lunes, 17 de marzo de 2014

Canciones dedicadas: prometo amarte más y mucho más que como siempre



El pasado, contado en un bolero, se enreda en las miradas de quien se vuelve a ver, cuando todo el incendio parecía ya extinguido por el tiempo. Pasaron años, pero qué importa, ya todo es presente. El amor, cuando llegó a la raíz de las cosas, se nos presenta así, de nuevo, y ya no hace falta nada más: una mirada, un gesto en el que él se acerca lentamente y ella cruza la distancia que la separa de la mano ya tendida. No hacen falta palabras porque justo en ese momento todo se ha olvidado y queda esa sensación en la boca del estómago que ella no puede definir. No se sabe de dónde suena la música. Alguien ha puesto a Café Quijano y el tiempo se detiene. Los cuerpos se juntan, una mano cae en la cintura recordada y la otra busca la presión exacta para decir que ha regresado, las mejillas se rozan apenas y toda la piel lo siente y quizá él susurre bajito, muy bajito, la letra del bolero al oído de ella. Y todo se hace lento, muy lento, y el mundo entero se funde en negro. Qué más da el tiempo si la piel siente.

A María, para que una noche encuentre a Óscar, de Café Quijano, en León y la saque a bailar un bolero lento, muy lento y muy pegado. Solo por ver sus ojos cuando me lo cuente, le escribo con música de bolero
 lo que no es bueno confesarse..

6 comentarios:

virgi dijo...

La música nos lleva lejos, a mundos deseados y pocas veces cumplidos.
Besos besos
(y encima estos chicos son guapos!)

Unknown dijo...

Gracias Pedro!!

Myriam dijo...

Linda dedicatoria.

Besos

lichazul dijo...

para quienes disfrutan de este tipo de melodías , es una entrada genial PEDRO
dedicación perfecta
mis padres escuchaban boleros , mis tías , mis profesoras



yo crecí con los lentos rockeros o de la new wave
o los lentos del rock latino en especial el que llegaba de Argentina y luego de las bandas chilenas

bss



Campurriana dijo...

Estuve en su Lola y me encantó escuchar la música en vivo del lugar...
Algún día, Pedro, te contaré una anécdota relacionada.

Ando liadilla pero no me olvido de vosotros. Eso nunca.

Paco Cuesta dijo...

Lamentablemente hoy hemos de poner el "vinilo" bajito para no ser tachados de cursis. Quien así piensa, se lo pierde.
Un abrazo