martes, 12 de julio de 2011

Sobre prosa poética y profesores acomodados.

Un comentario de Elisa (habitual presencia en este blog y poeta constante como demuestra en los suyos) en mi entrada sobre Las leyendas becquerianas y la prosa poética moderna en español, nos llevó a intercambiar unos interesantes correos electrónicos sobre la consideración de la prosa poética y la poesía desde Bécquer hasta ahora. La aportación del poeta sevillano, como dije, fue considerar ambas como iguales y tratarlas desde el mismo sentir poético: tanto la prosa poética becqueriana como su poesía lírica nacen de la misma temática y mundo poético, sin más diferencias que donde en una se mide el ritmo a partir de la composición en frases y párrafos en otra se mide cómputo silábico y estrofa.

Lo esencial del intercambio de opiniones entre ambos fue constatar, de nuevo, cómo algunos retóricos y profesores no comprenden esta esencial unidad de la prosa poética y la poesía modernas y siguen explicando ambas como hechos diferentes, como si no les bastara que los grandes poetas del XX hayan mezclado ambas en su obra e, incluso, en un mismo poemario. En esto, como en tantas otras cosas, Rubén Darío, que había asumido antes que nadie la verdadera razón de ser de la obra becqueriana, se adelanta proponiendo el modelo de Azul... (1888-1890).

Pero parece que algunos profesores y retóricos siguen sin llegar al siglo XX en su formación y explicaciones. Por suerte, son los menos. Eso espero.

21 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Profesores que llevan toda la vida contando lo mismo, los hay.
Acomodados o apoltronados,con Bécquer o con lo que sea.

Besos

LA ZARZAMORA dijo...

Los que llevan empolillados los apuntes desde que se sacaron la carrera haylos, ya lo creo.
Besos, Pedro.

Anónimo dijo...

Confieso que no puedo opinar...solo leo con interés e intento aprender.
Recibe mis saludos.

lichazul dijo...

siempre me sorprendes Pedro!
sin duda razón llevas, y tienes mirada amplia y eso es todo un estímulo para quienes aprendemos de poesía

lamentablemente en todos lados pasa y no solo en la literatura esto de quedarse pegado y aferrado al pasado y endemoniar a las nuevas tendencias

lo peor es que he visto y oído a quienes siendo jóvenes siguen esas "escuelas rígidas" y denostan a quienes experimentamos con las formas y las temáticas

besos y pasa un excelente miércoles
acá esperando el partido por la Copa América jajaj Chile -Perú:)

María dijo...

Siempre aprendo cuando te leo Pedro.

Estaba mirando en el lateral de tu blog que también está "La Acequia" en You Tube? mañana con calma, volveré, y pincharé en ese enlace para ver a "La Acequia" desde You Tube.

Un beso.

José M. Martínez dijo...

Sí, Pedro, a esos colegas, además de las leyendas de Bécquer y 'Azul...', les convendría leer también el 'Lunario sentimental' de Leopoldo Lugones, donde se combinan no solo poemas y narraciones sino también varias minipiezas teatrales de diferentes subgéneros. Toda una muestra de que ese tipo de antiguas clasificaciones suele oscurecer más que ayudar la comprensión de la literatura. Saludos.

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

La poesía se vive y se siente. Si además se tiene la suerte de encontrar a alguien que la ama y que sabe literatura, pues: ¡maravilloso!.

Gracias, por estas lecciones, y por todos los comentarios, para hacérnosla llegar.

Un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

Pues yo igual que ANNA JORBA RICART. Sigo aprendiendo. Besotes agradecidos, M.

Txema dijo...

Me sumo a los aprendedores, si es que se me permite la palabra en cuestión.

Saludos

Martine dijo...

Saciamos nuestra sed de saber en estas aguas de la Acequia.
Besos, Pedro.

El cuaderno de la mesa camilla dijo...

Los textos antiguos estaban compuestos en verso, porque estaban destinados a ser memorizados. Así pasa con el Corán, la Biblia, el Mahabharata o la Ilíada o la Odisea. Un buen texto en prosa suele tener ritmo en cada párrafo y en cada frase. Otra cosa es el lirismo, más raro en prosa, aunque hay algunos textos de Aleixandre difíciles de encasillar y, cómo no, Juan Ramón Jiménez con Platero.
Cuando el escritor no se encasilla en prejuicios o apriorismos, me parece la cosa más sencilla. Él cuenta, describe, canta,... y no elige sino que es el propio discurso emocional el que le lleva a hacer más cortas o más largas las líneas.

pancho dijo...

En mi opinión la principal premisa que un escritor debería tener en cuenta a la hora de escribir es hacer algo atractivo para el lector; si puede ser novedoso, mucho mejor. Los lectores se pueden hartar de leer siempre lo mismo. Un ejercicio obligatorio para ellos debería ser leerse y darse su opinión sincera.

En esto Bécquer era intransigente, por eso su producción poética es tan breve: huye de las repeticiones y de la monotonía. Las cosas se dicen una vez y basta. Seguro que entre sus intenciones estaba la vuelta a la oralidad o la transmisión de la literatura a través de la palabra dicha o cantada.

Excelente reflexión que el blog propicia.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Como en todo, supongo que en la interpretación de los maestros, también se evoluciona y cambian los puntos de vista. Lo importante es no negarse a considerar nuevas propuestas, de otro modo, uno se estanca y se apolilla.

Un abrazo.

Esilleviana dijo...

hoy no puedo aportar nada, solo leer y aprender. Para empezar no se me había ocurrido "una se mide el ritmo a partir de la composición en frases y párrafos en otra se mide cómputo silábico y estrofa".

aprendiz
:)

Delgado dijo...

Bueno, en este caso sería interesante que algún experto con un punto de vista contrario nos mostrara su argumentación.

De todas formas el siglo XX en según qué cosas no se explica como debiere.

Lola Fontecha dijo...

Dicen que "cada maestrillo, tiene su librillo" lo triste es que algunos todavia siguen utilizando "el catón" de los años diez mmmmmmm, es lo que tiene jejejeje. Un beso Pedro

omar enletrasarte dijo...

'profe' usted es el que sabe, nosotros aprendemos...al tiempo que a veces salimos a decir unos versos animados de que estamos construyendo poesía...
un gran abrazo

Asun dijo...

Yo cada vez me doy más cuenta de que hago más mía la frase de Sócrates "Yo sólo sé que no sé nada"

Besos

Antonio Aguilera dijo...

"Azul" de Rubén Darío es un libro poético precioso (o, poesía en prosa o, como quieran llamarlo: pero es poesía se pongan como se pongan algunos). Lo releí en voz alta un día viniendo de vuelta de Jaén mientras mi mujer conducía (qué temeridad!)
Siento no poder acompañeros en la lectura de Becquer; me hubiera encantado, como todo lo que hago con vosostros.

Aunque verano, mi ritmo de viajes no rebaja. ¡Ya llegará el invierno!!

Un abrazo Pedro, y a los amigos de La Acequia

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Te sigo, querido Pedro.

Un abrazo muy fuerte.

Myriam dijo...

Hay, indudablemente, profesores que se quedan apoltronados en el pasado y enquilostados en sus asientos, física y metafóricamete.