lunes, 7 de marzo de 2011

Lunes de Carnaval


A mí, el Carnaval siempre me ha parecido poco revolucionario, aparte de que lo considere estéticamente horroroso, salvo excepciones.  No hablo de su origen vinculado a los ciclos de la naturaleza o las motivaciones basadas en la disponibilidad de carne para su consumo en la dieta habitual, ni siquiera de la celebración del final del invierno y la explosión de la luz, porque todo eso ya no tiene ningún sentido en Occidente hoy día.  De lo que hablo es del tantas veces mencionado potencial revolucionario popular del Carnaval.

Tolerado o prohibido, el Carnaval no ha sido más que la diversión del esclavo que busca el desahogo en unos días en los que parece que está permitido todo. Cuando recibía la prohibición gubernativa era más para que no se escandalizaran las familias de bien y las autoridades eclesiásticas que por motivos de orden público: no hay nada más tranquilizador para un autócrata que el escándalo público circunstancial y localizado en unos pocos espacios. Curiosamente, quien más ha disfrutado siempre detrás de la máscara es el poderoso, que podía mezclarse con aquellos con los que no podía hacerlo habitualmente y permitirse desatarse de los convencionalismos.

Hoy, que todos los fines de semana en cualquier ciudad del mundo desarrollado es Carnaval y que cada mes se celebra oficialmente un festejo que se le parece porque lo copia, estos días no se celebra nada diferente, salvo la posibilidad de salir disfrazado -pero no tanto que no se nos reconozca- en cualquier televisión local.

Siempre he pensado que, en ese sentido reivindicativo, todo Carnaval que no comience o continúe el miércoles de ceniza, no merece la pena.

34 comentarios:

Juan Navarro dijo...

No estaría mal que se continuaran celebrando las fiestas que vinculan al hombre con su entorno. Nos haría más humanos y respetuosos con nuestro entorno. El problema es que todo lo acaba integrando el sistema, desvirtuándolo y convirtiendo en consumo comercial. Hasta las revoluciones son objeto de consumo.

matrioska_verde dijo...

Nunca me han gustado mucho las celebraciones mundanas aún así confieso que a veces he sucumbido y me he disfrazado para asistir a alguna cena pero nunca me ví contagiada de ese espíritu carnavalesco. No acabo de entenderlo. Biquiños,

matrioska_verde dijo...

Ahora acabo de recordar los carnavales de cuando era pequeña, nos disfrazábamos con las ropas de nuestras madres o de nuestras abuelas pero ahora el Carnaval como tantas otras fiestas se ha comercializado.

biquiños,

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Solo puedo opinar desde el punto de vista histórico general y desde el punto de vista de gaditano de adopción... desde el primero coincido contigo... pero amigo en Cádiz cuando en España la dictadura lo prohibió se siguió celebrando, con sus críticas y sus reivindicaciones.

Hoy desde luego se celebra desde el punto de vista tradicional y de fiesta popular... pero aún existe (y seguirá existiendo ) la reivindicación y denuncia social que llevan a cabo desde las agrupaciones carnavalescas: chirigotas, comparas, coros y cuartetos...un abrazo

Fernando López dijo...

Hola pedro:

A mi el Carnaval como otras fiestas ni fu ni fa. Creeo además, que ha perdido todo sus caracter histórico para convertirse en una especie de pachanga. Los que lo celebran bien, los que no también.

Creo que es un tema muy personal.

Un saludo

lichazul dijo...

pues acá en Chile los carnavales son contados con los dedos de una mano y sobran dedos jaja, no somos muy dados a este tipo de organizaciones , será la latitud?
en verano se intentó hacer uno , pero este año lo cambiaron y quedó relegado a sitios cerrados y para ciertos invitados:(

de todos modos sería bonito participar en uno y tener algo que contarle a los nietos:))

un abrazo Pedro

Lola Fontecha dijo...

