domingo, 3 de abril de 2011

Todos islandeses. O no.


Según parece, Islandia, que se convirtió en paraíso neoliberal y ejemplo de prosperidad económica empujada por la misma avaricia que recorrió el mundo occidental en los años noventa, ha decidido declararse insumisa ahora. Exige una salida diferente a la situación actual de la que indican los mismos que nos metieron en ella y que siguen servilmente los gobiernos de las principales potencias económicas, juzgar a los responsables políticos y financieros que provocaron la crisis en la que aun estamos inmersos y poner todas las trabas posibles al pago por sus ciudadanos a través de impuestos especiales de las deudas provocadas por sus bancos en el extranjero.


Pero me temo que las cosas no son tan fáciles, puesto que los ciudadanos de Islandia se declaran a sí mismos inocentes y víctimas de un engaño: parece que esos políticos y financieros a los que juzgan ahora les fabricaron un paraíso a base de mentiras en las que cayeron embobados e inconscientes. Siempre me ha llamado la atención esta actuación de la ciudadanía.

Por supuesto que debemos juzgar en los tribunales a los responsables de la crisis económica y evitar que vuelvan a la actividad financiera o que tengan retiros de lujo costeados con el dinero que acumularon en épocas de esplendor y que no se han visto reducidos en los momentos actuales, puesto que parece que para ellos la crisis ha sido menor que para el resto de sus conciudadanos, cuando han tenido una mayor responsabilidad en la gestión de la cosa pública que los millones de parados que han provocado. Ahora que nadie se acuerda de las voces que clamaban al inicio de la crisis por la regulación del mercado para hacerlo más civilizado y menos selvático, se debería retomar en serio la elaboración de medidas que impidan que se repita tan fácilmente lo que tan fácilmente sucedió.

Deberíamos desalojar de la política a los que son responsables de la connivencia con los grandes intereses económicos y la financiación irregular de los partidos políticos. En España -ya casi ni nos acordamos-, los políticos de los dos grandes partidos nacionales y los de los partidos nacionalistas que ocupaban el poder en aquellos años de bonanza son responsables de los agujeros económicos de las Cajas de Ahorro -un sistema financiero que los lectores extranjeros apenas podrán comprender- y de su politización extrema que ahora las lleva a su práctica desaparición, lo que afectará indudablemente a las obras sociales que realizaban en un país en el que no hay cultura privada en este ámbito.

Los escándalos de corrupción relacionados con la construcción y la voraz urbanización del suelo salpican a todos estos partidos sin excepción: apenas hay localidad española en la que no se hayan dado casos de este tipo, aunque no todos probadamente delictivos puesto que en muchos casos lo conseguido con el festín inmobiliario se destinaba a un tipo de corrupción tan perversa como la criminal pero más sutil: la moral, puesto que con el dinero conseguido se pagaban nuevos bordillos en las calles o jardines públicos con fuentes nuevas -era un sentimiento colectivo el comentario de cómo había mejorado el aspecto de todas las ciudades españolas- pero también se destruía el sabor local de cada ciudad, se contraban solo artistas afines para las fiestas, se plantaban por doquier estatuas y monumentos sin sentido a precios desorbitados, se levantaban museos sin público y sin posibilidad de autofinanciación, se organizaban actos o festivales con un costo económico dos o tres veces superior a lo razonable para la gestión pública, se derrochaba a manos llenas por todos los lados, etc.

Con ser necesario todo esto que hacen los islandeses, hay algo previo para que yo pueda declararme islandés. Debo pensar que también he sido culpable y que no fui engañado sino que cerré los ojos voluntariamente. De nada servirá juzgar a los responsables que gestionaron el festín si lo único que envidio es que no me hayan dejado parte de su jubilación dorada. Dentro de unos años alguien volverá a venderme otra burbuja financiera y yo estaré encantado por no haber querido hoy ser islandés del todo.

23 comentarios:

Myriam dijo...

Interesantísimo el reportaje que enlazas. Islandia es parte de Escandinavia, pero en todos los años que viví en Suecia, no oi o leí especialmente sobre este pais.

Estoy muy de acuerdo contigo en que los crímenes económicos deben castigarse con todo el peso de la ley, que espero que pese como debiera.

Es lapidario y certero lo que dices de que cada uno de nosotros es responsable por haber cerrado los ojos y sido cómplice de alguna manera. Esta es una lección que no debemos olvidar si realmente queremos un cambio.

Un abrazo

Alimontero dijo...

queridísimo, el análisis que haces hace que hagamos un "mea culpa"....y la verdad que hoy en día no hay país que pueda lanzar la primera piedra....
Elegimos democráticamente por personas que representen nuestros intereses y luego vemos "boquiabierto" cómo la política es solo un juego entre ellos...

Voy y estoy con entrada, definitivamente!

un gran abrazo, como siempre mi querido Maestro,

Ali

Alimontero dijo...

...quise decir "estoy con tu entrada", y no "estoy con entrada"...

gracias!

Ali

Señor De la Vega dijo...

