jueves, 25 de julio de 2013

El libro inacabado y noticias de nuestras lecturas, con la propuesta de títulos para el primer trimestre del próximo curso del Club de lectura


Si sumara el tiempo que he pasado en los trenes el resultado daría meses de mi vida. Si pusiera uno tras otro los minutos en los que he ocupado un asiento en un vagón de ferrocarril podría enlazar emociones, alegrías y frustraciones, ilusiones y fracasos, conversaciones y silencios. He visto cambiar los ferrocarriles españoles en estos años, desde aquel viejo material de compartimentos, asientos de escay o de unas telas gastadas por el uso hasta los nuevos trenes de alta velocidad. En los viejos regionales predominaba la conversación entre los viajeros, ahora todo invita al silencio solo roto por la falta de educación de los que hablan a voz en grito por sus móviles sin preocuparse de que el resto de viajeros conozcamos sus intimidades o sus negocios. He dedicado algunas entradas en este espacio a esta parte de mi vida. En la literatura hay también soberbios pasajes dedicados a los trenes.

Una de mis aficiones favoritas en los trenes es leer, sobre todo si viajo solo. En el maletín siempre llevo un libro dispuesto a ser abierto para entretener los quilómetros. A veces la lectura es tan apasionante que a uno le molesta la puntualidad del tren: llegar a tiempo es no poder terminar el libro de que solo nos quedan una páginas. Cuántas de las víctimas del accidente de tren de ayer en la curva de Angrois, cerca de Santiago de Compostela, leerían cuando todo ocurrió. Cuántas lecturas a medio terminar quedaron en el momento en el que el tren descarriló y chocó contra el muro de hormigón. Quizá el azar nos depare que lleguemos justo a ese momento en el que se interrumpió aquella lectura y podamos terminarla quizá con la esperanza de un homenaje cumplido.

En el curso que cerramos ahora hemos leído, en el Club de lectura de La Acequia los siguientes textos: El lector de Julio Verne de Almudena Grandes, la trilogía de La lucha por la vida de Pío Baroja (La busca, Mala hierba y Aurora roja) La marca del meridiano de Lorenzo Silva, Campos de Castilla de Antonio Machado y El Hereje de Miguel Delibes -que nos llevó a encontrarnos en la ruta que se ha diseñado en la ciudad de Valladolid con motivo de la publicación de esta novela. Un año intenso y variado.

Os invito a participar en el próximo curso en cualquiera de sus modalidades. Sé de muchos que toman la guía de lectura como propuesta de libros a tener en cuenta y siguen los comentarios de forma silenciosa para completar su propio acercamiento a los títulos propuestos.

Entre los que participan de forma activa hay dos modalidades. En primer lugar, el club de lectura virtual, que se inició en este blog con ocasión de la primera experiencia de  lectura colectiva completa del Quijote de Cervantes  en la que se utilizaban todos los recursos de la web 2.0 y que se ha convertido en modelo de referencia al ser usada en el mundo académico como guía de lectura virtual de la novela cervantina. Este club virtual es abierto y no tiene más reglas que los comentarios periódicos que se dejan en las entradas semanales de La Acequia correspondientes a la lectura y en el resto de los blogs adscritos. Aquellos que queráis sumaros a la experiencia y tengáis blog, hacédmelo saber para incorporaros a los resumenes.

En segundo lugar, el club de lectura presencial impulsado por la Asociación de Antiguos Alumnos de la Universidad de Burgos. Nos reunimos una vez al mes en una sala de ala Biblioteca General de la Universidad. Para participar hay que apuntarse previamente en la convocatoria que se hace anualmente en el mes de septiembre.

Como os prometí, os dejo aquí la propuesta para el primer trimestre del próximo curso. Seguimos la norma que nos ha regido hasta ahora: a un autor muerto le sigue uno vivo.

Octubre: Intemperie, de Jesús Carrasco (Barcelona, Seix Barral, 2013). Ha sido la gran revelación del año en la narrativa española.

