viernes, 12 de febrero de 2010

La justicia, en una democracia, ampara incluso a los que no creen en ella. Sobre el caso del juez Garzón.

Una de las muchas diferencias entre entre una democracia y una dictadura consiste en que la justicia, en la primera, ampara incluso a los que no creen en ella. Una dictadura, sea cual sea su signo político, nunca tiene piedad con los opositores: los declara fuera de la ley.

Con cierta frecuencia, en los tribunales españoles, los abogados que defienden a terroristas, consiguen sentencias que dejan libres a sus defendidos a partir de irregularidades en el procedimiento, aunque hayan confesado su condición. Incluso terroristas con sentencias firmes se benefician de errores en el procedimiento de aplicación de las condenas o de fallos administrativos y quedan en libertad. Lo único que se puede hacer, en estos casos, es pedir responsabilidades a quien cometió la irregularidad. Estas cosas nunca suceden en un régimen dictatorial.

Como no soy jurista, no puedo saber si el juez Baltasar Garzón es culpable de lo que se le acusa en estos últimos meses: la ley tiene infinitos recovecos y algunos de ellos tienden a amparar el formalismo de los procedimientos por encima de lo que el sentido común dictamina, lo que suele provocar sentencias que pocos comprenden, más que los juristas. Sí que me sorprende que tantos opinen sobre este asunto sin conocimientos legales pero con una firmeza digna de grandes expertos en la materia. Como siempre, hay quien habla de oídas y quien antepone su posición política antes que la ley y sus garantías judiciales: desean que la ley se tuerza según su ideología. El tiempo y la justicia dictaminarán lo que sea oportuno. Después, será la historia la que juzgue a unos y otros: no siempre la opinión histórica coincide con el dictamen de la justicia en un momento dado. Lo que más ruido provoca, en este caso, es el circo mediático que se ha ocasionado: algunos pidiendo la condena casi sin juicio previo y otros considerando a Garzón una víctima antes de conocer si hubo errores de procedimiento. Detesto la persecución tanto como el victimismo.

He de reconocer que casi siempre me han gustado los objetivos sostenidos por las actuaciones del juez Garzón, desde que saltó a la fama. Me gustó cuando procesó al dictador chileno Pinochet, cuando inició el procedimiento contra los responsables de asesinatos y desapariciones en la dictadura argentina y también coincidí con él en la revitalización de las cuestiones referidas a la Memoria histórica en España y la reparación de las víctimas del franquismo. Pero también soy consciente de las críticas que siempre le han perseguido sobre la debilidad de alguna de sus instrucciones -en especial, según parece, por el exceso de trabajo y el volumen de los casos más populares que instruye-, de la exageración de otros y del excesivo afán de protagonismo. Éste último, sin embargo, aunque no lo buscara, le va en el cargo, así que le disculpo. Lo otro son males demasiado presentes en la justicia española causados por diferentes razones bien conocidas (no siempre achacables a los jueces) y que sería injusto ver sólo en el juez Garzón, como quieren resaltar sus críticos.

Como siempre, una personalidad de este tipo genera enemistades y envidias. Me llama mucho la atención la suma de gente que se ha unido en el ataque al juez Garzón y su forma de actuar en este asunto. Garzón tiene en contra a los que buscan el celo de las garantías de los procedimientos por encima de la intención; a los que lo envidian y odian desde dentro y desde fuera de la judicatura por su forma de pensar y su carrera profesional; a los que le criticaron por su proximidad al socialismo en la época de Felipe González; a los muchos acusados en sus casos más famosos y que cuentan con influencias tanto en medios de comunicación como en sectores políticos y económicos.

Una parte no menor de las causas abiertas contra el juez Garzón y que pueden ocasionarle una condena por prevaricación, nace de la posición de quienes defienden la memoria de la dictadura franquista y que se removieron indignados contra la posibilidad de que tuviera éxito el procedimiento abierto por el juez para investigar el caso de los decenas de miles de represaliados por el régimen de Franco, muchos todavía enterrados en las cunetas y los montes del país de forma ignominiosa y con el silencio cómplice de demasiadas administraciones y poderes fácticos, puesto que ya está suficientemente demostrada la injusticia de esta situación que ninguna ley puede mantener. Estos defensores de la ideología y la memoria franquista ven amparadas sus reivindicaciones contra las actuaciones del juez Garzón en la legislación democrática vigente y su sistema judicial: pueden acogerse, como los terroristas, a unas leyes y garantías jurídicas que no dudarían en anular si gobernaran y, desde luego, en no reconocer para sus oponentes. A partir de ahí, entran en juego los abogados, los jueces instructores y la fiscalía.

