sábado, 10 de noviembre de 2012

La hora del compromiso, noticias de nuestras lecturas y propuestas para el Club de lectura de La Acequia



El lector de Julio Verne narra la historia del compromiso ideológico en la lucha antifranquista, sus causas, el contexto sociológico en el que se desarrolla y su evolución a lo largo del tiempo hasta la Transición a la democracia que se dio tras la muerte del dictador. En la materia narrativa pesan mucho más los hechos ocurridos a finales de los años cuarenta, cuando el protagonista era un niño, que lo sucedido a partir de ahí, que se trata casi como los antiguos epílogos de las novelas realistas en los que, en pocas páginas, se daba cuenta de lo que había ocurrido con los personajes de la historia narrada.

A pesar del poco espacio narrativo que ocupa lo que le sucede a Nino en el resto de su vida, en estas páginas encontramos unas claves de comprensión de la actitud con la que la autora encara la historia que narra. El protagonista vive aun -mentalmente- en el monte. Lo vivido en su pueblo natal, las actitudes de las gentes a las que conoció, la necesidad de comprender los silencios tanto como las palabras, lo intuido en la Casa Cuartel de su infancia, la forma de actuar de su madre y de su padre, etc., explican todo lo que es, desde su habilidad para no ser detenido hasta su emoción al recibir el reconocimiento de Pepe el Portugués. Pasando por algo significativo: la defensa del compromiso mantenido por aquellos guerrilleros de su infancia y la tela de araña en la que consistían sus relaciones con la gente del lugar. Es desde este núcleo de pensamiento desde el que Almudena Grandes afronta la materia narrada y por eso mismo se explica que el libro sea, sobre todo, la narración de lo ocurrido en aquellos años cuarenta en los que terminó una forma de lucha contra la dictadura para comenzar otra.

El simbolismo del crecimiento físico de Nino en ese tiempo visualiza esa toma de conciencia del muchacho, explicada a partir de sus relaciones emocionales más que ideológicas: su relación con Pepe el Portugués, pero también la forma en la que sus padres se defienden para sobrevivir en una situación como aquella, así como en la conciencia de que una leyenda como la de Cencerro solo pudo darse en aquellos tiempos y nunca en unos más modernos. Así lo explica también la autora en la nota final que acompaña a la novela.

De esta forma, narrando los acontecimientos desde la óptica de un adulto que recuerda lo que vio de niño intentando conservar la forma en la que un menor comienza a comprender el mundo sin tener todas las claves, en una época en la que todo eran silencios y ocultación y se tenía que expresar con símbolos como la ropa tendida o canciones populares aparentemente inocentes, consigue la implicación del lector con lo narrado. Eso sí, solo si el lector está dispuesto a no entrar en el libro con prejuicios ideológicos.


Noticias de nuestras lecturas

Luz del Olmo confiesa su relación con este libro: esta confesión suya es parte de lo que atrae o repele al lector de la novela de Almudena Grandes. Aceptar la relación que tenemos con esas emociones explica si podemos o no avanzar hasta el final del texto.

Mª Ángeles Merino llega, en su relato ilustrado y oportuno -ahora diálogo con Nino- al momento en el que todo plasma el cambio que se introduce en el personaje, poseedor ya de secretos que deberá callar durante tantos años...

 Propuestas para el Club de lectura de La Acequia

Esta es la última entrada correspondiente a El lector de Julio Verne, aunque seguiré dando cuenta de las que publiquen aquellos que hayan seguido esta lectura. Aunque he meditado mucho sobre la continuidad de esta sección -tanto en el formato virtual como en el presencial-, así como de mi blog -confieso ahora que he estado a punto de cerrarlo en las semanas pasadas-, sigo agarrándome a la idea original del proyecto y continuamos adelante.

