lunes, 17 de septiembre de 2012

Los políticos del derroche y los políticos del recorte

Es bueno insistir en un aspecto de la vida política española al que no prestamos suficiente atención dada la depresión anímica generalizada provocada por la crisis. España es uno de esos países en los que los escándalos derivados de la corrupción no pasaban factura a los políticos en las elecciones. En las épocas de abundancia, los ciudadanos votaban alegremente una y otra vez a los responsables de la locura económica basada en el ladrillo y el derroche. Eran elegidos una y otra vez aquellos cuyos nombres aparecían implicados en casos que terminaban en los juzgados. Incluso hubo pueblos cuyos habitantes acudían en masa a vitorear a su alcalde a la salida de un juzgado en el que se le acababa de condenar a prisión, a cuyas puertas acompañaban para agradecerle que hubiera repartido las migajas que caían del mantel entre ellos.

Si repasáramos los nombres de los gobernantes nacionales, regionales o locales actuales, nos sorprendería ver cómo la mayoría ya gobernaban antes de la crisis o estaban ya en la política en cargos menores pero siempre sosteniendo la política irracional y de derroche de las últimas décadas. Incluso en el Gobierno nacional hay nombres que ocuparon cargos en la época en la que se inició la sinrazón o que han tenido responsabilidades autonómicas o municipales hasta hace poco. Son estos políticos los que decidieron alegremente dar dinero a manos llenas, financiar cosas prescindibles, construir aeropuertos sin aviones, grandes museos en todas las localidades que los pidieran sin pensar en su mantenimiento, infraestructuras sin sentido y carísimas, arrojar millones en proyectos faraónicos, levantar decenas de hospitales donde no eran necesarios, etc. Estos mismos políticos son los que controloraron las Cajas de Ahorro que ahora tienen tantos problemas debido a sus decisiones, los que dominaban las televisiones públicas que se han demostrado ruinosas, etc. El actual partido en el Gobierno ya gobernaba en autonomías y municipios y algunos de sus líderes más significativos vienen de las dos legislaturas de Aznar. El principal partido de la oposición apenas ha tenido un debate serio sobre su propia responsabilidad en los tiempos en los que gobernó.

Curiosamente, son estos mismos políticos los que ahora nos dicen a los ciudadanos que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que se deben recortar los sectores básicos de educación, sanidad y cultura. Entre otras cosas, porque el déficit de las administraciones públicas -que ellos han gobernado en los últimos veinte años- puede acabar con ahogar el país y llevarlo a la ruina.

El ciudadano no es culpable de arruinar el Estado por haber vivido por encima de sus posibilidades porque un individuo solo se arruina a sí mismo y a su familia. El ciudadano, en cambio, sí es culpable por haber votado a esta casta de políticos profesionales que tanta ineptitud han demostrado en las épocas de la abundancia y demuestran ahora en la de los recortes.

Quizá en otras sociedades estos políticos no hubieran renovado en sus cargos por irresponsables y se les hubiera apartado de la carrera pública. Se hubiera evitado así el bochornoso ejemplo de que sean ellos los que ahora nos echen la culpa a nosotros de la crisis solo porque no han tenido la honradez suficiente para dimitir como responsables políticos de lo que está pasando y cuyas líneas principales diseñaron.

16 comentarios:

lichazul dijo...

cuanta razón llevas Pedro!!!
es lastimosamente cierto lo de los políticos, acá no es tan distinto, aunque claro somos menos personas apenas un poco más de 17 millones y no todos votan, pero lo cierto es que los recortes acá igual se han dado en distintas épocas , y nunca se han devuelto ni los dineros ni el bienestar alcanzado
siempre estamos en el borde

los ricos más ricos...los pobres más pobres

besos

lichazul dijo...

pd... lo que ahora se disfraza de pobreza (todo el mundo endeudado con préstamos e hipotecas así como con las grandes tiendas)...un panorama que viciosamente enyuga

María dijo...

El Gobierno no sólo nos culpa de que somos los que tenemos la culpa de que el país esté arruinado por haber vivido por encima de nuestras posibilidades, es que el Gobierno siempre está culpando a alguien, en vez de intentar buscar soluciones a los graves problemas de España, también culpan a los parados porque para ellos son unos vagos y es que no quieren trabajar, a los enfermos por estar enfermos, a los estudiantes porque no estudian, etc, en vez de buscar soluciones lo único que hace es culpar a los demás de lo que ellos no saben solucionar, más vale que dimitan, como ha hecho hoy Aguirre, es lo mínimo que tenían que hacer para no llevar a España al borde de la ruina y desesperación más de lo que la están llevando.

Un beso.

Fe r dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fe r dijo...

Me gustó muchísimo la entrada de ayer, Pedro, pero estaba muy cansada para comentar. Te habría dejado el poema de Machado, Consejos para esa imagen que lo dice todo.

Es paradójico que en Argentina, un país con muchísimos recursos y, según nos dicen los que saben, "rico", suceda exactamente lo mismo que allí: hay épocas de despilfarro y otras de ajustes brutales y restricciones, como ahora.