El problema de Garzón, fuera del aspecto jurídico, es que intentó hacer lo que la clase política no hizo en su día por el bien de la necesaria transición pacífica a la democracia -recordemos la situación del país en aquellos días y la opción, de la mayoría de los sectores políticos del momento, por un pacto que solucionara la transición desde dentro y sin más corte que la elaboración y aprobación del texto constitucional- y no hace ahora por comodidad o cálculo electoral. En este sentido, los culpables de la situación son nuestros políticos, por su pasividad y dejación en la acción legislativa: sobre ellos recae la voz de las víctimas y sus descendientes, que no buscan más que reparación de la injusticia cometida por los culpables de las represalias y la parodia de tribunales en el franquismo y enterrar a los suyos, puesto que otras soluciones son imposibles y no queridas por nadie. Es curioso que en España haya sido más fácil la devolución del patrimonio material incautado a los sindicatos de clase tras la Guerra Civil que la revocación de unas sentencias dictadas por tribunales contrarios a todo sentido de la justicia (eso en los casos en los que las víctimas fueron juzgadas en los tribunales de orden público sin ningún tipo de garantías, puesto que muchos fueron asesinados sin estas grotescas parodias de juicios).

Si el juez Garzón cometió errores en el procedimiento, debe ser sancionado en aplicación de la normativa vigente como cualquier otro ciudadano y para ello están los tribunales: si es culpable, la condena debe ser proporcional a los daños causados, nunca por encima de ellos. Aunque esté de acuerdo con los fines de los procedimientos que instruye, no puedo dejar de pensar que es el respeto a las garantías judiciales y el procedimiento que marcan las leyes lo que nos distingue de una dictadura. Sería sorprendente, sin embargo, que sólo se mostrara tanto celo en el caso de Garzón y no en el de otros muchos de sentencias e instrucciones deficientes que saltan reiteradamente a la luz pública: haría pensar que sólo hay intención política o rivalidad profesional en este asunto.

Pero no deberíamos permitir que el juez Garzón sea víctima de la persecución y las calumnias de aquellos que no creen en las virtudes de la democracia y que no dudarían en acabar con ella si pudieran mientras mantienen en silencio las tumbas de tantos; ni de aquellos que sólo consideran los delitos del contrincante político y nunca los propios y piensan que la justicia sólo lo es cuando actúa contra el contrario y han visto ahora la oportunidad de eliminar del panorama a un juez que les resulta especialmente molesto. En este aspecto, el juez Garzón tiene todo mi apoyo.

31 comentarios:

Myriam dijo...

Te agradezco toda esta exposición que me aclara lo que está sucediendo en el caso del Juez Baltazar Garzón, que a mí me había sorprendido muchísimo, porque debo decir que el Juez BG es altamente valorado en Argentina y Chile. Nadie como él llevó adelante las causas de los dictadores de esa oscura época en Argentina y Chile.

No me imagino que errores procesales pudo haber cometido en España, como tú dices, sólo los juristas lo saben y eso, entiendo está aún en Juicio. Lo que si me queda claro es que BG tiene muchos enemigos y muy poderosos:

_ los Puristas de lo Procesal
_ Los que lo envidian y odian
_ los que critican su cercanía a Felipe Gonzalez y su socialismo
_ Los acusados en sus más famosos casos (supongo que hay aquí elementos de la mafia también)

En cualquier caso y porque puedan cicatrizar las aún sangrantes heridas de la dictadura franquista, espero que se haga verdadera justicia en este caso, que repito, no deja de sorprenderme.

Abrazos

J. G. dijo...

Son paradojas de la vida, los que no creen en el sistema constitucional se sirven del mismo para derribar al Juez, hablo en términos morales claro, no legales.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Un abrazo Pedro, y feliz fin de semana.

Myriam dijo...

Aclaro: "espero que se haga verdadera justicia en este caso" me refiero a que espero que la causa del juez BG o bien se archive, por improcedente o de prosperar porque se han demostrado vicios procesales, como bien dices, la pena sea acorde a la falta.

Myriam dijo...

Y que, por otra parte, se haga justicia con los familiares de las víctimas del Franquismo. En el párrafo señalado de mi primer mensaje, mezclé ambos temas.

