martes, 27 de noviembre de 2012

¿Cuántas veces puede uno reinventarse?


¿Cuántas veces puede uno reinventarse? Hay culturas en las que rehacerse es un valor: cada cierto tiempo uno cambia como las serpientes de piel. En otras, se carga con el pasado y uno tiene que lidiar con él. La forma en la que se trasporta esta carga no tiene nada que ver con la misma carga sino con la actitud con la que se lleva encima. A veces veo, perplejo, la capacidad de algunas personas para ni siquiera notar el peso del daño que han hecho a otras personas, las heridas que les han causado y pasar junto a sus víctimas sin ningún remordimiento, casi con la misma perplejidad con la que veo personas sumidas en la culpa incapaces de superar los errores cometidos. Todo extremo es malo. El primero porque impide comprender los defectos de la propia forma de ser y pedir perdón a quienes dañamos. Hay mucha soberbia en algunas personas, uno de los defectos humanos que menos comprendo y más me desarman, gente que jamás reconocerán en voz alta haber hecho nada que pueda haber provocado la herida de la persona que tienen enfrente y que suele ser aquel que está más cerca y recibe, inadvertido, el peor de los golpes puesto que es el que no se espera. O que, si piden perdón, lo hacen de forma tal que se violentan tanto por dentro que acaban arrojando la petición como quien da un puñetazo. Estas personas están condenadas a no sentir la verdadera emoción de pedir perdón y perdonar de verdad. En el otro extremo, en tiempos de libros de autoayuda y psicología de baratillo, se insiste tanto en pasar página y medio aprender de la experiencia, que se tiende a que todo sea demasiado superficial y nada cale. Veo demasiadas personas que han optado por la superficialidad en el trato con los otros: se pierden el verdadero calor humano y se tiene la ilusión de que con esa condición nada podrá herirles. Tampoco nada les hará humanamente felices jamás. ¿Cuántas veces puede uno reinventarse? Tantas veces como uno sea capaz, desde lo más profundo, de perdonarse y perdonar. Si no se hace así, solo se cambia de máscara provisionalmente.

22 comentarios:

El Gaucho Santillán dijo...

Reinventarse.

Yo ya no puedo. Para ser un malnacido, hay que nacer así.

Moriré en la mía, amigo.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Perdonarse uno mismo es algunas veces más dificil que perdonar a los otros. La soberbia suele ser el "pecado" de los que se mienten a si mismos.

Spaghetti dijo...

Cuantas veces? Hay que reinventarse constantemente, adaptándose al medio y a los cambios. Los que se creen inamovibles, permanecerán en el error.

Merche Pallarés dijo...

Me ha gustado mucho este post. Besotes "soberbios"..., M.

matrioska_verde dijo...

no puedo estar más de acuerdo en todo lo que dices, Pedro, te lo digo de corazón...

dices que la soberbia te desarma, y a mi también, pero además añado que esas personas soberbias me dan mucho miedo... miedo por el alcance de lo que pueden ser capaces de hacer y miedo por su falta de empatía y humanidad...

cuando uno es sensible a uno mismo y hacia los demás sufre mucho pero también es muchísimo lo que gana... me costó mucho aprenderlo, incluso tuvo que aprenderlo de la mano de alguien que me estaba ayudando pero lo aprendí y hoy lo valoro y lo atesoro.

así que sí, reinventémonos todo lo que podamos porque es la única forma de avanzar y de vivir esta vida con dignidad.

biquiños,

Kety dijo...

Cuando un jarrón es cuadrado, es cuadrado toda su vida.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Pedro, como me ha gustado esta entrada,estoy completamente de acuerdo con todo lo que dices, yo tampoco puedo con la soberbia, que parece un mal muy común.
Pero creo que es bueno reinventarse, siempre que sea para cambiar a mejor, a pensar con el corazón y con el alma, a vivir y dejar vivir.

Rita.

Natàlia Tàrraco dijo...

Hasta que nos dé el cuerpo y el ánimo, nunca se termina.

Abejita de la Vega dijo...

