sábado, 26 de marzo de 2011

Transitos: Subterráneos


Todos los miedos se agarran en la boca del estómago y nos destripan desde dentro. Bajarse en una estación cualquiera y buscar la salida como si esta existiera realmente entre el laberinto de túneles incomprensibles. Aquellos que piensan que saben dónde están y que tienen un plano fiable se engañan para ser felices. Todos los miedos se agarran en la boca del estómago antes de introducirse por nuestras entrañas y recorrernos.

Tránsitos es un nuevo proyecto de videoinvestigación artística
sobre la vida en relación con el  espacio y el tiempo.
   puedes ver los videos con mejor calidadd.

30 comentarios:

stella dijo...

Se me ha agarrado un pellizco en el estómado al leer la forma en que expresas la inquietud ante los metros y sus tuneles sin saber si tomaremos la adecuada o no...
Un abrazo
Stella

lichazul dijo...

no solo el miedo, también la ansiedad absoluta

excelente post Pedro
buen fin de semana
besos

Asun dijo...

La salida siempre existe. Se trata de ir probando hasta dar con el túnel que nos lleve a ella, y mientras la buscamos procurar ser felices con aquello que nos vayamos encontrando.

Un beso

María dijo...

¿Pero qué será que todo va directo al estómago?

Cuando tienes un problema, allá que te va la ansiedad directa al estómago.

Cuando sufres de desamor, allá que te va la pena directa al estómago.

Cuando tienes un examen, allá se van los nervios directos al estómago.

No sigo, Pedro, pero es que así es... todo allá que se va directo al estómago.

Un beso.

Suhaila dijo...

Después de mucho tesón y esfuerzo se logra salir del túnel ...

Abrazos

Mariluz GH dijo...

Pues sí que he experimentado esa angustia, amigo. Mi pánico a la oscuridad 'juega' con mi estómago más veces de las que desearía... A veces la salida está más oscura que el propio túnel

Abrazos

Spaghetti dijo...

Me voy a sacar al perro a la luz de la luna ... en la superficie floridana. "Good night, and good luck".

Euphorbia dijo...

Muchos subterráneos son siniestros. Recuerdo uno que unia las dos orillas de la Avenida Meridiana (una mega arteria de aquellas que parten en dos las grandes ciudades) y que todos lo niños lo cruzábamos deprisa sin mirar atràs. Uno de esos lugares que la imaginación llena de leyendas. Estaba muy cerca del Hipercor y después del atentantado decicieron cerrarlo, no sé si por seguridad a raiz de ello o fue casualidad y ya lo tenían previsto, pero creo que, igualmente, muchos ya no lo hubiésemos transitado más. Ya daba grima antes, pues después ni qué decir.

LA ZARZAMORA dijo...

Y cuando pienso que por esos subterráneos transcurre una buena parte de nuestra vida, se me encogen aún más las entrañas.
Besos, Pedro.

Caminante dijo...

SI SOBREVIVES A LAS DISTINTAS EXPERIENCIAS DE RECORRIDO INTERIOR, QUE PUEDEN SER MÚLTIPLES, TE REENCONTRARÁS CONTIGO MISMO AL FIN, TE RECONOCERÁS Y QUERRÁS TAL COMO ERES, TAL Y COMO TE HAS IDO CONFIGURANDO Y MOLDEANDO. HACIENDO MÁS SUAVES AQUELLOS REBORDES QUE ALGÚN DÍA LLEGASTE A ODIAR Y HOY, SIMPLEMENTE, SON OTRA PARTE DE TI.
Besos desde el Sur: Paquita

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Suscribo. Es así el miedo. Muy gráfico.
Saludos.

Camino a Gaia dijo...

El miedo a la desorientación, a estar perdido, a ver como claudican todas las certezas. Aún no hemos entendido que la verdad no es una meta, es un territorio por el que andamos buscando un refugio para nuestros límites.

Myriam dijo...