Gabiprog dijo...

Por otro lado, me acuerdo de un amigo italiano que me decia, lo mal síntoma para un pais que es, que los nombres de un juez se conviertan de anonimos gestionadores de las leyes a ser protagonistas de tantas noticias...

Merche Pallarés dijo...

Ecuánime tu exposición pero sigo creyendo que la justicia en este país deja mucho que desear--recuerda todas las sentencias ridículas e injustas-- e igual lo que dice la nieta de Negrín, estos jueces todavía están atados al juramento franquista que hicieron en su momento. Pero, en el caso de Garzón, no veo prevaricación por ningun lado (aunque sea una ignorante leguleya...) solo veo una campaña de acoso y derribo. Es un juez incómodo y hay que sacarlo de la circulación como sea. Fatal si esas oscuras organizaciones fascistas que han presentado las querellas se salen con la suya. Besotes pro-Garzón, M.

Montserrat Sala dijo...

Que duda cabe que el juez Garzón, es por antonomasia el jeuz estrella de todo el Poder Judicial. Por esta misma razón, no es de estrañar que tenga tantos detractores. Ha puesto su mirada en asuntos todavia intocables, e impopulares, i seguro que tendrà que pagarlo. ES verdad profesor, que la justicia dispone de muchos recursos para que las sentencias se declinen hacia uno ú otro lado de la balanza. Tendremos que esperar, creo, para saber que métodos i a qué conclusiones llegarán unos i otros.

Antonio Aguilera dijo...

Pedro, vengo del blog de Cornelivs, y habeis coincidido con la tematica de vuestras entradas.

El ha dejado un enlace para firmar en un Manifiesto Pro-Garzon.

Mi breve exposicion en dicho Manifiesto deja clara mi postura. He escrito:
"Me adhiero incondicionalmente a este manifiesto.

Soy un trabajador autonomo de Priego de Cordoba sin filiacion ni simpatias politicas. Solamente deseo manifestar mi apoyo al juez Garzon, por su gran labor realizada como juez. Es un tio valiente y “Justo”.

Saludos"

Pd: PEDRO podia ser buena idea que montaras dicho enlace en tu texto

Concepción Rozalén dijo...

A ver, yo entiendo un poco del tema, tampoco soy jurista, pero sí especialista en Derecho Administrativo, y como en esta materia, en la judicatura hay jueces que pueden enjuiciar, dictar fallos y autos conforme a las competencias que se tengan. El Juez Garzón no tiene competencia para investigar las fosas comunes, no debió abrir el caso porque no era su competencia, pero sí sé que se están pasando un poco con él, yo creo que debieron multarle o amonestarle pero nunca intentar juzgar una cosa que él pensaba que estaba haciendo bien. En fin, supongo que ahora el franquismo está más vivo que nunca, gracias a esos que lo han, supuestamente, padecido.
Buen fin de semana.

LA ZARZAMORA dijo...

Siguiendo tu ponencia te contestaré a los 3 puntos que expones.

1) Es obvio que una democracia no será nunca una dictadura.
2) Como tampoco soy jurista, no debería opinar, pero como ciudadana víctima de la amnesia histórica en algún momento recordé que tuve Memoria y cuando empezaron a recordármelo, creí que la Justicia y las leyes tenían sentido en la democracia.
3) Con la conclusión estoy completamente de acuerdo.

Un abrazo y buen fin de y buen post.

Anónimo dijo...

hola pedro hermoso como estas? te dire que solo paso a dejarte saludos y he leido un poco los post anteriores lo de los libros,..que me encanta como o haces.....me encanta esto que haces con los libros....

a veces me pierdo demasiado..
besines....

:) sau
gracias por estar siepre...

pancho dijo...

Impecable análisis. De aspectos técnicos no opino porque no tengo ni idea, no he pisado un juzgado en mi vida, esos sitios cuánto menos se frecuenten mejor.

Sí añadiría que si fuera juez chileno no me gustaría que viniera otro extranjero a juzgar a los nacionales. Creo que en nuestros límites hay suficiente tela que cortar sin tener que ir por ahí fuera.

Otro asunto que ha trascendido y que no me gusta es su allegamiento a la jet; los bichos de cuernos no han hecho nada para que haya tanto afán en abatirlos (con escopeta) y ya se sabe quién los frecuentan.

