martes, 26 de mayo de 2015

Mañana de domingo



Escondido del rayo
de luz, velado el cuerpo,
asombrado de cómo te amaneces
en la frontera justa de los sueños
te beso de la sombra
al límite revuelto del domingo.

Es hoy porque es mañana,
café tu piel intensa,
desperezado el sol recorre lento
tu cama hasta encontrarte
festiva y verde. Miro,
aún desde la noche, cómo buscas
tus nombres en los hilos luminosos
y te abrazas a mí, para sacarme
a la luz, a la calle, a la vida.


5 comentarios:

Rita Turza dijo...

Maravilloso...

Joselu dijo...

¿El poema de un hombre enamorado? ¿O tal vez como dijo don Quijote que no todas las Filis y las Galateas existen y solo lo hacen para dar sujeto a los versos de los poeta? ¿Un ejercicio de estilo o pasión contenida en moldes de aspiración neoplatónica a la vida más alta?

guillermo elt dijo...

Agradecerte tus "clases magistrales" sobre el cap. XXVII. Me ha sido de gran utilidad para interpretar el ovillejo este próximo junio.
Sí, este aprendiz de poeta, ahora está aprendiendo teatro.

Un Saludo. Gracias.

PD.- Ya os seguía, alguna que otra vez, pues tenemos amistades blogueras comunes.

Lola Fontecha dijo...

Domingos al sol, tras despertar anudado a la vida...

Myriam dijo...

Un maravilloso despertar...