Nos reinventamos todas las veces que haga falta,vivimos varias vidas en una, el mañana no lo sabemos ni podemos imaginarlo.

El zorro cambia el pelaje pero no las mañas. Conozco soberbios como esos que tan bien pintas. ¿Cómo se sufren a sí mismos?

Besos

Pluvisca dijo...

Defines bastante bien los dos tipos de personas, los humanos nos vamos a los extremos ya sabes...

El que nunca se siente culpable es el que más abunda y el otro se hunde en su culpa...no nos enseñan a hacer introspección y sin eso, dificilmente podemos reinventarnos...

pancho dijo...

Como son raros los que confiesan haber sido miserables en algún momento de sus vidas, se valora en su justa medida los perdones de los arrepentidos "que hieren como amenazas". Saber lidiar, he ahí el quid de todas las cosas. Y siempre dar y darse segunda oportunidad, o tercera si es menester. Qué mal me sientan los ungidos infalibles.

José Núñez de Cela dijo...

Prefiero evolucionar a reinventarse. Saber de donde se parte y asumirlo, contradicciones incluidas. AL final del recorrido puede llegarse al lugar deseado ... o no, ... y volver a empezar. Es eso reinventarse? pues vale, a reinventase, dejando atrás, eso si, toda la soberbia.

virgi dijo...

Reinventarse continuamente Y perdonar, sí...pero ¿a todos?
No sé...
Besos

Unknown dijo...

Cuando una persona es incapaz de reinventarse... mala señal.
Esta muerta.
A lo largo de nuestras vidas y pase lo que pase,hay que reinventarse una y mil veces, seguro con la vida.
Aunque existen personas que no aceptan un NO por respuestas,entonces se enrabietan y solo procuran destruir a los dem@s e icluso a ell@s mismos.
Que pena!

Montserrat Sala dijo...

caramba profesor: dificil lo pones hoy. Yo creo que uno se puede reinventar tantas veces como la imaginación le permita. Pero la verdad es que solo tenemos una personalidad, que nos es dada al nacer , y que morimos con ella
Un abrazo.

Juan Luis Garcia dijo...

No me gusta la palabra reinventar, yo simplemente trato de evolucionar y me esfuerzo en hacerlo sin malas influencias externas.

dafd dijo...

La reinvención de la que hablas se parece un poco a un reset de ordenador. Pero, además de borrar la memoria, se reconfigura el sistema operativo en uno nuevo. Muy práctico. No hay rencores, ni pesadumbres. El procesador queda limpito y ligero. La verdad, es una tentación muy poderosa.

Isabel dijo...

Has explicado muy bien los dos extremos, después estamos los que quedamos en medio, que tenemos un poco de los dos lados, según las ocasiones. Lo importante es saber reconocerlo e intentar mejorar día a día, o lo que es lo mismo, querer ser cada día mejor persona. Besitos Isabel.

Edurne dijo...

La soberbia es terrible.
Pienso que los soberbios se pierden lo mejor de la vida. Procuro alejarme de ellos lo más posible.
Son estáticos, ellos, y ellas, no evolucionan, no avanzan, no se reinventan...

¿Y los demás? Pues los demás, creo que hacemos lo que buenamente podemos. Unas veces las ataduras nos dejarán mayor libertad de movimientos y podremos... pero otras no nos quedadrá otra que lidiar el toro, arrastrar la carga...

Besos, sin nada de soberbia!
;)

Myriam dijo...

Suscribo. ¡Qué bien lo has dicho!

Ele Bergón dijo...

Creo que sí, nos reinventamos constantemente y que es bueno que lo hagamos, pero también pienso que quizá haya un fondo en nostros inamovible que nos hace repetir la misma conducta a lo largo de los años, aunque pensemos que ya lo habíamos superado.

Para mi lo más importante es conocerse de verdad y sin engaños y actuar en consecuencia. Sobre todo mi lema es "no hacerse daño", es seguro que así tampoco se hiere a los demás.

Besos

Luz

lichazul dijo...

no lo sé, supongo será con cada amanecer
reinventarse es renacer
y qué mejor oportunidad para vivir la vida!!


besos