Justamente para ser felices (O encontar la paz interna), debemos recorrer bien esos laberintos y enfrentarnos a nuetsros monstruos. Al salir luego a la superficie integrados (Luz y Sombra), se disuelven los miedos que antes nos detripaban por dentro empezando en la boca del estómago.

Myriam dijo...

ES curioso como la mayoría de los místicos de todas las Religiones hablan de la ascención en el camino espiritual y muy pocos hablan de la Katábasis o descenso a los infiernos (personales). Lo cierto es que para poder ascender, primero hay que descender hasta dónde tu mencionas en tu entrada.

virgi dijo...

Viéndo y oyendo tus vídeos, creo que podrías muy bien hacer algo más grande y sólido. De veras. Creo que te saldrían cosas muy atractivas.
Un beso

y del BULEVAR? dijo...

en torno a las antiguas vías del tren. Lo que hasta hace poco era una cicatriz de raíles, encajonada entre tapias en las que se pintaban los grafitis más feos del mundo, ahora se está transformando en una calle arbolada y simpática, a la que ya nos hemos acostumbrado a llamar el Bulevar del Ferrocarril

pancho dijo...

Conseguir un plano o una hoja de ruta que nos llevara a la felicidad sería la mayor conquista del hombre.

Antonio Aguilera dijo...

Bienaventurados: "Aquellos que piensan que saben dónde están y que tienen un plano fiable se engañan para ser felices" porque de ellos es el reino material de la Tierra. Y seguramente morirán sin conocer el abismal infinito que les quedó por ver. La verdad es que a nadie nos dará tiempo.
Tal vez hagan bien en fabricarse una felicidad a su medida.

Antonio Aguilera dijo...

No sé qué pasó con mi nombre....
yo soy el de la entrada anterior: Antonio Aguilera, el antonio de siempre. El revulsivo, lateral, y a veces cansino. No sé quién tocó este trasto y me mandó al anonimato

Luis Antonio dijo...

Ahora sé por qué me duele de vez en cuando el estómago...

mojadopapel dijo...

Todo depende del estado de ánimo,anímate Pedro.

Anónimo dijo...

si ,el miedo justamente nos intercepta alli en la boca del estomago...y comienza a expandirse por el cuerpo y nos devora desde adentro comenzando por las partes mas debiles como el pecho..


quedo medio tetrico mi comentario..

besines pedro y que tengas unos lindos dias primaverales...

SAUVIGNONA

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Tienes razón, la vida es un laberinto enorme lleno de pasadizos por los que nos perdemos. Y sí, todo se coje a la boca del estómago y nnos lo oprime.
Me alegra pasar de nuevo por aquí, hacía ya mucho tiempo que no lo hacía.
Saludos.

Esilleviana dijo...

Nunca he visto uno de estos acueductos subterráneos, que como bien señala, podría constituir nuestro propio interior. El miedo se refleja en todo nuestro cuerpo: el estómago, cualquiera de nuestros músculos, en la piel, el cabello... es curioso.

Me agradó este vídeo y la reflexión.

un saludo

silvi dijo...

Es un estado de la mente.Vienen y van.Besos.

Pilar dijo...

Como que me voy a consolar con esta entrada...Siempre pensé: "Suerte de los que saben dónde están...", y ahora, a lo mejor, tal vez, quién sabe, se engañan para ser felices? Y entonces los que no sabemos donde estamos, somos felices? En fin, juegos de palabras...Nunca me han gustado los subterráneos, sinceramente. Que me den la luz, gracias.

jg riobò dijo...

Necesito aire.

XuanRata dijo...

Pararse y esperar mientras se acerca el eco de esos pasos, que no son otros que los propios.

Ele Bergón dijo...

Segun el filosofo Juan Antonio Marina, la felicidad es la ausencia de miedo. No tener miedo o controlar el miedo es dificilisimo, pero si tengo claro que lo mas importante en el miedo es ser valientes.

Un abrazo

Luz

matrioska_verde dijo...

Todos llevamos el miedo escrito en los genes, nadie se libra de él. Y quien diga lo contrario, miente. Y se engaña. Biquiños.