viernes, 30 de octubre de 2015

Con las primeras nieblas


Con las primeras nieblas y las lluvias lentas, el otoño se hace ya presente. Los días se acortan y todo parece más lento e íntimo. He recogido un puñado de castañas del suelo para asarlas al amor de la lumbre este fin de semana. Para asarlas lentas, en las brasas, y comer después su carne como si se tratara del sacrilegio con el que ir despacio, a su ritmo, hacia el invierno no para desvelar su secreto sino para hacerse parte de él porque estos tiempos son para hacerse íntima carne junto al fuego.

11 comentarios:

Rita Turza dijo...

Con estos retratos te sale un maravilloso libro de los retratos de interior.
No sé si comer castañas, encender fuego o comer carne junto al fuego...

Joselu dijo...

Soy consciente de que vivo más en un entorno tecnológico que real como esas nieblas, esas castañas, esa lumbre, esa lentitud ... Es como si no le prestar atención a lo carnal, lo concreto. Supongo que soy exponente de esa deriva de la humanidad hacia las realidades virtuales, algo que solo puede expresar una desconexión con la corporeidad de las cosas. Sin embargo, no soy ya capaz de disfrutar de esa dimensión física. Tal vez si tuviera una chimenea y pudiera asar castañas, pero no la tengo.

Abejita de la Vega dijo...

¿Pilongas?

El Deme dijo...

El invierno es recogimiento y reflexión. Es meterse en uno mismo y tratar de entender el misterio de una llama o el secreto de un hielo. Fuego cálido y Agua congelada como símbolos de una atmósfera en la que no nos queda más remedio que sobrevivir.

Anónimo dijo...

¡Aquellos magostos de la mocedad!

Joaquín Galán dijo...

Tiempo de recogimiento físico y tal vez también espiritual.El invierno invita al auto análisis al calor de la lumbre degustando esas castañas que nos hablan del bosque y sus misterios.

Saludos otoñales.

Fackel dijo...

Memoria inmediata a costa de tu texto: las castañas asadas compradas al salir del cine de los domingos entre nieblas intensas a aquellas castañeras pobres.

Emilio Manuel dijo...

Me has hecho salivar, voy a buscar castañas.

andandos dijo...

Hay un aspecto, que puede parecer menor, que me gusta de ti. No sobreactuas, con nada, tampoco con las castañas, y eso es importante para mí. Le das, a la tradición, el justo valor, y eso no es muy frecuente. Tampoco eres un talibán de la tradición. En fin, que eres una persona cabal, o a mí me lo parece. y tomo nota, claro.

Un abrazo (hospitalario, ¡ay!)

Alimontero dijo...

qué te puedo decir.. soy de ésas. me hago íntima con el fuego junto a las castañas...

Saludos otoñales,

Ali

Paco Cuesta dijo...

¡Al rico calbote!