Un punto de vista el tuyo, que aunque muy personal, por diferente es muy interesante. Un beso

Grandolina dijo...

El carnaval, hoy en día, de reinvicativo tiene muy poco, pero pienso que sí de tradición, y la verdad mejor ésta que nos impongan halloween.

Un beso.

Asun dijo...

Yo durante unos años he vivido el carnaval a tope, y me encantaba. Ahora lo tengo un poco abandonado, pero reconozco que no me costaría nada retomarlo si se me presentara la ocasión.
Eso sí, a mí no me des el carnaval comercial, ese de desfiles ordenados y con trajes que te cuestan un pastón. Lo que me gusta es el de andar por casa, el que sigue siendo crítico con la realidad del momento y reivindicativo, que en algunos sitios todavía existe.

Besos

María dijo...

No me gusta el carnaval, ni tampoco me gustan los disfraces, me gusta la gente que es transparente sin máscaras.

Un beso.

saludos dijo...

máscara entre máscaras

andamos todos enmascarados, ya lo sabes

Señor De la Vega dijo...

Mi Señor Ojeda, ir disfrazado, no resulta demasiado cómodo durante todo el año, ni demasiado original ni apetecible cuando todos se disfrazan y se repiten los motivos.

Supongo que yo no soy quien para criticar el Carnaval siendo hoy con mi máscara, uno más de sus personajes.

Reconozco que jamás fui miembro de comparsa ni los bailes de percusión callejera ni de rondalla me entusiasman ni soy amigo del barullo y coro.

Pero si no solo quedan en eso, no me disgusta la murga con chirigota y la crítica mordaz, eso sí, en la cara del criticado y con la acción judicial y/o social el día de antes o después sobre la plaza.

Suyo, Z+-----

Myriam dijo...

¡Qué chulo el gato!

Myriam dijo...

Tienes razón en que tenemos demasiados carnavales los fines de semana, etc: la vida se nos está convirtiendo en un perpetuo corzo.

MIMOSA dijo...

Vivo en una ciudad donde el culto al carnaval es todo un mundo, donde la locura se apodera de las calles inevitablemente, donde el carnaval ya dejó de serlo para convertirse en "otra cosa" a la que no se que nombre ponerle, por mucho que se quiera vender la careta que lleva puesta. Hay actos que siguen teniendo su encanto,no lo dudo, pero no consigo entender cierta hipocresía en estos momentos, en que viendo la situación que se vive a diario en la calle, se permita este derroche de lujos. Tampoco entiendo como se han apoderado de las calles chavales de 16 años, ebrios sin ningún sentido, que sienten un menosprecio por la vida innato sin saber siquiera como se deletrea la misma. No se porque todo tiende a degenerarse, no recuerdo cuando se traspasó la línea del divertimento.
Besos Pedro.

Mariluz GH dijo...

Desde luego el carnaval es lo menos revolucionario con lo que nos podemos topar. Pero a mi me gustan los de Cádiz, con sus letras reivindicativas y sus burlas a todo cuanto se mueve bajo el cielo :)

Abrazos Maese Pedro

Euphorbia dijo...

El carnaval es como todo hoy en día, vacío y de cartón piedra, una excusa para hacer algo que se salga de la rutina pero asegurándonos de volver todos al mismo cauce nuevamente.
En el caso de los niños lo veo diferente, no veas lo contento que estaba mi nene vestido de cocinero el viernes...
Besos
Gemma

Merche Pallarés dijo...

Como dice EUPHORBITA, los carnavales para los niños. El hereu debió de estar precioso como cocinero, ¡para comerlo! Besotes, M.

Kety dijo...

Siempre me ha sido indiferente, pero ahora, me gusta ver como mis nietos disfrutan -inocentemente- disfrazados.

Natàlia Tàrraco dijo...

Desde siempre Carnavales o algo similar; Saturnalia, Lupercales, Bacanales...solstícios celtas, druídicos, natura celebrada por el pueblo.
Hoy me repele disfrazarme porque toca, me molestan ruídos cerca de casa, me irrita tener que alegrarme a toque de calendario.
No hacen falta carnavales para disfrazarse sutilmente.