Para ajustar el ritmo de la lectura en La Acequia con la que se da en el Club de lectura presencial que mantengo en las aulas de mi Universidad y facilitar la organización de aquellos que siguen las lecturas que propongo, haremos una pausa de unas semanas en las que seguiré publicando entradas los jueves, aunque, en este caso, sobre el placer de la lectura. Os animo a aquellos que queráis hacerlo, que contéis vuestras experiencias como lectores, de las que daré cuenta aquí los próximos jueves: cuándo os iniciasteis a la lectura de libros y con qué títulos, qué obras os han marcado, qué supone para vosotros leer, diferencias generacionales que observáis con los lectores más jóvenes de ahora, nuevos formatos, etc.

Una vez coordinados ambos formatos del Club -el virtual y el presencial-, seguiremos leyendo por este orden:  la trilogía de Pío Baroja La lucha por la vida nos ocupará tres meses, como ya os anuncié antes de verano, en diciembre-enero leeremos La busca (1904), en enero-febrero Mala hierba (1904) y en marzo-abril Aurora roja (1904). En abril, La marca del meridiano (2012), de Lorenzo Silva (2012); en mayo Campos de Castilla (1912) de Antonio Machado. Finalizaremos en junio con la lectura de El Hereje (1998) de Miguel Delibes, para la que contamos con la inestimable aportación que hizo nuestro querido Pancho en su blog hermano, la mejor guía de lectura sobre esta obra. A propuesta de los participantes en el club de lectura presencial, se organizará, como fin de fiesta, una visita a la ruta que, en la ciudad de Valladolid, se celebra por los lugares en los que trascurre esta novela, con comida incluida. Por supuesto, la participación en esta excursión está abierta a todos aquellos que os apuntéis, aunque hay cierta limitación de plazas. Ya os avisaré en su momento de cómo podéis inscribiros.

Esta entrada no pudo publicarse el jueves pasado,
 espero que sepáis disculpar la falta 

 

15 comentarios:

Myriam dijo...

Que bueno lo de la pausa porque todavía estoy viajando, pero cuenta conmigo para las próximas lecturas. Pero que leo: ¿Cerrar La Acequia? ¡¡uff menos mal que lo reconsideraste!! no nos des esos sustos, por favor...

Besos desde Córdoba.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda :

En este libro de Almudena Grandes, se nos van descubriendo página a página pequeños detalles que son claves para entender -en perspectiva- los comportamientos de los protagonistas y su mundo.
Nos convertimos en niños como Nino, y según avanzamos en la lectura vamos creciendo con él.
Habría escogido muchos pasajes interesantes para comentar, pero entiendo que sería como desvelar la trama de una película de Alfred Hitchcock.
Me apuntaré los siguientes libros. ‘El hereje’ será una relectura agradable.

Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

Os seguiré en las lecturas aunque me borraré de la trilogía barojiana. La excursión delibiana por Valladolid suena muy apetecible. Me encantó "El hereje". Besotes vallisoletanos, M.

Anónimo dijo...

!Menos mal que solo ha sido un susto¡, y no cierras "La acequia", me daria mucha pena porque disfruto mucho leyendo el blog.
Me sumaré en Diciembre a la trilogía de Baroja, e intentare comentar en la medida que pueda, ya que hay mucho nivel.
Gracias Pedro.

Rita.

Abejita de la Vega dijo...

Dices: "sigo agarrándome a la idea original del proyecto y continuamos adelante". Y yo digo que nos agarremos y continuemos, aunque esto no sea como antes; porque las personas, las motivaciones y circunstancias cambian, es normal que sea así. Y los caralibros y los pío pío hacen competencia a los Blog, más trabajosos.

Una lectura inolvidable la de "El lector de Julio Verne", ha merecido la pena seguir el crecimiento de Nino Cristino. Un huequecito satisfactorio entre miércoles y jueves ,entre el tecleo de las cosas para clase, abundantes este curso, más asignaturas…dale que dale a estas teclas machacadas por alguien que no aprendió ni siquiera la mecanografía del qwert.

Baroja, uy, no sé.., si pude con la sonata de invierno...igual le encuentro gusto a esos ambientes tan sórdidos.

Silva y Delibes, encantada de la vida. La guardia civil Chamorro es vieja amiga. Y me apunto a la ruta del hereje, la de papel y la otra.

