sábado, 17 de mayo de 2014

Una razón para votar en las elecciones europeas del próximo 25 de mayo


Estamos en la que es, probablemente, la peor de las campañas para unas elecciones políticas desde que se restauró la democracia en España. Ante las elecciones europeas que se celebrarán el próximo domingo 25 de mayo, los dos grandes políticos, sumidos en una crisis estructural profunda que les ha llevado a contar con escaso crédito social y menor verosimilitud en sus planteamientos, no logran trasmitir un programa electoral creíble. Las opciones minoritarias asentadas tampoco consiguen aclarar con suficiente eco sus planteamientos. Las opciones que hasta ahora no han tenido representación parlamentaria, nos dejan un reguero de discursos maniqueos y simplistas, muchos de ellos propios de quienes ni han gobernado nunca ni aspiran de verdad a hacerlo alguna vez. Por otra parte, pocos son los candidatos que tengan fiabilidad ni imagen electoral.

Los mítines electorales han pasado a ser, desde hace años, meros actos de propaganda para conseguir unos minutos en los informativos televisivos a través de imágenes grabadas y montadas por el propio partido que los convoca. En España, además, los partidos políticos jamás han tenido una cultura del debate público en los medios de comunicación. De hecho, cuando lo hay se someten a tantas reglas que matan la espontaneidad y es difícil saber de verdad cómo es el candidato más allá de unas pocas consignas o si da mejor o peor en la pantalla. El celebrado entre los dos candidatos españoles de los partidos con mayores opciones nos ha deparado, además, la desagradable prolongación de unas rechazables declaraciones machistas del candidato conservador que lo inhabilitan para ejercer una función como a la que aspira. Si no piensa lo que dijo, por no saber expresarse con corrección en un tema de tanta relevancia y si lo piensa por eso mismo.

En esas estamos, en una campaña en la que no se pasa de media docena de consignas expresadas como si la población española fuera incapaz de comprender asuntos de relevancia política y en la que los medios de comunicación tampoco cuentan con el favor de la opinión pública por su pérdida de prestigio y credibilidad en la última década y atraviesan la que sin duda es su peor situación en una etapa democrática.

Sin embargo, yo tengo una razón para ir a votar el próximo domingo día 25. Aún recuerdo la expresión del rostro de mis padres y su ilusión, mezcla de esperanza y temor, cuando pudieron ir a votar libremente por primera vez en su vida tras la muerte de Franco. Tengo otras razones -ideológica, de conciencia social, de posibilitismo en cada circunstancia-, pero esta es la que sigue impulsándome cada vez que se celebra una jornada electoral.

19 comentarios:

Luis Antonio dijo...

Efectivamente, votar es un privilegio.
Y ejercerlo con criterio, una obligación.

Pamisola dijo...

Con muy poca ilusión desde luego, es posible que vaya. Pero cada vez me parece más inutil, y no hace falta explicar por qué.


Besos.

Abejita de la Vega dijo...

Con la nariz tapada, votaré.

Antonio Aguilera dijo...

Legitimamos un sistema injusto al votar. Creo que votaré por fastidiar al monstruo bicefalo. Pero desganado porque el sistema D'Hont no dejará descollar a los nuevos partidos.

sociedaddediletantes.blogspot.com.es dijo...

Totalmente de acuerdo con Abejita de la Vega, pero votaré, porque como tú dices, es necesario, y lo que voy a votar no apesta.

DORCA´S LIBRARY dijo...

El derecho al voto les costó a algunas personas incluso la vida. Eso es lo que le da tanto valor. Luego que cada cual reflexione sobre la opción que quiera. Todo el terremoto que nuestros políticos han creado para controlarnos aún más, se les ha puesto en contra. Han removido tanto nuestro país, que ahora se les ha caído los pantalones, y van por ahí en paños menores. Ya no hay disfraz que pueda cubrir sus vergüenzas.

Edurne dijo...

Pertenezco a ese grupo, al que vota tapándose la nariz.
Pero también me pasa como a muchos, en el fondo, fondo, pero muy en el fondo... todavía hay una pequeña ilusión, esperanza, ingenuidad... o llámalo como quieras que me empuja cada vez a salir e ir a votar.
Iremos!

Besos!
;)

virgi dijo...

