martes, 10 de diciembre de 2013

El oficio más sabio


Te llevaré a la fuente, amor, para sorprender la sonrisa en tus ojos y en tus labios la dulzura. Hoy no quiero al mundo, me he levantado regañón y ceñudo. Me basta con pasear de tu mano hasta que todo cobre la dimensión del ingenuo rumor del agua y, poco a poco, se aclare la niebla. Hay días así, en los que buscar que pase el tiempo es el oficio más sabio.

14 comentarios:

Myriam dijo...

Y ese rumor del agua, invita a soñar...

pancho dijo...


Unos versos que acabo de leer : Vándalo de pureza, / hostígame. Si hablas, / yo bajaré mis labios / hasta el agua salvaje.

virgi dijo...

Hay que tener sabiduría para llegar a esa reflexión.
Besos besos

Ele Bergón dijo...

A ese pasar el tiempo yo lo llamo vaguear y vagabundear y me encanta practicarlo.

Bonita y sugerente foto

Un abrazo

Luz

Ele Bergón dijo...

También me vale el quedarme ensimismada.

Anónimo dijo...

toda pasa y nada queda cantaba el poeta
cambia todo cambia decía la Negra
las hojas son del viento escribía Spinetta
y el agüita clara siempre refresca

buena jornada Pedro

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Un pensamiento tan refrescante como ese amor de agua.
=)
P.d
sigo esperando tu foto jejeje

Clara dijo...

Pulchra, pulchra, doctrina illius elixir deorum

São dijo...

Passeia, meu querido amigo, de mão dada com quem amas porque isso é algo que nos ajuda a aclamar, sim.

Besos.

mojadopapel dijo...

Hace mucho tiempo que no veo pasear a nadie de la mano.... ni jóvenes, ni mayores, con la ternura que implica sentir la seguridad de la mano de alguien.

omar enletrasarte dijo...

pues bien,
abandona todo
y escribe, escribe, escribe
que ha salido tu vena más dúctil y prolífera...el verso
.
mi admiración!!
y cómo no, el abrazo de siempre

Tomás Martinez Fernandez dijo...

Cuando contemplo, sobre el rostro estrellado de la noche,
Símbolos inmensamente confusos de un gran romance,
Y pienso que puede que no viva para trazar
Sus sombras, con la mano mágica del azar;

María dijo...


Beber con la mirada de la fuente y de la sonrisa de sus labios, hasta llegar a rozar su mirada.

Me encanta la imagen, tan colorida y a la vez cristalina.

Un beso.

Paco Cuesta dijo...

Que el duende del agua inspire al paseante.
Un abrazo