lunes, 16 de marzo de 2015

Como si camináramos hoy en el mar de mañana. Hoya Mayor y Los Canalizos


El buen tiempo de los últimos días ha deshelado en un par de semanas casi toda la mucha nieve acumulada en Hoya Mayor este invierno. Los Canalizos aún conservan parte de las cascadas de hielo que les han dado fama pero toda la Hoya está rumorosa del agua que corre desde aquí hasta Candelario, apresurada para alcanzar su cauce y su destino. Como si la tierra entera del lugar se hubiera vuelto primavera anticipada. Sopla un viento frío que contradice a los ranúnculos tan precisos y los narcisos que inclinan caprichosamente sus tubos. Siempre el misterio del agua, como si la sierra entera supiera guardarla. Qué fácil es desentrañar este misterio y qué complejo. Año tras año desde el tiempo en el que aquí hubo un glaciar hasta hoy en el que -¡al fin, cuánto tiempo ha pasado!- me agacho a contemplar la sabia disposición de este narciso, tan hermoso que reta a su propio mito junto al agua que empapa toda la tierra, como si camináramos hoy en el mar de mañana.







7 comentarios:

impersonem dijo...

Nos muestras estampas de un precioso paisaje... tengo ganas de que llegue la primavera... tengo ganas de luz y de calor...

Montserrat Sala dijo...

Bonitas fotos profesior. Es verdad que los narcisos,asoman ya de entre el follaje todavia seco del invierno.
Y como todas las primaveras, eso nos alegra y nos cambia y nos renueva a nosotros también.
Saludos!!!

LA ZARZAMORA dijo...

Eso es, Pedro.
Tan poco, y tanto, ¿verdad?...
Besos.

mcfpalomo dijo...


La naturaleza, pura naturaleza, por tanto, aparecera y lo contrario,pero siempre se repetira,

preciosas fotos

Saludos

Edurne dijo...

Leí ayer esta entrada y quedé enamorada de las fotos...
El texto me hizo bucear por mares desconocidos... El mar del mañana.

Besos y gracias por estos regalos que nos haces!
;)

Ele Bergón dijo...

Qué claridad se desprende en estas fotos, en el agua, en los narcisos, en los paisajes de esa sierra y qué bien acompañadas con esas palabras tuyas, tan llenas de luz azul.

Besos

Luz

dafd dijo...

Qué curiosa es la naturaleza. Esa foto de la flor, tan delicada, y, la última imagen, la del paredón de la sierra con manchas de nieve, poderosa e inconmovible. En la primera, somos tan fuertes que podríamos aplastar de un solo gesto la florecilla, en la última, al revés, todo ese pétreo poder de la montaña en su inmensidad podría reducirnos a la nada en un pestañeo. Somos poderosos, somos débiles, en un palpitar constante. O me engaño.