Noviembre: La estafeta romántica, de Benito Pérez Galdós (es el nº 26 de los Episodios Nacionales, Tercera Serie; además de en las ediciones completas de los Episodios, podéis hallarlo en Madrid, Alianza Editorial y, en versión digital, aquí). Tenía ganas de volver a leer alguno de los Episodios Nacionales de Galdós que devoré cuando era joven. Y he elegido uno de los menos conocidos precisamente por ser tan diferente al resto de ellos.

Diciembre: Todo lo que era sólido, de Antonio Muñoz Molina (Barcelona, Seix Barral, 2013). El último libro de uno de los autores imprescindibles de la literatura española de las últimas decadas. Lo elijo por tratarse de un ensayo, género que hasta ahora no habíamos introducido en el club de lectura, pero un ensayo que no consiste en una abrumadora indagación erudita sino una profunda introspección sobre lo que ha pasado en España en los últimos años. Ha generado alguna polémica y, aunque no estoy de acuerdo con todas sus conclusiones, me gusta cómo suena y el juego al que puede dar lugar. Un experimento para los que sigan estas lecturas.

En el resto del curso habrá poesía, relatos breves, diarios y más novelas. Admito sugerencias, pero parecen querer asomarse por aquí Colón y Cortázar y nos hace señas la buena de la Condesa de Pardo Bazán y a doña Emilia no quiero desairarla. También tengo comprometido a Torrente Ballester y algo de literatura de humor de mediados del siglo XX. Ya veremos. Desvelaré la lista definitiva a mi regreso de vacaciones.


Noticias de nuestras lecturas

Gelu llega, en su antología de frases de El Hereje y enlaces que las expliquen, hasta la desigual boda de Cipriano Salcedo.

Mª Ángeles Merino publica la primera parte de la inteligente carta que escribe a Cipriano Salcedo para comentar la parte final del libro.


13 comentarios:

Campurriana dijo...

Gracias.

Isabel Huete dijo...

Comparto totalmente tu breve comentario sobre el último libro de Muñoz Molina. A mí, en algunos aspectos, en mi opinión en exceso derrotista o quizá exagerado (la visión subjetiva de las cosas tiene eso y puedo entenderlo aunque no compartirlo), me ha decepcionado, pero es evidente que vale la pena leerlo y puede dar mucho juego.
Y lo de La estafeta romántica, como buena adicta a los Episodios Nacionales, es una magnífica elección.
Intemperie no lo he leído, pero tendré que hacerlo. :)

Abejita de la Vega dijo...

¡Hola Pedro!
De páramo a páramo aquí estoy. La wifi que me lleva.

Espero que los lectores del Alvia puedan seguir su lectura, terrible accidente.

Yo también llevo a mis espaldas años de lectura en los trenes. Conocí el escay azul que se te pegaba y la tela verde aterciopelada desgastada y de algo dudosa limpieza. Los expresos y surexpresos con destino Hendaya fueron parte de mi vida, viernes y domingos,durante doce años. Despues dieciséis años en autobús, viernes y lunes, pero ahí se lee peor, aunque también se lee.

Ahora solo viajo de uvas a peras en el AVE y allí lo que tú dices, conversaciones de móviles...

Empecé a leer "Intemperie", una buena elcción, no quiero devorarlo con demasiada rapidez, aunque sea apetitoso.
A ese de Muñoz Molina ya le había echado el ojo, estupendo.
Los episodios galdosianos son una asignatura pendiente para mí, son esa clase de libros que yo sola no leería. Genial.
Emcantada de volver con doña Emilia, a los pazos o fuera de ellos. Buena idea.

Terminaré con Cipriano, a pesar de las güifis.

Besos Pedro, pasa buen verano.

Paco Cuesta dijo...

Me asomo para recordar a José Luis Sampedro, merecedor sin duda de un homenaje.
Un abrazo

pancho dijo...