Tesa dijo...

Quizá, hace algún tiempo, tuviera ese significado revolucionario. Ahora sólo se trata de pasarlo bien -disfrazados de lo imposible- con una excusa más.

Saludos.

Manolo dijo...

Como bien dice el Señor de la Vega, tenemos puesta la máscara a diario. Es difícil ser nosotros mismos, haríamos daño o nos lo harían.
De lo que no estoy tan seguro es en lo de que el carnaval, igual que el resto de las fiestas populares, haya perdido el sentido antropológico. No estamos tan evolucionados como la enorme colección de "cachivaches" tecnológicos nos puede hacer creer.
Un abrazo, Pedro.

virgi dijo...

¡Pues no veas por aquí! Un montaje impresionante, no sabría decirte si cercano a la gente de la calle. Creo que sí, porque no sabes cómo se agotan las entradas para cualquier actuación o concurso. A mí me chifla un disfraz, pero hace años que no participo, mi lugar tiempo ha que está ocupado, je je.
Besitos

XuanRata dijo...

Reivindicar la fiesta por la fiesta misma, si eso fuera posible sería lo más revolucionario de todo.

La foto viene que ni pintada.

impersonem dijo...

Tal como tú dices, estas fiestas son más de desfogue del esclavo que de reivindicación de nada... yo tengo ya mis años y nunca vi ninguna reivindicación en estos días... folklore vacuo según el entender de cada cual... aunque en algunos sitios, como Cádiz, con sus murgas puedan reivindicar (criticando o ridiculizando decisiones del poder) algo.

En fin, salvo raras excepciones en las que la cosa está más organizada y tiene su propio halo o parafernalia, el carnaval no pasa de ser un "lucimiento de máscaras y disfraces".

Abrazos.

jg riobò dijo...

Magnífica foto.
Utopia al fondo a la izquierda.

Paco Cuesta dijo...

Me parece una oportunidad para hacer algo diferente. Resulta curioso que en épocas de prohibición, ésta sólo alcanzaba a los menos favorecidos,
economicamente hablando.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Leido, entendido y comprendido.

Y compartido.

Un abrazo.

elena clásica dijo...

Sí coincido contigo, querido Pedro, la celebración actual se ha convertido en un carnaval del carnaval. Todo está gastado, visto y disfrutado, todo llevado hasta el cansancio una y otra vez, dijo José Martí:
"¡La edad es ésta de los labios secos!
¡De las noches sin sueño! ¡De la vida
estrujada en agraz! ¿qué es lo que falta
que la ventura falta? ..."

Una celebración como otras tantas facetas del ser humano comienza a carecer de sentido:
¡Así el amor, sin pompa ni misterio
muere, apenas nacido, de saciado!

Que vuelva don Carnal, a vencer a doña Cuaresma, con toneladas de deseos prohibidos, no de deseos saciados, ahítos y repletos de sinsentido.

Un besazo, querido Pedro.

LA ZARZAMORA dijo...

Que lejos quedaron aquellas viejas Carnestolendas ;-)
Besos, Pedro.

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Nunca he seguido esta fiesta. No soy nada de Carnavales. un abrazo.

pancho dijo...

Sería mejor dejar a ese gato tranquilo, tiene malas pulgas.

Unknown dijo...

Lo que festejo de éstos carnavales es que me llamó la atención ver el aviso de tu post en un blog amigo, y me vine hasta aquí. ¡Lo bien que hice!
Tenés un blog estupendo. Me acabo de hacer tu seguidora.
Te invito a conocer los míos, será un placer verte por allí.
Un abrazo desde Buenos Aires

Gabiprog dijo...

revolucionario...
reivindicativo...

Qué palabras tan raras en esta entrada... Me voy a la web del RAE...





;-)