domingo, 4 de septiembre de 2011

Cuando parecíamos ricos


Hay algo que no nos contamos de la crisis: nuestra propia responsabilidad en ella. Alguien debería recordárnoslo a diario cuando al levantarnos por la mañana nos quejáramos de la situación actual. Por supuesto que tenemos derecho a indignarnos, pero no hay verdadera indignación sin previo examen de conciencia. Todo cambio comienza por uno mismo. De otra forma, la indignación queda tan solo en un acto de victimismo fácil y queja inmadura. Durante un par de décadas, en Occidente cerramos los ojos porque el mundo entero se nos había convertido en un parque temático en el que el disfrute generalizado estaba al alcance de casi todos los bolsillos. Bastaba la seguridad de que todo parecía bien asentado para que no nos hiciéramos preguntas. Podíamos imitar a los ricos -imitar, que no ser uno de ellos-, comprar cosas que poco antes nos parecían fuera de nuestro alcance, marchar de vacaciones a un lugar que se encontraba a catorce horas en avión para no salir de un hotel con todo incluido más que para ver unas ruinas de cartón piedra y unas tradiciones locales que los locales no reconocerían nunca, endeudarnos por encima de nuestras posibilidades, dejarnos engañar por los bancos porque habíamos llegado al compadreo de creerlos nuestros amigos, dejar hacer a nuestros políticos mientras todo funcionara cerrando los ojos a la corrupción moral y el derroche, creernos seguros en nuestros países a cambio de favorecer el sometimiento y la pobreza de gran parte de las naciones del mundo. Si nos dejamos seducir por las sirenas, siempre acabaremos estrellados en las rocas.

Sé que no ocurrirá, pero me contentaría con que de esta crisis nos quedara la conciencia de que cuando bajamos la guardia y nos creemos ricos y con todos los derechos sin necesidad de luchar por ellos alimentamos el monstruo que nos acaba devorando antes o después. A nosotros o a nuestros hijos.

43 comentarios:

lichazul dijo...

cuanta razón llevas Pedro!!!
al parecer estas crisis financieras son las únicas en remecer en algo a la conciencia, porque existiendo otras realidades aún más graves, apenas hay quienes arrugan la nariz

besos

lichazul dijo...

en la foto sales como decimos acá en chileno "rico"

es un piropo:))

Verónica dijo...

Genial ! un beso

Myriam dijo...

¡Qué cierto todo lo que dices!

El victimismo no sirve, si la toma de conciencia. Campearemos la crisis, pero no debemos olvidar la lección.

Un beso desde mis vacaciones, Pedro.

MIMOSA dijo...

Si hablamos desde la generalidad y nos incluimos todos en el mismo saco, tendría que darte la razón; no obstante, si hablamos desde un punto individualizado, creo que incluso en esa época rimbombante de la que hablas y en la que hemos estado inmersos durante un tiempo, hay cabezas muy bien amuebladas que no se dejaron arrastras por los caramelos que parecían estar al alcance de todos. Es cierto que muchos se empujaron a realizar tremendas hazañas de las que hablas, viajes, lujos e incluso compras de casas opulentas e innecesarias (desde mi punto de vista), pero también hay quienes siguieron practicando su modus vivendi sin inmutarse y hoy enfrentan la crisis a otro nivel que aquellos que van cayendo de los pedestales levantados.
También es bien cierto, que en esta sociedad el "borreguismo" es un deporte nacional, donde el conformismo es mucho más cómodo que lidiar contra aquello que nos parece correcto, nos ajustamos al papel de víctima que cree que uno sólo no es capaz de mover nada y de esa manera acallamos la conciencia.

Se moverán muchas conciencias después de esto (espero), pero no todas (es una pena).

Besos Pedro.

PD: A quien si le voy a dar la razón es a Elisa.....Estás muy guapo en esta foto!!!
Más besos

silvi dijo...

Que decir,vivo en el país del"deme dos".De toda crisis se sale,pero pocos aprenden.Mi abuela decía:"que no se debe dar el paso mas allá,de lo da el tajo de la pollera(falda)" "siete años de vacas gordas,siete de flacas"Se debe estar preparado.Buena foto.Besos.

