miércoles, 17 de noviembre de 2010

Peluquería Karina


A veces a uno le entran ganas de cortarse el pelo aunque no lo necesite. Mi madre me acostumbró a visitar las peluquerías según el ritmo escolar: a principios de septiembre, para que los profesores me vieran -por lo menos al inicio del curso- presentable; no antes de Navidad, por el miedo a pillar un catarro en período escolar -sigo asociando el primer catarro de la temporada con un corte de pelo reciente y jamás voy a una peluquería si sé que va a cambiar el tiempo-; en Semana Santa, para prepararse para la primavera; a principios de verano, para estar cómodo en vacaciones. He sido fiel a varias peluquerías cercanas a mis distintos domicilios: de hecho, cambio antes de frutería o de quiosquero (otra cosa que me cuesta mucho) que de peluquero. Suelo ir con calma, antes de la hora en la que me han citado -esta es una novedad, antes las peluquerías masculinas jamás daban cita- y me dedico a leer el periódico y las revistas que jamás me compraría para casa. Cuando estoy fuera y necesito cortarme el pelo, no entro en el primer local que me sale al paso y dedico un buen rato a decidir dónde hacerlo. Algún día debería contar mis motivos para entrar en locales que parecían de mediados del siglo pasado (hay pocos que hayan sobrevivido a la especulación urbanística) o en otros que eran tan modernos que ni siquiera parecían peluquerías, sino cabinas de naves espaciales.

31 comentarios:

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Pronto te contaré mi historia con las peluquerias, querido amigo.

Un abrazo.

Isabel dijo...

Eres interesante hasta para cortarte el pelo. Besos Isabel.

Luis Antonio dijo...

En la primera peluquería que fui en Barcelona, tras sentarme en el sillón, el barbero - entonces se les llamaba así - me preguntó: ¿Hablamos de fútbol o prefiere el "Plai Boy"?

Lola Fontecha dijo...

Cuentalo no nos dejes con la duda, anda siiii, por favor. Que conste que te he dicho la palabra mágica. Un besito

J. G. dijo...

en mi tierra son perruquerías, una variación más

María dijo...

¡Qué poco me gusta ir a la peluquería! voy cuando verdaderamente lo necesito, no más, creo que es una pérdida de tiempo esa espera, y no suelo ser fiel a las peluquerías, porque no estoy casada con ellas jajaja, me gusta cambiar, suelo ir a donde me guíen mis pasos y mi intuición.

Un beso.

Asun dijo...

Pues yo también guardo fidelidad a mi peluquera, y sobre todo desde que en los lava-cabezas pusieron unos sillones con masaje incorporado. Se levanta la parte de las piernas y quedas en posición prácticamente tumbada, y el masaje a lo largo de la columna resulta super relajante. Como tú comprenderás, eso no lo cambio así como así.

Besos

PD: Ah, y además me gusta cómo me cortan el pelo jejejejeje

Spaghetti dijo...

Mi madre y mi abuela fueron peluqueras hasta morir y yo lo lo soy por los pelos. Cuando me llevaron a Bilbao a hacer un curso intensivo de tintes y permanentes no había peluqueros masculinos en Burgos, cada cabeza que cogía tenía tanta expectación como si viniera de París a dar una exibición, hasta que le pintaba las orejas a la pobre voluntaria. Siempre me gustó tener la peluquería en casa, abrir la puerta a las clientas, esa mezcla de perfumes y el olor a acetona y a líquido de permanentes. En la peluquería de mi abuela era peor. Todavía usaba el brasero para calentar las tenacillas que cuando las ponía en el pelo, toda la casa olía a pollo quemado. Pero las clientas se iban tan contentas con su pelo ondulado y la brillantina ... pero eso era hace mucho tiempo...

Mariluz GH dijo...

A mi padre, venía el barbero a casa -todos los domingos- para afeitarlo y cortarle el pelo, ya sabes cosas de pueblos pequeños (sí, Marbella también fue uno de esos pequeños)... que recuerdos me has traido, amigo :)

Yo también soy fiel a mi peluquería y es allí donde únicamente leo esa prensa, que yo llamo "revistas de peluquería" jejeje

buenas noches, dos abrazos

Nela dijo...

Yo voy a la misma peluquería desde hace 20 años.
mi peluquera hae lo que yo le digo, no lo que aella le da la gana
Besos
Nela

Unknown dijo...

Dentro de unos días, yo como Cornelius, contaré una de mis últimas visitas a una barbería.
Por cierto, creo que si hubiera pasado delante de la que tu muestras hubiera terminado dentro.
Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

JAN, ¿pero tú vas a la peluquería? Despues de ver tu foto de profeta anacoreta, me dejas con la duda...

¡Por fin! un post alegre, querido Pedro. Me ha gustado mucho ¡hasta la foto! Besotes peluqueriles, M.

XuanRata dijo...

De niño era mi padre quien me cortaba el pelo, cosa que había aprendido de oidas. Hasta los 14 años no entré en una peluquería por primera vez, por lo que para mi tiene la connotación de rito de paso. Y aún hoy cuando pongo mi cabeza en manos ajenas siento una desazón inconcreta.

Hernando dijo...

Increíble, en mi pueblo el barbero,"Pabolo" gran mote, solo tenía un corte aprendido, "estilo cazuela" en teoría se decía que ponía una cazuela sobre la cabeza y lo que sobraba cortaba, lo cortaba por la tarde dspués de la labranza, era una estancia pequeña, un sillón de barbero, unos cuántos frascos de colonias o agua de masajes Floid, y unos cuántos diarios atrasados, "Ya" y "Diario de Burgos"
Un día ya pasando los 10 años, se me ocurrió pedirle que me afeitara el bigote, pues el Carmona, mayor que yo y un poco adelantado a su tiempo, ya se lo afeitaba, la respuesta fué que primero tenía que tener y que lo abonara para que creciera algún pelo. Mis ganas de ser mayor se desvanecieron.
"À la recherche du temps perdu" (Marcel Proust)

Momar dijo...

