jueves, 14 de noviembre de 2013

Las dos cartas iniciales de La estafeta romántica como ejemplo de la técnica epistolar en Benito Pérez Galdós y noticias de nuestras lecturas


Las dos cartas iniciales de La estafeta romántica son un prodigio de habilidad narrativa. En ellas se condensa todo el tono que quiere dar Galdós a este episodio. A la altura de 1899, cuando Galdós lo redacta y publica, el novelista es dueño de una intención clara en estas novelitas. Su pretensión de dar cuenta de la historia de España del siglo XIX no ha cambiado, pero sí se han modificado sus entusiasmos iniciales. Pasada la Revolución de la Gloriosa, en medio de la Restauración y abocado el país a una decadencia que supone su pérdida de peso internacional, a Galdós le ha decepcionado la burguesía que debería haberse encargado de la modernización del país: aquella burguesía revolucionaria ha fracasado, en buena medida, y no ha cambiado suficientemente ni las estructuras socioeconómicas ni las mentales de la nación. De ahí que estos elementos burgueses que aparecen en la serie a la que pertenece La estafeta romántica sean vistos desde un ángulo menos heroico: este heroísmo irá depositándose cada vez más en el pueblo. A esto se suma la crítica que realiza Galdós de los excesos románticos, a los que ve fruto de impulsos infructuosos que desgastaron a una generación idealista sin conseguir unos avances concretos.

Mucho de eso hay en la elección de las dos mujeres que se escriben estas dos primeras cartas. Alejadas de todo heroísmo y todas las veleidades políticas, ambas hablan, fundamentalmente, de "su asunto" que no es otro que la preocupación por los jóvenes, su estabilidad emocional y la forma de concertarles la boda que a ellas les gustaría, siempre en beneficio de la familia, claro.Estas dos cartas facilitan el acceso a la novela a aquellos lectores que no hayan leído los episodios anteriores de la serie. Se nos informa de los datos más relevantes para que podamos comprender las circunstancias en las que se encuentran los protagonistas, con un resumen rápido de los antecedentes. A doña María Tirgo y a la marquesa de Sariñán, a la altura de febrero de 1837, lo que verdaderamente les intersa es saber cómo está Demetria y si Fernando Calpena puede suponer o no una molestia que tuerza los planes que tienen para ella. Galdós sabe adentrarse en el carácter de estas dos mujeres. Sabe captar muy bien Galdós la mentalidad de este tipo de mujeres cuya preocupación fundamental son esas circunstancias familiares y a las que las cosas del mundo les llega como telón de fondo. Su edad y su carácter práctico, además, las hacen criticar tanto los romanticismos de los jóvenes como las calaveradas de los mayores. Pertenecen a una burguesía acomodada -incluso ennoblecida- conservadora, que no quiere más sustos que los naturales de la vida, que ya les parecen mucho. Y así van, en sus cartas, hablando de todo pero centrándose, sobre todo, en las estrategias que les procuren el final feliz de sus planes. Hasta en ese ir y venir de las cartas y en lenguaje, Galdós sabe captar el espíritu de esa clase social.

Noticias de nuestras lecturas

La estafeta romántica de Benito Pérez Galdós

Myriam introduce la lectura y anuncia los objetivos de sus entradas al analizar la obra desde el punto de vista de los personajes femeninos y las relaciones sentimentales. Excelente aperitivo.

Paco Cuesta analiza con fineza extraordinaria el motivo del suicidio de Larra en la obra.

No os perdáis la entrada de Pancho sobre los pasajes de la obra en los que se relata la muerte y el entierro de Larra. Quiero llamaros la atención sobre las ilustraciones que elige.

Mimosa también se lanza a una oportunísima aportación: las conexiones entre Larra, Werther y Fernando Calpena, que aclaran muchas cosas.

Juega inteligentemente nuestra Mª Ángeles Merino con un diálogo epistolar con nuestro Fernando Calpena, a ver si pone los pies en la tierra el pobre.

Intemperie de Jesús Carrasco

Mª Ángeles Merino continúa narrando desde dentro del niño la historia de esta novela, lo que da otra perspectiva al texto. Llega ahora a su encuentro con el tullido.

Gelu publica su aportación a nuestra lectura de este libro, fijándose en algunos fragmentos y resaltando la altura poética de alguno de ellos.