Spaghetti dijo...

¿Realmente somos culpables de haber realizado sueños imposibles cuando todo se nos ponía al alcance de la mano?
¿Debemos sentirnos responsables por haber llegado a donde nuestros antepasados más inmediatos nunca imaginaron? ¿por haber crecido en la ilusión de ser reyes y reinas por un día? ¿debemos entonar el mea culpa de que exploten las burbujas y por la avidez de los mercados de un sistema impersonal que crece como un monstruo mitológico aunque formemos parte de él forzosamente?
Transcribo una vieja canción popular:
"¿QUE CULPA TIENE EL TOMATE QUE ESTÁ TRANQUILO EN SU MATA SI VIENE UN HIJO DE PUTA Y LO METE EN UNA LATA Y LO MANDA PA' CARACAS?

Spaghetti dijo...

Acepta mi sarcasmo anterior, de sobra sabes de la empatía que nos une y que puedo pensar como tu ... si quiero.

ibso dijo...

La avaricia ciega la razón, incluso cuando no satisface nuestra existencia.
Un abrazo
ibso

Marina dijo...

Sobre tu texto, nada que añadir y todo que creer.

Como dice Elisa ¡Mira que estás guapo!

Besitos corazón

marijose dijo...

Es vrdad, no todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, pero sí la inmensa mayoría. Claro, quien no,con un banco que nos ha perseguido porque "quiere ser nuestro amigo", que nos ofrece hipotecas baratas, que nos mandan a casa la visa oro, con un credito a veces superior a nuestros ingresos. Si nuestro sabio amigo(el banco),que nos conoce,(o no), que sabe cual es nuestra nómina, nos presta dinero hasta que el color de los números ya no es rojo sino morado, pués sabrá. Pero un día sin previo aviso, el que era nuestro amigo, nos retira la visa oro, se queda con nuestra casa y con nuestro flamante audi, a pesar que ya sólo nos quedan diez años para terminarlos de pagar.
Lo que sí es cierto es que esta crisis nos llevará a un mundo más real.

Mariluz GH dijo...

Cuánta razón tienes. Seguimos sin aprender la lección y solo recordamos a Santa Bárbara cuando truena

un abrazo

Merche Pallarés dijo...

¡Menos mal que no caí en la trampa! No tengo deudas ni hipotecas y siempre he vivido austeramente dentro de mis posibilidades pero sí ¡cuántos cayeron en esa quimera! Besotes gratis, M.

P.D. Apoyo la opinión de tus admiradoras. Estás para comerte, je,je...

Juan Luis Garcia dijo...

Totalmente de acuerdo, Pedro. Suscribo cada palabra que has escrito. Somos (me incluyo) cómplices de todo lo que ha pasado. Nadie decía nada cuando las cosas iban aparentemente bien, aunque en el fondo pensáramos que todo aquello era insostenible.

Espero que al menos aprendamos la lección.

Saludos.

Natàlia Tàrraco dijo...

Y es que lo ponían tan fácil: !Hazlo, cómprate ese coche, haz el crucero, compra el chaletito, siiii! lo pagas con hipotecas con intereses.
Así sonaba el canto de las sirenas que resultaron Escila y Caribdis.

Algunas y algunos, como Ulises, llevábamos tapones de cera y no picamos para nada.
MEA CULPA clamamos ante tanto desastre, pero la culpa sobretodo es del SISTEMA, no del cha-cha-cha. Un sistema que hemos montado entre todos, eso sí, a base de votos y a base de callar hasta ahora cuando nos INDIGNAMOS. Más vale tarde que nunca, a verlas venir nadando cual sirenas, en un mar de escollos con nombres y apellidos.
De acuerdo con lo que dices, me sumo a las admiradoras, apuesto Ramón.!Salve! besito.

Abejita de la Vega dijo...
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Delgado dijo...

Estoy de acuerdo en lo que dices, pero como pasa siempre unos son más culpables que otros; de todas formas mi generación sí que está pagando los excesos de la pasada, la precariedad laboral hace estragos entre nosotros.