El placer de la lectura, buen tema. Algo saldrá.

Besos y que no cunda el desánimo.






Kety dijo...

Pedro, agradezco que no cierres el blog, para mi, es asistir a clase aunque sea en silencio.
Ya estoy acabando El lector de Julio Verne
Un abrazo

Bertha dijo...

Eso, eso :que no cunda el desánimo cómo manifiesta Avejita.Entre todos empujaremos este carro.

Nos alegra saber que esto sigue porque vale la pena de verdad.Es un rinconcito dónde una aprende en silencio.

Aunque soy la última de la clase pero me entero eh!

Lo de la excursión me parece una buena idéa que la disfruteis.Y a la próxima me apunto.

Un abrazo Pedro.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Acabo de leer por ahí que lo vivimos entre los siete y los trece años determina nuestra identidad y constituye la razón de ser que después se andará buscando. Me da la impresión que el texto del libro que estás analizando se corresponde con ese punto de vista.Me quedo meditando...
Un abrazo

lichazul dijo...

cómo puedes pensar en cerrarnos tu agua???

eso no va con el hombre aguerrido que he leído una y mil veces

besos

Asun dijo...

Con el cambio de trabajo ando bastante escasa de tiempo, así que creo que de momento me voy a desmarcar del club de lectura porque no me veo capaz de cumplir con los plazos de lectura, de hecho éstos dos últimos meses apenas estoy leyendo por falta de tiempo. Eso sí, seguiré pasándome por aquí siempre que pueda.

Un beso, Pedro.

Edurne dijo...

Yo leer, leo, de hecho, la trilogía barojiana me está esperando, en orden (y concierto). Lo que no puedo garantizar es elaborar comentarios largos como trabajo para publicar en el blog. Eso sí, por aquí dejaré siempre mi impresión.

Y menos mal que el agua de la Acequia todavía sigue fluyendo, qué susto, por Dios!
;)

Un abrazo!

Isabel Barceló Chico dijo...

Comprendo la necesidad de descansar. Y auguro que será para bíen. Un abrazo, querido amigo.

LA ZARZAMORA dijo...

Cerrar??

A menudo me lo he planteado, lo sabes. Es más, lo he hecho sin dar más explicaciones.
Hay etapas no virtuales que necesitan de todo nuestro tiempo y dedicación.

Pero sin tu rinconcito que siempre me ha aportado tanto, me faltaría algo.

Baroja, será que no. Pero a ese Hereje igual me apunto.

Un beso, Pedro.

pancho dijo...

El odio enloquece a las gentes. Una vez instalados en la locura se pierde la medida de las cosas y es fácil despeñarse por la tiniebla de la sinrazón. Después se tardan décadas en recomponer lo desbaratado en un momento de ofuscación.

Las lecturas de Julio Verne, Doña Elena y Pepe el Portugués introducen al protagonista en la senda de la lectura. Representan su guía por el mundo oscuro. Son el viaje iniciático de Nino a través de la cultura, lanzado a la búsqueda de la reconciliación entre los dos bandos y su lucha futura.

Como siempre, será interesante leer tus reflexiones sobre la lectura.

Don Pío no es Valle-Inclán, pero volveremos a leer la trilogía de unos personajes en su lucha por la vida a principios del S. XX. Aquellos sí que eran problemas y no éstos que ahora nos inventamos a diario.

Siempre es de agradecer que un blog grande, de los primeros del escalafón, se acuerde de los pequeños. La figura de Don Miguel Delibes se agranda a pasos agigantados desde su desaparición. Gracias por tus palabras y por el enlace. Esperemos que haya aglomeración y no quepamos en el Campo Grande. Por hacer fuerza, en caso de que nos quieran hacer lo mismo que a Cipriano.

Myriam dijo...

Gracias a Pancho lei en su momento El Hereje, asi que será un placer releerlo contigo. Sabes que he leido mucho libros de M. Delives que me encanta. Los otros libros los conseguí a todos y ya los tengo en la maleta.

Besos.