sábado, 15 de septiembre de 2012

¿No hemos votado este cambio de sistema?

En España se ha generalizado la opinión de que el Gobierno actual ha traicionado a sus votantes puesto que toman medidas contrarias a las que figuraban en el programa electoral con el que se presentaron a las últimas elecciones generales que ganaron por mayoría absoluta. En efecto, son muchas las contradicciones entre lo que se hace ahora y lo que se dijo que se haría o no se haría durante la campaña electoral o, incluso, en los primeros meses de la legislatura. En ocasiones no ha pasado ni una semana entre la promesa de que no se tomaría una medida y el hecho de que se tomara, hasta el punto de que se ha convertido en chiste de actualidad el dar por hecho que se hará inmediatamente aquello que se dice que no se va a hacer.

Esto es tan evidente que, en los últimos días, cada vez que se dice que no se tomará tal o cual decisión temida por la población se añaden coletillas como "por ahora" o "si no cambian las cosas" o similares. La explicación del Presidente del Gobierno ha sido de manual: ha tenido que enfrentarse a una realidad que desconocía y que le ha obligado a tomar medidas que no le gustan y que no hubiera tomado en otras condiciones y que promete corregir en cuanto pueda, como si no hubiera sido obligación suya la de conocer la realidad cuando se presentó como candidato, más cuando gran parte de lo que decía desconocer eran realidades gestionadas por presidentes de autonomías de su propio partido. Todo esto ha provocado, entre sectores de oposición, entre los afectados por las medidas, los que se han sentido traicionados -por más o por menos- y los descontentos porque las medidas no logren los objetivos prometidos -más empleo, control del déficit, racionalización del gasto y mejora de la economía- una sensación de que se ha traicionado uno de los pactos democráticos no escritos: el que un gobernante debe gobernar de acuerdo a lo que se prometió en el programa electoral con el que se presentaba. Por eso, hoy se ha pedido, en una exitosa manifestación celebrada en Madrid, convocar un referéndum al que deben someterse todas estas medidas tomadas en los últimos meses, contestadas también por los convocantes, agrupados por sectores afectados.

En realidad, en España nunca han importado los programas electorales y poco las promesas verbales de los gobernantes. Así nos va. En la historia de la democracia española reciente hay unos cuantos casos que lo demuestran. Junto a los millones de personas que votan por afinidad ideológica hay otros cuantos millones que lo hacen por impulsos de cómo les van las cosas en los meses inmediatamente anteriores a las elecciones y quién le dice las cosas que quiere oír, casi siempre en contra de aquel a quien no vota, más que a favor de a quien vota. Curiosamente, son estos votantes los que suelen decidir el resultado: tanto quién gana como si lo hace por mayoría absoluta o no. También lo deciden aquellos que no van a votar porque aquellos a quienes votaron la última vez les han defraudado. Todo esto es decepcionante, pero es parte del juego democrático aunque aceptarlo no nos debería llevar nunca a la resignación de no intentar que la mayor parte de la gente sepa qué votar de forma más consciente.

Aquellos que han votado en las últimas elecciones al actual partido en el poder o han dejado de votar, favoreciendo que se obtuviera una mayoría absoluta que, sumado al control que tiene en los gobiernos autonómicos y locales, le hacen con un poder como jamás ha tenido ningún partido político desde 1975, si lo han hecho por razones que no son las de la afinidad ideológica pueden tener motivos para sentirse engañados puesto que se les habían prometido cosas contrarias a las medidas tomadas en lo que va de legislatura, pero no del todo.

En el partido en el gobierno se venía observando una tendencia hacia la radicalización de las medidas neoliberales. En realidad, era algo que ya estaba asentado en este partido desde la primera legislatura de José María Aznar (abierta en 1996), cuando se basó el desarrollo económico en la liberalización del suelo y el impulso del sector de la construcción siguiendo una forma fácil de progreso económico que había fracasado en otros países antes y que, junto a la crisis financiera internacional, son la raíz de la crítica situación española actual sobre todo porque cuando accedió a la Presidencia José Luis Rodríguez Zapatero en 2004 no quiso o no pudo pararlo y junto a acertadas medidas sociales fue muy desafortunado en la gestión que debería haber previsto la crisis económica y sus consecuencias, como le advirtió su propio ministro de Economía Pedro Solbes, advertencia que, según los expertos, le costó el cargo.