Un abrazo Pedro.

Abejita de la Vega dijo...

Afortunadamente no escuche a esas sirenas bancarias que me ofrecían créditos sin pedirlos.

Pero no culpo a quien quedó atrapado.

Besos

LA ZARZAMORA dijo...

Hoy suscribo tus palabras y las de Elisa referente a tu persona ;-)

Besos, Pedro.

Anónimo dijo...

Culpables unos u otros enmayor o menor medida.
Si algo aprendí de mi padre fue ganar 4 y guardar 2, no estirar más el brazo que la manga, no embarcarme en pagos excesivoa a los que no pudiera hacer frente....y aunque lo ponian todo muy facil, de lo que se aprende de raiz queda para ponerlo en practica.
Te doy la razon
Un abrazo.

El cuaderno de la mesa camilla dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
El cuaderno de la mesa camilla dijo...

Suscribo tu análisis, de pe a pa. Sin embargo, al mismo tiempo, tengo que discrepar.
Los problemas de dinero, decían los viejos, se arreglan con dinero, más tarde o más temprano, con mayor o menor dificultad. Es verdad que hemos administrado mal nuestra casa y que ahora hemos de apretarnos el cinturón. Es lo que hace cualquier familia responsable. Pero haríamos mal si redujéramos esta crisis a su perfil económico. No es ese el problema o no es el problema esencial. El problema es que nuestros políticos nos han despojado de la responsabilidad de vivir, porque les hemos entregado la gestión de la democracia, es decir, porque hemos despreciado la libertad, y nos han convertido en mercancía. No es una casualidad que nos hayamos quedado sin intelectuales, sin pensadores; ni es una casualidad que los futbolistas, los cantantes, las gentes de la pasarela se hayan convertido en nuestra referencia; ni que la mayoría de la población viva enganchada a la televisión basura. El piso más grande, el coche potente, las vacaciones en el Caribe son signos de ese abandono. La raíz de la crisis es el abandono del pensamiento, hemos dejado de pensar, otros piensan por nosotros y nos ponen ante nosotros la planilla de nuestras tareas cotidianas. El respaldo a los corruptos es una signo de esa dejadez. No hay sindicatos, no hay partidos políticos, todos andan entregados al modelo triunfante del neoliberalismo que parece entregarnos el protagonismo a cada uno de nosotros pero que, en realidad, nos lo arrebata, porque nos niega lo más elemental que diferencia al ser humano: el pensar. La visita de Benito XVI es una prueba de ello. La crisis de verdad es la revisión del renacentismo que ha creado nuevos dioses ante los cuales no podemos hacer nada.
Yo sólo propongo una cosa: que nos olvidemos del dinero y empecemos a pensar.

Guadalupe Munguia dijo...

Ustedes se creìan ricos... y nosotros seguimos creyendo que somos "independientes" y lo celebraremos , seguramente, escuchando el "Grito" desde el balcòn de Palacio Nacional, gritando ¡Viva Mèxico! aunque nos estè desangrando la violencia, la corrupciòn, el miedo que, tambièn nosotros, fomentamos con nuestra falta de anàlisis, nuestra propensiòn a la victimizaciòn, el bajo nivel autocrìtico y la incapacidad para protestar y exigir.

Anàlisis y tristezas de lado...que he recuperado mi blog despuès de todo este tiempo y que me alegra leerte.
En la foto te ves màs delgado que antes de que me fuera al limbo...pero muy bien y, si me permites decìrtelo, muy guapo.

Besos mexicanos querido amigo

José Antonio del Pozo dijo...

Y abogar también, modestamente creo, por unas instituciones y condiciones económicas que hagan posible la prosperidad
saludos blogueros

Caminante dijo...

A ese monstruo, yo, le di poca comida. Pese a ello engordó... y también me afecta, daños colaterales, dicen.
Saludos: PAQUITA

Unknown dijo...

Si miramos a nuestro alrededor, tus palabras son como dagas, para despertar de nuestra queja constante y ser mucho más realistas que un simple gesto de indignación.
Que gran entrada acabo de elegir para retomar el pulso en La Acequia.
Un fortísimo abrazo amigo.

