La tridimensionalidad de la línea de David del Bosque

Tenía pendiente la reseña de la exposición de David del Bosque que hoy se clausuraba en la Sala Municipal de Exposiciones del Teatro Calderón de Valladolid, una sala de exposiciones que apuesta por los artistas locales ofreciéndoles con acierto un espacio de referencia en la ciudad.

En los últimos diez años, David del Bosque (nacido en Valladolid en 1976) ha experimentado un notable crecimiento como artista, tanto en la realización de sus obras como en capacidad de indagación, investigación y teoría. En esta exposición, La tridimensionalidad de la línea, que recoge trabajos de los dos últimos años, juega con el concepto plano de la línea y el escultórico de las tres dimensiones. Así, el elemento básico que en la pintura consigue darnos la sensación de espacio salta a ocupar ese mismo espacio por derecho propio. Este camino entre la pintura y el objeto escultórico se propone con sutiles ironías intertextuales con todo el arte abstracto del siglo XX. El color y la disposición de las formas internas de cada pieza componen un resultado que consigue un conjunto -porque la exposición está construida como un conjunto en el que cada obra es un fragmento- armonioso lleno de referencias y autorreferencias, pequeñas bromas -en el color, en la disposición de algunas líneas- para las que el espectador debe estar muy atento y no mirar cada pieza de forma independiente.

La exposición muestra también un sutil contraste en una pieza que gana asombrosamente en este conjunto. Donde se esconde la línea, instalación preparada para una intervención en Monzón Campos dentro del Festival La cabra se echa al monte (un interesante proyecto que debería tener más relieve público) es apenas una fotocopia fragmentada y nuevamente construida y alterada por el autor de la realidad en la que esta adquiere un nuevo significado. El contraste con el resto del conjunto de la exposición le otorga su verdadero significado y aclara el resto de las piezas dentro de ese interesante pulso para conocer el mundo a partir del arte, llevándolo al mínimo de su planteamiento, una mera línea trazada por el artista.