lunes, 8 de marzo de 2010

Juegos intertextuales, Anabel en Toledo encuentra el Quijote y noticias de nuestra lectura

Cervantes usó como ningún novelista hasta ese momento el juego intertextual con su propia obra. Ya sabemos que la novela se construye como parodia de las novelas de caballería, y que en el Quijote hay referencias a otras obras cervantinas y al mismo Cervantes, pero debemos fijarnos también en los guiños del relato hacia sí mismo en una estructura en espiral que parece volver sobre sus propios pasos para seguir después hacia adelante, lanzándose más allá de lo que había ido antes. En la segunda parte, además, este juego es parte del núcelo mismo de la narración porque el conocimiento de la primera parte por varios personajes -Sansón Carrasco, los Duques, etc.- es uno de los hilos conductores. Pocos autores han conseguido unos efectos tan sorprendentes.

La historia que nos cuenta la Dueña Dolorida trae a la memoria del lector el recuerdo de la princesa Micomicona de la primera parte: en ambos casos se requiere, con una elaborada historia y juego de disfraces, la ayuda de don Quijote para resolver un conflicto propio de los relatos caballerescos.

Así pues, la barbuda dueña parece devolvernos a un punto ya conocido, pero no lo hace de la misma manera que en el caso de la princesa Micomicona. Aquí todo se ha construido para reírse del hidalgo y su escudero y no para ayudarlos. Se refuerza su fantasía caballeresca, pero con fines completamente diferentes.

Curiosamente, aunque el engaño está más elaborado y adquiere formas espectaculares que no podían darse en lo tramado por el cura y el barbero, todo resulta finalmente más burdo: la historia de los amores de la infanta Antonomasia, según la relata la dueña Dolorida, parecería un suceso de barriada popular si no interviniera finalmente el gigante Malambrino. Recordemos que la elaborada procesión del bosque presidida por la figura de Merlín terminaba con una forma nada digna de desencantar a una dama (los azotes en el culo de Sancho). Ni siquiera la dueña es mujer, sino hombre barbado (como la Dulcinea de los azotes era un joven criado): en el travestismo hay también una degradación consciente de la parodia que se apuntó en la primera parte -recordemos que primero el cura y luego el barbero adoptaron inicialmente la caracterización de Micomicona- pero que allí fue rápidamente descartada gracias a la hermosa Dorotea.

Cervantes juega conscientemente con su propio relato para hacerlo crecer y llevarlo a sitios no explorados.

Anabel en Toledo encuentra el Quijote

Anabel, autora de un interesante blog lleno de literatura y reflexión enlazado hace unos meses con La Acequia, me remitió hace unos días unas fotografías que tomó en Toledo en el año 2005, en una exposición que conmemoraba el IV centenario de la publicación de la primera parte del Quijote que contenía muestras de su popularidad: portadas de ediciones de la obra, ex-libris y otros materiales. Elijo, entre las que me envía, ésta de una publicación italiana poco conocida en España. Es difícil viajar sin ver, en cualquier parte del mundo, la popularidad de la obra de Cervantes. Y ahora, que todos hemos caído en esta locura, menos. ¡Mil gracias, Anabel!

Os animo a mandarme imágenes que reflejen la iconografía cervantino-quijotesca o a que las publiquéis en vuestros blogs, para acumular toda la información posible sobre Cervantes y el Quijote. Sobre todo me gustaría publicar imágenes no usuales, aquellas de pequeños lugares.

También os pido que me remitáis autorretratos quijotescos. Recordad que debéis estar con un ejemplar del libro o en actitud quijotesca.

Noticias de nuestra lectura

Merce Pallarés comenta el capítulo fijándose en especial en la intervención de Sancho y en una palabreja que se las trae: propincuo.

Jan Puerta -al que hay que agradecer el esfuerzo en las circunstancias chilenas actuales-, presta atención a cómo Sancho se ha crecido tanto que se atreve con todo. La foto quijotesca que publica testimonia un excelente trabajo en cobre repujado. Acompaña el comentario con una curiosa ilustración de una edición inglesa del siglo XIX.

Manuel Tuccitano acierta al mencionar el tufillo celestinesco del papel de la dueña Dolorida. No os perdáis los enlaces de su entrada.

Pancho llama la atención sobre el manejo del tiempo narrativo en estos capítulos: Cervantes juega con el lector, sin duda. Excelentes las ilustraciones con las que acompaña su entrada.

Paco Cuesta desentraña el truco del que saldrá el caballo de madera, tan importante dentro de poco. Y en la trampa-reto en la que debe caer don Quijote.

Juan Luis comenta el capítulo 16 de la segunda parte y acierta en la interesante lectura moderna que hace del personaje de Don Diego.

Asun comenta los capítulos 18, 23 y 30 de la primera parte: y así llega a la recuperación del burro de Sancho, que tan buenos recuerdos nos trae de aquellos momentos en los que Sancho se muestra tan contento con su rucio.

Cosmo reseña los pasajes más interesantes del capítulo y los ilustra: nos os perdáis su simpático perro, que también la acompaña en la lectura.

Abejita de la Vega sigue dando paso al mayordomo de los Duques que hizo de Merlín: y parece que no le cae muy bien Sancho... No os perdáis su graciosa ilustración. Después publica el comentario del Sanchico -gracias a Ele Bergón- en apoyo de su padre. Este chaval es un buen hijo, aunque quiera aparentar que no.

Antonio Aguilera promete comentar el capítulo de la semana junto al próximo pero, como quien no quiere la cosa, nos deja una cita de Alcalá-Zamora sobre los Duques que no podéis dejar de leer.

