martes, 11 de septiembre de 2012

Inicio de curso

Hoy he impartido mi primera clase de este curso unirversitario. Una vez cerrada la puerta del aula, he recuperado las sensaciones que me llevaron a ser profesor y a dedicar a esta profesión mis últimos 25 años. Acabo de darme cuenta de este hecho, de que llevo ya un cuarto de siglo dando clase en la Universidad pública española, bajo diferentes formas contractuales y ocupando también cargos de gestión y coordinación, además de participar en la organización de muchos encuentros universitarios de investigación y docencia.

Cada curso es un reto, cada promoción una posibilidad de diálogo, cada alumno alguien a quien respetar y guiar en la medida de lo que sea posible. Desde que terminé la licenciatura y pasé al otro lado del acto de comunicación en el que consiste una clase, la Universidad española ha sufrido grandes trasformaciones plasmadas en varios cambios de legislación, alguno de los cuales ha supuesto una modificación radical con respecto a lo que había cuando yo ingresé en la Universidad como alumno sin el sosiego ni el apoyo económico que requería.

En general, hemos atravesado un largo período de crecimiento: ha habido dinero y apoyo de la sociedad, se han levantado Universidades nuevas, edificios de nueva planta, campus universitarios enteros, se han dotado suficientemente las aulas, los despachos de los profesores, los laboratorios y los centros de investigación, aunque siempre se ha carecido en España del total apoyo del sector privado que sí existe en otros países. En lo fundamental, se ha respetado la autonomía universitaria tanto en la planificación de la docencia, como en la gestión de los recursos. No todo se ha hecho bien, por supuesto, y aquí lo he escrito en varias ocasiones, pero el resultado ha sido una Universidad pública que ha permitido en España el acceso a los estudios superiores, en la práctica, a todo aquel que así lo haya querido. Sin embargo, vienen otros tiempos.

Los recortes presupuestarios que se han decidido a partir de la crisis financiera que azota España desde hace unos años afectan notablemente a la educación pública española. Aunque todos somos consicentes de que ni siquiera en los tiempos de bonanza deben darse algunos de los comportamientos que hemos visto en estas tierras cuando el dinero circulaba sin que nadie cuestonara demasiado ni su cantidad ni el rigor en su gasto, el necesario control presupuestario y el más cuestionable recorte en materias de educación -de esta crisis saldrá en mejor posición el país que más y mejor apueste por la enseñanza pública, aunque esto no lo sepan ver ni los políticos de vista corta ni sus votantes más recalcitrantes, algunos de los cuales jamás podrán pagarse la educación de excelencia que propugnan los neoliberales a los que votan tan alegremente-, la concreción de los recortes en materia de educación que ha decidido el gobierno de España y las líneas generales que inspiran los que vendrán, según las declaraciones de altos cargos del partido que lo sustenta, del Ministro del ramo y de los gobernantes de algunas autonomías, suponen un notable perjuicio para la educación pública española. De hecho, ya no podemos asegurar que todos los niveles de la educación pública sean, de verdad, universales y gratuitos como sucedía hasta hace poco. El encarecimiento de las tasas universitarias han convertido la Universidad española en una de las más caras de los países de su entorno.

Los recortes presupuestarios afectarán notablemente en este curso al normal funcionamiento de los centros públicos de educación en todos los niveles, muchos profesores interinos han dejado de prestar servicio porque no se les ha renovado el contrato, no se cubrirán la mayor parte de las bajas del profesorado fijo y casi ninguna de las jubilaciones, se aumentará el número de alumnos por profesor y el número de horas lectivas de estos, se pagará menos a los docentes y se cobrará más a los alumnos -bien directamente a través de las tasas bien indirectamente haciendo pagar más por los servicios prestados-, se ha restado apoyo a servicios de extensión académica de brillantes iniciativas de enseñanza que han dado grandes frutos como los programas de la experiencia hasta dejarlos malparados. No, todo esto no se justifica con la necesidad de los recortes presupuestarios motivados por la crisis y la necesidad de controlar el gasto público. En todas estas medidas subyace una ideología que, aunque no sea compartida en todo por quienes las toman, es quien las impulsa: según esto, el sector público no debe responder más que a unos mínimos. El resto debería correr por cuenta de quien disfruta los servicios. Esta política neoliberal se olvida de que España, en estos momentos, está sometida a unos niveles de impuestos que los sitúan en los primeres niveles europeos, todo lo contrario de los lugares en los que está enraizada esta forma de pensar. No. En España muchos ya no pueden pagar esos servicios que hasta ahora cubría el estado con los impuestos de todos los españoles y la ideología de la solidaridad y del estado de justicia redistributiva en los servicios que es en lo que de verdad consiste el ahora tan mal parado estado de bienestar.