La capacidad de este país para liderar escalafones en campeonatos de carácter negativo no parece encontrar límite. No hay quien nos gane en paro, piratería digital, dirigentes corruptos y, desgraciadamente, ahora, pasamos a encabezar los registros en cómo encontrar el final a bordo de un tren de gran velocidad entre los raíles de una curva, ya maldita para siempre. Descansen en paz las victimas.

Muñoz Molina no podía faltar en la lista de autores comentados en La Acequia, merece la pena siempre. Elegí algunas novelas suyas para leer este verano que ya va consumiendo el mes de julio entre el silencio del pequeño huerto y la lentitud de las plantas del jardín (se puede vivir sin internet).

Volveré a leer tus entradas de este mes que vistas por encima presentan un gran atractivo.

Me alegro de que el día dedicado a Valladolid y al Hereje tuviera tanta afluencia como muestra la foto, yo solo puedo presentar como excusa para no acudir, la pereza que le entra a uno a moverse de los sitios cuando te has instalado.

Un abrazo





Anónimo dijo...

Intemperie, maravillosa propuesta, cayó en mis manos y no pude parar de leer. Deseando empezar el curso para empezar a comentar. Este curso, Pedro, me animo.

Rita.

Myriam dijo...

Terrible el accidente ¡Cuánto dolor! Mi solidaridad para las víctimas mortales, heridos y familiares. Sabes que yo soy de aviones, me he pasado la vida entera volando y varias veces por año, pero me gustaban mucho los trenes españoles y en especial éstos de alta velocidad. Te lo dije varias veces, ahora me trago mis palabras. En el 2011 viajé de Madrid a A Coruña en uno de éstos como el descarrilado. Era un tren nocturno, pero no pude dormir por las sacudidas que dio, ahora me pregunto si el (¿irresponsable?) conductor también iba más del doble de la velocidad permitida... ¿Cuántas veces lo habrán hecho o fue una falla técnica, una modernidad que quedó sin frenos? ¿Estarían apostando entre conductores a ver cual iba más rápido ese tramo? ¿Por qué los directivos no tienen implementados controles de Velocidad? Si a un automovilista le quitan el registro a la tercera marca ¿Por qué aquí no lo hacen? ¡Qué terrible! Pues yo de ahora en más seguiré con auto (conduciendo yo, que soy prudente) o avión y sino, a pata.

Sobre la lectura: Gracias por la lista y enlace a Galdós que me viene muy bien.

Besos

Pamisola dijo...

Bonito homenaje, recuerdo, a los viajeros del tren de Santiago, a través de la lectura. Una detalle insignificante, ante tanta desgracia.
Buena selección de libros para el curso que viene. Me gusta la sugerencia de Cortázar y Pardo Bazán.
De los libros en los trenes, o el metro, me pierde la curiosidad por saber qué libro lee el que llevo cerca de mi, no lo puedo evitar. O sea que leo poco.
Mientras tanto,que pases buen verano.

Abrazos.

Myriam dijo...

¿Así que Pardo Bazán y Galdós tuvieron un romance de 20 años? Claro que no le puedes hacer ningún asco a Dna Emilia... Será interesante conocer su obra.

Besos

lichazul dijo...

cuantas víctimas en accidentes suman y engordan las estadísticas a diario PEDRO
en todos partes del mundo, y más aún en los coletazos de las guerras, en las redadas de drogas etc etc

un abrazo

Tomás Martinez dijo...

Hola Pedro si me permites recomiendo un libro maravilloso sobre el realismo mágico, de Juan Rulfo "Pedro Páramo" una pequeña obra maestra.

Revulsivamente dijo...

Vaya! yo estoy acabando el Muñoz Molina Todo lo que era sólido. Aunque disponga de muy poco tiempo, en ese intentaré participar.

Un abrazo fuerte y que tengas un feliz Agosto (pero no te agostes: tú, da caña)

andandos dijo...

Tomo nota, Pedro. Hasta me permito sugerir uno: Paseos con mi madre, de Javier Pérez Andújar, pero, como te he dicho alguna otra vez, me fío de ti.

Un abrazo veraniego