No puedo comprender que se haya podido votar en noviembre del 2011 desconociendo esta tendencia interna del actual partido en el gobierno, sobre todo porque este partido ya gobernaba en gran parte de España. Lo único que ha ocurrido es que la crisis económica ha servido de excusa para acelerar la toma de medidas que el sector más duro de los conservadores españoles tenía en cartera y que suponen un cambio radical de las normas de juego sociales del país: recortes del sector público que implican un retroceso brutal de cuestiones que han constituido el estado del bienestar, en especial en educación, sanidad y cultura. Incluso las formas con las que defienden estos recortes, tan criticadas, venían siendo habituales en los lugares en los que gobernaban aunque entonces, como había dinero público para derrochar, nadie las prestaba suficiente atención o incluso eran tomadas como graciosas formas de hablar. Porque esta es otra de las cuestiones más llamativas de estos meses. Los gobernantes que toman las medidas que afectan especialmente a aquellos que están pasando malos momentos en esta crisis, recortan derechos sociales o prestaciones que hasta ahora se cubrían con el dinero de los impuestos de todos, suelen defenderlas explicando que no podemos seguir derrochando como se hacía y responsabilizan a todos de este derroche, acusando a los ciudadanos por vivir por encima de nuestras posibilidades y alegando que la administración no puede gastar más que lo que ingresa. Lo curioso del caso es que muchos de los políticos que dicen esto -casi todos- han tenido responsabilidades políticas en la aprobación de estas medidas que suponían ese escandaloso derroche en los últimos veinte años. Es decir, son los que han aprobado la construcción de aeropuertos que no eran necesarios, infraestructuras costosísimas y nada rentables, creación de fundaciones públicas que duplicaban innecesariamente la administración, etc. También son los que, al gobernar las Cajas de Ahorro han favorecido el furor hipotecario que ahora pagamos. Y siguen en la política sin asumir la responsabilidad que quieren echar encima de los hombros de los ciudadanos. Es decir, siguen en la política cuando todos ellos deberían haber dejado la política por manifiesta incapacidad para gestionar la cosa pública.

No, no puedo creerme que aquellos que votaran en noviembre pasado desconocieran todo esto porque asumirlo sería lo mismo que pensar que vivo en un país en el que no me gustaría vivir. Quizá hasta aquellos que ahora se sienten engañados y traicionados en su voto porque se han visto afectados directamente por las medias que se han tomado comprendan que la democracia es algo que debe construirse cada día puesto que la política es una actividad que nos compete a todos y no solo a la casta de políticos profesionales que nos ha tocado en suerte. No sé si me gustaría vivir en un país en el que la gente hubiera votado conscientemente este cambio de sistema, pero eso es otra cuestión a debatir otro día.

19 comentarios:

omar enletrasarte dijo...

el retraso ideológico que deviene tras una dictadura, no se enmienda, no se restituye en muchas décadas
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sumemos a ello, las revoluciones traicionadas
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en ese estadio de entendimiento de las consecuencias de los actos cívicos, las masas son irregulares, cavilantes y hasta diría insensatas
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me pregunto ¿Andreu Nin tendría algún voto de los desencantados?
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obviando la respuesta a tamaña pregunta, recuerdo que el mundo, el mundo ideal está en uno mismo y nadie debería negárnoslo
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un abrazo mi querido 'Profe'

María dijo...

Este Gobierno ha mentido desde el principio y sigue mintiendo, no merece estar en el poder, y no sólo eso, sino que sacrifica a los ciudadanos para ayudar a los bancos.

Quiénes hayan votado al PP creyendo lo que prometieron y que han hecho todo lo contrario, se sentirán ahora defraudados, aunque ahora lo estamos pagando todos, MUY CARO.

Un beso.

Mariluz GH dijo...

Sí, señor... y el chocolate espeso.

Un abrazo desde este sur que quiere resistir

Anónimo dijo...

Para mi, como presidente del gobierno seria mas fácil decir: un medico para cada paciente, un profesor para cada alumno, un millon para cada jubilado, etc etc etc, pero la realidad no es otra que la que es y la que es, es; en economia se llama bancarrota; y si a los bancos no les dieran dinero para reflotarlos, ¿ que seria de los ahorros de papa, de mama, de tios, de tias, de parientes, de amigos de .............?, asi que antes de hablar, amigo mio, piensa en el descansillo de la escalera, no en la escalera que estas subiendo. saludos.

Abejita de la Vega dijo...

¿Qué ilusiones se hicieron los ilusos?

Y los que no esperábamos nada bueno, nos encontramos con que lo malo es peor.

Neoliberalismo salvaje, desvergüenza,crueldad, qué paguen el pato los más débiles, humillar a los funcionarios...

Me gustaría ser francesa, al contrario que la Virgen del Pilar.

Das en el clavo, Pedro. Y te salen los espontáneos anónimos, paciencia.

Besos

Anónimo dijo...

Caramba, anónimo amargado, como presidente de gobierno serías un derrochador con esas medidas. Respecto a los bancos, que hay que reflotar... ¿dónde quedó el dinero o la riqueza que dicen tuvieron en otros tiempos? ¿Por qué hemos de pagar los demás sus platos rotos del festín de su burbuja? ¿Por qué no lo pagan sus responsbles?
Son preguntas que hacemos muchos, subiendo o bajando la escalera, con el pensamiento crítico que parece tú querrías amordazar.