Euphorbia dijo...

¡Caramba, qué razón tienes!

Un abrazo.

María dijo...

Pedro... ¡pero mira que eres guapíiiisimo!

Algo de culpa tenemos todos, y es que algunas personas han estado viviendo por encima de sus posibilidades.

Un beso.

Luis Antonio dijo...

Tu reflexión y el comentario de Juan Navarro ponen el dedo en la llaga. La duda es si aprenderemos de esta experiencia. Somos tan cerriles...

El Gaucho Santillán dijo...

Aquì tambièn hubo crisis, y el precio lo pagò el pueblo, y no la remaldita clase dirigente.

Y luego se dijo que la ciudadanìa, tenìa parte de la "responsabilidad", por no "controlar" a la dirigencia empresarial y polìtica.

Pero si nos viven engañando! Solo llegan a sus puestos para enriquecerse, y no dejar que se sepa la verdad de sus intenciones.

Y luego licùan la responsabilidad con nosotros. Pero no el dinero.

Si quieren endosarme algùn tipo de responsabilidad a mì, entonces que no sea delito dispararle a los polìticos.

Ahì verìan lo que es bueno.

saludos

pancho dijo...

Los que ya no cumplimos los cincuenta hemos sido testigos de la España de la austeridad y privaciones en la que vivían nuestros padres, generación que sufrió la Guerra Civil, y de toda la evolución económica que sucedió en este país, principalmente desde la llegada de la democracia y entrada en la Comunidad Económica Europea con su gran cobertura social o estado del bienestar, que permitió la formación de una amplia base social de clase media privilegiada, entre la que creo que me encuentro, que puede tener un coche alemán y una casa en el campo, (pagado todo sin pedir al banco). No sé si pronto no habrá que pedir perdón por el despilfarro en vista de la situación de desamparo en que se encuentra la generación de nuestros hijos con la mitad de ellos sin trabajo, o empezar a ahorrar para la jubilación porque a este paso no va a haber quien pague las pensiones si es que no nos da el soponcio antes de tiempo. El vínculo consumo - puesto de trabajo que lo produzca parece lo suficientemente descompensado como para ir pensando en algo nuevo que no produzca tantos sobresaltos.

Nada duele más que ese 21 % de paro intolerable y ese 46 % de insoportable porcentaje de jóvenes sin poderse ganar la vida justo cuando más ganas hay de trabajar.

Sin embargo, no nos podemos quejar porque en otros sitios están mucho peor y también lo estuvimos aquí en otros tiempos.

parce dijo...

En efecto, Pedro, parece que esta "crisis" es de todo además de económica, había todo un discurso -que diría Foucault- que la legitima

Isabel dijo...

En efecto, todos hemos aportado un granito de arena, pero los políticos, banqueros y grandes empresarios han aportado una playa entera cada uno. Espero que todos tengamos un otoño esperanzador. Besos Isabel.

virgi dijo...

¡Qué bien se te ve! Seguro y alegre.
Besitos.
De los clásicos.

Asun dijo...

Cierto, pero el grado de responsabilidad no es el mismo en todos los individuos. Sí que ha habido muchos que han vivido por encima de sus posibilidades, pero también hemos habido muchos que siempre hemos hecho números para ver qué podíamos permitirnos sin someternos a los bancos, excepto una hipoteca sencillita.

Ya veremos si realmente todo esto nos sirve para hacer un examen de conciencia.

Un beso

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

Pues yo siempre me asombro cuando hablan de la facilidad de las hipotecas.
En mi caso, hace años, cuando tuvimos que recurrir a una, si queríamos comprar un piso, nos pidieron tantos requisitos, tanta cantidad inicial, y tanta seguridad de que íbamos a responder a los pagos, que pensamos lo difícil que era. Pero no fue nada, comparado con el susto ante la lectura en la notaría, parecía que si no cumplíamos iban a acabar con todos los bienes familiares y hasta de nuestros vecinos. Vamos, que salimos encogidos.
Años después, "en la época de la facilidad", cuando tuvimos que vender el piso la pareja que nos lo compró, se vió en la misma situación que nosotros años atrás.
Cuando alguien no puede responder a los vencimientos, él y sus avalistas son los responsables.

