lunes, 16 de junio de 2014

Tiempo de exámenes


Está cerca el final del curso universitario. Son tiempos de exámenes, entrega de trabajos, horas de preparación del estudiante y de corrección por parte del profesor. Aunque ha cambiado mucho en los últimos años. La introducción de los sistemas de evaluación continua, la desaparición de las asignaturas anuales, la evaluación por competencias, etc., ha descargado la intensidad de los exámenes finales con respecto a lo que ocurría antes.

Estoy en esta profesión desde el inicio de los años ochenta. De hecho, la mayoría de mis estudiantes no habían nacido cuando yo terminaba mis estudios universitarios. Pero no me siento viejo. En gran medida, gracias a ellos, a los que se sientan cada curso en los pupitres.

Miro cómo escriben los exámenes, cómo contestan a mis preguntas, cómo las comentan luego en los pasillos sin darse cuenta de que yo salgo del aula cargado de papeles y mi cartera y un ordenador portátil en frágil equilibrio. Y después hablo mucho con ellos. A algunos los volveré a tener en mis clases del próximo curso, varios se marchan de Erasmus y otros se gradúan o regresan a sus países de origen. Hay intensidad en sus vidas. Me cuentan sus proyectos: aprender el idioma del país al que marchan gracias a los convenios que sostiene la Universidad, encontrar trabajo, seguir formándose. Tengo la fortuna de que muchos de mis alumnos no rompen el contacto conmigo y me dan noticia años después o vienen a verme al despacho a pedirme consejo o charlar conmigo cuando ya han terminado sus estudios. Hoy he tenido una larga conversación con un estudiante que regresa a su país y en él, estoy seguro, está gran parte del futuro que me gustaría ver cumplirse en el mundo. Porque esto es lo que representan mis estudiantes: pequeños fragmentos del mundo futuro que cuando se unan conseguirán hacerlo mejor, estoy seguro. Viajarán más que nosotros, conocerán gentes y culturas porque vivan en ellas y no por mero turismo, tendrán planes de acción solidaria, proyectos personales, trabajos, tendrán hijos, amarán y serán amados, construirán un mundo que seguirá siendo el mío pero que comienza a dejar de serlo. El mundo se lo hemos dejado difícil pero ellos sabrán romper todos los nudos y seguir adelante.

14 comentarios:

Pamisola dijo...

Emociones, energía para el próximo curso.

Abrazos

Unknown dijo...

Gracias por la conversación, Profesor. Nos vemos, seguramente.

DORCA´S LIBRARY dijo...

Ojalá que esos estudiantes utilicen todo el conocimiento que tú les has transmitido, para mejorar el mundo que les rodee, su mundo, que al fin y al cabo es el de todos.
Sabia nueva es lo que más se necesita para insuflar buena energía.
Saludos.

DORCA´S LIBRARY dijo...

Acabo de darme cuenta que he escrito "savia" con b en lugar de con v, como correspondía, y no sé cómo corregirlo.
Ainng¡ , esos deditos en el teclado.

lichazul dijo...

ciclos esenciales
herencia de la palabra viva

bss

andandos dijo...

Nuestros hijos, el futuro.

Un abrazo

Myriam dijo...

Es que cuando las semillas son plantadas con amor y sapiencia, son muchas las que germinan, las que tendrán una visión y acción proactiva y solidaria, las que, en definitiva, podrán cambiar el mundo dolido y dañado que les legamos.

Besos

Abejita de la Vega dijo...

Envidia que me dan.

Paco Cuesta dijo...

Tal vez consigan que el mundo no rompa sus ilusiones. Sería el mejor de los oficios.
Un abrazo

Susana Jiménez Palmera dijo...

A seguir llenándote de energía y de esa vitalidad que emanan los jóvenes. La vida hay que bebérsela y no tenerle miedo. Me alegro por ti, por tu labor y por el espacio que compartes.
Un abrazo fuerte

María dijo...

Tienes mucha razón, Pedro, se lo hemos dejado muy dificil a nuestros jóvenes.

Estos días tienes mucho trabajo, entre exámenes y corregirlos, pero tienes un trabajo interesante, el de estar cerca de ellos.

Pronto tendrás tu merecido descanso, Pedro.

Un beso.

LA ZARZAMORA dijo...

Así es...
:)

Besos, Pedro.

impersonem dijo...

Me gusta tu empatía con los alumnos... mucho.

Ojalá que el futuro les reciba y los "acomode" (dignamente), y que con su saber y con su actuar logren mejorar este mundo transformando este presente convulso en un futuro apacible y solidario (mejor filantrópico)...

Abrazo.

dafd dijo...

En esto consiste el ser maestro.