Corneliuvs comenta el capítulo de esta semana ajustándolo a dichos locales de su tierra y con la propuesta de que le gustaría leer alguna de las novelas de caballería leídas por don Quijote: tendré que dedicar entrada a esto. Y os envío, de parte de Cornelivs, un mensaje importante. Como sabéis, su blog ha pasado desde hace unos días a ser privado y sólo admite lectores por invitación. Me comunica que todos los que participáis en la lectura quijotesca estáis invitados. Para leer y comentar sus entradas debéis enviarle un correo a corneliusscipio.publiusgmail.com y aceptar después la invitación que os llegue a vuestra dirección de correo. Merece la pena, sin duda, no dejéis de hacerlo.

Enlace con el índice de nuestra lectura, elaborado por Raúl Urbina : Primera parte y Segunda parte.
Enlace con el blog construido por Manuel Tuccitano expresamente para esta lectura y que puede considerarse un agregador con los enlaces de todos los blogs participantes de forma regular, aquí.
Enlace con el grupo en Facebook, aquí. (Este grupo no sustituye a la lectura en este blog y no estáis obligados a uniros: lo usamos sólo como complemento, para informarnos, preguntar y debatir.)
Enlace con la entrada en la que encontraréis sugerencias si os incorporáis con la lectura ya iniciada, aquí.
Si me he olvidado de alguien, hacédmelo saber y lo subsanaré. Recordad enlazar vuestras entradas con La Acequia, para poder encontrarlas.
Vale.

16 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Ese barbado que hace de dueña es mi mayordomo. Estoy con el capítulo XL y,en cuanto he dejado de escribir de Cide Hamete, ya está aquí,invadiendo mi pantalla. No quiere que le llames travesti, que él no conoce esa palabrota. Lo de Micomicona fue una chapuza al lado de lo suyo. Le voy a cantar las cuarenta a este sinvergüenza,que no comapare, aquello era para llevar a don Quijote a su aldea, para curar su locura. Esto no tiene más objetivo que hacer reír a sus señoritos, esos ociosos impresentables.
He disfrutado mucho con tu entrada...
Un abrazo

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

A mi como a ti me parecía un paisaje de la barriadade las tres mil viviendas o el vacie...pero con magos y fantasías.saludos

Merche Pallarés dijo...

Muy interesante ese cartel quijotesco italiano.
Cada vez que me adentro más en el Quijote veo el GENIO que era Cervantes. ¡Qué facilidad de intercalar personajes y situaciones! Aunque aún estoy por leer cómo se zafa de estos barbudos... Besotes cervantinos, M.

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Esa estructura espiral, el juego al que parece invitar al lector, es lo que más me sorprendió en su lectura.

Regresaré a por la entrada del Lazarillo, cuando escuché la noticia me acordé de ti.

Un abrazo.

Concepción Rozalén dijo...

No me había dado cuenta de ese recurso que utiliza Cervantes, me fijaré más. Saludos.

Anónimo dijo...

me gusto lo e lo del la publicacion italiana....es como un afiche o algo asi?? bueno pedro siempre recopilando cosas sobre don quijote...muy buen aidea..y hace trabajar a los demas....
te dejo muchos besines y gracias por estar..

:) SAU

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Abrazos para todos.

pancho dijo...

La opinión aceptada de que el Quijote es una parodia de las Novelas de Caballería nos lleva más que a un género literario bien definido a una actitud del escritor ante ellas, a una imitación burlesca, con un elemento de comicidad inseparable. Cervantes las usa como modelo para luego deformarlas de una forma cómica. Utiliza en estos capítulos la ambigüedad de género de las dueñas para parodiar el modelo del que parte – Algo así dice Don Gonzalo Torrente Ballester sobre este asunto en su libro “El Quijote como juego” - que tenían en la librería Cervantes ( que bien conoces) y que estoy leyendo a trocitos y a ratos, hay mucha densidad en sus páginas.

De nuevo otra demostración de tu sabiduría cervantina en la clase de los lunes, también otra vez gracias por tu referencia y el trabajo de poner todo esto en orden.

Quijote con abono extra de tres liras, no podía ser de otra forma.

Asun dijo...

Ya me he paseado por los enlaces que has puesto.

Abrazos para todos.

Myriam dijo...

Que aplicada mi apadrianada...yo todavía no alcancé... además ¿te diste cuenta, PEDRO? ya nos pisa los talones...

Asun dijo...

No, no, MYR; estás equivocada, no es posible que os pise los talones cuando tengo los pies ya a la misma altura jajajajajaja

Besos

Myriam dijo...

Es más, estoy hecha una diletante intertextuada primaveral babieca.......

Myriam dijo...

ves, ves........pues eso.

São dijo...

O cartaz é deveres interessante, sem dúvida.

Un abrazo, amigo meu

Anabel Rodríguez dijo...

Madre mía cuantísimo trabajo. Si crean el premio de difusión de Cervantes, te lo van a tener que dar. Cuantísimo amor por el Quijote se cuela por estas páginas.
Me ha hecho mucha ilusión ver la foto publicada. Prometo ir cámara en ristre por si me encuentro con algún Quijote por la calle. Lo del autorretrato habrá que estudiarlo, porque yo soy más bien redondita y no creo que de el tipo.
Besos

Teresa dijo...

Para mí el mejor disfraz -además insuperable y sencillo de hacer- es el de un hombre transfigurado en mujer.

El Chis... quero
¿di Roma?
¡qué morro!

di La Mancha