sábado, 12 de septiembre de 2015

Cuestiónate tu vida


Su poder procede de la manipulación de nuestras emociones. Pregúntate si deseas lo que tú quieres. Si tus deseos coinciden con lo que ellos te venden cuestiónate tu vida porque no eres parte de la solución sino del problema.

12 comentarios:

María dijo...

Parece que la sociedad somos un problema, y ellos son los que se benefician.

Un beso poético dulce de seda.

lichazul dijo...

hay que hurgarse sin guante Pedro
de lo contrario el yugo se hará parte de la carne

bss

Emilio Manuel dijo...

En la sociedad actual, o te adaptas o te sales del sistema, a partir de esta premisa toma tus decisiones.

Saludos

LA ZARZAMORA dijo...

No sé si los llamaría deseos o realidades.
La manipulación está a la orden del día. Y bajo cualquier orden.

Besos, Pedro.

DORCA´S LIBRARY dijo...

Nos dicen lo que tenemos que leer, comer, vestir,las medidas correctas que tienen que tener nuestros cuerpos, y no digamos nuestros cerebros. Hasta el tono del blanco de nuestros dientes. Y todo con un único fin: que pertenezcamos a un mismo rebaño, para facilitarles el control.
Quieren convencernos que lo superfluo es lo realmente necesario. Si no tienes un fondo de armario con tropecientas piezas de ropa y calzado, no eres una "hit girl", o sea, no eres nadie. Con esto mis amigas y yo nos lo pasamos "bomba". Cuando nos acercamos a algún escaparate, u ojeamos alguna revista de moda imposible de ponerse, siempre decimos: vamos a ver los últimos modelos que no nos vamos a comprar.
Hay que echarle humor, es una de las cosas que más les puede romper los esquemas a los manipuladores. Porque ellos carecen totalmente de él.

Quería comentarte, Pedro, que últimamente me cuesta mucho dejarte mensajes en tu blog. Es como si al intentar entrar, se bloqueara. Aunque no pueda dejar mi opinión, quiero que sepas que voy a seguir leyéndote.
Un abrazo.

Gelu dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

No se es libre, ni en los países que presumen de democracia. Quizá sea una tara de la condición humana.
Actualmente, estamos atados al dinero. Hay que conseguirlo a toda costa, para encajar en esta maquinaria que no nos deja tiempo de otras preguntas -aparte de las de competir- para conseguir puestos lo más ventajosos posibles, que nos provean de ese dinero necesario para mover el artefacto que hemos creado. Niños desde el nacimiento en guarderías, jóvenes a la consecución de títulos para engrosar curriculos para trabajos temporales, hombres y mujeres estresados, viejos que se creen jóvenes, ancianos –solos- en geriátricos costosísimos y tristes.
Esta es la sociedad actual. Engañada. Y habitantes de países enteros envidiando el consumismo de los ricos sin corazón.
Emilio Manuel lo resume perfectamente en su comentario.

Saludos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

No sé a qué puede deberse este problema. Tuve que poner moderación de comentarios, pero no pienso que sea por ello. Espero que esto no te haga desistir de intentarlo. Espero que sea algo temporal. ¿A alguien más le ocurre?

Abejita de la Vega dijo...

Es difícil no caer en sus trampas. Al menos, evitamos las más evidentes.
Besos, Pedro.

andandos dijo...

Diego Fernández Magdaleno nombra, en su libro, a Guy Debord, que ya en su libro "La sociedad del espectáculo" hablaba sobre esto en 1958, creo. Fue de las pocas cosas que entendí, del libro, por mí mismo.

Un abrazo

Alimontero dijo...

Hola Pedro, estas con las cosas que me animan a leer...;-)

No, no he tenido problemas para entrar en tu blog.

Estamos en un sistema, vivimos dentro de un sistema y es lo que hay.
El cómo lo vive cada uno es la pregunta. Si nos complicamos o nos simplificamos.
Me reconozco que estoy inserta en él...PEEERO me doy permisos, que mi alma requiere y mi corazón me exige; MEDITACION....loco! me dirás...no, no lo es... es el espacio "tregua" que me permite VER, SENTIR...llenarme de lo que yo quiero, siento y deseo...con esto lleno mi bolso, regreso al sistema aliviada, relajada y feliz con mi forma de vida....y hago lo que me gusta, en el tiempo planificado. ;)
beso,

Ali

Fackel dijo...

Incluso planteando bien el problema, ¿qué garantías tenemos de hallar la solución?

Ele Bergón dijo...

Con frecuencia me suelo hacer preguntas a mí misma y darme contestaciones, sin mentirme, sin puntos ciegos que oculten la verdad. Es algo que me suele funcionar, para hacer lo que en realidad deseo yo, no lo que quieren los otros que intentan dominarme. Es difícil, pero a veces se consigue.

Besos