domingo, 26 de mayo de 2013

Llegar a tiempo para morir


Llegar a tiempo para morir es todo un arte que a pocos les es concedido. Casi todas las muertes son un despropósito para el que no estamos preparados. En especial porque vivimos como si fuéramos inmortales. Nacer es otra cosa, mucho más fácil.

21 comentarios:

lichazul dijo...

la muerte siempre llega a tiempo
ella es lo más natural

besos

Campurriana dijo...

Menos mal que vivimos como si fuésemos inmortales. O no...
¡Cuánto se puede aprender de ella!
Lástima que no haya, según parece, segundas oportunidades.

Buenas noches, Pedro.

Marina dijo...

No me gusta hablar de la muerte... ni de la locura. Serán porque ambas me asustan.
Besos corazón.

José María Souza Costa dijo...

Hola.
Estimado, Pedro.
Todas as pessoas tem medo da morte.
Elas não querem deixar este mundo encantado, e, deslumbrado que elas desenham. Por mais religiosas que são as pessoas no fundo elas não acreditam em uma outra Vida. Até por que nunca veio nenhum outro ente querido contar como são as ruas, avenidas ou alamedas do lado de lá.
Por isso, a morte, só é bem vinda entre poetas para canta e decantá-la.
Abraços, do Brasil.

María dijo...

Nuestros padres no nos prepararon de niños para asumir la muerte y verla, de esta forma, de manera natural, ahora nosotros somos incapaces también de preparar a nuestros hijos, siempre veremos a la muerte como algo que no va con nosotros, lejana e intocable, y lo cierto que está ahí, y que, en cualquier momento puede llamarnos.

Un beso.

Alimontero dijo...

Hola mi querido Pedro, un gusto siempre visitarte y leer tus reflexiones siempre tan profundas.
Es verdad que nadie nos enseñó ni nadie nos ha preparado para la muerte, y el poco contacto budista que tuve(el budismo no es una religión, es más bien una forma de vida) fue algo motivador para mi inquietud.
Las plantas se secan, mueren; los animales envejecen, mueren; los días terminan al anochecer: mueren los días y las noches.. etc…

Deseo contarte, y perdona mi atrevimiento, cómo llegué a abrir el blog http://elartedemorir.blogspot.com

Un día “me enteré” que de la misma forma cuando nace un bebé, se necesitan personas especializadas para recibirlos, de la misma forma se necesitan personas, para "despedirlos", conducirlos al pmo plano, y este cuidado no era solamente al enfermo, sino también a la familia…
Mi padre visitaba luego de la oficina, empleado, a enfermos en dos hospitales. Iba donde aquéllos que nadie visitaba. Me compartió este interés suyo y cuando falleció, hace 10 años, me interesó el tema de los enfermos terminales y moribundos, fue así como llegué donde Elizabeth Küble-Ross, medico siquiatra norteamericana, quien dedicó su vida a los enfermos terminales y dejó un gran legado. Me preparé con su asistente,Patricia Elizabeth dentro de la línea del budismo, para asistir a aquéllos que ha fallecido y hacer el acompañamiento durante 49 dias.

De pequeña vi la muerte muchas veces en muchos rostros, empezando por mis abuelos y luego un hermano pequeño. Y en todas las ocasiones fue estar viendo algo “normal”. pena, sentimientos fuertes de apego, vivir duelos, etc….entonces será por eso que ese temor hoy, no lo tengo.. sé que “está contemplado” que así suceda, decía mi padre….;-)

Te pido disculpas por lo extenso de este comentario….

Gracias,

Ali♥

Spaghetti dijo...

Morir es una frivolidad, para el que ha vivido intensamente. Nacer es muy duro pero lo realmente difícil es VIVIR (no sobrevivir).

Abejita de la Vega dijo...

Morimos siempre con algo pendiente...nos llegamos a creer inmortales.

Yo quisiera morir como Victoriano Crémer que, con ciento y pico años, manifestaba su disgusto a las enfermeras del hospital: no puedo quedarme aquí, tengo muchas cosas que hacer.

Besos mañaneros

Myriam dijo...