Yo he encontrado en Madrid una de esas peluquerías que parecen haberse perdido medio siglo. Incluso los grifos y los asientos. Está cerca de donde vivo y no hay que pedir hora. Nunca había entrado en una de esas, pero ahora es "mi peluquería".

lichazul dijo...

que nostálgico y evocador mini relato profe, es muy tierno:)

pues de peluquerias,
la última vez que entré a una fue cuando mi hijo hizo la 1ªcomunión, de eso hace seis años jajajapero por lo general me corto (yo misma) el pelo

la foto muy original
besitos de luz
tenga un jueves precioso

jg riobò dijo...

Yo no entro en una peluquerìa, me pongo en manos de mi mujer y antes de mi madre.

Silvi (reikijai) dijo...

De pequeña,la visitaba para cortarme las puntas;antes comenzar las clases, (aquí en marzo)tenia el cabello muy largo.Ahora corto y con algunas canas la visito todo los meses,y cada salida importante.(4 generaciones pasamos por ahí).Manos,pies y cabello impecables;soy bastante obsesiva.
Original entrada, muy buena foto.Besitos.Silvi.

São dijo...

Posso assinar por baixo? Excepto me ter constipado por causa de cortar o cabelo, o resto é muito semelhante.

Um bom dia, querido Pedro.

Myriam dijo...

En mis 8 años aquí: misma peluquería, cada tres meses independiente de la estación.

Besos

El Gaucho Santillán dijo...

En la peluquerìa de mi niñez (con asientos cromados y barberos vestidos de blanco), funcionaban varias "Sociedades secretas de hombres".

Los jubilados y pensionados del barrio, se juntaban allì, y conformaban:

1) "Comitè de seguimiento de la moral de las mujeres del barrio", que llevaba las cuentas sobre cuantos novios tenìa la hija del panadero, por ejemplo.

2) "Asociaciòn denunciante de sobormos en el boxeo y el futbol", que se dedicaba a hablar mal de los "Referees" y los promotores de espectàculos.

3) "Grupo de insultamiento a cualquier polìtico de cualquier banderìa". Estos eran los mas exaltados.

Que tiempos.

Ahora me corto el pelo solo, con una màquina elèctrica.

Ni loco entro a una de esas cosas modernas, donde hay "metrosexuales"!!


Saludos

LA ZARZAMORA dijo...

Sería incapaz de dejarle mi cabeza a alguien que no fuese Isabel.
Me espero cada vez que voy a España, pero merece la pena.
Es inteligente, sabia, y es un placer dejarle mi pelo pues cada vez que me improvisa algo, salgo más contenta que unas castañuelas. Es mi pelu de siempre, y confío en ella. Cuando no está me dejo la melena larga. No le dejaría mi coco a nadie más. Y cruzando los deditos para que no le pase nada ;)

Besos, Pedro.

Rubén dijo...

Alguien debería escribir sobre ese fenómeno social que son las peluquerías de toda la vida.
Saludos.

marga dijo...

Confieso que voy a la peluquería lo justo, pero siempre me produce placer: me gusta el olor, el masaje, me gusta abandonarme en manos ajenas y expertas y finalmente me encanta al salir, notar el vieno en la punta del pelo recien cortado.

matrioska_verde dijo...

Nos has expuesto aquí toda una teoría sobre el corte de pelo. Por aquí por mi tierra solemos mirar las lunas, sobre todo las mujeres, (Creo) Se debe cortar en creciente para que el pelo crezca más. Cada maestrillo tiene su librillo.
Biquiños.

Ele Bergón dijo...

Nunca me ha gustado ir a la peluqueria y es ahora que la necesito mas, ya se sabe lo de los tintes para cubrir las canas, que me resisto y tengo que hacer un gran esfuerzo para amentalizarme unos dias antes. Suelo ir a la misma y con la misma peluquera que antes fue alumna mia y me trata muy bien, pero con todo y con eso, lo dilato lo mas que puedo.

Se donde esta el origen de esta resistencia. Cuando era pequeña tenia el pelo largo y mi madre al peinarme me daba tirores, mi cerebro aun no ha conseguido olvidarlos, asi que la huella del dolor sigue ahi y se resiste a que alguien me toque el pelo.

Los recuerdos de la infancia son tremendos y dificles de olvidar.

Un abrazo

Luz

oliva dijo...

Debo señalar que coincido con usted: suelo ir a la peluquería una vez terminado el verano, por eso del daño que produce el sol al cabello y de fortalecer al pelo. En enero o principio de año, puesto que desde septiembre no me lo corto... y a mediados de la primavera.

Pero a diferencia de usted, no me gusta repetir en muchas ocasiones en la misma peluquería, puesto que llegan a conocer mis gustos y entonces al verme entrar por la puerta, ellas ya saben que no me gusta cortarme mucho el pelo y por tanto, apenas se nota los cortes. Intento cambiar.

Un gusto leer sus publicaciones.

saludos.

Teresa dijo...

Pedro hay una errata en el titular
No es una "R" es una "N"

"peluquería kaNina"

no me extraña que no quieras entrar

(divertidos comentarios para todo un tratado de pelos y costumbres)

virgi dijo...

Buena portada, dan ganas de entrar a ver qué me harían.
Besos

Nieves LM dijo...

Ir a la peluquería marca estaciones o preludia eventos. Un beso y te deseo una buena semana.

T.M. dijo...

Pués a mí esta entrada me ha recordado, que tengo pendiente una película "el marido de la peluquera"
Saludos Pedro.