Cuando hay familiares que te dicen que no se adelanta nada con desenterrar huesos, hay que dejarlos descansar.

Nadie le niega que no sea valiente: según he leído es el primero que entra en los zulos de la ETA, pero las cosas tienen un ritmo que hay que respetar y no atropellar.

Lo que veo es que este país tiene mala solución. La valía se valora menos que nada, lo que prima es ser amigo de, o hijo de. La alternancia en el poder se hace necesaria para evitar las servidumbres y redes que se tejen alrededor, que aunque no se eviten, al menos se reparten .

lichazul dijo...

he leído en muchos blog sobre este tema
y lamentablemente la justicia de los hombres siempre tiene los pies de barro, y sin duda por allí se esconden muchas tretas:=)

un mundo de revés
el ladrón detrás del juez


besitos de luz profe
FELIZ SAN VALENTIN!!!!

tejedora social dijo...

como ciudadana chilena, hija de perseguidos políticos, Garzón, me entregó esa esperanza de que un poquito,de todas las aberraciones cometidas en tiempos de la dictadura de Pinochet, podían ser reparadas judicialmente.

Silvi (reikijai) dijo...

El escritor Juan Gelman(lo admiro) y como conocio al Juez.(Página 12)“Conocí al juez Garzón en 1997, cuando, con mi esposa Mara La Madrid, le elevamos una denuncia por el asesinato de mi hijo Marcelo Ariel y la desaparición de mi nuera María Claudia, padres de una niña o un niño nacido en cautiverio del cual supe la existencia por la Secretaría de Estado de El Vaticano. Era el único juez ante quien podíamos hacerlo: no había otro en el mundo dispuesto a escuchar el relato de los crímenes cometidos por la dictadura militar argentina. No había otro juez en el mundo que atendiera las heridas de las víctimas de Pinochet y no hubo otro que decidiera procesarlo”.
Es de terror lo que pretende hacer JUSTICIA española,es uno de los pocos jueces democráticos,que tuvo ese pais.No basta con estar en desacuerdo para acusar a un magistrado de prevaricador… Todo es tan inconsistente,tan mediático;da asco.Besitos.Silvi.

Juan Navarro dijo...

Sólo dos cosas: estamos viviendo las consecuencias, y no sólo por este caso, de que la transición no haya pasado por la justicia, removiendo jueces y fiscales y estructuras del franquismo. Sigue pendiente. Y segunda: no podemos dejar la justicia en manos de sus profesionales, precisamente por tratarse de uno de los poderes que sustentan toda sociedad moderna. La justicia es patrimonio de los ciudadanos y a ellos hay que devolvérsela.

Julio dijo...

Se reaviva el desencanto, aunque queda la pequeña satisfacción de, al menos, la incomodidad de los encantados.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MYR: me alegra haberte servido de ayuda para comprender este caso que, sin duda, os habrá sorprendido a los que conocéis las actuaciones de Garzón en Chile y Argentina. Sería doloroso que, por una cicunstancia procedimental (si es que hubo prevaricación, claro), se apartara de la judicatura a un juez como Garzón. Por otra parte, como digo en esta entrada -y en otras varias anteriores- siempre he sido partidario de que se haga justicia y reconocimiento a las víctimas de la dictadura. Hasta ese momento, la democracia española tendrá una deuda pendiente.

RANDLE: dicen que esa es una debilidad de la democracia. Yo creo que es una de sus fortalezas. Espero que no suceda.

CORNELIVS: lo mismo para ti.

GABIPROG: en efecto. Mal síntoma para un país que sean los jueces los que tengan que hacer la labor de los políticos. No es bueno.

MERCHE: La nieta de Negrín tiene mucha razón moral en su argumento. Hay mucho de acoso contra Garzón, espero que su instrucción no haya dejado ninguna puerta por la que puedan apartarle de la judicatura. Lo que no entiendo es que no se haya aplicado la ley de partidos que si hizo contra el terrorismo vasco a ciertas organizaciones que defienden la dictadura franquista: en otros países con democracia estarían prohibidos.

MONTSERRAT: confiemos en que todo se resuelva favorablemten.

ANTONIO: todos deseamos que Garzón salga con bien de este asunto, en efecto.

CONCHITA: no sé, he oído la opinión de algunos expertos que niegan defectos en esta instrucción. Esperemos la argumentación del tribunal. Hay muchos que han padecido el franquismo: todos los demócratas. Y muchos que fueron víctimas de ese régimen. Todavía quedan algunas huellas, especialmente en determinados comportamientos. Buen fin de semana.