Y la culpa es nuestra por darles el voto a ineptos y corruptos, pero no hay demasiadas opciones ni renovación en el ambiente de la política: parece que son siempre los mismos dinosaurios.

Hay pocos pueblos que realmente sepan votar, Pedro. El mío no parece aprender.

Un saludo.

Delgado dijo...

Cada nuevas elecciones voto con màs desencanto, no esperaba mucho de las reformas ejercidas por el anterior gobierno del PSOE, y ya me imaginaba que el entrante tampoco iba a hacer las cosas mucho mejor; esto va para largo, y salvo cataclismo, los peones seguiremos votando a los mismos de siempre.

Montserrat Sala dijo...

Del todo de acuedo contigo profesor.
Por decir algo: ¿como se puede votar como presidente a un hombre que negó el chapapote, o lo confundió con un hilillo de plastelin?...sin ir mas lejos!1!!

Saludos.

José María Souza Costa dijo...

El Gobierno, non hace, su licion de la casa, y hace una pertubación ocial
Abrazos

São dijo...

Amigo mio, eu não diria mais nem melhor sobre Portugal!

Que maldição é esta sobre a Ibéria?!

Fuerte abrazo, Pedro

Campurriana dijo...

Y encima se presentan a las elecciones hombres que han sido condenados. En fin, hay cosas que nunca llegaré a comprender. Antes sentía responsabilidad a la hora de elegir en las urnas. Ahora, sólo siento tristeza...

Pamisola dijo...

Aunque cueste reconocerlo, todos tenemos algo de culpa.

Y en las siguientes elecciones, ¿qué hacer para que las cosas cambien si el panorama político no cambia.

Saludos.



Señor De la Vega dijo...

Mi Señor Ojeda, otro gallo cantaría, si la acción, expresión, seguimiento, denuncia y activismo político-social que se está desarrollando este año y medio largo en virtual y real sobre la clase política y financiera española, hubiese estado presente en los años de burbuja inmobiliaria, dícese de 1997 en adelante, y sustancialmente con la entrada del Euro.
La batalla con represión brutal de los gobiernos, (expresión máxima en Génova julio 2001, con el asesinato de Carlo Giuliani en la contra-cumbre del G8), de los movimientos anti-globalización, altermundialismo; fue traumática, y la desactivación en la calle, llegó tras el shock de los atentados de las Torres Gemelas en Septiembre 2001, desde aquella fecha ganó el estado de miedo, la política neoliberal, el consumismo bestial, y fue el nacimiento de la mayor burbuja conocida hasta la fecha (aunque llegarán otras).

El activismo y su respuesta social a las políticas corruptas y neo-liberales de desarrollo especulador (financiero, cultural, ecológico), se mantuvo en underground, soterrado (en vídeos, buenos documentales, informes, análisis, foros, ateneos, expresiones culturales, esporádicamente el movimiento okupa y otros alternativos, siempre marginales); los deseos naturales de la gente concienciada fueron derivados al tercer sector, las ONGs, ayuda social, humanitaria, desarrollo y a la vez, el gobierno uso ONGs, fundaciones y asociaciones, para no rendir cuentas en la gestión de ayudas, derivación de fondos, y etc. creando dependencias cruzadas, clientelismos, y negligencia en su función de Estado. El nuevo imperialismo de la ayuda al desarrollo (desarrollismo en el 3er mundo), con creación de bases estratégicas para la exportación de multinacionales bancarias de comunicaciones, energéticas, de infraestructuras, etc. se convirtió en mascarón de proa de la marca España.

En fin, hablo de algo que parece pasado remoto, pero ocurría hace apenas unos años. La otra realidad era, la que Usted ha descrito: mamones y corruptos; mirar a otro lado y seguir adelante; tanto tienes tanto vales.

La Universidad de la experiencia, nos está enseñando una lección, de la que saldremos aprendidos; aunque el problema actual, es que no hay una pronta salida (en el mejor escenario), y quizás lo que los políticos profesionales, instituciones con gestores parasitarios y mercados, pudieron no perder sin llevarnos a la ruina; ahora tengan que perderlo también; y la sociedad emergente de la crisis no se conforme con fiscalizar, vigilar y participar activamente (es decir comportarse como actores políticos y democráticos), sino que se busque, y razones hay, derribar este actual modelo especulador-capitalista, que tienes pies de barro y solo hunde a los de abajo en las arenas movedizas.
Suyo, Z +-----

Natàlia Tàrraco dijo...

Políticos derrochando recortes...en este desespero no estamos solos, Grecia, Portugal, Italia...mal de muchos.

matrioska_verde dijo...

toda la razón, los culpables son quienes los votan.

biquiños,

Pluvisca dijo...

Esto siempre ha pasado, los políticos se dedican a manipular al pueblo y a venderle la moto y cuanso se equivocan la culpa es nuestra...asco me dan

Besos

Paco Cuesta dijo...

Cierto que los proyectos faraónicos "dan jabón" a los promotores, y no menos cierto que los ciudadanos demandan esos proyectos a imagen y semejanza de otras comunidades. Lo grave es haber empezado. La envidia es mala consejera.