Mi Señor Ojeda,

Comparto su relato del presente, y no soy tan optimista como Usted, sobre que necesite de unos años otra burbuja financiera, porque desde que explotó la burbuja inmobiliaria, el pútrido gas no deflagró en el aire, sino que se diseminó en otras burbujas, algunas propias y otras globales, que siguen creciendo, creciendo y será su destino acabar explotando.

Una son las Cajas, que en lugar de haber sido privatizadas y recuperada la figura de banca pública, se han movido de pequeñas burbujas con escape de gases a burbujas doradas que seguirán creciendo y mal oliendo.
No olvidemos que el precio de la vivienda en España, (soportado ficticiamente por los brazos financieros y las espaldas de españoles endeudados) está descaradamente sobrevalorado.

El otro día, interpelado en el congreso el presidente del gobierno, por la propuesta de una medida que permitiese vincular la hipoteca pendiente a la entrega de vivienda (en caso de impago), defendía Zapatero a la banca y cerraba el paso a la propuesta, diciendo que también “las buenas gentes tenían todos sus ahorros” en los bancos.
Se le olvidó decir, que el beneficio de los Bancos no es compartido por las gentes necesitadas (sean buenas o malas), y que si las gentes hoy en día, con la inseguridad reinante, tienen sus ahorros en esos bancos es porque no existe una banca pública y de estado, donde llevar la nómina o recibos domiciliados.

La caída de un Santander o BBVA, dejaría en bancarrota la economía española, algo por lo que ningún economista decente, apostaría su vida a que no ocurriese, ¿de aquí a unos años, de aquí a unos meses...?. Esperemos que no ocurra, por nosotros, porque sus presidentes aunque sucediese, seguirían asquerósamente ricos.

Sobre las burbujas globales, alucinantes, se encuentra por ejemplo; la del oro y la plata, si buscamos las gráficas de cotización, solo en el último año, recuerdan demasiado a otras desastrosas.
Y lo peor, es que nadie dice que esos metales valen la confianza que uno les ofrezca, hoy 1500, mañana trescientos. Al contrario, los analistas, siguen recomendando su compra y quienes tienen la responsabilidad de aconsejar a los ciudadanos desde el estado, callan.

Islandia, hubiese sido una buena Suiza con el tiempo, si no estalla la crisis; porque no olvidemos que cualquier analista que se precie también hoy le recomendará el Franco Suizo como moneda fuerte ¿fuerte Suiza?.
¿Y qué es Suiza sino una Islandia con mayor recorrido? ejemplo de pozo financiero, enriquecido por la especulación monetaria, las guerras, cuentas ocultas, cuentas durmientes, donde Botines y ladrones con trajes o galones acumulan riquezas (nuestras), en unas montañas.
Y así, seguiríamos con otros más evidentes paraísos financieros, con finas playas, con monos o coronas de reyezuelos, que nos recuerdan, que nos engañan, sin reservas y a las claras.

Lo peor, es que visto el cambio político que se avecina, nos seguiremos deslizando por el barranco, para despertarnos un día, en la portada de periódicos extranjeros:
“España, cayó, y no hay Dios que la levante, sin euro y sin pesetas”.

Suyo, Z+-----

Antón de Muros dijo...

Fórmula recurrente:

Políticos, funcionarios y empresarios inescrupulosos +
ciudadanos pueriles = países en quiebra.

(La disfrutan unos pocos y la pagan muchos)

Un abrazo.

Antón.

Mariluz GH dijo...

Yo no quiero ser de Islandia. Soy tan ilusa que confío en que la justicia hará su trabajo con los ladrones y malversadores que nos han llevado a la situación actual y les harán pasar una buena temporada a la sombra... ¿recuperarnos? pues una vez llegado al fondo sólo nos resta empezar a trepar para salir del pozo... sí ya sé, soy una simplona

abrazos

Merche Pallarés dijo...

Habrá que leer a Sampedro y Hessel. A ver si así ¡reaccionais los jóvenes! Me ha gustado lo que escribe mi querido SEÑOR DE LA VEGA. Besotes revolucionarios, M.

Spaghetti dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
José Núñez de Cela dijo...

Leí de pe a pa el reportaje que mencionas, cosa rara para mi en las páginas salmón, y me quedé con una sensación que comparto contigo. De alguna u otra forma y en distinto grado, todos nos aprovechamos de aquella situación de la que ahora abominamos, contribuyendo a que siguiera.La diferencia estriba en que mientras unos eran conscientes y se aprovechaban al máximo pisoteando a los demás, otros era/eramos inconsciente en gran medida, deslumbrados por el resplandor dorado.
La "valentía" de los islandeses ahora es admirable, quizá, pero su avaricia también lo fue.

Y otra cosa: ¿Qué pasaría si todos los paises, todas sus sociedades, se enfrentaran con sus gobernantes y sus financieros?. ¿Estamos preparados para gestionar el vacío que se produciría? ¿Estamos dispuestos a participar activamente?

Antonio Aguilera dijo...

