jueves, 22 de enero de 2015

Usos amorosos del dieciocho en España como retrato de una época de cambio y noticias de nuestras lecturas.


No podemos comprender la oportunidad del estudio de Carmen Martín Gaite si nos quedamos tan solo en las anécdotas que ilustran su ensayo. Lo que desvela, en primer lugar, con su análisis del lenguaje y las costumbres relacionadas con las cuestiones sentimentales centradas en el cortejo, es un profundo cambio de época que se instala poco a poco en la sociedad española. Y no fue solo una moda venida de Francia -que también- sino que llevaba dentro algunos de los elementos más renovadores de los principios ilustrados. Me refiero, en concreto, a la libertad individual para amar y para establecer las relaciones sentimentales. No es que un siglo antes no existieran personas que lo practicaran, es que ahora se ha establecido el principio ético que lo avala y comienza a fabricarse el principio filosófico y jurídico. Costará mucho -un par de siglos- pero finalmente esos principios triunfarán en occidente. Y en el centro de este principio, una nueva posición de la mujer como parte activa y visible de la sociedad que comienza a caminar en una de las revoluciones más importantes de la sociedad contemporánea: la igualdad de sexos.

Esta nueva posición de la mujer como centro de las reuniones sociales, que tiene libertad para recibir a hombres en sus aposentos aunque esté casada, que mantiene tertulias en sus salones y que sale a pasear sin el férreo control masculino pudiendo presentarse en sociedad más libremente que antes es la clave de este cambio. Una vez que la mujer se libera -poco a poco pero haciendo imposibles los pasos atrás- de la necesaria autoridad masculina para decidir a quién amar, todo el sistema social anquilosado se agrietará. Esta revolución, menos visible que la toma de la Bastilla, es más permanente, eficaz y duradera.

Evidentemente, la visibilidad inicial del fenómeno se da en las clases altas y sobre todo en las familias más influidas por el pensamiento y las modas que vienen de Francia. Es interesante pensar en el poder para cambiar el mundo de una moda que parece algo pasajero. Por imitación pasará luego a la alta burguesía para instalarse finalmente en las clases medias y mucho después en las clases populares.

Aunque parezca broma, el cortejo y el chischiveo fueron herramientas muy eficaces de una ideología que cambió el mundo para sacarlo de las estructuras rígidas del Antiguo Régimen. La mujer, finalmente, podía recibir en casa y salir a la calle en un trayecto que llevará hasta la libertad para amar.

Noticias de nuestras lecturas

Paco Cuesta comenzó la semana pasada con el comentario del ensayo de Martín Gaite contextualizando excelentemente el punto de partida social para que podamos comprender mejor las cosas que investiga la autora. Continúa esta semana abordando el punto de partida: la mujer del XVIII tomó conciencia de dónde se encontraba. Excelente.

Mª Ángeles Merino se mete de lleno en el comentario de los Usos amorosos del dieicocho en España abordando el cortejo... de la mano de lo que Rosita le cuenta a Mariquilla en un documento de la época. Buena sorpresa la de Mª Ángeles, adoptar la moda epistolar dieciochesca para trasladarnos a la época.


Mª Ángeles Merino termina con su reseña del encuentro que mantuvimos el martes 13 con José Antonio Abella, el autor de La sonrisa robada. No os lo perdáis.

Con fotografía del acto del pasado 12, Luz del Olmo concluye las líneas narrativas de la obra de Abella.

Gelu continúa apasionadamente seleccionando momentos de La sonrisa robada (citas, música, enlaces). Sin duda, ha quedado atrapada por esta novela.


Pancho continúa el comentario del Quijote apócrifo y ve los recelos de Cenobia y las negociaciones de Sancho, decidido a ir a lo suyo antes que a lo de su amo. Desde este momento se aprecia cómo el autor va cosiendo las cosas para conducirlas a su cierre. Y al fondo, Sabina.

Ya sabéis que recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os agradezco que me lo comuniquéis.

Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.

6 comentarios:

lichazul dijo...

no he seguido ninguna de tus entradas referidas a las lecturas que tocas Pedro, no tengo los libros que nombras

mal podría opinar sobre ellas

mil gracias por tu huella
ten un fin de semana precioso
bss

Abejita de la Vega dijo...

La mujer ha seguido y sigue un difícil camino hacia sus libertades personales. Si el cortejo abrió una brecha, bendito sea el cortejo.

Perdonadme por mi mentira literaria. Encontré a Rosita en un archivo de mi cerebro y tuve que atenderla. Es una mujer que critica las libertades de su señora pero no puede evitar buscar una poquita para sí, tal vez el saber leer y escribir le haya abierto la mente; se siente atraída por el dómine pero se resigna a casarse con el majo Pepón y vivir aún más recluida. Seguro que había Rositas en el dieciocho, con ansias de libertad pero sin posibilidades de alcanzarla.

En mi imaginación, el libro de Carmen Martín Gaite bailó una contradanza con fragmentos que yo recordaba de “La escuela de los maridos” de Molière traducida y adaptada por Moratín, y de “La dama boda” de Lope de Vega. Y encontré una manera distinta de comentar la obra de este mes, más divertida que la línea recta.

Tengo más cartas…
Besos, Pedro.

São dijo...

A Mulher tem um percurso complicadissimo e muito já se conseguiu, mas ainda temos uma caminhada dura e longa pela frente.

Bom fim de semana, amigo mio

pancho dijo...

Se acaba la estancia del trío en la corte madrileña y también la novela va avanzando hacia su final. Los anfitriones van buscándole acomodo a los tres por separado, se acaban las bromas y habrá que darles salida a los personajes principales porque los va a dejar vivos, no como después hará Cervantes con el hidalgo que regresa con los suyos para morir, ve su final también cercano y corta la posibilidad de nuevas aventuras. No así de Sancho al que deja en el mundo de los vivos para que pueda protagonizar nuevas historias.
Yo también voy teniendo ganas de que se termine de una vez, se hace largo.

andandos dijo...

Me regalaron en Navidad un libro que, aunque sea por cortesía, debo de leer, así que la lectura de este mes no la haré con vosotros, pero es una excepción, y os sigo igual, sois una buena costumbre, comente o no.

Un abrazo

Paco Cuesta dijo...

Comenzó como moda, se mantuvo como ostentación para más tarde germinar como libertad.

Un abrazo