lunes, 25 de febrero de 2013

De perros y amos


Cervantes parodió la novela picaresca en El coloquio de los perros: hizo que los protagonistas fueran dos perros, Cipión y Berganza. Ellos mismos se extrañan de tener el don de la palabra y el razonamiento y quieren aprovecharlo para contarse sus vidas: autoconciencia en la que está condensado todo el juego literario con el que Cervantes dinamita el género desde dentro, ampliándolo. De los sucesos de sus vidas concluyen una gran lección sobre la insolencia de los individuos que se acogen a la sombra de sus amos y que, desaparecidos estos, no dejan de mostrar lo poco que valen:

CIPIÓN.-   Una muestra y señal desa verdad que dices nos dan algunos hombrecillos que a la sombra de sus amos se atreven a ser insolentes; y si acaso la muerte o otro accidente de fortuna derriba el árbol donde se arriman, luego se descubre y manifiesta su poco valor; porque, en efeto, no son de más quilates sus prendas que los que les dan sus dueños y valedores. La virtud y el buen entendimiento siempre es una y siempre es uno: desnudo o vestido, solo o acompañado. Bien es verdad que puede padecer acerca de la estimación de las gentes, mas no en la realidad verdadera de lo que merece y vale.

En efecto, no hay peor soberbia que aquella que emana de ser el perro de otro y cumplir con sus directrices. La mediocridad, amparada y dirigida por el poder, siempre está en la base de la corrupción moral de una sociedad. El poderoso juega con esta baza, sabe que este tipo de individuos jamás muerden la mano que los alimenta y cumplen fielmente las instrucciones dadas sin cuestionarlas. A cambio, solo piden un poco de pan y alguna caricia en el lomo que premia su fidelidad. Eso sí, a la sombra del poder suelen tener un margen de maniobra para su propio beneficio siempre que este no afecte al de sus amos sino que lo aumente. El sistema tiende a perpetuarse mientras el perro mantenga afilados sus dientes y los que pasen a su lado le teman más incluso que a su amo. Siempre me han llamado la atención aquellos carteles con la leyenda de Cuidado con el perro. En realidad, a quien deberíamos temer es al amo que enseñó a morder al perro. Cuando el amo desaparece, el perro que anda suelto acaba por desorientarse. El cartel nos aparta del verdadero responsable porque somos fáciles de confundir.

Cervantes, que era muy sabio, quiso jugar con todo esto. En realidad, el diálogo de Cipión y Berganza es fruto del estado febril del alferez Campuzano, protagonista de la novela anterior, El casamiento engañoso, que cura en el hospital una enfermedad de trasmisión sexual, lo único que sacó de un matrimonio al que acudió por lana y salió trasquilado.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hay tantas clases de amos!
De casi todo, los sumisos y soberbios, salen trasquilados, y para más inri, suelen hacerlo quejándose de su suerte.

Spaghetti dijo...

¿cómo es ese triste refrán?---Dame pan y llámame perro---pero hay otro que dice ---a perro flaco todo son pulgas---No sé lo que hoy me ha traído al refranero (cuando es algo que detesto en la conversación), pero así es.

Myriam dijo...

¡Qué sabio Cervantes y que actual!.

Me gustaron las dos novelas y me pareció genial que la segundo surgiera como sueño febril del alferez.

Los políticos y etc deberían leerte y leerlo.

BE3SOS

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Su entrada me ha recordado que tengo pendiente seguir con las 'Novelas ejemplares', en mi blog. Y con Cipión y Berganza, he ido hasta ésta de mi paisano Paco Cuesta.
Y he pensado en la estatua de Cervantes, y en el frío que debe de hacer esta noche en Burgos.
Copio: EL COLOQUIO DE LOS PERROS –Colección Austral-Espasa.Calpe,S.A-
PÁG.234-“...Vámonos al Espolón a recrear los ojos del cuerpo, pues ya he recreado los del entendimiento.
-Vamos – dijo el alférez.
Y con esto, se fueron.” FIN

Saludos.

São dijo...

O cão está solto? Espero que sim!

Em Portugal , há o dito " os cães de palheiro não comem nem deixam comer"...

A submissão e o servilismo são algo que me enoja, sabes?

Querido amigo mio, sê feliz!

Magui dijo...

O que mais tem é gente mediocre querendo passar-se por genial e grande lider. Nossos tempos coincidem com os de Cervantes.
Saudades daqui!

Merche Pallarés dijo...

Como siempre, mi admirado Cervan ¡tan actual! Lo que dice Cipión me ha recordado al "perro" Bárcenas... Besotes lametones, M.

Abejita de la Vega dijo...

No sólo los bárcenas, hay perros de esos en todas partes, a muchos niveles, yo conocí algunos en ámbitos educativos, aunque parezca increíble.

Como dice Merche, nuestro Cervan es intemporal.

Besos

José Núñez de Cela dijo...

"no hay peor soberbia que aquella que emana de ser el perro de otro y cumplir con sus directrices"

Excelente frase. Ahí tenemos la base que sustenta el sistema clientelar y corrupto, donde quienes más beligerantes se muestran son aquellos que pretenden acceder a un trozo de pastel podrido haciendoles el juego a quienes consiguen sacar tajada a costa de todos.

Como han comentado por aquí, ese tal Cervan acierta siempre

prestiti inpdap dijo...

Y es que tienes mucha razòn,deberia cambiarse los letreros ,es una idea muy original poner "cuidado con el amo" y quien sabe si algun dia esa idea se plasme.Un abrazo

omar enletrasarte dijo...

Cervantes sigue vistiéndose de El Quijote, pues cuanto más sabes de él, más te identificas con su luch...digo locura
.
el abrazo de siemrpe

Paco Cuesta dijo...

¡Cuantas buenas lecciones pueden sacarse de un buen autor!
Gracias Pedro

Natàlia Tàrraco dijo...

CAVE CANEM, invento romano, un mosaico en las entradas de sus casas, quien avisa no es traidor.
Besito.

Luis Antonio dijo...

Se puede presumir de muchas cosas, pero presumir de ser perro de otro es harto penoso... Supongo que redunda en beneficio propio. Hay gente para todo...

matrioska_verde dijo...

me pasó como a Merche, en seguida pensé en Bárcenas, es que lo tenemos hasta en las sopa y no es para menos.

es increíble cómo nos parecemos los humanos, da igual de la época que vengamos... Cervantes pensó y escribió cosas totalmente de actualidad.

biquiños,

dafd dijo...

Mi abuela me contó el caso de un pastor que maldaba de comer a su perro, y le calentaba el lomo con el palo. Al final, el animal se revolvió contra el amo quien, de no ser por otros pastores que acudieron a su socorro, acaba con el cuello muy proporcionado para que le entre un anillo y aún le sobre.