jueves, 3 de noviembre de 2011

El jardín del palacio y noticias de nuestras lecturas.


El jardín del palacio de Concha tiene todas las claves de los jardines modernistas: es un símbolo de las pasiones y anhelos de los personajes que se relacionan emocionalmente con él y, a la vez, de claves eternas de un paisaje que acoge a los seres humanos que llegan de verdad a pisarlo -los amantes, los reflexivos, los paseantes solitarios- pero que no les desvela fácilmente su significado. Así visto, el jardín del palacio de Concha guarda -como todos los paisajes de esta estética- el secreto de las relaciones de Concha y el Marqués y a cada uno le devuelve el enigma de su personalidad. Estos jardines son interiores, íntimos y misteriosos, trabajados -incluso en su decadencia- por el ser humano a lo largo de la vida, aunque nunca nadie pueda hacerse dueño de su enigma. Este secreto lo canta el ruido del agua de la fuente que hay en ellos, constante y lo expresa el laberinto construido con flores, arbustos y caminos y que no parece, en principio -de ahí su peligro para el que queda atrapado en él- difícil de resolver.Da igual el momento del día en el que se mencione, pero si se le contempla en una noche de luna llena con un leve viento parece que abre la puerta a las verdades mejor guardadas por la naturaleza.

No es de extrañar que, de una manera o de otra, sea una constante referencia en la Sonata de otoño.


Noticias de las Sonatas

Merche Pallarés llega al reencuentro: se ve que le gusta la atmósfera creada por Valle, en la que dos antiguos amantes recuerdan los momentos del pasado.

Gelu encuentra el ejemplar para leer el libro, entre escobas, y nos regala con un enlace en vídeo que os recomiendo.

Paco Cuesta presta atención al trazo con el que Valle pinta la atmósfera y el otoño de los personajes, para llegar luego a fijarse en el alto contenido erótico del texto y su contradicción con la moral que dicen sustentar los personajes.

Siguiendo mi reto, Firvulag va al origen, en la prensa, de la Sonata de otoño. Con su análisis y el enlace que facilita al final comprenderéis el trabajo de Valle con este texto.

Mª Ángeles Merino, Abejita de la Vega, hace una entrada muy suya y recomendable comentando varios pasajes sobre sexo, muerte y otras cosas de las Sonatas. No os lo perdáis. 

Pancho explica la reunión de los amantes a partir del carácter de ambos. Una entrada certera, sin duda.



Noticias de lecturas anteriores


Pancho comenta, con todo acierto, el capítulo 7 de Riña de gatos. Y tiene razón, España se para a la hora del aperitivo...

Kety nos devuelve el amor del Quijote como objeto, con un libro "de bolsillo".

Y Mª Ángeles Merino, nuestra Abejita de la Vega, nos lleva a reflexionar sobre la Edad de oro quijotesca...


J. G. describe, con inteligencia, la forma en la que Mendoza construye al protagonista de Riña de gatos.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Voy muy rezagada pero estoy en ello...
Un abrazo.

Gelu dijo...

Buenas noches, Profesor Ojeda:

He disfrutado con la lectura de esta 'Sonata de Otoño', desde el comienzo con las dos primeras frases de la carta de Concha. No sobra ni una palabra en las descripciones, ni en los adjetivos. Todo sirve para que comprendamos en imágenes, como si se tratase de una gran película. La narración con gran humor en algunos pasajes, y en todos llenos de poesía, a pesar de que en algunos se trata la muerte, y la situación de desigualdad y servilismo en la que se encuentran los criados.
Se puede poner rostro a cada personaje.
No sé hasta que página debíamos llegar para el resumen-comentario, así que temo desvelar algo. Me faltaban detalles, para poder comprender bien las situaciones, y he tenido que llegar al final, como si el escritor tuviese premeditado desde el principio atrapar al lector para que nos entrase curiosidad en conocer bien al Marqués. Estoy deseando saber más de sus Memorias para descubrir lo que guardan las otras sonatas.

Saludos.

Merche Pallarés dijo...

