jueves, 25 de diciembre de 2014

La implicación del narrador en La sonrisa robada de José Antonio Abella y noticias de nuestras lecturas.


Entreverar de forma sabia, como se hace en esta novela, pasado y presente, autobiografía y novela, fórmula epistolar y narración en tercera persona, lo más íntimo del corazón humano y el panorama histórico y social europeo de Europa tras la II Guerra mundial provoca en el lector una apasionada sensación de puzle que debe completar en busca de cada una de las piezas. Hay una acertada estrategia narrativa en La sonrisa robada por la que se miden los tiempos de los misterios: la resolución final de la historia de amor, las causas por las que la mujer no puede sonreír, el presente de cada uno de los personajes. Porque en el fondo el motor del narrador principal -el personaje en el que se trasforma José Antonio Abella- es la investigación. Una investigación que parte de la amistad y el cariño que siente por el protagonista de la historia de amor pero que también nace de la propia necesidad de completar el puzle incompleto de esa historia. El narrador ha quedado atrapado por esa pasión de los dos jóvenes de los años cuarenta que marcaría la vida de su amigo. Y en él se establece una lucha que nos expone continuamente en la narración de lo que investiga: las dudas sobre si podrá encontrar resultados; su intento de distanciarse como investigador -no deja de tener una formación científica- de la historia pasional; la forma de contarnos los horrores que descubre en la parte oculta de la mujer sin traicionar su propia conciencia; la manera de hacer llegar todo eso a su amigo. Es otro más de los varios planos interesantes de esta novela: el narrador no es alguien plano o completamente externo, está implicado por su amistad y su forma de pensar y debe meditar continuamente sobre todo esto para hallar la forma exacta de narrar lo ocurrido sin contaminarlo.

Aquellos que tengáis problemas para encontrar la novela, podéis adquirirla en este enlace de forma eficaz y rápida.

Noticias de nuestras lecturas

Mª del Carmen Ugarte comienza su lectura de La sonrisa robada poniéndonos en la situación correcta: la desolación que traen las guerras y sus consecuencias.

Hermosa entrada la que dedica Mª Ángeles Merino a la materia que impulsa la novela de Abella: la historia de un sueño en la realidad que traspasa tiempos, fronteras y formas narrativas. 


Pancho continúa su acertado comentario del Quijote apócrifo. Toca en esta entrada suya una de las mayores virtudes narrativas de Avellaneda: el uso de lo popular en esta segunda parte. Excelente entrada. Después sigue con el listón bien alto para comentar el encuentro con los comediantes y el juego con Bárbara y el intento de descristianar a don Quijote... Para no perdérselo.

Ya sabéis que recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os agradezco que me lo comuniquéis.

Podéis consultar el listado con los títulos del presente curso y las condiciones de participación en este enlace.

3 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

¡Eh! ¿Hay alguien ahí?

José y Edelgard quedan atrapados en un sueño, el narrador José Antonio Abella se encierra con ellos, contagiado de la querencia de su amigo. Él también será una polilla que gira en torno a la luz fascinadora que emite Edelgard. Nos ofrecerá una investigación impecable, será un placer seguir la estela que dejó la muchacha sin sonrisa.

Una lectura inolvidable.

Disfruta de las vacaciones. Besos.

pancho dijo...

Leyendo esta novela, se nota que Cervantes leyó con atención el Quijote plagio antes de dar a la estampa definitiva la segunda parte del Quijote verdadero. También Avellaneda recorre los distintos géneros literarios del momento, no con la intención de dinamitarlos desde dentro como hará Cervantes sino para añadir algo de calidad al genero aludido. Como muestra, estos capítulos seguidos dedicados a la poesía popular y al teatro en el Siglo XVII con una obra de Lope de Vega, su rival que a menudo le moja la oreja en teatro y poesía, los géneros que daban prestancia y fama en la época, de los que se podía vivir si te dedicabas a ellos.
En estas fechas por los blogs quedan los fieles, los que repiten y valen la pena porque leen, no puede ser que todo consista en llegar, husmear y marchar. Para eso están esas otras historias más livianas y chisgarabís y por eso el autor de este blog tiene el mérito que tiene al tener ya 2432 entradas publicadas. Porque también las frecuento y observo lo digo.

Paco Cuesta dijo...

Implicado con todas las consecuencias hasta casi hacer suya la historia de la pareja.
Un abrazo