EVA: Como ciudadanos todos tenemos derecho a opinar de las actuaciones de los jueces, en efecto. Pero en el caso de la Memoria histórica tienen más culpa los políticos que los jueces: votemos en consecuencia. Gracias.

SAUVIGNONA: gracias, no te pierdas mucho.

PANCHO: Garzón es un personaje contradictorio, en efecto. Un juez que ha instruido cosas que nadie se atrevía y de una manera que ha hecho replantearse muchas circunstancias, pero también tiene aspectos menos sólidos. Como personaje público, no siempre es tan brillante. Aun así, un juez necesario.

ELISA: en efecto, así anda el mundo. BEsos.

TEJIENDO: sé cuánto lo estimáis por allí. Por aquí tiene admiradores y detractores poderosos. Me alegro de que hayas vuelto por La Acequia.

SILVI: confiemos en que todo se resuelva de acuerdo a la justicia y no tanto a los recovecos de la ley. Besos.

JUAN: De acuerdo en ambas. Pero, sobre lo primero: en aquel tiempo dudo de que se pudiera haber hecho de otra manera. Es más, hubiera sido imposible sin zozobras y graves consecuencias. ¿Hubiera merecido la pena? Quizá sí, pero ¿quién se haría resposable? Hoy es posible, por supuesto: tanto tiempo después no hay posibilidad de venganza, sólo reparación y justicia.
En cuanto a lo segundo, en el momento actual sólo hay dos procedimientos por los cuales los ciudadanos nos hacemos presentes en la justicia: reuniendo una mayoría parlamentaria que cambie la ley o haciendo una revolución que transforme el sistema. Veo ambas cosas altamente improbables en el presente. Por poner un ejemplo, habría que recordar cómo se modificó el proyecto de la Ley de Memoria Histórica al deber reunir una mayoría parlamentaria suficiente.
En el sistema actual, sólo votando se puede ejercer justicia por parte de los ciudadanos. Votemos.

Gracias a todos por vuestros comentarios. Un fuerte abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JULIO: ya sabes que la felicidad va por barrios. Y no suele durar muucho. Y que siempre que llueve, escampa.

Hernando dijo...

Hoy me he enterado que España es el segundo país del mundo, en desapariciones o desaparecidos, y que no hay constancia de ellos,todos en la potsguerra con el genocida "generalillo franco", el primer lugar lo ocupa Camboya con Pol Pot.
Creo que se han unido una serie de juristas y entidades, para promover una ley de ciudadanía (o algo parecido) no soy hombre de leyes, para que la ley de la memoria histórica siga adelante.
Cuando voy por la comarca de mi pueblo, sé que en las cunetas aún hay muertos, asesinados por los pistoleros de la "falange" y siendo niño, ya se comentaba, y me decían, no vayas por ahí, sal de ahí, se referían a muertos anónimos que los habían medio enterrados. Hace tiempo cual fué mi sorpresa cuando estaba mirando un mapa de fosas comunes y salía bien descritos en los lugares que teníamos prohíbido jugar o pasar.
Con esto quiero decir que Garzón, ha podido cometer errores. Pero creo que puede aplicar justicia justa. Y necesitamos una ley de la memoria histórica, para poner a todos en su sitio, y no es remover mierda.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

HERNANDO: hasta que no se hayan abierto estas fosas y honrado a los muertos dándoles sepultura como deseen sus familiares, no se habrá cerrado la ignominia. Pero esa es tarea de nuestros políticos con las leyes: y de nosotros, cuando les votamos. Y, como bien dices, no es remover mierda sino hacer justicia.

Camino a Gaia dijo...