Si a muchos españoles se les dificulta el acceso a todos los niveles de la educación pública y a todos los servicios que esta presta, como también se les dificulta el acceso a todo lo que debe cubrir una sanidad pública universal y gratuita, no podemos hablar solo de recortes presupuestarios o de control del déficit. Si, además, se les impide, a partir de unos niveles impositivos tan altos como los que existen hoy en día en España, que puedan pagarse con su dinero lo que hasta ahora se cubría con los impuestos de todos, ya no solo es una medida ideológica sino contradictoria. En realidad, se expulsa de la generalización de la educación -o de la sanidad, o de la cultura- a buena parte de la sociedad española con la vaga promesa de que cuando vayan bien los tiempos se bajarán los impuestos para que puedan cubrir con su propio dinero todo, sin explicarles cómo lo van a cubrir en el período intermedio entre lo que sucede ahora y ese reino de la utopía neoliberal. Por otra parte, nadie ha votado esto en las últimas elecciones, ningún partido político llevaba en su programa un cambio de sistema tan radical como el que se está aplicando. No, esto no son solo recortes ni control del déficit, puesto que afecta tan esencialmente a cuestiones que el sector público venía ofreciendo y que, de pronto, deja de ofrecer en las mismas condiciones.

Amo mi profesión, pero esto no significa que todo lo que ahora está ocurriendo en la educación pública deba suplirse con la vocación, como sospechosamente insisten varios de los dirigentes del partido que sostienen al Gobierno de España. Muchos de los cuales, hace unos pocos meses aludían malintencionadamente -puesto que no contaban la verdad- a lo poco que trabajan los profesores o lo médicos para que la opinión pública aplaudiera las medidas que se iban a tomar. Curiosamente, muchos de los que aplaudían entonces, ahora se comienzan a dar cuenta de lo que de verdad ocurre en la educación (o en la sanidad, o en la cultura): tienen un nivel impositivo muy elevado y una fragilidad laboral que no les permite cubrir lo que hasta ahora tenían; sus hijos asisten a clase con más alumnos y menos profesores y en centros con problemas presupuestarios, pueden verse excluidos por motivos económicos de los estudios superiores. La vocación ayuda mucho, pero hay milagros a los que no llega.

27 comentarios:

lichazul dijo...

eres un privilegiado Pedro,y me alegro por ti.

la gran mayoría de las personas trabaja en cosas que no le son agradables , la necesidad es mayor y es el yugo que les oprime
sobre todo en tiempos de crisis.

besos


Juan Luis Garcia dijo...

En la comunidad autónoma donde vivo rondamos el millón de habitantes, de los que casi 150.000 están desempleados; únicamente un tercio de esos desempleados tiene formación de secundaria o superior. Invertir en formación a todos los niveles (niños, jóvenes y adultos) es algo imprescindible y urgente si queremos prosperar.

Mucho ánimo para el nuevo curso.

Spaghetti dijo...

A falta de medios, habrá que estrujarse más la imaginación ... quizás esto sea el lado positivo. ¿O es que todo es cuestión de dinero?
salud-os.

Montserrat Sala dijo...

Hola proofesor: una brillante exposición de los hechos. hara falta mucha imagianción y mucha dedicación, ademas del amor a la profesión, que no dudo, que está en tí y en otros muchos cmpañeros tuyos, para sacar asl carreras a flote.tendreso muy pronto un ejercito de médicos que solo serán enfermeros con la inscripción equivocada, ingenieros que solo seviran como contables. Pero seguro que todos se pondrán al servicio de los partidos políticos. Allí no les van a exigier ni curriculu y si me apuras ni título. pero van a ganar mucho dinero. Piensa en esto, amigo mio. Un detalle que se te ha pasado por alto. Raro.
Saludos.

María dijo...

No tenían que haber recortado la educación que es la inversión del futuro, es un error muy grande lo que han hecho, el de subir las tasas, recortar becas, meter más alumnos en una clase, echar a profesores interinos... un verdadero desastre, este Gobierno se está equivocando, y lo vamos a pagar bien caro todos, lo más triste es que muchos no podrán estudiar.

También he oído que quieren privatizar el Bachiller y añadir un curso más, no sé si serán dichos o lo llevarán a cabo.

