lunes, 14 de septiembre de 2015

Europa se blinda



Los gobiernos europeos dan palos de ciego, parchean la situación a golpe de noticiario, de equilibrios electorales y pactos de gobierno y de encuestas de opinión pública. Tras las vacilaciones de los últimos días, los dirigentes de Hungría, Austria y Alemania han decidido cerrar las fronteras, controlar la entrada de los refugiados que se agolpan en ellas y evitar el acceso de las decenas de miles de personas que vienen camino de Europa en busca de un lugar en el que vivir huyendo de guerras, injusticias sociales y penosas condiciones de vida y que tienen como destino preferente Alemania.

Hasta este verano la cuestión de la migración no parecía tan urgente a pesar de que miles de personas morían todos los años desde hace más de una década en el Mediterráneo intentando alcanzar las costas europeas, de que los países fronterizos del Sur se habían convertido en grandes embudos que no podían controlar la situación, de que se habían establecido rutas de emigración controladas por mafias y en las que muchas personas caían en poder de piratas que los convertían en esclavos y pedían rescate por ellos a sus familias. Todos los años, regularmente, los informativos de estos países-frontera se abrían con imágenes de cadáveres en las playas, de personas saltando las vallas a pesar de las concertinas que les herían las manos, noticias sobre pateras que habían naufragado. Todos los años, regularmente, desde hace más de una década. Hasta que este verano la situación en Siria ha puesto el origen de los que buscan refugio en Europa muy cerca del núcleo duro del continente y las naciones que podrían servir de tapón no han podido -o querido- contenerlos.

Europa se encuentra esta situación porque ha sido incapaz de pensar a medio plazo sobre las consecuencias de la política geoestratégica de occidente. Mucho de lo que ocurre ahora nace de la intervención en las Guerras del Golfo, la desestabilización posterior y la incapacidad para gestionar la situación postbélica. Desde entonces, cada intervención ha provocado más desestabilización no tanto por su necesidad como por su mala planificación y continuidad tras los conflictos. En muchas ocasiones se han favorecido grupos locales que se han terminado volviendo contra los intereses occidentales. La otra parte es una causa económica y política más tradicional: Europa no ha favorecido el crecimiento de los países de origen de la emigración masiva ni su equilibro político. Estos países siguen siendo esquilmados por las grandes multinacionales -no solo europeas, también norteamericanas y asiáticas- y sus regímenes y administraciones comprados en un ambiente que favorece la corrupción y la destrucción de un tejido nacional que cohesione la sociedad. Parece que se nos ha olvidado que la mejor manera de que no vengan estos cientos de miles de personas a buscar refugio político o económico en Europa es que no sientan esta necesidad porque en sus países tienen lo suficiente para una vida digna.

Visto así, los movimientos migratorios tanto por cuestiones políticas como por situación socioeconómica no solo eran esperables sino que seguirán creciendo. Cuanto más cerca esté el país desestabilizado, más posibilidad hay de que lleguen decenas de miles de refugiados a las fronteras europeas. La política europea no puede pretender solucionar esta cuestión sin solucionar sus causas. Europa debería buscar el camino que ha abandonado: la estabilidad política y económica de los países desde donde vienen estas personas. De lo contrario, no nos servirán las vallas ni los militares en las fronteras. Hungría amenaza con encarcelar durante años a los que crucen ilegalmente sus fronteras pero cuántas personas caben en sus cárceles, ¿decenas de miles? Cuando se agolpen en las fronteras con Europa, ¿los dejaremos en tierra de nadie en penosas condiciones higiénicas, de alimentación y sin escolarizar a los niños ni dar una salida a los mayores? ¿Pediremos a estos refugiados que no intenten traspasar ilegalmente nuestras fronteras? ¿Podremos dar entrada regulada a todos ellos a razón de unos miles al mes a la espera de que la situación se solucione por sí misma? Y más allá de Europa, por todo el mundo hay millones de personas desplazadas de sus hogares por cuestiones bélicas, políticas o económicas. Nunca como en esta cuestión de actualidad se hace más evidente que la política internacional es también política nacional y que la actuación de un país fuera de sus fronteras tendrá consecuencias dentro. Que controlar la actuación de las grandes empresas e intereses financieros en el mundo tiene consecuencia en nuestras propias calles aunque en un primer momento no nos lo parezca. O nos ponemos en serio a solucionar esto o dentro de unos años tendremos que tejer con vallas cada barrio de esta vieja Europa. Y quizá convenga recordar que no siempre todos estaremos en la parte buena de las alambradas.