La verdad no es tal, si no es completa, si no es toda la verdad. Hace ya algunos años se produjo en Almería un hecho lamentable, tres jóvenes fueron salvajemente asesinados por fuerzas de la Guardia Civil. Fue el llamado Caso Almería -http://es.wikipedia.org/wiki/Caso_Almería- En pocos casos resultó tan evidente y palmaria la pervivencia de los usos y costumbres de la justicia franquista dentro de la democracia. Se creó una plataforma ciudadana de apoyo a las familias. Nos cedieron un puesto para asistir a las sesiones del juicio. Si algo quedó en mi memoria fue una profunda repugnancia por aquella legalidad, conjunción de connivencias en prensa, guardia civil, estamentos estatales y grupos fascistas.
Seis años mas tarde, la misma sombra se cernió en la investigación del asesinato de Ana Lirola -http://www.elpais.com/articulo/espana/FERNaNDEZ_ALVAREZ/_DARIO/GUARDIA_CIVIL/Dario/Fernandez/acusa/Guardia/Civil/ocultar/informacion/asesinato/elpepiesp/19880220elpepinac_24/Tes/- solo que esta vez me afectó de forma aún mas personal.
No me pareció algo tan extraño que una organización ultraderechista terminara denunciando al juez Garzón. El hecho de que parte de los que lo juzgan hicieran juramento de lealtad a la dictadura me parece algo consecuente y el hecho de que todo tenga que ver con la recuperación de la memoria histórica, y con la investigación de crímenes de lesa humanidad completa el cuadro del esperpento.

Me suena poco menos que a burla oír afirmaciones de letrados en el sentido de que los legos en la materia no deberíamos opinar sobre el tema, o comparar las actuaciones del juez Garzón con las de un Cid Campeador. Lamento decir que no me impresionan las grandilocuencias, las palabras mayúsculas ni el Imperio de la Ley. No habría disputas políticas por nombramientos en el poder judicial, si las ideologías personales no influyeran en el ejercicio de sus funciones.Todos sabemos que disponer de dinero para pagar un buen abogado puede ser la diferencia entre ganar un pleito o perderlo.

XuanRata dijo...

Garzón es una de las pocas personas públicas que ha logrado hacerse enemigos en todos los bandos políticos y esto dice mucho en favor de su independencia. Por otra parte en su afán de hacer justicia, en ocasiones parece olvidar que la justicia se logra sobre todo a través de la política, de las leyes que se dictan, tanto o más que a través de su aplicación posterior. De ahí algunas de sus contradicciones: cuando le faltan leyes que aplicar trata de suplir la carencia con imaginación jurídica, pero me temo que el Estado de Derecho no funciona así. ¿Volverá algún día a intentar el abordaje a la política? Demasiados enemigos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

CAMINO A GAIA: en la historia de la administración de Justicia en lo que llevamos de democracia, hay muchos puntos oscuros. Como recuerdas, no sólo achacables a la labor de los jueces: la fiscalía, la presión mediática y la intervención de los Gobiernos es frecuente. Sucede en todos los países, pero aquí la impronta del franquismo ha marcado demasiado. Sólo puede superarse con los votos que introducimos en una urna y la presión ciudadana para que los partidos políticos cambien las leyes ajustándolas a los nuevos tiempos: pero aquí radica una de las circunstancias más notables de la actualidad española, porque hay un sector de la sociedad española que no lo quiere y sin consensos generales no es prudente cambiar las leyes, so pena de que el siguiente Gobierno vuelva a hacerlo y nos sometamos a un proceso de cambio continuo cada legislatura.
De ahí la importancia de que los políticos más significativos sepan hacer lo que se llama pedagogía política y generen consensos. ¿Los políticos españoles actuales pueden hacerlo?
Difícil. A veces la Justicia no depende de lo que es justo. Lamentablemente.
En cuanto a que los legos en derecho no podamos opinar: podemos opinar, pero la administración de la justicia se basa en cuestiones procedimentales que suelen escapársenos. Puedes tener razón en un juicio, pero perderlo. Sucede todos los días. ¿Cómo cambiarlo? A veces es el procedimiento lo único que garantiza la democracia.
Gracias por tu aportación.


XUANRATA: difícil: imposible. Garzón estaría mejor en un tribunal internacional, lejos de este mundo de envidias y rencores en lo que consiste mucha veces lo que llamamos España.

jg riobò dijo...

Venganza.
Seguimos igual, la guerra no ha terminado.

tejedora social dijo...

Hola Pedro, este es un rincón que nunca he dejado de visitar, el comentario que dejé de Garzón, fue total y absolutamente impulsivo, imposible explicar todas las emociones que me provocó en un segundo, tu artículo. Chile, ha elegido dar oportunidad de gobierno a la derecha, y lo más lamentable, es que han sido los mismos concertacionistas, alejados de los sueños que alguna vez nos unieron, que han permitido que eso suceda, yo no me sumo a los culpables, porque yo no aporté en esa decadencia.

