jueves, 7 de noviembre de 2013

La estafeta romántica y los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós y noticias de nuestras lecturas


Los Episodios nacionales de Benito Pérez Galdós son el gran cuadro narrativo de la España del siglo XIX hasta el punto de que si alguien deseara conocer la historia convulsa de este siglo podría tomarlos como una fiable aproximación: en ellos se encuentran los principales avatares históricos como los sentimientos, las formas de pensar y las costumbres del país. A partir de 1873 y con la idea de contar un panorama completo de la sociedad de su tiempo (Galdós usaba la novela como herramienta de conocimiento del mundo), dio a la imprenta cuatro series completas de diez novelas cada una (la primera abarca la Guerra de la Indepencia y su protagonista es Gabriel Araceli; la segunda nos lleva hasta la muerte de Fernando VII y se ocupa del conflicto entre liberarles y absolutistas y es protagonizada por el Salvador Monsalud; la tercera trata de la Primera Guerra carlista y la protagoniza Fernando Calpena y la cuarta del período comprendido entre la Revolución de 1848 y la de 1868, protagonizada por José García Fajardo)  y una que quedó imcompleta (que nos llevaría hasta la Restauración borbónica y está protagonizada por el narrador, Tito). El proyecto, que durante algún tiempo mereció críticas de un sector de los escritores y estudiosos españoles, nunca perdió el atractivo para los lectores y ha sido muy imitado por diferentes autores hasta hoy. Algunos rindiéndole un homenaje explícito recientemente, como Arturo Pérez Reverte (sobre todo en Cabo Trafalgar, pero también en Un día de cólera o El asedio). Posiblemente, Pérez Reverte sea quien mejor haya sabido ocupar el hueco ocupado en su día por Galdós en la narrativa española.

Los protagonistas de cada serie nos marcan las perspectivas argumentales adoptadas por el autor, puesto que junto a la explicación de los grandes acontecimientos históricos no dejaba de reflejar la forma de ser y pensar de los españoles del momento, sus costumbres, etc. Así, Gabriel Araceli es un joven aventurero que surca todos los cambios del momento y explica la modernización de la estructura social del país; Salvador Monsalud es un joven liberal luchador constante por el triunfo de esta ideología; Fernando Calpena es un romántico; José García Fajardo es una persona a la que la política ya no le interesa como a los anteriores y Tito es un narrador en primera persona que reflexiona con cierta distancia sobre lo que ocurre.

Galdós nos dejó en estas novelitas su visión de lo que ocurrió en la España del siglo XIX. Su mirada a la historia de España contiene un elemento esencial que la explica: España no ha tenido suerte con sus dirigentes y el pueblo se ha llevado por manifestaciones emocionales. De él surgen los héroes que lo representan y que sacrifican su esfuerzo y en muchas ocasiones su vida sin obtener una recompensa a la altura de sus acciones. Así, la historia de la revolución -y de la contrarrevolución- española del siglo XIX es un complejo entramado que avanza pero no llega nunca a concretarse en grandes realidades. Sobre esta visión de la historia de España Galdós suele adoptar la mirada del cronista. De las épocas anteriores a su llegada a Madrid en 1862 se informó a través de entrevistas con los protagonistas vivos, la memoria oral y, sobre todo, la prensa y las muchas memorias escritas que se ocupan del período. Levantó con ello un testimonio histórico en el que no falta nada de lo esencial y por el que circulan, de una u otra manera, todos los protagonistas, aunque siempre busque un héroe de ficción que explique los hechos.

La novela escogida para comentar en este mes, La estafeta romántica, pertenece a la tercera serie. Al no ser la primera de ella, puede suponer una cierta dificultad para los lectores que necesiten una previa presentación de los personajes, pero este reto es interesante para aquellos que no hayan leído las novelas anteriores puesto que exige una mayor atención de la que se sacará mayor deleite. Supone un significativo cambio técnio al elegir la modalidad epistolar. Aparte de buscar la variedad y no caer en la monotonía de la crónica novelada, Galdós usa esta técnica para otras cosas: abordar una modalidad, la de  la narrativa epistolar, poco cultivada en España pero, sobre todo, para dar paso a la voz femenina en su mayor intimidad. En efecto, Galdós, que siempre mostró una aproximación a los personajes femeninos en su novela, los relata aquí desde dentro, adoptando inteligentemente la fórmula epistolar para ganar en verosimilitud.