9 comentarios:

DORCA´S LIBRARY dijo...

Tal y como yo lo veo, su estrategia ha ido en dos direcciones: Instalando la corrupción en los países más necesitados, para evitar que levanten la cabeza y puedan conseguir valerse por sí mismos, y a la vez imponiendo esa misma corruptela en los países más avanzados, como en su momento fue España, para evitar por todos los medios que éstos puedan ayudar a los primeros.
Puesto que con la política no se puede contar, sólo nos queda la conciencia como humanos que somos, y ayudales en todo lo que podamos.
Saludos.

Emilio Manuel dijo...

Si hasta ahora se podía culpar fácilmente a Bashar al-Asad o a los terroristas de Isis o de IA por matar a su propia gente, ahora que hay miles de refugiados en suelo europeo, de morir aquí ¿quien son los responsables?, ¿no hay firmados tratados internacionales que dicen como deben de ser atendidos?, como decía en mi blog, mientras estaban en el sur, no pasaba nada, ahora que están llegando al norte, todo son problemas de reparto y de dinero.

Saludos

lichazul dijo...

blindar el muro vivo es la resulta
cuando los pueblos se movilizan

bss

Ele Bergón dijo...

¡Qué tristeza todo lo que está ocurriendo! Cuando comienzan las guerras, solo piensan en sus intereses nada claros y egoístas al máximo, después les trae sin cuidado las catástrofes que puedan ocasionar. ¿ Para qué queremos esta Europa que no sabe resolver los problemas que se van sucediendo?

Besos

Joselu dijo...

El mundo es terriblemente complicado y occidente tiene su parte de responsabilidad pero no toda. La idea de que la culpa es siempre nuestra es un tic que no comparto.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Hay responsabilidad de empresas y gobiernos de otras regiones, en efecto. Y hay millones de refugiados en países africanos y asiáticos. Pero ahora estos refugiados están en nuestras puertas y los gobiernos europeos no han sabido ni anticiparlo ni resolverlo a tiempo. Y llevamos años con migración económica. Y en buena parte el origen es la rapiña del sistema occidental. No toda, pero buena parte.

andandos dijo...

Quizás lo positivo, en cierta medida, es que no habrá más remedio que ponerse en serio con este asunto, ahora que también ha llegado a los países del norte. Pero ya es triste que tenga que ser así.

Un abrazo

Gelu dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

De acuerdo con lo que usted expone.
Diego Fernández Magdaleno, en su libro ‘El tiempo incinerado’, escribe el 28 de enero de 2004 (pág. 27):
“Habíamos creido, siguiendo a Václav Havel, que la política era la ética puesta en práctica. Nada más lejos de lo que ahora vivimos”
Copio –de wikipedia- una cita del Presidente de la República Checa:
«A menos que haya una revolución universal en la esfera de la conciencia del hombre, nada mejorará nuestra existencia humana, y la catástrofe a la que se encamina este mundo [...] será ineludible».

Un abrazo

P MPilaR dijo...

es tan sencillo como barato como vergonzoso apuntarse el tanto de 'país acogedor' solo cuando de por medio existe beneficio económico.
Europa y sus satélites (nada artificiales) no solo ha perdido la memoria: ha perdido la razón, la justicia y la conciencia.
estoy que trino. sin más