La muerte siempre llega a tiempo aunque nos encuentre a algunos, a destiempo. Coincido con SPAGHETTI en que lo verdaderamente dificil es Vivir con plenitud.

En mi blog hablé hace tiempo de la psiquiatra que menciona ALI MONTERO Dra. Elizabeth Küble-Ross, a propósito del relato vital que publiqué de mi amiga que falleció poco después de editado. Como te he comentado en otras ocasiones, en mi época de enfermera he acompañado a pacientes terminales -que no tenían familia alguna- a traspasar el umbral, para que se fueran en paz y sus almas se unieran a la Energía Universal. No temo a la muerte. Es más, cuando venga a buscarme, creo que hasta la invitaría a tomar un te. Eso si, que no tenga ninguna prisa.

Estoy de regreso en casa, vivita y coleando, me la he pasado super genial.

Besos

LA ZARZAMORA dijo...

No la temo.
Eso sí, me gustaría que no me avisara, y que me llevase en un plis con ella, sin darme tiempo ni a pensar.

Vivir es mucho más difícil, pero hasta ese recorrido nos colma a menudo de muertes dulces.

Besos, Pedro.

Paco Cuesta dijo...

Cada segundo vivido debiéramos convertirlo en un espacio eterno.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:
A mi pesar, voy retrasada siempre, y lo siento por los que esperan por mi; pero me gustaría -en plena consciencia- ser tardona y hacer esperar a la muerte. Tengo muchas cosas por hacer. Quisiera poder tomar parte y elegir la cita, la hora, el lugar del encuentro...
Se ha llevado ya a demasiadas personas queridas. Odio cuando se adelanta y vence a destiempo, traidora, y cuando va derrotando con crueldad y haciendo sufrir.
En la vida hay demasiadas cosas bellas, pero hay quienes no pueden disfrutarlas.
Por ese motivo, hay que aprovechar y valorar cada segundo.

Abrazos

P.D.: En esta ocasión no estoy de acuerdo con Spaghetti. Creo que lo duro es sobrevivir, vivir es fácil.
Tampoco pretendamos VIVIR, con lo durísimo que es -para tantos- el estar.

Natàlia Tàrraco dijo...

A la muerte llegamos todos vivos (dicho anónimo), añado, y solos. Besitos desde cierto retiro, a veces, pensando en la muerte y en las horas de la vida, un goteo incesante.

Kety dijo...

A nuestro pesar, llegaron, y llegaremos a tiempo...

http://reflexiomes.blogspot.com.es/2008/08/compaera-de-siempre.html

Un abrazo

virgi dijo...

Cuando vamos aprendiendo a vivir, no llega la muerte. Y nunca nos coge preparados.
Besos besos

José Núñez de Cela dijo...

Es verdad. Casi nadie llega a tiempo. Antes llegaba demasiado pronto, ahora, demasiado tarde. Deberíamos vivir y ya está. la muerte es otra cosa.

Ele Bergón dijo...

Nos cuesta, nos cuesta aprender que la vida es el camino a la muerte.

Un abrazo

Luz

Isabel Huete dijo...

Hace años que he dejado de pensar en la muerte. Me di cuenta de que pensar en algo que es inevitable no hace más que paralizarte. Lo importante hoy es la vida, vivir y disfrutar, lo que venga después no me ocupa ni me preocupa. Carpe diem.

XuanRata dijo...

Es cruel esa escala cancelada. Uno nunca está preparado para ciertas cosas. Así que en la muerte más que en ningún otro momento no habrá más remedio que improvisar.

Un abrazo.

matrioska_verde dijo...

siempre me asombró la muerte porque hasta para morirse hay que tener suerte, o al menos, así lo veo yo.

hay a quién morirse le resulta fácil, apenas un suspiro... uno se acuesta una noche y ya no se despierta más... en cambio en otros casos, el que tiene que morirse se agarra a la vida, o la vida se agarra a él, "vaya usté a saber", y suspira, y alienta, doliente, y un día y otro día...

ojalá se puediera decidir.

biquiños,

dafd dijo...

Hay gente a la que le sobra tiempo, y otros a los que les falta. Y también los hay a los que les falta siempre el tiempo porque solo lo quieren para sí.