jueves, 27 de junio de 2013

De la tensión histórica al costumbrismo familiar en El Hereje y noticias de nuestras lecturas.


El cáracter se gesta en la infancia. Las condiciones familiares, las circunstancias en las que uno nace y las relaciones familiares son el caldo de cultivo de lo que seremos. En gran medida, Delibes ha trabajado con esta idea en gran parte de su obra: Las ratas o Los santos inocentes son la gran expresión de esta idea.

Delibes pasa de la tensión histórica del magnífico Preludio de El Hereje al tono costumbrista de los primeros capítulos. Se centra en la familia del protagonista Cipriano Salcedo y, sobre todo, en el carácter de su padre, comerciante vallisoletano de lanas, pasando a describir el difícil embarazo de la madre, el fallecimiento de esta tras el alumbramiento y las cambiantes y diferentes emociones que el padre experimenta en los meses siguientes. El contraste entre el Preludio y estas primeras páginas es brusco y alejan El Hereje de la narrativa histórica al uso. Sin duda es algo buscado por Delibes: sumerge primero al lector en el oscuro ambiente histórico de la época para llevarlo después a la intimidad del hogar de los Salcedo. No todos los lectores habituales de la novela histórica admitirán este contraste. Delibes ha roto la expectativa inicial: no estamos ante una novela histórica de misterio ni de investigación, sino ante una novela histórica realista, que busca desentrañar claves sociales e ideológicas. Por eso mismo cuestionó el autor en varias ocasiones que él hubiera escrito una novela histórica, porque sabía lo que le diferenciaba de las que habitualmente se encuentran en las librerías. Sin embargo, Delibes escribe un relato histórico, exactamente histórico, de la mejor manera y sin trucos: reconstruye con verosimilitud cómo debió ser la vida de alguien como Salcedo en aquella etapa de la historia de España.

Estos primeros capítulos sirven, además, para explicar el carácter del protagonista, formado en una ifancia que comienza por el parricidio de su madre -tal y como lo califica su padre- y la extraña relación que tiene con su progenitor. De ahí nacerá su evolución posterior.

Noticias de nuestras lecturas

Os recuerdo que Pancho dedicó a esta novela una serie de entradas que nos sirven de guía en esta lectura.


Mª Ángeles Merino recorre, con todo acierto, la etapa de formación de Cipriano Salcedo. En ella, además, se aprecia el diferente carácter del protagonista y su padre.

Paco Cuesta anota y comenta el trabajo con la lana de la familia de los Salcedo. Una buena contextualización para explicar la ambientación histórica de la novela de Delibes.

8 comentarios:

Myriam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Myriam dijo...

La acabo de terminar por segunda vez, ¡todo un placer de lectura! (menos la parte de la tortura y muerte, obvio). Incluso la bauticé con una taza de té, por accidente (ajjjj), o quizás me la pidió el protagonista que quedó sediento con tanta lectura y re-lectura. La cuestión es que la tengo secándose ahora.

Lo que dices aquí del salto histórico al costumbrista me ha gustado mucho y el planteo de las relaciones familiares, etc.

Este fin de semana preparo mi aporte. Veremos como me sale.

Besos

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Don Miguel Delibes hace que conozcamos a los personajes de sus libros, por dentro, y hasta por las ropas que usan.
La relación del padre con el hijo, perfectamente descrita desde la cuna.

Abrazos

P.D.: (He tenido problemas -de última hora- para publicar la entrada a tiempo. Blogger me gasta bromas, con los tipos de letra, espacios, y demás minucias...)

lichazul dijo...

más de uno se verá en el reflejo
pues lo que dices al comenzar tu reseña es válido no solo para el tiempo pasado sino para todo tiempo vivo

besos y buen fin de semana PEDRO
acá puro frío y lluvias

Francisco O. Campillo dijo...

Es cierto, nuestra patria es la infancia.

Y estoy también de acuerdo contigo en que "El Hereje" no se ajusta a la novela histórica al uso. Delibes sabe construir su obra sin que luego se vean los andamiajes, para eso estamos hablando de uno de los grandes. Y hace algo más que colocarnos a sus personajes en un escenario -como si de un Belén se tratará- para profundizar en la historia y el drama verdaderamente importante para el autor: el que arrastra Cipriano Salcedo. Por cierto, ya no recordaba su nombre.
Aquí no hay ovejas más grandes que el pastor, ni lavanderas sobre papel de plata. Aquí hay Literatura. Y de la buena, por cierto.

pancho dijo...

La capacidad de sorpresa o ser impredecible es una cualidad que toda buena novela que se precie debe contar entre sus aspectos positivos. Cuando te enfrentas a El Hereje por vez primera, choca que junto al despliegue de conocimientos de historia de las religiones del preámbulo o la explicación de la importancia de la imprenta entre los reformistas, pase a la ramita verde a la puerta de las tabernas de Valladolid para indicar que hay cuba de vino nuevo o al cálculo de los cuartillos de vino que corresponden a cada paisano de la época por cosecha.

La mezcla de asuntos como la economía, la Inquisición, la caza, la peste, la vida, el amor, la muerte, los escrúpulos de conciencia... es una constante a lo largo de la novela.

Un abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Tenía razón don Miguel, es una novela pura, una buena novela con un despliegue de documentación histórica, alguna ayudilla del profesor Teófanes...

El susto que nos hubiéramos llevado los lectores de Delibes si nos hubiéramos topado con una novela de misterio. Hagamos literatura ficción: el "código" del hereje, con un arcano misterio que esperásemos desvelar al final de la novela...y chasco al final, el misterio queda en agua de borrajas, lo queman y san seacabó. ¿Un horror no?

Me costó un poco esta vez porque he de confesar que...apenas conozco Valladolid. Tiene fácil remedio. Prometo enmendarme.

Besos, Pedro,feliz presentación arandina.

Paco Cuesta dijo...

Delibes consigue la inmersión del lector en otra época sin tremendismo, ni grandilocuencia. Con sencillez.
Un abrazo