar la historia: la nuestra y la de nuestra sociedad. Si podemos controlar nuestra propia vida al margen de lo que otros decidan por nosotros. Si hemos arrojado en nuestros tiempos la toalla y pensamos que la historia es inevitable hagamos lo que hagamos y nos llevará siempre a los peores lugares que pueda pensar el ser humano o si podemos modificar sus tendencias para hacer un mundo mejor, más justo y más democrático. El futuro es siempre el presente en el que estamos.

11 comentarios:

SAU dijo...

holis pedro...yo he visto todas las pelis y me encanto hundirme en pensar como seria el futuro...y ese futuro porsupuesto q no se asemeja anda del real 2015.... pero tienes razon ...el futuro es el presente...yo trato de vivir el dia a dia...pienso en el futuro pero solo para concretar metas...nada mas...despues como lo explicas mi futuro es el presente...que lindo lo que escribiste pura reflecion...

besines :)
SAU

José Núñez de Cela dijo...

Efetivamente, nuestro futuro no es otra cosa que nuestro presente, haciéndose continuamente.

Saludos!

Emilio Manuel dijo...

A finales de los 80 España estaba metida en una crisis que la salvo los juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, pensábamos que nuestro mejor futuro económico comenzaba en ese momento, ¡¡que equivocados estábamos!!, seguimos en la crisis y sin futuro, nuestro presente sigue siendo el pasado.

Ayer vi Regreso al futuro I, hoy veré la II y mañana la III

Marina dijo...

Yo jugaba con mi hermana a elucubrar en el tiempo. Acertamos en bastantes cosas; las dos tendríamos dos hijas (cierto) yo sería maestra (cierto) y así varias cosas más... no podíamos preveer que ella no estaría en mi futuro... no en todo al menos.

Tengo que ver de nuevo esta peli y las otras dos.

Y a ti en un futuro no muy lejano ;)

Besos

Abejita de la Vega dijo...

Era un tiempo optimista el de los ochenta, aunque la palabra crisis ya se conocía. El futuro era un tiempo hacia adelante, no se concebía un tiempo hacia atrás.

La de ahora es más negra, por eso el futuro se pinta como una pesadilla.

Estrella dijo...

Da la impresión de que el mundo se ha hecho viejo, y quizá nos dejamos llevar.

Luis Antonio dijo...

Mi hijo mayor vivió esta película con gran entusiasmo; siempre la ha recordado y esperaba esta fecha con curiosidad.

mojadopapel dijo...

Cierto, el futuro no existe nada más que en nuestra imaginación.

lichazul dijo...

una sola vez un pedacito de esa peli, la uno creo que fue, y dejé de verla , me aburrió, no he visto ni una de las partes

bss

Ele Bergón dijo...

Siempre me han atraído estas películas que nos hablan del futuro, es mera curiosidad e imaginación y creo que algunas sí van acertando hasta cierto punto. No obstante, en el pasado hubo cosas interesantes y en el futuro, seguro que también las habrá. Siempre nos acompaña la cara y su cruz.

Besos

dafd dijo...

Recuerdo unas enormes pantallas en un trabajo de los años sesenta. Eran hipnóticas, televisiones pero invadían toda la sala de estar. Los televidentes no podían sino abstraerse en aquellas imágenes, dejarse dominar. El futuro era ese para Truffaut y Bradbury.