Anónimo dijo...

Tienes toda la razón, Pedro. Está claro que las personas que han votado este gobierno sabían de antemano qué tipo de política iban a llevar (y muchos a sabiendas, los seguirían votando) así que a mi no me sirve que muchos se sientan engañados. El Partido Popular siempre ha tenido una política concreta, antisocial y absolutista, así que a mi que no me vengan con milongas.

Cada día que pasa tengo más claro que la política es un engañabobos y que tanto los programas como los mítines y toda la propaganda electoral, son artimañas para engatusar a los más ingenuos e indecisos. Y mira, les ha salido bien.

Pluvisca dijo...

No se quien dijo una vez, que "el pueblo tiene los gobernantes que se merece" pues eso, ahí estan...

Hace ya unos años que me siento cada vez más alejada de esos políticos que nos quieren representar...es como un vacio que no se si voy a volver a llenar...¡que lejos ha quedado mi entusiamos del año 82!

Saludos

Señor De la Vega dijo...

Mi querido Señor Ojeda,

Me temo que esta entrada suya, tiene más de visceral que literaria.
Y bien puede resultar que mirando a lo votado (análisis el suyo bien traído) y causa directa del gobierno que nos desgobierna, nos sintiéramos como sociedad “deprimidos” y por eso acabásemos votándoles. (Vale, que yo no les voté; es retórico señores y señoras lectoras)
Ya dicen que decía, y no con poca razón Lao-Tsé, que “si estamos deprimidos es porque vivimos en el pasado, si estamos estresados es porque vivimos en el futuro y si estamos felices es porque lo hacemos en el presente.” (- ¿dudo que Lao-Tsé utilizase estrés como término? revisaré las traducciones)

El partido Popular, manejó con pura demagogia a una mayoría de españoles en 2011 “deprimidos” (bien llevándoles a su voto, o evitando que votasen), electores que en su fuero interno y también en el externo no deseaban renunciar al patrimonio de crédito y consumismo anterior al 2008 y el PP, decidió recordarles las gloriosas hazañas de su partido (ayudando a crear burbujas), porque en época de Aznar, el discurso no era que ‘vivíamos por encima de nuestras posibilidades’, sino el de “España va bien” o como decía entonces el ministro de fomento de los populares “sí la vivienda está cara es porque somos más ricos que hace décadas” y nos lo podemos permitir.

Ayer 15S, el partido Socialista arengaba (nuevamente en clave electoral) a unos ciudadanos que han pasado en pocos meses (ayudados por los palos y crueles mentiras) al “estrés”, y que de pronto se han instalado a vivir en el “futuro” (futuro Mad-Max) de una sociedad precaria, porque desde la maquinaria propagandística del gobierno (recortamos y recortamos para evitar lo peor, que podría llegar si no lo hacemos) se le suma la lógica aritmética de [sin ladrillo y sin I+D+i], ¿cómo saldremos de esta?, por lo cual, pocos son los españoles (despiertos) que apuesten en el largo plazo (10-15 años) por un escenario que no sea de penuria y travesía fatídica económica y social ¡y de derechos! (no los olvidemos), mucho más cruel que la presente.

Explicar el voto y nuestra ductilidad electoral, en clave orientalista ‘Lao-Tsé’, sería por mi parte muy de Águila Roja, pero desde la óptica de un Zorro barroco y castizo, tendría que sumar matices (muy de fondo y básicos) compartiendo la mordacidad de Don Francisco de Quevedo, que concluyó que “todos los que parecen estúpidos lo son, y además también lo son la mitad de los que no lo parecen”, y el porcentaje de quedar fuera se estrecha para todos, si damos por buenas las palabras del poeta y dramaturgo.

Señor De la Vega dijo...

Esta crisis que estamos viviendo, en mi opinión, no es el triunfo del Capitalismo (que está mostrando su primeros estertores milenarios) sino de los capitalistas, de los ricos-muy ricos, de las clases muy acomodadas. Y esta opinión que hago no se apoya en la China Taoísta ni en la Edad de Oro, son los datos estadísticos, que cualquier puede verificar en Internet.
La Reserva Federal, contrastaba este año que después del crack del 2008, los ricos muy ricos dentro del 1% están aumentando sus ingresos en un porcentaje del 21,5% mientras que el 90% de los norteamericanos los están reduciendo -0,4%; justo lo contrario de lo que sucedió después del crack de 1929, donde el 90% aumentaba en 8,8 y los super ricos los reducían en un -3,4%.
Los datos los volvía a confirmar hace unos días días, el U.S. Census Bureau, con análisis comparativos 2010-2011, donde resulta que el 20% de la población más rica, estaba agregando ingresos a su renta en un 51,1% frente a los mínimos alcanzados tras el 2008, mientras el 60% de la clase media, seguía cayendo en un porcentaje del 45,7% respecto al inicio de la recesión.