Quiero perdirte, que me recuerdes por favor, el nombre de tu artículo, donde haces mención al blanco inmaculado, que me gustó mucho y me gustaría compartirlo con mis amigos.

Saludos de verano, con aires de invierno, en este sur chileno.

virgi dijo...

Y el mío.
Ya pensaba yo cosas parecidas, pero tú las dices un rato mejor.
Un abrazo

Señor De la Vega dijo...

Mi Señor Ojeda, ¡Cuántas páginas escritas sobre el Garçon!

Existen asuntos en España donde se retuercen las vísceras, igual ocurre en otros estados del mundo, y así cada cual solo es original en los asuntos propios y solo en esos nos definimos con genoma patrio, pero jamás en las formas, por cierto repetidas.

Aquí en España, como fosa común tenemos entre otros temas 'LA GUERRA CIVIL', y las guerras civiles de cualquier país del mundo siempre tuvieron dos bandos, por eso son civiles, es decir, el bando de los civiles callados o acallados y el de los guardias civiles con bigote. ¿Qué tontería verdad?.

Pensar que el poder Judicial se conforma por seres asépticos y objetivos, que aplican la ley sin mirar en quién o porqué la aplican, es tan ingenuo como pensar que no existe la mentira, ni la maldad, ni los celos, ni la ira, ni los intereses, ni el poder, ni la envidia, ni el odio, ni la memoria.

A mí el Juez Garzón, como personaje me merece tantos respetos como "El Tío La Vara" y sus autos me asustan tanto como la frase '¡sus voy a crujir vivos a tos!', pura comedia envuelta en artículos y mención a las leyes. La verdad siempre queda ahí afuera, a la vista de los que miren.

Hoy a él, lo hallamos envuelto en una causa o varias, donde tiene a su disposición todas las leyes que él maneja con vara firme, pocos de nosotros tendríamos tantas herramientas para defendernos y causa moral tan justa para hacerlo. Si no lo consigue, será su error no el nuestro.

Sobre la Guerra Civil, que es el asunto que ofrece entorno ético a los enfrentamientos de fondo, España sigue dividida en partes, la de los 'hideputa' y la de los 'tontos'.
Tontos, los que piensan que los hideputa renunciarán a la Victoria del Bando Nacional. Hideputas los que saben que con su actitud seguirán venciendo en cada amenaza a los tontos que siguen vencidos por la historia.

Yo soy de los tontos, nací vencido por la realidad de la dictadura, por el silencio de las fosas al pie de carreteras, por la chulería de hideputas que enarbolan el fascismo para taparme mi boquita de niño de izquierdas con un puño de violencias, porque los libros de texto, las enciclopedias y hoy Internet me recuerdan aunque me duela, que la libertad y la democracia perdió aquella Guerra Civil nuestra, y que o bien hacemos otra que por fin ganemos o siempre acabaremos vencidos por la historia.

A veces la tentación me tienta, y me gustaría tener agallas de 'hideputa' y reventar los sesos a tanto retrógrado y facha de mierda, pero francamente, prefiero ser el 'tonto' de siempre y mirarme al espejo sin ver un ápice de odio o de raza y pensando ingenuamente que podré cambiar la historia si me empeño en remover la tierra y enterrar a mis muertos y a los tuyos y a los del otro que se calla, sin más bando que el de una lombriz, aireando el pasado enterrado para que fermente el humus del futuro.

Suyo, el cobardica Z+-----

Teresa dijo...

Uf. Esto hay que digerirlo, pues todos tienen parte de razón ¿no?

Lo del "tío de la vara" está bien traído... a impartir justicia según sus propias entendederas.

¿El poder judicial tiene autonomía?
NO, nunca la ha tenido

pero... ¿debería tener autonomía?

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JAVIER: lo malo es que da que pensar si hubiera oportunidad de comenzar otra...

TEJIENDO: en efecto, desde fuera no se entiende lo que pasa. Te envié lo que querías. Saludos.

VIRGI: un abrazo.

SEÑOR DE LA VEGA: el problema es que, por las circunstancias del momento, se cerró en falso. Tardará en cicatrizar.
Aunque parezca tópico, no nos pongamos a su altura, querido amigo.

BIPOLAR: pero hay una parte de esa razón viciada de origen. El poder judicial no ha tenido autonomía verdadera: para que la tenga en parte lo hemos llenado de formalismos y procedimientos que sólo los expertos conocen.