La ciudad del Gran Rey de Óscar Esquivias

Esta novela de Esquivias -al que tendremos que volver tarde o temprano en el Club de lectura-, compite en una lista de las mejores novelas distópicas. Hay que recordar que fue una de las primeras novelas que comentamos en el club de lectura. Podéis verlo en este enlace.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en su blog hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

10 comentarios:

Myriam dijo...

Felicitaciones a Oscar, ya puse mi voto por supuesto.

Besos

lichazul dijo...

cada lugar tiene su historia

besos

Myriam dijo...

A mi me sorprendió gratamente ver como BPG sabe adentrarse tan bien en el carácter de las mujeres de las que puebla esta novela. Espero preparar un buen plato, al menos, lo intentaré.

Besos

José María Souza Costa dijo...

Olá, bom dia. Bom fim de semana, aqui no Brasil, com um feriado, o que lhe faz prolongado. Tempo de sol, ou ensolarado, e a alegria por ficar mais tempo em casa entre contentamentos e opiniões diversas.
A Contemplação do tudo, faz-se, por que o Criador permite. É natural, e você é convidado à esse gesto de bondade.
Um abraço, estou te esperando aqui www.josemariacosta.com

pancho dijo...

Galdós demuestra un gran manejo y habilidad a la hora de crear tensión narrativa, mostrar y esconder, insinuar para atraer, cosa que no debe ser nada fácil de lograr a través de cartas. La acción y el ritmo corresponden a lo que sucede en el frente. La parada narrativa ocurre cuando narra la vida cotidiana en la retaguardia. Suceden muchos acontecimientos en este año 1837 según vamos adentrándonos en la historia.
Votamos a Esquivias en ese ranking de cosas raras y distópicas. A ver si publica y lo comentamos. Desde Pampanitos Verdes no he vuelto a leer nada suyo de nueva publicación, aunque alguna queda por leer y pendiente de las antiguas.

Abejita de la Vega dijo...

Son dos cartas para leer con una sonrisa, doña María y doña Juana Teresa, dos viejas damas cortísimas de miras, ignorantonas como ellas solas pero que nos proporcionan un gran retrato de la España de 1837.Y, don Fernando, a ver si espabila...

Fue toda una experiencia dejar al chico de Intemperie con sus remordimientos y al tullido moribundo...para irme a un saloncito burgués de una casona de Villarcayo donde don Fernando Calpena escribe a su amigo don Pedro y le cuenta... lo maravillosa que es doña Valvanera y su marido y sus niñas...entreteniendo la pluma porque le cuesta contar el plantón sufrido en Bilbao. Así es la aventura de leer. Lecturas enriquecidas y vitaminadas las de "La acequia".

Sigamos...con los dos.

Besos

Paco Cuesta dijo...

"Partiendo de la nada" como dijeron los hermanos Mars, es saludable y provechoso releer algunas de las cartas.
Un abrazo

andandos dijo...

Después de la ambigüedad de Intemperie es agradable, para mí, haber estado en La Codoñera, Alcañiz u otros sitios parecidos, mucho más concretos. Los conozco de primera mano, esa es la verdad. Pero lo importante es que la literatura, de un tiempo a esta parte, creo que desde que comencé en este club de lectura, se ha convertido en algo habitual. Que mi hija estudie 3º, ya, de filología hispánica seguramente también ha tenido algo que ver, pero creo que soy yo, por mí mismo, el que se ha convertido en un lector habitual de narrativa. Todavía estoy, también, con el Quijote, y leo, desde el anonimato, vuestras entradas de hace unos años. En cuanto pueda (podamos), quiero ir a Tembleque. La vida, a pesar de todo, puede ser bella.

Un saludo

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Una vez más, agradecerle animarnos a conocer a este gran escritor.
Iba muy atrasada en la lectura. Me había entretenido en el camino, queriendo conocer detalles de la vida y repasar por encima alguna de sus obras.
¡Cuánto trabajó Don Benito, hasta con sus ojos agotados!

Abrazos.

Anónimo dijo...

Soy recién llegado a este blog y no sé si habrán hecho lecturas de otras obras de Galdós (para mí el mejor escritor en lengua española después de Cervantes). La tercera serie de los Episodios me parece la más floja.