Me alegra que esteés tan decidido, porque yo aún no lo tengo claro.
Más besos

Anabel Rodríguez dijo...

Yo también iré porque votar, como dice Luis Antonio, es un privilegio, uno que se ha obtenido después de que muchas personas se sacrificaran por ello. Trataré de hacerlo lo mejor posible. Hoy hablaba una amiga mía de que posiblemente la gente votaría más si supiera qué es lo que se juega en el Parlamento europeo, si supiesen que se hace allí cada día y como eso nos influye. Creo que es un buen razonamiento. Un beso

impersonem dijo...

En las elecciones Europeas es donde la Ley d'Hont tiene menos efectos negativos sobre los partidos minoritarios... ¿qué pasaría si el voto de todos los desencantados con las políticas que han efecturado los partidos grandes o mayoritarios fueran a parar a los partidos minoritarios y les dieran fuerza? Sería una oportunidad de ver qué pasaba y tener conocimiento objetivo de ello.

Ojalá fuera a votar la mayoría de la gente después de reflexionar profundamente cuál es la opción que mejor se ajusta a su ideología o forma de ver y querer la vida.

En Europa se van a tomar el 80% de las decisiones que determinarán nuestro modus vivendi... y ello es mucho como para inhibirnos de tal asunto... ¡ya veremos qué grado de compromiso alcanzamos!

Abrazo.

lichazul dijo...

es una acción imperdible
imposible de marginarse
quien lo hace no sopesa la libertad de expresión

bss y buen comienzo de semana Pedro

Nieves LM dijo...

Yo también iré a votar, lo hago siempre. Se lo debemos a los que no pudieron votar y a los que aún no pueden hacerlo.
Y porque la abstención favorece el bipartidismo y tenemos que acabar con eso como sea, y ese como sea es sólo votando a otras fuerzas políticas. Saludos.

Ele Bergón dijo...

Siempre he votado y ahora también lo haré, lo que me trae de cabeza a quién?

Un abrazo

andandos dijo...

Yo también iré, con escepticismo pero iré.

Un abrazo

São dijo...

A campanha eleitoral para 25/5/2014 tem sido de uma pobreza confrangedora,

Temas europeus ? Nem se fala neles!

Aparecem uns quantos Partidos que nunca governaram nem pretendem sequer fazê-lo.

A coligação PSD/CDS no POder parece uma barata tonta e o PS também não esclarece grande coisa quanto ao seu Programa.

De qualquer modo, votarei ( como sempre fiz e farei) e uma das razões é porque , além da repressão sobre toda a população, eu - pelo simples facto de ser Mulher - sofri uma maior discriminação sexual.Pelo que me era proibido votar!

Votarei à Esquerda, claro...

Enviei , pelo Google um pedido do teu mais recente livro, Pedro, porque o teu e.mail não entrou de maneira alguma.

Besos, amigo mio

Anónimo dijo...

Yo creo que toda ideología te dice a quien debes odiar. La democracia hoy día, en la globalización, es una falacia: gobierna el mercado, no los gobernantes. Así que, como dijo Adam Smith que el mercado se autorregula (estaba equivocado por los desiquilibrios de poder que existen en la población) habría que poner dos leyes y después que gobierne el que quiera:
-Ley de responsabilidad: los gobernantes pagan con cárcel el sufrimiento que genere su mala gestión entre la población.
-Ley anticorrupción: como ya hacía Trajano: el corrupto devuelve lo que se ha llevado y luego a la cárcel. Y yo les metía 30 años en la cárcel. Y las deudas las paga su estirpe, como todo hijo de vecino.
Las leyes sirven para disuadirnos de comportamientos nefastos, ¿no? Pues con estas disuadiamos a los demagogos...
Que gobierne el mejor gestor.

LA ZARZAMORA dijo...

Yo siempre supe quien merecía mi confianza, y quien no.
Hay que votar...
Eso es irrevocable e ineludible.
Subscribo tus palabras.
Besos, Pedro.

Anónimo dijo...

Que el mercado se regula... Estoy convencido de que asi es. Lo que sucede que hay demasiado ladron que cambia las reglas. Por eso yo no votare, porque no confio en ningun partido. Grandes o pequeños, todos aspiran a lo mismo. El poder para poder...

Paco Cuesta dijo...

Lamentablemente seguimos con la sola ilusión a falta de resultados.