miércoles, 1 de febrero de 2012

De la ley Calomarde a la ley Pidal y la (mala) suerte de la educación española

Estos días me encuentro estudiando algunas reformas del sistema universitario español del siglo XIX. En concreto, la Ley Calomarde (Plan literario de estudios y arreglo general de las Universidades del Reino, aprobada por Real Orden de 14 de octubre de 1824) que, aunque sufrió algunas reformas en 1836 y 1843, no vendría a ser sustituida hasta la Ley Pidal (Plan General de Estudios de 17 de septiembre de 1845). La Ley Calomarde tiene la peculiaridad de que regula el sistema universitario español cuando los jóvenes románticos se forman en él y viene a explicar tanto algunas cuestiones relativas a su formación y conocimientos generacionales como su planteamiento vital por reacción. Hay que explicar que la Ley Calomarde se debe al último período absolutista de Fernando VII conocido como la Década ominosa y que, por lo tanto, contiene mucho de esa ideología pero tuvo un curioso efecto benéfico inicial: regular de una forma más ajustada al siglo XIX la Universidad española que venía de unos tiempos de severa decadencia. De hecho, con ligeras reformas, los liberales la mantuvieron hasta 1845.

En ámbitos no universitarios, la primera ley española que afrontó la regulación general de los estudios fue la Ley Moyano (1857), que se mantuvo, con modificaciones más o menos parciales, hasta la Ley de Villar Palasí (1970), más de 100 años. La estabilidad del sistema fue reforzada por la fecunda legislación que sobre esta materia se elaboró en la II República española.

La estabilidad de un sistema de educación y su consenso general ha provocado siempre beneficios para un país. El acuerdo entre los diferentes partidos políticos provoca inevitablemente que la educación sea vista como la fortaleza de un país y no como un problema estructural. Evidentemente, el sistema debe cambiarse cada cierto tiempo para adaptarlo a las nuevas realidades y demandas sociales, pero estas modificaciones no pueden ser abruptas, sin implicación de cada una de las partes implicadas en la educación y, sobre todo, sin una apuesta económica. Invertir en educación, como se sabe, es invertir en futuro. La mayoría de los cambios en la educación española -en todos sus niveles- se ha producido sin la suficiente formación del profesorado y el estímulo que debe favorecerse. Esto no puede hacerse de otra forma más que compensando con tiempo y dinero el esfuerzo, premiando los resultados y, por supuesto, con severos controles que corrijan los puntos débiles.

En los últimos tiempos, el profesorado español ha sufrido un constante cambio de legislación y de metodologías que afecta a la estructura misma de su profesión. No se le ha formado, no se le ha compensado, no se le ha apoyado. Todo lo contrario: se le ha congelado el sueldo cuando no se le ha bajado, se ha creado interesadamente una mala imagen social del profesor llamándolo vago e incumplidor, se le ha reducido su imagen ante la sociedad.

Desde la restauración de la democracia en España, cada legislación ha supuesto un cambio general del sistema educativo: los partidos políticos han sido incapaces de ponerse de acuerdo para establecer unas líneas generales de consenso.

Sucede ahora otro cambio más. Otro error más en el que no hay -ni se busca- consenso previo y toda la polémica se centra en aspectos ideológicos y no estructurales.

Pobre país este.

17 comentarios:

Delgado dijo...

Como bien dices desde que tenemos democracia los cambios en las leyes de educación son una constante, cualquier chaval que empezara sus estudios en los noventa habrá pasado ya por tres leyes entre primaria, instituto y universidad, no he oído nada de que se toque primaria esta vez, de todas formas seguro que en unos diez años ya tenemos otra en marcha.

Anónimo dijo...

Por lo que dices el panorama pinta castaño oscuro. La Educación es unos de los pilares de la Sociedad y si cualquiera de sus pilares presenta vicios de estructura, no hace falta ser ingeniero para adivinar que pasaría si estos fallos no se corrigieran a tiempo.

Fuerza, ánimo y un abrazo,

Myriam

lichazul dijo...

es una pena que tan noble profesión sea ninguneada, acá ser profesor fue por mucho tiempo y aún en día en muchos es mirado como una carrera de desecho, como lo que deja la ola.
Sin duda es la profesión más importante, ya que da las herramientas y desarrolla en otros las aptitudes naturales que se tiene para alimentar al futuro y además son reflejo y guía de muchas semillas que no encuentran en sus hogares el apoyo para sus propias metas.

BEsos Pedro

Spaghetti dijo...

Cuando se menosprecia al profesor se insulta al conocimiento, se devalúan los principios y hace un daño irreparable a una sociedad cada vez más tozuda y mas burra.
El viejo profesor, respetado por su genio, admirado por sus conocimientos y su forma de impartir la enseñanza, pasó a la historia. Ahora cualquiera ajeno al ejercicio docente (políticos, administradores, asociaciones de padres, etc.)tienen derecho a interferir en el proceso educativo y el profesor ha pasado a ser una mero eslabón en la cadena cada vez más desgastada de la educación. No es suficiente la reivindicación de más tiempo y más dinero porque dicho así se equipararían a las mismas razones de cualquier otro colectivo o gremio y caerían en el saco roto de los presupuestos. Creo que la mayor reivindicación es la restitución de la DIGNINAD del profesor.