Me alegra volver a leerte.

Un beso.

Señor De la Vega dijo...

Mi Señor Ojeda,

Una de mis sobrinas tiene 20 años, universitaria estudiante de filología.
Este verano, no veraneó, "por suerte" encontró trabajo en Carrefour como cajera, contrato precario, sueldo precario, horarios precarios, renovación incierta; asume que el precio de la matricula se ha doblado, y que sin beca debe ayudar en casa, no trabaja por comprar un coche, ni para smartphones, ni para ropa de marca, ni para ocio.
Cuando sale de trabajar ya es muy tarde, porque hoy, no como antaño, tenemos alargados horarios de fin de semana (horario sin resuello) en todos los comercios y almacenes y supermercados, y aunque tiene la suerte de no vivir lejos de su casa; debe atravesar un oscuro descampado (urbanización nunca construida).
Mi hermana o mi cuñado, la van a esperar a veces a las puertas, a que salga, ahora todavía verano lo asumen como un agradable paseo.
Nada de lo descrito, describe un escenario pésimo; sin embargo cuando hablo con mi sobrina; detectas en su discurso, que de su edad como joven, solo tiene conciencia de deterioro, la renta de sus padres disminuida, sus becas restringidas, su ocio cercenado, la inseguridad en aumento, el futuro más negro entre las expectativas de trabajo, en los discursos con sus compañeros... también se sabe privilegiada, aún tienen seguro médico, vive en una familia estructurada, su techo no está en riesgo, sus deudas limitadas y comida en abundancia.

Vivir en un estado de bienestar que se desmorona según pasan los años, es algo también para mí desconocido; la sensación independientemente de la situación personal, es de fracaso colectivo y consuelo nulo; el no haber sabido evitar que lo que sucede suceda, el no dejar un mundo mejor a nuestros hijos, ni local, ni global, ni ético, ni físico, es de una frustración intensa. Sea cual sea el nivel de cada familia, la sensación es la pérdida de seguridad, la pérdida de riqueza, una perdida de calidad de vida marcada por la incertidumbre.

Una nube negra cubre los horizontes con la precariedad y existe una impotencia más negra que la nube irremediable.

(Claro, a menos que seas un héroe)
Yo a mi sobrina le cuento cuentos de héroes, de luchas, de otros mundos posibles y ella se ríe, sabe que no soy normal, pero mi vocación de cuentista tiene también un límite; la realidad.

Suyo, Z+-----

Isabel dijo...

Tienes toda la razón. La gente se alegra mucho de que a los funcionarios se les recorte el sueldo y se eche a la calle a todos, cuantos más mejor. Ahora ven las consecuencias, igual ahora empiezan a entender lo que significa tener unos buenos servicios públicos. ¡País!, mientras, para parecer un poco más retrasados, un pobre toro, sufre durante horas el ataque de personas que se divierten dándole finalmente muerte de una forma cruel. Vergonzoso e incomprensible. Isabel

LA ZARZAMORA dijo...

Como tú, Pedro, nunca me he sentido una privilegiada por ejercer esta profesión a la que decidimos darle parte de nuestra vida, nuestra implicación, nuestro tiempo, ( incluso a expensas de una vida personal, etc...
Cada uno es libre de elegir su camino en un momento dado. Y tanto tú como yo, como cualquier docente, sabemos que no ha sido fácil la tarea.
Como tú he visto degradarse tanto nuestra profesión, salarios, y condiciones de trabajo como las repercusiones que han supuesto para el alumnado.
El hecho de haberla realizado con ganas, vocación y de encontrar en ella un aliciente que nos es recompensado en cada curso, con cada estudiante que refleja el esfuerzo y los conocimientos que hayamos sido capaces de inculcarles, me produce como a ti, una suma satisfacción pese a las actuales necesidades y exigencias del control del gasto público que se ha ido acentuando con los años y la crisis.

Imagino que estás preparando la manifestación del 15 de septiembre, y que tu alegato va contra estos recortes en sectores que sólo empobrecen a una sociedad que ya está aquejada de muchos males, como para acabar de darle la puntilla en sectores tan básicos y fundamentales como la Educación o la Sanidad.

Como tú también tengo la suerte de amar mi trabajo, y de hacerlo también con el amor y con la seriedad que implica la formación de los seres humanos que nos confían.

Y comparto igualmente tu opinión cuando dices que la vocación no puede sustituir las carencias del gobierno, la degradación y las calumnias que llevamos soportando, ni la falta de medios con los que estamos trabajando hace años.

