domingo, 14 de noviembre de 2010

El final (IV)

Todo en la vida del paseante han sido segmentos. Ni siquiera es tan vanidoso como para pretender que pertenezcan a una línea coherente: eso queda bien en las autobiografías, que son la mejor exactitud de la mentira. Se crece como se vive, no como dice el relato de nuestra vida. Como se vive por dentro, claro, porque la vida externa es una realidad paralela. Sin embargo, al llegar al final muchos intentan ordenar las cosas: el testamento, la casa, la familia. Sienten urgencia: dejar constancia de sí mismos y explican su pasado desde ese punto final. Si viven un poco más, tendrán que corregirlo. Algunos autores de memorias van  el resto de su vida con ese punto final como con una cruz. El paseante piensa, mientras vuelve a la estación para reanudar su viaje, que es mejor asumirse en todas las contradicciones porque dentro de uno hay más líneas que la recta.

29 comentarios:

Myriam dijo...

¡¡¡bue, bue, ahora que te leo, ni pensar en escribir mi autobiografía!!!

Myriam dijo...

¿intento con una novela?

Myriam dijo...

Me gusta eso de que dentro de uno hay mas lineas que la recta... en mi caso, una madeja...

María dijo...

Es cierto, parece como si cuando se va a llegar al final tuvieran prisa por hacer testamento y ordenar sus cosas antes del final.

Un beso.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

"Se crece como se vive por dentro...porque la vida externa es una realidad paralela..."

Estoy completamente de acuerdo.

Bueno, menos mal que el paseante ha decidido reanudar su viaje.

Y si, lineas muchas. En mi caso, todo un "collage"...

Un abrazo

São dijo...

Nunca entendi como podem as pessoas fazer autobiografias, enquanto mais ou menos jovens ...ainda menos.

Uma semana feliz te desejo, amigo querido.

Unknown dijo...

Que difícil me parece –a título personal- poner mis asuntos en orden cuando vivo en un desorden completo de acontecimientos. En un mismo día sería capaz de hacer diez testamentos diferentes desheredando por otras tantas veces a los afortunados herederos de mis vivencias.
Uf…
“Esperemos que el final no me coja con los pantalones bajados”. Palabras estas que solía decir un amigo mío, cuando se le hablaba de lo inesperada que es la llegada del final.
Un abrazo

Lola Fontecha dijo...

Pedro en la vida hay tantos obstaculos que saltar, pero a mi parecer entiendo que no es util dejarlo todo para cuando se acerca el final. Ir acomodando los muebles a diario, aunque haya momentos en los que quizá se requiera cambiarlos de sitio, la casa estará preparada siempre. Un beso

Mariluz GH dijo...

Sin temer el punto y final de mi historia, prefiero quedarme con la verdad de que dentro de uno hay más líneas que la recta.

Abrazo para la semana, amigo

El Gaucho Santillán dijo...

El arte, es la reacciòn humana, ante la certeza de la propia muerte.

Pero no es la ùnica reacciòn.

buen texto.

Un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

¡Me has chafado! Creo que no voy a escribir nada... aunque cuando llegue el punto final ya será tarde. Besotes autobiográficos, M.

Gabiprog dijo...

Hay capítulos que en si mismos ya son una historia.
Algunos epitafios también lo son...
La cuestión es saber si el epitafio marca un final o, un nuevo renacer.

Ele Bergón dijo...

Si dentro de nosotros solo hubiese una linea recta, nunca creceriamos por dentro. ..." es mejor asumirse en todas nuestras contradicciones" y si nos gustamos asi, mejor, si alguna de esas contradicciones no acabamos de quererlas, pues intentemos cambiarlas, siempre que el cambio nos haga sentirnos mejor, si no es bueno que nos quedemos como estamos.

En fin, Pedro, que me haces pensar mucho.

Besos

Luz

lichazul dijo...

absolutamente de acuerdo Pedro!!
somos una constante contradicción bípeda, intentando dar directrices a una existencia , intentando dar coherencia a nuestros estados de ánimo y buscando siempre la manera de ser felices

besitos de luz Profe
y la foto me requetegustó
es todo un ascenso hacia el pensamiento

tenga un precioso día

Hernando dijo...

Yo siempre he alucinado, cuando leo una autobiografía, y que se acuerden de como era el pecho de la madre mientras que el autobiografiado se nutría. Creo que cuando se mira a lo anterior, después del tiempo pasado se trata de edulcorarlo, como hace un terrón de azúcar al sumergirlo en un café. El paso del tiempo hace que sólo se queden los mejores tiempos. Olores como el sabor a magdalenas, recién sacadas del horno (Marcel Proust)

jg riobò dijo...

Ilusión vana el creer que dejaremos algo aquí.

Manolo dijo...

" El paseante piensa, mientras vuelve a la estación para reanudar su viaje, que es mejor asumirse en todas las contradicciones porque dentro de uno hay más líneas que la recta. "
Tranquiliza saber que el paseante seguirá su viaje, aunque cambie de línea y esta tenga curvas y alguna pendiente que acentúe las contradicciones.
Un abraz

Asun dijo...

PEDRO, ¿no estarás jugando a las adivinanzas y nos estará mandando mensajes subliminales?
Es que, hijo, yo ya ando perdida. Será por lo de las lineas perpendiculares, curvas, rectas, elipses y demás.

Besos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Me quedo meditando...hay mucho para ahondar!


Un abrazo.

LA ZARZAMORA dijo...

Y contorneando dichas contradicciones encontramos cierta directiva vital.
Besos, Pedro.

Rubén dijo...

En realidad debemos ser más bucles que líneas rectas.
Una entrada buena para pensar.
SAludos.

Juan Navarro dijo...

En el fondo, la recta es la única línea que no existe.

Martine dijo...

Estoy intrigada, como Asun.. y perdida también.. las lineas rectas no me han gustado nunca..Se pierden muchas cosas por el camino.. las ondulantes ofrecen más, desvíos, recodos.. ves sin quererlo me he ido por la tangente..
Besos.

XuanRata dijo...

Cierto, es una falta de educación no morirse inmediatamente después de una autobiografía. En el fondo confiamos siempre en la fuerza mágica del relato.

Isabel dijo...

Todo lo que dices son sentimientos muy comunes, somos tan diferentes y tan iguales a la vez. No se puede sentir igual el que sube de nuevo al tren para reanudar su viaje, que el que sabe que ha bajado en la última estación del último tren. Besos Isabel.

Jesús Garrido dijo...

siempre lo digo, vivimos del propio rastro o huella, por un lado, por otro, de pensar en lo que vendrá...

Teresa dijo...

"Se crece como se vive"

Paco Cuesta dijo...

Caminar siempre en línea recta, además de aburrido, en ocasiones resulta penoso, resulta divertido variar el trazado -a veces no queda otro remedio- aunque el camino sea más largo.

virgi dijo...

La coherencia no es de este mundo.

Besitos