jueves, 1 de mayo de 2014

Intertextualidad en Rosa-Fría patinadora de la Luna de María Teresa León y noticias de nuestras lecturas.


La mayoría de los cuentos folclóricos remiten a otros como un cuenco de cerezas. En el siglo XX, la renovación más interesante del cuento infantil para la modernidad literaria se dio a partir de cuentos que tomaban otros cuentos y los mezclaban y los llevaban a otros finales. Para ello, se cambia el sentido del argumento -haciendo entrar en un cuento personajes de otro, girando el inicial, etc.- o se trasforma el carácter de los personajes o sus acciones. Es un juego típico de la modernidad: el receptor cree conocer la materia pero poco a poco se ve sorprendido por las modificaciones: solo dejándose arrastrar hacia el nuevo espacio creado podrá disfrutar. Si la resistencia es fuerte, se rechazará el nuevo texto. La culminación de este juego retórico se ha dado en las películas de la serie Shrek -basadas en un libro de W. Steig de 1990-, pero este uso de la intelectualidad comenzó a caracterizar genéricamente la modernidad del cuento infantil en las priimeras décadas del siglo XX y María Teresa León es una pionera en España con su colección Rosa-Fría.

Aparte del juego estructural interno con las formas básicas de los cuentos folclóricos -lo vimos en el texto inicial del volumen pero se da también en otros-, se da de forma evidente en El gallo Perico, Flor del Norte y Juan Bobo. El primero es una recreación de Los siete cabritillos y el lobo, el segundo de Blancanieves y el tercero de varios cuentos populares en los que un bobo consigue engañar a todo el pueblo, que se creía más listo que él. En todos los casos, los cuentos iniciales quedan superados por la espiral imaginativa, la riqueza temática y, sobre todo, porque ofrece nuevas posibilidades a los receptores, que ya no tienen una única moraleja dentro de lo políticamente correcto. Esto es lo que pretende María Teresa León: ampliar el mundo de los cuentos infantiles, instalarlos en la modernidad y en una nueva forma de entender el mundo y las relaciones humanas. Y lo consigue.

Noticias de nuestras lecturas

Mª Ángeles Merino continúa leyendo junto a su sobrina los cuentos de María Teresa León. En esta entrada le toca el turno a El oso poeta, tanto que escribe variación creativa del texto original...

Pancho ilustra y comenta con tino y poesía el cuento del pescador. Y, de paso, nos regala a Lole y Manuel. No te lo pierdas.

Luz del Olmo queda atrapada por el mundo de María Teresa León y recrea el encuentro de Rosa-Fría con la Tortuga 427 al inicio del Diluvio.

Gelu reseña, en el cuento Flor del Norte el terror y la violencia. No debe extrañarnos, son parte sustancial de los cuentos tradicionales.


Pancho -que es un maestro en llevarnos desde Asturias a Poveda- nos enlaza en su entrada sobre la novela de Laura Castañón el final definitivo de la felicidad familiar con el debate de la Memoria Histórica.

La próxima semana terminamos con la lectura de Ros-Fría, patinadora de la Luna de María Teresa León. Os recuerdo los libros con los que terminamos el presente curso del Club de lectura:

En mayo, El Sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratón (hay muchas y buenas ediciones disponibles, de calidad universitaria; también puede encontrarse gratis en una buena edición en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes en este enlace).

En junio, El río que nos lleva, de José Luis Sampedro (la mejor edición disponible, en la editorial Cátedra).

Después nos tomamos las vacaciones de verano. Recordad que, el primer título del próximo curso será la segunda parte del Quijote escrita por Alonso Fernández de Avellaneda tal y como explico en este enlace.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

5 comentarios:

Myriam dijo...

Ese juego intertextual es de lo más interesante y da para mucho.

Haré lo posible por comentar desde donde esté, aquí en tu cssa, el "Sí de las niñas" (ya lo leí).

Besos y hasta la vuelta

Abejita de la Vega dijo...

Me gusta ese cuenco de cerezas, pegaré unos tironcitos a ver qué cuentos salen. En el del gallo Perico sale, además de los cabritillos, el del ratoncito Pérez que se cayó en la olla y la cucarachita Martina le llora y le llora. O la hormiguita, depende de la versión. Y María Teresa riza el rizo cambiando a la fea cucarachita por una bella mariposa...y añade el detalle del caldo de ratón que...en fin.

Disfruté mucho con los cuentos de "Rosa-Fría...". Pero Paquita es una vieja amiga, la conozco de cuando yo era casi tan jovencita como ella y es un placer volver a caminos ya recorridos. Volveré a oírla decir su forzado "¡Qué feliz soy, señor don Diego!". Y otra vez me darán ganas de retorcer el pescuezo a la tirana doña Irene.

Besos, Pedro.

Paco Cuesta dijo...

He llegado a la convicción de que hay que ser mayor (al menos un poco) para leer Rosa-Fría

pancho dijo...

La referencia al lobo como encarnación del miedo para los niños dejó de causar efecto porque casi dejó de existir por atreverse a acercarse al ser humano. Ahora el miedo está en la batalla perdida del futuro planeta que le dejamos. Y las cosas irán a peor porque hay cada vez más superpoblación humana en muchas zonas. Como no inventen una máquina de destruir CO2 pronto, aquí nos comemos unos a otros dentro de poco. Y eso no es cuento.
Ya que nuestra generación ha fracasado en dejar un planeta en mejores condiciones del que recibimos, urge ponerse manos a la obra y al menos salvar los muebles.
La música es el código más universal que existe, es fácil ir de norte a sur con ella.
Estupenda lección sobre una literatura desconocida. Todo lo que nos cuenta es nuevo.

Pamisola dijo...

Buen programa de lectura; No sé si haré el esfuerzo, llevo una temporada en cuanto a lectura, bastante vaga.

Besos