Noticias de nuestras lecturas
Intemperie

Mª Ángeles Merino comenta con fina perspectiva una de las notas características de Intemperie de Jesús Carrasco: la ausencia de personajes femeninos.

Anabel Rodríguez escribe sus impresiones de Intemperie a partir de la idea de que en ella hay una extraordinaria película del oeste. Y eso que no le gusta leer en otoño...

La estafeta romántica

Mª Ángeles Merino le busca la forma a la novela para entrar dentro de ella a la misma altura de los personajes. No os lo perdáis.

Paco Cuesta nos lleva de un lado a otro para introducirnos en La estafeta romántica: parece que se dispersa, pero no, ata las muchas cosas de su entrada, como quien no quiere la cosa, de forma certera.

Mimosa escribe una entrada oportuna. Tras regalarnos un relato impagable de su vinculación con Galdós, nos facilita una guía de personajes y cartas que será muy útil para aquellos lectores que la necesiten.

Excelente entrada la de Pancho para comenzar su lectura de La estafeta romántica. Desde el inicio hasta el final y todo ello bien ilustrado.

Ele Bergón -Luz del Olmo- nos regala una preciosidad para quien no conozca la relación que exitió entre Galdós y doña Emilia Pardo Bazán. No digo más.

Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en su blog hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.

7 comentarios:

Paco Cuesta dijo...

No hay reto sin dificultad ni atajo sin trabajo, y en ello estamos.
Gracias, un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...

Ahora que lo dices, al principio me resultó difícil aclararme con los personajes. No había pensado en que los personajes venían de antes y don Benito contaba con que ya los conociéramos de antes. A pesar de esa dificultad, me cayó bien la estafeta romántica. Aunque no sé si sería capaz de leer todos los episodios, tengo un vago recuerdo de un "Trafalgar" algo pesadito, tal vez no estaba motivada como ahora.

Lo que más me gusta de este libro es que es literatura dentro de la literatura. Y la dirección de un buen profesor de Literatura, por supuesto.

Besos, pasa buen fin de semana.


pancho dijo...

Los Episodios Nacionales son una obra monumental que por sí solos avalarían la categoría de un escritor. He leído por ahí que empleaba tres meses por volumen para mandarlos a la estampa. Incluso para un genio como Galdós es demasiada rapidez, creo. Muchos de los errores que se le observan los podría haber solventado sin mayor contratiempo con un poco de calma.
Los héroes lo son porque cumplen con su misión lo mejor que saben y pueden sin esperar recompensa de ello. Lo hacen porque les sale del alma, por eso son tan escasos y abundan tanto los desalmados.
Tantos personajes de repente se te vienen encima como una avalancha que hace difícil la asimilación, pero después ya no parecen tantos. Lo que a mí me maravilla es el tipo de lenguaje epistolar que utiliza el autor a cada momento, de una gran riqueza a pesar de que hoy pueda parecer anticuado y decimonónico, nunca mejor dicho. Qué manera tenían de expresar el servilismo, dan ganas de invitarles a algo. Se nota la fina ironía y sentido del humor que adornan sus escritos. Muchos chascarrillos que parecen muy modernos, inventados por los autores actuales, ya los usaba Galdós.
Se disfruta con tus clases magistrales de literatura y propuestas de lectura tan acertadas.
Un abrazo

Estrella dijo...

Mañana empiezo a leerlo.
Saludos.

andandos dijo...

Empezamos, pues.

Un abrazo

MIMOSA dijo...

El hecho de llegar a las cartas sin previa lectura de las novelas anteriores de esta serie y ver el despliegue de personajes, que obviamente se da por hecho que a muchos de ellos conocemos, me ha resultado una pequeña locura, de ahí la necesidad de ubicarlos previamente.
Estuvieron los episodios nacionales durante años en la estantería de casa de mis padres y me entraba una pereza pensar en leerlos, que ahí se quedaron.
Sí que leí a Galdós, muchos de sus otros títulos (Fortunata y Jacinta, Doña Perfecta, Marianela, etc) y quizás sea una asignatura pendiente que ha empezado por estas cartas de la estafeta.

De momento está siendo interesante todas las lecturas que de él se pueden sacar.

Gracias y un beso, Pedro.

Myriam dijo...

Ya me leí toda "La Estafeta Romántica" y luego, los aportes de los compañeros de lectura. Me pongo pues, a la tarea de preparar mis propios aportes a esta lectura que me gustó mucho.

Besos