Tienes razón ese jardín es una maravilla con tantos recovecos para esconder sus amores "pecaminosos"... Besotes laberínticos, M.

Euphorbia dijo...

Realmente parece que ese jardín lo envuelve todo en cierta manera y está tan bien descrito ese ambiente sombrío, fresco y otoñal que parece que se pueda oler la humedad del suelo y tocar el musgo de sus piedras. Una maravilla.

pancho dijo...

El jardín antiguo del palacio de Brandeso es la extensión de la casa con mirtos, Florisel y sus mirlos y la naturaleza cómplice del ambiente de sensualidad que se respira en sus rincones. El clima suave gallego, tan aparente para la floración, también ayuda con su verdor de terciopelo y la suavidad y el esplendor de la seda de tantas manos femeninas que lo pueblan.

Cuando en España no se pueda parar, algo grave de verdad ocurre.

Se agradece la doble referencia.

omar enletrasarte dijo...

Estoy en plena lectura, saludos

Joselu dijo...

¡Qué tiempos aquellos en que los jardines guardaban secretos y mensajes simbólicos a modo de glorietas, caminos, laberintos, amores de piedra, fuentes! La modernidad ha desprovisto de misterio a la realidad y hemos perdido la capacidad simbólica. Afortunadamente tenemos antibióticos y ordenadores para compensar el pesar de haber perdido esta dimensión. Pero en algunos momentos me asalta el deseo de haber vivido aquel momento en que las Sonatas eran vanguardistas o retaguardias.

São dijo...

Não tenho como agradecer-te tudo quanto tenho aprendido contigo, meu querido amigo.

Bem hajas!

Abejita de la Vega dijo...

Me atraen esas fuentes modernistas que cantan su monotonía, en un jardín misterioso y laberíntico, como el de Brandeso.

Mi favorita es esa de Antonio Machado donde se refleja una rama de un limonero lánguido y los frutos de oro sueñan, sueñan.


Besos, felz camino.

Estrella dijo...

Ya lo he leido, Pedro, y me ha gustado muchísimo. Me ha sorprendido tanta carga erótica en alegorías a las figuras religiosas, lo digo por la época. y entrelazado con la muerte, que parece que lo potencia más. Eros y Tanatos. Es un relato cargado de sensualidad, desde luego. Y bellísimo.

Estoy disfrutando mucho con tus comentarios y los de los enlaces que dejas de los otros lectores. Sois un lujo.

Saludos

El cuaderno de la mesa camilla dijo...

Los jardines son, seguramente, el elemento simbólico más importante de todo proceso iniciático. Sucede con el Paraíso y el Huerto de los Olivos. Aparecen siempre en Shakespeare. En el Quijote, quizá sea la llanura manchega, donde, además de multitud de aventuras, acoge en su seno la inmersión, por sí simbólica, en la cueva de Montesinos. Una novela sin jardines, o sin jardín, no puede ser una buena novela.

OceanoAzul.Sonhos dijo...

Os jardins, suas cores e aromas, forças que nos fazem imaginar e sonhar.
Gostei muito de ler a tua exposição.

Um abraço Pedro.
oa.s

Kety dijo...

Un placer leerte maestro.

Gracias Pedro por divulgar la noticia.

Un abrazo

elena clásica dijo...

Me apasiona el texto y me encanta la presentación sobre el jardín. El preciosismo se une al misterio, la estética al amor, el decadentismo nos hace asomar a modo de una hipnosis inesperada a la acequia resguardada de nosotros mismos, nuestra mayor intimidad compartida en el amor, el momento en el que fuimos eternos.
"Fuimos" y "eternos" son cualidades del tiempo que no casan bien. ¿O quizás sí? La clave que ofrece Borges es la que necesito en estos momentos: "El jardín de los senderos que se bifurcan": el enigma no estaba en el espacio sino en el tiempo.

Belleza sublime.

Besazos, querido Pedro.

Paco Cuesta dijo...

Jardín y palacio sitúan aun más si cabe al lector en la trama.