miércoles, 25 de diciembre de 2013

Ese momento que define el día


No fue en vano el día. Todo, en el campo, invitaba a la mirada densa. Cada tiempo tiene su labor, cada jornada ese momento que la define. La acequia venía llena y el aliviadero bajaba el agua, fresca y alegre, hacia el cauce del río, con el canto de un beso infantil que se arroja al aire para que otro lo recoja. No sé si hacía frío, pero yo no lo sentía. Me había traído hasta allí un presente que quería cerrar un pasado y abría un surco hacia el horizonte. La vida consiste, en definitiva, en eso. La felicidad no es otra cosa sino saber llegar a ese momento y darse cuenta.

14 comentarios:

Estrella dijo...

¡Qué suerte reconocer ese momento!

Edurne dijo...

Un privilegio saber llegar, reconocer y sentir ese momento de felicidad...

Un beso.
;)

Magui dijo...

Em um lugar tão belo, a felicidade vem sozinha.
Boas Festas!

lichazul dijo...

la felicidad vive en uno con uno
solo depende de uno el dejarla asomar o correr como el agüita de una acequia

besos

Myriam dijo...

Me alegra sentirte radiante y sereno. Besos

Abejita de la Vega dijo...

La felicidad es ese momento mágico en que nos sentimos felices y pensamos que somos felices. Sí...
Es hermosa la acequia y sus árboles.

Felices días.

Ele Bergón dijo...

Mi primer pensamiento hacia tu persona ha sido ese, no tiene frío y después he leído tu texto y he comprendido que eras feliz.

Un abrazo

Luz

Kety dijo...

Un poema de esperanza.

"...y abría un surco hacia el horizonte..."

Felices fiestas

Un abrazo

26 de diciembre de 2013 10:15 Eliminar

Joselu dijo...

Sí, supongo que es así. Interesantes reflexiones llenas de fe en el presente y de esperanza. Creo que eso es bueno.

LA ZARZAMORA dijo...

Cuando un día no pasa en vano, ya es todo un logro para seguir en el camino...
Besos, Pedro.

São dijo...

Quando o dia não passa em vão, é razão para nos alegrarmos!

Fico contente por o teu dia ter valido a pena, amigo mio.

Abrazôs, Pedro!

Tomás Martinez Fernandez dijo...

La acequia venía llena y el aliviadero bajaba el agua, fresca y alegre, hacia el cauce del río, con el canto de un beso infantil que se arroja al aire para que otro lo recoja............
Gracias Pedro por llenar nuestra Acequia de sentimientos y recuerdos y compartirlos con nosotros.
Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿Sabes tú adónde va?

andandos dijo...

Eso es, darse cuenta. Conoces, estoy seguro, a Szymborska, que en muchos de sus poemas, y también en sus artículos, reserva para la palabra o frase final aquello que da sentido a todo lo anterior. Pues eso.

Un abrazo

Esther dijo...

Elisabeth Borchers

Un Cuento

Buscando
algo hermoso como la nieve
me quedé con las manos vacías
hasta que comenzó a nevar por el camino.