Nieves LM dijo...

Las mentiras de este nuevo Gobierno que por desgracia nos ha caído encima como una apisonadora retrograda, no han hecho más que empezar.
En cuanto a la educación tb. pienso que no es plan de ir cambiando el sistema a golpe de urnas, nos van a volver locos..... será eso lo que pretenden?

Txema dijo...

Has tocado un tema esencial. Todos los problemas de este país derivan de ahí: el sistema (in)educativo.

abrazo

Abejita de la Vega dijo...

Esta entrada me la voy a leer despacito, merece la pena.

De docente a docente,Pedro:

Por encima de nuestras cabezas han llovido innumerables reformas y leyes; pero nos da la impresión de que llevan toda la vida friendo la misma croqueta. Ahora la croqueta refrita irá al microondas...Y nosotros, como siempre,haciendo lo que podemos con lo que nos ponen delante, cumplir con sus cuadrículas y seguir amando nuestro trabajo, a pesar de todo.

Ánimo a todos.

São dijo...

Ay, meu querido amigo, que ler-te é estar ouvindo o que em Portugal se passa: reformas do sistema educativo a cada Governo e , actualmente, desinvestimento na Educação e investigação.

Para onde caminha a Ibéria, Pedro?

Fuerte abrazo.

Ele Bergón dijo...

Pedro, gracias por tu aportación del Sistema _Educativo en el XIX, pues me estoy metiendo un poco en este siglo, ya que estoy con un proyecto que no sé cuando verá la luz. Miraré todo esto que dices.

Completamente de acuerdo con tus palabras en cuanto a la educación, creo que si ahora están lanzando esta reforma y otras es porque el gobierno de Mariano Rajoy, quiere distraernos con estas cosas para que nos olvidemos del principal y urgente problema que tiene que resolver: El paro.

Un abrazo
Luz

matrioska_verde dijo...

muchas gracias por toda la información (incluída la de los enlaces) porque no estaba enterada, estos días ando un poco estresada con otras cosas y no tengo ni tiempo para las noticias.

era previsible lo de los cambios, cada nuevo gobierno los haces, por norma, da igual que las cosas vayan bien o no...

respecto al adoctrinamiento tampoco había oído nada, aunque tampoco me sorprende que haya misnistros ignorantes de la materia que tienen que desempeñar, esas cosas pasan.

¡pobre país este!


biquiños,.

pancho dijo...

Si te digo la verdad, yo me quedé en la LOGSE. Cada cambio de ministro suele suponer trabajo añadido de papeles y papeles: programaciones, informes, memorias, proyectos, reformas... ¡Qué tendrá que ver una ley con una clase llena de adolescentes!

Por mi parte te deseo diversión con la Ley Calomarde, que aunque sólo sea por el nombre tan atractivo, merece su estudio. (es broma)
Un abrazo

Kety dijo...

Una información amplia.
Siempre aprendo.
Un abrazo

Asun dijo...

Yo, cada vez estoy más harta de tanto cambio. Justo te estás adaptando y llega un nuevo gobierno que lo pone todo patas arriba. Las siglas ya me bailan todas.
Que el sistema educativo haya que cambiarlo cada cierto tiempo es una realidad, pero no cada cuatro u ocho años en función del color que gobierne. La educación debería ser algo mucho más serio que un simple objeto político.
Si te digo la verdad, yo cada vez estoy más desanimada.

Besos

El Gaucho Santillán dijo...

Es que toman la educaciòn como un GASTO.

El presidente de Chile, hace poco, defendiò que en su paìs no hubiese universidad gratuita, porque ERA UN GASTO.

Claro, un pueblo sin educaciòn es mas fàcil de engañar y manipular.

Un abrazo.

Luis Antonio dijo...

Me gustaría que los gobiernos del color que sean asumieran lo que expresas en esta frase:

"La estabilidad de un sistema de educación y su consenso general ha provocado siempre beneficios para un país"

Pero mucho me temo que sus conocimientos históricos dejan bastante que desear...

Edurne dijo...

Suscribo totalmente tus palabras, y me uno también a las aportaciones de las colegas que me han precedido en los comentarios.

Podría añadir otras reflexiones, sacadas de mi propia experiencia, pero, sería más de lo mismo. Y ya nos lo sabemos, lo de antes, lo de ahora y, desgraciadamente, lo que nos viene!

Como tú bien dices: "Pobre país este"!

Un abrazo "congelado" ( en todos los sentidos)!
;)

Paco Cuesta dijo...

Creo que lo dije en otra ocasión: cada cuatro años nos puede engañar alguien diferente. ¡Es Fantástico!