Los islandeses tratan de ser coherentes: condenar a los culpables.
¿Cuándo se ha visto condenar al vecino del asesino? Bueno sí, en la disctaduras que por un simple chivatazo cortaban el pescuezo al más indefenso de los ciudadanos.

Ele Bergón dijo...

Cuando lei la noticia, pense que todos los ciudadanos deberiamos reaccionar como los islandeses. Tambien estoy de acuerdo contigo que cada uno asuma su propia responsabilidad.

Un abrazo

Luz

jg riobò dijo...

La foto magnífica.
Recomiendo investigar sobre el tema. La realidad no es como se publica.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Es que ese cuento que les (nos) vendieron, tienen patas cortas. Basta leer las señales de la realidad y la información (manipulada siempre) que nos pasan y cualquiera que quiera verlo, logra comprender que los poderosos de siempre apelan al engaño para manejar al resto.
Tarde, quizás, pero es bueno que los engañados estén despertando de su letargo.

Un abrazo.

lichazul dijo...

que buen post Pedro, absolutamente contingente, es tan difícil borrar con el codo lo que se escribió con la mano...
ahora no queda más que asumir el rollo y capear la tormenta lo mejor que se pueda


besos

Euphorbia dijo...

A veces pienso que podemos dejar de ser corderitos y al rato pienso todo lo contrario. Complicado.
Un beso

LA ZARZAMORA dijo...

Lo que no podemos seguir haciendo es permanecer en nuestras burbujas...
España se va a pique y algo habrá que hacer.
Besos, Pedro.

virgi dijo...

Algo habrá que hacer, sí, pero a costa de los mismos de siempre?...
Besitos

impersonem dijo...

Yo sí estoy a favor con todo lo que están haciendo los islandeses... sobre todo en lo que a democracia directa se refiere.

Yo no me siento culpable ni de crisis ni de burbujas... me duele la garganta de quejarme del sistema...

¿Cómo hacemos lo que dices en el quinto párrafo del texto de tu post si no es al estilo islandés...?

Hay gente que no compró burbujas (jamás las compraría) y nunca comprendió por qué los demás las compraban ni cómo podían hacerlo al precio que estaban...

En fin Pedro, lo que dices admite un amplio y profundo análisis que es urgente y necesario, pero no veo a la gente interesada en ello, están a otras cosas que consideran más interesantes, que también son burbujas (conductismo) aunque no se perciban como tales.

Todos los ciudadanos de Europa deberiamos hacer lo que han hecho los islandeses... ¿o hay otra solución mejor?

Un abrazo.

impersonem dijo...

Yo sí estoy de acuerdo... quise escribir.

Señor De la Vega dijo...

Practicar la autocrítica y asumir una parte del peso de la carga, es el camino de la solución que merezcamos, sentirse ajeno a la idiotez ajena o Casandra en un mundo de necios o de sordos, es la cola arrastrada de un cometa, con núcleo helado del peor liberalismo, suponiendo que haya alguno bueno, en un mundo heredado.

Frase memorrable: Los políticos-líticos dejan de arrastrarnos, cuando comienzan a caminar de la mano los ciudadanos para-líticos. Autor Islandés, Myvolcänoss Jodiö

Suyo, Z+-----

Montserrat Sala dijo...

Querido profesor: por degracia veo en tu post del domingo,que están muy bien reflejadas toda las miserias y engaños, que los poderosos han hecho con todos los dineros y los derechos de los desgraciados trabajadores y a todos los pobres inocentes que votaron estos politicachos corruptos.
Jo tambíen tengo confianza que tendrán que respoder ante una ley mas fuerte y menos amiguista que la que tenemos hoy.

Luis Antonio dijo...

Es de cajón (con "a"), SIEMPRE SE DESEA LO QUE NO SE TIENE...

sociedaddediletantes.blogspot.com.es dijo...

No puedo estar de acuerdo con entonar un mea culpa que a mí y a otras muchas personas no nos correponde:
Nosotros no nos hemos beneficiado de la burbuja: la hemos padecido en nuestros alquileres siempre amenazados de subidas "porque es la ley del mercado" que equivale a decir: la avaricia de tu alquilador.

Nosotros no hemos podido acceder a una "vivienda en propiedad", ni primera ni segunda ni tercera.

Nosotros no nos hemos beneficiado de de las reducciones del IRPF por compra de vivienda, y nos suprimieron las de alquiler. Pero hemos pagado el IRPF y todo tipo de impuestos directos e indirectos, sin posibilidad de escaqueo (nosotros los da la nómina raspada)

Nosotros no hemos pagado carísimas entradas por viviendas sobrevaloradísimas con una parte tasada socialmente en dinero negro, delante de un notario que mira para otro lado.

Nosotros no hemos especulado con nada.

Nosotros hemos asistido atónitos a todo el despilfarro público y privado, alucinando con "y de dónde sale el dinero".

Nosotros estamos indignados, y no entonaremos el mea culpa por algo en lo que realmente no hemos participado, sino para pagarlo entonces y pagar ahora los platos rotos (el dinero que se fue a los paraísos fiscales y todo el dinero negro que todo el mundo ha manejado y que aún tiene por ahí escondido).