Todo tiene un límite y las grietas acabarán por derrumbar este edificio por mucho que nos esforcemos por mantenerlo en pie con cimientos paupérrimos y la exclusividad de nuestras vocaciones.
Sin contar que no es sólo labor nuestra, reclamar una enseñanza pública y de calidad y al alcance de todos.

Y ánimo, que el curso acaba apenas de empezar...

Un beso.

Campurriana dijo...

Éste es un país de medidas populistas que, desgraciadamente, se aplauden por una mayoría desconocedora de muchas cosas que se ven desde dentro; desde las entrañas de un sistema que, efectivamente, está podrido pero no por culpa de los empleados de a pie, sino por culpa de los que debieran asumir responsabilidades y no las asumen (aunque cobren a veces cantidades insultantes por ello).

El populismo me da náuseas, Pedro. Y que la gente no quiera ir más allá de todas las cuestiones que plantea un Gobierno como el que tenemos también.

Por cierto, yo fui a clase con casi cincuenta en el cole y ciento y pico en la universidad. Ése no es el problema. Los problemas de la Universidad son otros, entre los que se encuentra esa lejanía del mundo real...
Por ello, sí se necesita financiación, inversión, dedicación.
La Universidad tiene que adaptarse, renovarse, acercarse a la empresa y colaborar con ella.

Un saludo desde Galicia. Gracias a los blogs me acerco a las últimas actualidades. Prefiero leerlas así; de primera mano.
Hace siglos que no abro un periódico....

mj dijo...

Hola Pedro. Tengo una hija en la universidad estudiando. Es de la última generación de licenciados que habrá en este país.Este año pagaremos el doble por la matrícula de su último curso. Ella, como muchos chicos y chicas, ama la enseñanza y para eso se está preparando. ¡Veremos que le depara el futuro próximo a estas nuevas generaciones porque no pinta muy bien!
Hay mucha gente, que como tú, está implicada en este sentir colectivo y gracias por ello.

Un abrazo

Myriam dijo...

Subrayo: "de esta crisis saldrá en mejor posición el país que más y mejor apueste por la enseñanza pública, aunque esto no lo sepan ver ni los políticos de vista corta ni sus votantes más recalcitrantes ..."

Subrayo: "En realidad, se expulsa de la generalización de la educación -o de la sanidad, o de la cultura- a buena parte de la sociedad española con la vaga promesa de que..."

Y me reitero:

Un gobierno que atenta contra la Educación Pública, la Cultura y la Sanidad con premeditación y alevosía atenta contra su pueblo y termina hundiendo al país o lo que es peor, aniquilándolo.

Mucho ánimo, mucha fuerza y con Uds en cada movilización en defensa del país.

Besos

virgi dijo...

La vocación es hermosa, es un estado casi de gracia. La ilusión con la que voy cada día, después de añísimos, es algo maravilloso, pero no dejo de pensar y sentir que vamos camino de estar en las condiciones de hace, al menos, tres décadas. Y es triste, muy triste. Tanta lucha, tantas innovaciones, tanto tiempo, energía...para volver a tiempos impensables.
Un abrazo, Pedro.

Abejita de la Vega dijo...

Y sin embargo se mueve. Será el milagro de la pública.
Besos

Bertha dijo...

Totalmente de acuerdo...pero tengo fe de que saldremos airosos por que a estos ineptos hay que plantarles cara y que se den cuenta de que van a ser victimas de su propio estilo ojalá lo veamos.

Un abrzo Pedro.

Pamisola dijo...

Esperemos que este desastre no deje demasiadas consecuencias irrecuperables, y que no destruya las esperanzas y la ilusión de los profesionales con vocación.

Mucho ánimo, a todos los que su vocación es enseñar, curar, o apagar los fuegos. Todos son necesarios.

Saludos.

Myriam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Myriam dijo...

Hoy justamenten Argentina se celebra el dia del maestro, recordando la muerte de Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) escritor y político, ex Pte de la Nación que hizo tanto, tantísimo en pro- de la Educación Pública, universal y gratuita.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Además de la vocación, la docencia es una profesión, y como tal debe ser paga con equidad y justicia...o le van a pedir a un abogado -por ejemplo- que trabaje por vocación y deje de lado sus honorarios?
Un abrazo

Natàlia Tàrraco dijo...