¿Quién o quienes son los responsables de la situación de GRAN HIPOTECA en la que nos encontramos?. ¿Quién responde de los grandes despilfarros?.

Suscribo el comentario de Juan Navarro de pe a pa. Muy interesantes todos los demás.

Saludos.

Kety dijo...

Me quedo con esta frase, aunque hay que reconocer,que al débil, lo llevan por donde quieren

"pero no hay verdadera indignación sin previo examen de conciencia"

Un abrazo

matrioska_verde dijo...

Ibas muy bien Pedro hasta lo de las sirenas, porque mira, no todas somos iguales.... je je.

Me crié sabiendo que muchas de las cosas que tenía requerían mucho esfuerzo: muchas horas de trabajo de mi padre, mi madre que era bordadora y bordaba día y noche y la aportación de mi abuela, que limpiaba en los astilleros... Nuestros hijos hoy no ven ese esfuerzo (en muchos casos) y no saben valorar lo que tienen. Deberíamos tenerlo en cuenta y hablarles más del pasado y de los que, en el presente, no pueden disfrutar de lo que nosotros tenemos. Debemos crearles una conciencia solidaria y no que se críen en el egoísmo. Es difícil en este mundo consumista pero yo creo que si vas metiendo, metiendo, y metiendo, al final, aunque parte del contenido desborde, siempre queda algo.

Es aquello de que cuando somos jóvenes no vemos las enseñanzas de nuestros padres, las vemos sobre todo cuando nos hacemos mayores. Ahí es cuando apreciamos el valor de la educación que nos dieron.

biquiños,

Antonio Aguilera dijo...

Nos ha faltado mucho de autocrítica. Nos hemos contentado con las migajas que caían de las mesas de los ricos -según expresión anterior tuya-

Hemos de entonar el "mea culpa" que nos corresponda y no dejar nunca más nuestro futuro en manos de rufianes y malandrines (de esto si que sabía don Quijote)

Fuerte abrazo Pedro de "otoño caliente"

Paco Cuesta dijo...

Dos cortas frases definen todo:
"Estado de bienestar".
"Civilización del ocio".

Jorge Godoy dijo...

USTED TIENE RAZON, PERO EL UNICO ANIMAL QUE TROPIEZA DOS VECES CON LA MISMA PIEDRA ES EL HOMBRE, AH...SI TUVIERAMOS OTRA OPORTUNIDAD, NO.

Marina dijo...

Los cantos de sirena son peligrosísimos por hermosos y volátiles...y los anuncios de los "bancos amigos" mucho más.

Un abrazo profe.

Mª Antonia dijo...

Hola Pedro:
Cierto lo que dices, pero con algunas puntualizaciones o excepciones. No todos hemos vivido como ricos. Es más, creo que la mayoría del pueblo llano, no ha vivido por encima de sus posibilidades. Lo que ha pasado es que aquellos que han tenido(y tienen) el poder en sus manos y la capacidad de decisión sobre nuestro futuro, han actuado mal y se han creído los reyes del mambo. Han hecho y deshecho (con el dinero de todos y el sudor de nuestra frente) a su antojo sin tenernos en cuenta, sin consultar con la mayoría ... y se han cargado el chiringuito, del que ahora, todos, pagamos unos platos rotos que no hemos roto. Al menos, en los casos que conozco y en el mío propio. Trabajamos sin descanso, pagamos nuestros impuestos, jamás he pedido un crédito para irme de vacaciones y procuro educar a mis hijas lo mejor que puedo y sé (como a mí me educaron mis padres), valorando lo que tenemos y lo que somos. Jamás he tenido sueños de grandeza más allá de mis posibilidades ni jamás he querido ser rica... pero lo único que pido a aquellos que nos manejan como marionetas, que no me pisen más y me quiten sus malditos zapatones de mi cuello. Nos estamos ahogando, Pedro, con nuestros hijos en la misma "patera". Y sí, estoy indignada.
Un abrazo