jueves, 17 de septiembre de 2015

Reducir a escombros los sofismas como forma de entender la educación y la sociedad en El tiempo incinerado de Diego Fernández Magdaleno y noticias de nuestras lecturas, con anuncio de la inauguración oficial del curso.




La entrada del viernes 11 de junio termina con esta frase: "Volar este edificio de barro es mi utópico objetivo: reducir a escombros los sofismas". Se refiere el autor a los lugares comunes y dogmas con los que se suele sembrar la educación de nuestros jóvenes. En varias ocasiones se siente muy preocupado por esta cuestión. A lo largo del diario es una referencia constante su quehacer docente pero no solo. Fernández Magdaleno se muestra agradecido a sus maestros como parte de una cadena que no debe ser rota. Se entiende que a sus buenos maestros, en especial a su profesor de piano, el gran intérprete Miguel Frechilla. De él aprendió algo que explica tanto al maestro como al discípulo: "amar la música sobre todas las cosas de este mundo". Y en esta frase se encierra muchas de las claves de este diario. Amar la música es el estudio constante, el perfeccionamiento de la técnica pero también una visión del mundo. De ahí nace también su constante defensa de la música y de su práctica profesional, incluso la denuncia del abandono institucional y social en que se la tiene en España.

Esta actitud del discípulo y docente que cuestiona los dogmas se extiende en Fernández Magdaleno más allá de las clases, es una forma de entender la vida. El 17 de febrero se reúne con un grupo de jóvenes y hablan de política. Constata cómo conciben la vida de forma mecánica: "Han caído en la trampa de la ética dominante, que se ha impuesto como una epidemia. Tras la conversación, les sugiero algunas lecturas. Estoy satisfecho: se han ido con más dudas de las que traían". El autor concibe su responsabilidad social, una ética diferente a la dominante que le lleva tanto al desasosiego personal como a cuestionar todo dogma establecido y a luchar contra la ignorancia de los responsables públicos y de los pretendidos intelectuales que la exhiben sin pudor en sus declaraciones: "únicamente la estupidez reparte dogmas en el mundo".

Evidentemente, Fernández Magdaleno asume también la consecuencia inevitable de esta forma de comprender la vida. Tendrá que luchar contracorriente.

La obra puede ser difícil de encontrar, pero he podido reservar ejemplares para los lectores del club de lectura. Los que participan en su formato presencial (mantenido por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos) recibirán por correo electrónico las instrucciones para hacerse con un ejemplar. El resto de los lectores pueden hacerse con un ejemplar escribiendo a felipe@lfediciones.com identificándose como seguidores del Club de lectura de La Acequia. Hago la observación de que se trata de una ocasión única que no debe dejarse pasar: los últimos ejemplares de un libro agotado en la práctica -y del que he conseguido coleccionar un puñado para esta lectura concreta solo disponibles durante los próximos dos meses- de una gran personalidad de la música española. Se entregará por riguroso orden de petición hasta agotar los pocos ejemplares disponibles.

Noticias de nuestras lecturas

Mª del Carmen Ugarte comenta cómo en la segunda parte del diario la realidad reclama su protagonismo en el texto y el autor debe afrontarla.

Luz del Olmo glosa, en verso, el tiempo del diario cuando se detiene en esas horas largas de los hospitales...

Mª Ángeles Merino sigue ejemplarmente el discurrir de los días hacia la primavera, siguiendo el camino de la vida que embarca el diario desde la tragedia colectiva hasta la individual, soportable gracias a la escritura, la lectura y el estudio.

Gelu termina de resaltar las claves de la primera parte del Diario, ilustrándolas de tal manera que facilita mucho su comprensión. Y tiene certera visión en su comentario final.


En su nueva entrega de esta lectura, Pancho va de Gardel a Imperio Argentina para demostrar que el problema del disparate sucede cuando puede ser real, muy real.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis. 

 Inauguración del curso del club de lectura

La inauguración oficial del presente curso del Club de lectura tendrá lugar el próximo viernes día 2 de octubre a las ocho de la tarde. El acto, que se celebrará en el Auditorio de la Fundación Caja Círculo de la calle Julio Sáez de la Hoya de Burgos, contará con la presencia de Diego Fernández Magdaleno, el autor del título que comentamos en estas primeras semanas del curso, El tiempo incinerado [Diario, 2004]. En el encuentro con los lectores, tras comentar la obra, Fernández Magdaleno interpretará al piano unas piezas con un significado especial para él. Es una ocasión excepcional para contar entre nosotros con un músico y un escritor de tanto relieve. Esperamos contar con los participantes de este Club de lectura tanto en su formato presencial como virtual y de todos los lectores de este espacio, además de todos los amantes de la lectura y de la música. El acto está abierto al público en general hasta completar el aforo. En próximas entradas daré cuenta del programa completo de este acto auspiciado por la Asociación de Antiguos Alumnos y Amigos de la Universidad de Burgos.

3 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Llama la atención el fervor sincero por sus maestros que manifiesta D.F.M. También el amor a la música, a pesar de la angustia del intérprete, de saberse preso de una esclavitud de la que no puede escapar. De adolescente, escribe, se compadecía de los que se dedicaban a otras actividades; sólo respetaba la Medicina.

Por fin lo sabemos, su padre está en el hospital, con un cáncer extendido por todo el cuerpo. Diego sigue leyendo, escribiendo. Cómo aguantar sin ello.

Y seguirá combatiendo sofismas.

Será un privilegio oírle tocar, aquí mismo, tan cerquita.

Besos, Pedro.

pancho dijo...

La lectura de esta novela me ha llevado a buscar alguna cinta que aún no he tirado y volver a escuchar cosas que hacía décadas que no escuchaba, como algunos tangos famosos de Gardel, verdaderos poemas que revelan el sentimiento que los argentinos ponen en las cosas.
Me suena el nombre de la calle en la que tendréis la inauguración del curso y la audición, de cuando leímos la trilogía de Oscar Esquivias. Seguro que todo irá bien.
El membrillero va madurando los frutos poco a poco, pero los membrillos son más tardíos que las acerolas.

andandos dijo...

Prácticamente la he acabado. Ahora escucharé la música y lo veré tocar en los videos que otros comentaristas han puesto, lo que agradezco mucho. Y releeré. Se está convirtiendo, para mí, en un libro de consulta, o de ampliación, ya que nombra y opina sobre poetas, músicos, música, literatura, filosofía de la educación, en fin, temas que me interesan y de los que es interesante leer y saber opiniones de otros. En general creo que del libro emana cierto pesimismo general, no solo por la enfermedad, sino que es algo que impregna todo. No me es desconocido y es algo con lo que se debe lidiar cotidianamente. Me alegra comprobar que sabe que, a la hora de dar clases, de lo que sea, se debe ser optimista, así, de oficio. Seguro que tú también sabes a qué me refiero.

Un abrazo