En eso estamos los enseñantes, dar no más, que ya damos todo lo que sabemos y podemos, pero con menos, mucho menos.
Los recorteros políticos capan la enseñanza pública, total, sus hijos van a la privada neoliberal y católica, así nos luce y le sucirá al país el futuro.
Besito animoso, que tengas un buen inicio de curso.

Anónimo dijo...

Me gusta ver la botella casi llena, Aunque sean tiempos difíciles, mi alegría no me la pueden arrebatar. Darte ánimos para este inicio de curso que se presenta muy duro, pero aún así no hay que perder la sonrisa, siempre hay luz al final del túnel, pero hay veces que no sabemos ver.
ánimo y buen comienzo.

Rita.

Merche Pallarés dijo...

Suerte a ti y a todos los profesores que han dejado su testimonio. No sé qué va a ser de este país si seguimos mucho tiempo con este gobierno que desgobierna... Besotes al borde de la depresión, M.

Edurne dijo...

Querido colega:
Yo, con cuatro días de contacto directo con la Santa Infancia, ya estoy como p'al arrastre con mulillas! ¡Y es que las hormonas a los once-doce están en plena efervescencia!

También me digo a mí misma que cargar a mis espaldas con 31 cursos escolares, ya es un peso más que considerable como para sentirse agotada...
¡Será!

Hago votos todos los días para que la ilusión se me mantenga intacta, y, ciertamente, hay momentos en los que se te sube la adrenalina pedagógica. Como hoy, cuando una madre ha venido a darme las gracias llorando (el niño muy problemático, me "dio" el curso pasado, y éste... vamos a ver cómo avanza, pero me he peleado el que pudieran tener acceso a una ayuda familiar, a una terapia para el chaval... con uñas y dientes), así que con esas cosas, me vale para seguir tirando de este carro cada vez más pesado, más denso, más complicado.

El miedo de estar manejando material altamente "inflamable", lo sigo teniendo todos los días, más si cabe. Y es que por nuestras manos pasan los que serán los hombres y mujeres del mañana (suena muy rimbombante, lo sé, pero es así).
Y necesitamos ayudas, apoyos...
¿Si nos relegan a jugar en tercera regional, qué demonios vamos a poder hacer?

Yo sigo atenta, vigía, oteando el horizonte, no me fío ni un pelo de nada, ni de nadie, aunque vengan prometiendo el oro y el moro!

Avanti il populo! (me sale a mí una vena revolucionaria en los últimos tiempos que no veas.... volvemos a nuestros años jóvenes).

Saludos de arranque escolar!
;)

Asun dijo...

Nos van dosificando los recortes para aparentar menos de lo que es, pero no somos tontos y nos damos perfectamente cuenta de cual es el monto real y cuáles son las repercusiones.
A pesar de todo lo que nos rodea te deseo que tengas un año académico lo más fructífero posible.

Un beso

MIMOSA dijo...

Después de leer este alegato, poco tengo que decir, más que, para todos aquellos que aman su profesión y que se encuentran inmersos en esta desesperanza que parece teñir de grises los días, intenten, desde su fuerza interior, y con los medios que a mano puedan tener junto a la creatividad e imaginación, reforzar la unión necesaria para que no decaiga la voz, para lograr inculcar una conciencia que en las últimas décadas pareció perdida, para plantar con destreza la semilla en aquellos que detrás vienen, para que crezcan en solidaridad, libertad y justicia. Para ser capaces entre todos, de defender una vida digna basada en lo realmente importante. Muchísima suerte a todos y buen curso académico.

Besos.

Paco Cuesta dijo...

Afortunadamente (para los alumnos) contamos con algunos profesores que con su dedicación hacen que el estado de bienestar docente no se deteriore tanto.

matrioska_verde dijo...

como tú también pienso que detrás de cada recorte (lo último, el anuncio del recorte en las mamografías cuando todos se hincharon a decir que la prevención ahorra costes posteriores) subyace una ideología y en ella se amparan para llegar a donde quieren.

nada tiene visos de solución.

biquiños,


dafd dijo...

Eso de la vocación tiene su gracia. No hace tanto una conocida política pedía voluntarios para seguir manteniendo abiertos algunos servicios municipales. Es decir, los ciudadanos debemos suplir con nuestro trabajo gratuito para no cancelar tales servicios. Claro, hay crisis y no se llega a todo. Pero, ¿y ella misma, la que lo propugnaba? ¿Seguiría ejerciendo ese servicio a los ciudadanos, que es la política, sin cobrar? Sé que es una pregunta bastante demagógica, pero es que algunos están llegando a unos extremos que rozan la desvergüenza.