jueves, 1 de octubre de 2015

Inauguración del curso en el Club de lectura, El tiempo incinerado como testimonio personal y noticias de nuestras lecturas.

Diego Fernández Magdaleno. (Fotografía tomada de Gestión Musical Lueno).

El pianista y escritor Diego Fernández Magdaleno (Premio Nacional de Música, 2010) inaugurará el presente curso en el Club de lectura de La Acequia y de la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos.

El acto tendrá lugar el viernes 2 de octubre, a las 20:00 horas en el auditorio de la Fundación Caja Círculo (Calle Julio Sáez de la Hoya, Burgos).

Tras la apertura del curso por el Presidente de la Asociación, Manuel Sancho, se celebrará el encuentro de Diego Fernández Magdaleno con los lectores. Después de un diálogo entre el autor y Pedro Ojeda Escudero, director del Club de lectura, se dará paso a las preguntas de los asistentes. Al terminar, Diego Fernández Magdaleno ofrecerá un breve recital al piano con una selección de piezas en recuerdo de su padre en consonancia con la lectura inicial del curso, El tiempo incinerado, diario que el autor escribió en el año 2004.

Este acto es el primero en el que se reúnen dos de las facetas públicas más interesantes del músico y escritor Fernández Magdaleno, uno de los grandes pianistas europeos actuales, especializado en música clásica contemporánea y Premio Nacional de Música en el año 2010.

La entrada es libre hasta completar el aforo. En la sala estarán disponibles para el público los pocos ejemplares que quedan de las ediciones de las obras del autor. 

Coordina: Pedro Ojeda Escudero.
Organiza: Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos.
Colaboran: Fundación Caja Círculo y Gestión Musical Lueno.


Noticias de nuestras lecturas


Durante el mes de septiembre, comentamos El tiempo incinerado [Diario, 2004] de Diego Fernández Magdaleno. Los que hemos oído tocar el piano al autor sabemos que afronta la escritura de la misma manera que la música. Leer este volumen no es solo asomar a la parte del diario publicada sino a toda la concepción artística del autor que es, por otra parte, su forma de pensar y su coherencia como ser humano. Porque Diego Fernández Magdaleno es eso ante todo, un ser coherente tanto en su comportamiento personal como en el artístico. De una cultura deslumbrante y gran capacidad para profundizar en las lecturas que le acompañan y que se registran en estas páginas pero también de una aproximación directa y descarnada a la aventura de vivir en sus días de reto llenos de enfermedad y muerte. Hay momentos en los que el lector percibe cómo solo los elementos básicos de una vida pueden salvar de la angustia -una parte de ella es la misma acción de escritura-: las relaciones familiares, la amistad, el ejercicio constante de la música.

Este libro también es un testimonio de un gran artista. En él quedan consignadas sus lecturas, su pensamiento ante las circunstancias, su ideología y su forma de entender la profesión de música, pero también sus redes de amistad y de familia, los núcleos vitales que lo sostienen -especialmente en Rioseco- y las lecturas que amplían sus horizontes. Hacer un listado de todo ello nos deja un mapa vital del autor.

Mª Ángeles Merino sigue el curso de este diario para acompasarlo a la presencia constante de la enfermedad y la muerte. A través de su diálogo ilustra, comenta y resume los pasajes más significativos de las lecturas y amigos que ocupan el tiempo del autor.

Gelu acompaña al autor en la parte central del volumen, para hacer testimonio ilustrado de la llegada de la enfermedad que trastoca la rutina al entorno de Fernández Magdaleno.



Entre animales con extraños comportamientos, un rey que considera su viudedad hipotética y Sabina. Así de mixto, certero y divertido es el comentario de Pancho sobre la novela de Torrente Ballester.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis. 

6 comentarios:

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Para un estudiante, iniciarse en la música requiere una dedicación de muchas horas y un trabajo añadido. Además de lo costosos -en dinero- que son los estudios.

Leemos en la pág.65:’Debería estar practicando’. "Es la frase que más me he repetido desde los once años."
“Desde niño se ha ido creando en mí una necesidad contra la que nada puedo hacer racionalmente [...] no dejo de cuestionarme- y en esto sí he cambiado de opinión- qué valor tiene dedicarte a un trabajo cuyo resultado importa a tan pocas personas, vivir con la ilusión de mostrar la música y el pensamiento musical de nuestro tiempo, querer comunicar ...”

Es lo que nos produce admiración a quienes reconocemos el arte, la inspiración y las horas de estudio que supone cada interpretación.

Saludos.

omar enletrasarte dijo...

llegue mi abrazo, querido "Profe",
el objetivo siempre es la Cultura,
razón por la que hay que estar con La Acequia
-río de agua clara que corre hacia un mar
de conocimientos-

Abejita de la Vega dijo...

La muerte es actriz principal en "El tiempo incinerado"; pero la vida también actúa: la música, los libros, la enseñanza...y "ella".

Dentro de tres horas completaré mi visión del libro y del autor. Y escucharé su música. Y a ti.

Un abrazo, Pedro,nos vemos.

pancho dijo...

A Torrente Ballester le cabían en la cabeza muchos tipos de novela, como a Cervantes. El humor inteligente siempre salva a los relatos de caer en el aburrimiento. La saga/fuga se desborda de ironía y humor. No hay página que no tenga algún episodio disparatado, pero hay que leer con mucha atención para captar las claves. Ya lo hemos dicho antes, la novela va en busca de lectores exigentes, capaces de lectura pausada. Reñido con las prisas de la cultura de pantalla que tanto abunda en estos días por su atractivo y la adicción que provoca.

La música clásica también requiere pausa, por eso es tan minoritaria, a pesar de los indudables avances, bien palpables en el aumento de practicantes entre nuestros jóvenes.
Como la distancia impide la asistencia al programa tan atractivo de esta tarde, vaya mi deseo de que todo salga como mejor tenga que salir. Nos tenderemos que conformar con escuchar las interpretaciones del artista por internet.
Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

El diálogo, tan bien llevado por Pedro Ojeda, completó mi visión del libro. La persona de Diego Fernández Magdaleno en sintonía con su música. La escuché: bellísima, extraordinaria, emocionante.... Música, libro y persona.

Me pondré con la entrada reportaje, espero que la memoria y la letra no me traicionen.

Myriam dijo...

Sin poder participar en esta lectura, los sigo de cerca y agradezco los aportes de los compañeros de lectura.

Abrazos a todos