En España, los datos son más extremos, porque al contrario de la política americana, aquí las políticas de estímulo, o fueron otro despropósito con el PlanE en los primeros meses (mal gestionado por el PSOE) o han brillado y brillan por su ausencia; recortes en servicios, en subvenciones, en personal, en derechos y aumento de carga fiscal proporcionalmente a los que menos tienen, son las estadísticas españolas. Así el poder adquisitivo se reduce, el nivel de vida se deteriora y la calidad de vida desaparece rápidamente para la mayoría con menos recursos.
La realidad se nos muestra incuestionable, la crisis también en España está resultando una oportunidad para los que más tenían, y está creando un aumento espectacular, continuo y sin visos de cambio en la desigualdad social, según las tendencias estadísticas.


Los datos, si los damos por ciertos (yo los creo), deberían hacernos tomar conciencia, que el camino pasa por tomar el sistema por los cuernos, y replantearnos las bases de nuestra sociedad, en lo económico, social y ético. Pero eso, es un esfuerzo que yo no haré, ni debo hacer por nadie en este comentario.

De momento, para ser felices, no nos queda otra que vivir en el presente, como decía el chino Lao-Tsé, y disfrutar de lo que ahora tenemos. E igualmente trasladar la lucha al presente, el cambio al presente, la indignación al presente, la soluciones al presente, dejando que la estupidez no nos vuelva a poseer en el futuro y que solo nos defina muy estúpidamente en el análisis de lo que fuimos en el pasado.

Un abrazo,
Suyo, Z+-----

Anónimo dijo...

Parece que en este blog, no se puede escribir nada en contra de los pensamientos del autor, le llaman " deprimido ", e incluso insultandole. Espero sepas respetar las criticas, aunque sé, no las compartes, pero no insultar, el respeto a la dignidad de ideas es importante en una sociedad libre y democratica, yo en ningún momento lo he hecho. gracias

Edurne dijo...

Yo suscribo tus palabras, tus reflexiones, y anonadada quedo también con las del señor De la Vega.

No hay nada más que añadir.
Solamente que la tristeza y la pesadumbre se va apoderando de nosotros cada día un poco más.

Yo, desde luego, no creo merecerme este gobierno, no lo voté, ni lo votaría en mil años que viviese... Pero, tal vez también tenga mi parte de culpa, como todos, por permitir tantos despropósitos, viviendo ajena al tsunami que se estaba gestando en las entrañas de nuestras "apacibles" vidas... chí lo sá!

Un abrazo!
;)

Esther Tejero dijo...

Ayer mucha gente en Madrid.Pero no los suficientes para tumbar el desastre de politica que venimos sufriendo decenas de años.Habra que seguir,aunque a algunos ya les va quedando poco tiempo. Saludos

Merche Pallarés dijo...

Alucino que siendo los ciudadanos LA MAYORÍA no podamos desbancar a estos neocons del poder. ¡Cómo saben que nos tienen controlados y les importa un pimiento lo que opinemos porque saben que no tendremos las agallas de asaltar el "palacio de invierno"! Y todo empezó por el tabaco... Besotes asqueados, M.

P.D. Esos anónimos los deberías de borrar. Odio la gente que no da la cara.

Bertha dijo...

Estamos aturdidos con tanta desvergüenza parece que nos condiciona la forma de reaccionar-Se nos queda todo en una perreta pero...eso no nos vale para arreglar este desaguisado

Que nos asista el sentido común para que no hagamos una piltrafa.

Un abrazo

Ele Bergón dijo...

Certero, como siempre tu análisis.
Sigo insistiendo, somos más los perjudicados, así que si nos unimos, podemos cambiar esta realidad que nos han impuesto unos cuantos que son la minoría.

Besos

Luz

lichazul dijo...

el dicho de Pluvisca tiene mucha sabiduría
sin duda quienes eligen a sus gobernantes son los responsables siempre


abrazo

virgi dijo...

Para mí, lo más terrible de todo lo que está pasando son los desahucios y lo de las preferentes.
Cuando en un país se ha llegado a un grado tal de mezquindad y perversión, es que vivimos en un país equivocado.
Mal que nos pese.
Un abrazo más. O varios.

matrioska_verde dijo...

a mí me resulta difícil comprender que alguien vote a un partido cuando no está de acuerdo con su ideología, es decir, si yo no comulgo con las ideas del pp, no voy a votarlo pase lo que pase, antes votaré en blanco o no votaré.

dígase pp o psoe o el partido que sea.

biquiños,