miércoles, 22 de abril de 2015

Arrojar una moneda a una fuente


A veces a uno le da por arrojar una moneda a una fuente y pedir un deseo. En la Fontana de Trevi dicen que así se asegura el regreso a Roma como si ya no hubiera Ryanair que, por poco más de lo que tiras sobre tu hombro derecho, te lleva de vuelta a la Ciudad Eterna. Pedimos deseos también cuando vemos una estrella fugaz en el cielo o cuando apagamos una vela de la tarta de cumpleaños. En España, cuando tomamos las doce uvas con las campanadas de fin de año mientras en otros países -es interesante la distinción cultural- aprovechan el tiempo besándose. También pedimos un deseo cuando soplamos un vilano. En Youtube he encontrado tutoriales de cómo pedir un deseo de todas las formas posibles y que este se haga realidad: malos tiempos para los libros de autoayuda. Incluso si lo tenemos todo pedimos, como deseo, conservar esa situación, no cosas nuevas. ¿Qué es lo que deseamos cuando hacemos una petición así? No puede decirse porque, según la superstición, no se cumpliría aunque, inevitablemente, quien está a tu lado cuando arrojas la moneda o soplas el vilano te preguntará:

- ¿Qué has pedido?

También se lo pregunta la pareja de novios que ve una estrella fugaz cruzar el cielo.

¿Qué has pedido? Debes elegir tu deseo, esto no es como en el cuento del genio encerrado en la lámpara que te concederá tres. Solo uno, rápido, porque la estrella fugaz no espera.

En nuestra vida necesitamos deseos como necesitamos realidades y recuerdos. Somos la suma de todo ello. Curiosa mezcla el ser humano. 

13 comentarios:

Myriam dijo...

Pedir menos, agradecer más, con atención consciente.

Aquí comento tu texto desde este texto pasado mio de esta serie, tan entrelazada con la tuya desde y por su inicio:

http://deamoresyrelaciones.blogspot.co.il/search/label/Transitos

Besos

María dijo...

Ojala todos los deseos que pedimos, se cumplieran, lo mismo da sea el camino tomado para pedirlo, lo principal es que se cumplan.

Un beso.

lichazul dijo...

feliz día del libro Pedro
bss

quien arroja monedas a una fuente pensando en deseos ... arroja su propio sueño al destino

Myriam dijo...

Este es el enlace al que me refería que entes no salió completo: (En tránsitos)

http://deamoresyrelaciones.blogspot.co.il/2013/12/transitos-el-momento.html

Besos

Abejita de la Vega dijo...

Que se cumplan...

José Núñez de Cela dijo...

De acuerdo con que, también, necesitamos deseos , pero mejor que pedirlos es buscarlos y esforzarse por que se cumplan, de lo contrario, Ay! si se cumplen.

Saludos!

impersonem dijo...

Me ha hecho gracia lo de "malos tiempos para los libros de autoayuda"...

Los deseos pedidos a la vista de las estrellas fugaces y al soplar los vilanos salen más baratos que el de las monedas ¿no?

Ele Bergón dijo...

La realidad y el deseo tienen su des-armonía y hasta a veces es bueno, pues hay deseos que se cumplen y después ¿qué? Necesitamos los deseos y jugar con ellos.

Besos

LA ZARZAMORA dijo...

No sé, Pedro.
Yo creo más en la voluntad de cada uno.
Lo demás son cuentos chinos.
La memoria y los recuerdos, esos son nuestra historia.

Besos, Pedro.

andandos dijo...

Bueno, han cambiado las formas pero seguimos realizando rituales para que nuestros deseos se cumplan. Cuando estuvimos en Roma también tiramos de espaldas algunas monedas, creo, ahora no lo recuerdo bien pero estoy seguro de que hicimos lo que marcaba la tradición, o la superstición. La Fontana de Trevi me pareció más pequeña que como la imaginaba.
A raíz de ver "La gran belleza" volví a ver "La dolce vita" y allí la Fontana me pareció mucho más grande, así que leí y me informe y, efectivamente, en la película era una réplica más grande. Una réplica, no un efecto digital.

Un abrazo

Paco Cuesta dijo...

Es... el juega de la esperanza, que según el refrán es lo último que se pierde

Unknown dijo...

En tu clase de hoy de la Abierta hemos disfrutado y aprendido. Teresa nos ha fascinado con tu versiòn .Nos ha quedado claro las visiones que en principio nos parecían hechos terrenales

dafd dijo...

Los antideseos también juegan su parte. Ahí puede entrar la envidia, la vileza, el rencor, la venganza, etc.