lunes, 23 de noviembre de 2009

Mecenas y jóvenes que marchan a la guerra, más fotografías bejaranas y noticias de nuestra lectura.

Una de las varias formas de lectura parcial del Quijote es fijarse en los motivos con los que Cervantes nos da un muestrario de gran parte de sus reflexiones sobre la sociedad española del momento.

En el capítulo de esta semana, hemos visto la cuestión del mecenazgo, el ermitaño y el adolescente que marcha a la guerra. Tres realidades en un solo capítulo: cultura, espiritualidad y armas.

Los escritores -excepto unos pocos de los que se dedicaban profesionalmente al teatro y eran, además, actores, pero el teatro no estaba bien considerado como obra artística-, no podían vivir de sus textos: no había una industria editorial que lo permitiera ni un público que lo demandara. De ahí que los escritores sin una buena situación económica, buscaran un mecenas que pagara la edición de sus libros y, además, los protergieran de mil y un riesgos. Solía ocurrir que esta intervención no era tan altruista como parecía: bien en los prólogos, bien en el contenido, el mecenas debía salir bien retratado. Más aún: muchos escritores tuvieron que trabajar como secretarios de su mecenas, poner su facilidad de escritura a su servicio redactando memorias, informes u otros textos, cuando no escribiendo obras cuyo principal objetivo era cantar las excelencias de aquel que les protegía o su linaje. Cervantes no fue una excepción.

España estaba llena de ermitas y ermitaños: tantos que llegaron a convertirse en motivo literario. Evidentemente, no todos eran un ejemplo de espiritualidad, sino todo lo contrario. El hecho de regentar ermitas que eran un foco de reunión de los lugares del entorno les daba cierta presencia social que sabían usar en su propio beneficio. Para alguien con un poso erasmista como Cervantes, pero también para muchos moralistas ortodoxos del momento, los excesos de los ermitaños eran motivo de crítica. En el pasaje del capítulo de esta semana hay mucho de esto: la comparación con los primeros ermitaños; las alusiones a las gallinas, al vino, que cualquier lector de la época asociaría con chistes folclóricos; la presencia de la sotaermitaño, etc.

Por último, el adolescente que va, animoso, a la guerra, era una realidad en aquella España. Una de las formas en las que cualquier joven podía salir de su lugar y labrarse una fortuna era esta: fueron miles los jóvenes españoles que marcharon así y que nunca volvieron a su tierra. Contrasta esa alegría al marchar con la amargura de un viejo soldado como Cervantes, que no vio suficientemente recompensada su vida militar.

Más fotografías bejaranas



El mesón bejarano en el que Marina y Manolo hicieron las fotos que he publicado en las últimas semanas depara algunos tesoros más, como aquí podéis ver. Eso sí es corresponder el nombre del establecimiento a los motivos de la decoración: y hacerlo con esmero y atención.. Estas cosas hablan bien de un negocio y de su dueño. Mil gracias por las fotos, queridos amigos.

Os animo a mandarme imágenes que reflejen la iconografía cervantino-quijotesca o a que las publiquéis en vuestros blogs, para acumular toda la información posible sobre Cervantes y el Quijote. Sobre todo me gustaría publicar imágenes no usuales, aquellas de pequeños lugares.

También os pido que me remitáis autorretratos quijotescos. Recordad que debéis estar con un ejemplar del libro o en actitud quijotesca.


Noticias de nuestra lectura

Nuestros protagonistas siguen su paseo por Madrid, de la mano de Kety. Y llegan a un lugar en días tristes para seguir su trayecto turístico-costumbrista por lugares más amenos. Después, enlaza oportunamente el adolescente que va a la guerra del capítulo de esta semana con el Día Internacional del Niño que se celebraba el pasado día 20.

Manuel Tuccitano, además de resumir los aspectos esenciales del capítulo, comenta con acierto la importancia del mecenazgo en la España del XVII.

Pancho nos hace prestar atención a la manera en la que Cervantes nos rompe nuestras espectativas como lectores. Y lo ilustra con un Quijote holandés. Después hace a Sabina cervantino: yo lo veo protagonizando una dramatización del patio de Monipodio.

Jan Puerta también se fija en la acumlación de cosas en este capítulo y entre ellas presta atención sobre todo a la reacción del primo y el retrato de los personajes nuevos. Da cuenta también de dos ediciones del Quijote regaladas por un generoso librero y de una noticia de La Nación.

Cornelivs desgrana los aspectos esenciales del capítulo: en especial me ha llamado la atención su sensibilidad para comprender el engarce que hay con otros momentos de la novela y las hipótesis que lanza sobre la ermita y sobre la sombra de Avellaneda.

Abejita comenta el capítulo: con ignenio, hace que el primo pase de personaje a lector y lo ilustra con zurcido que es una joya de familia. Lo continúa después, con el pasaje de la ermita y la llegada a la venta: no os perdáis las imágenes.

Antonio Aguilera resalta, con su estilo de siempre, todos los pormenores del capítulo: incluso se fija en el pobre Rocinante, cada vez mejor atendido. Por cierto: echamos en falta a Ojito.

Enlace con el índice de nuestra lectura, elaborado por Raúl Urbina : Primera parte y Segunda parte.
Enlace con el blog construido por Manuel Tuccitano expresamente para esta lectura y que puede considerarse un agregador con los enlaces de todos los blogs participantes de forma regular, aquí.
Enlace con el grupo en Facebook, aquí. (Este grupo no sustituye a la lectura en este blog y no estáis obligados a uniros: lo usamos sólo como complemento, para informarnos, preguntar y debatir.)
Enlace con la entrada en la que encontraréis sugerencias si os incorporáis con la lectura ya iniciada, aquí.
Si me he olvidado de alguien, hacédmelo saber y lo subsanaré. Recordad enlazar vuestras entradas con La Acequia, para poder encontrarlas.
Vale.

17 comentarios:

matrioska_verde dijo...

Ya tengo el post sobre el Quijote preparado, imagino que esta semana lo colgaré. Te aviso,
bicos,

Abejita de la Vega dijo...

Me costó un poquillo convertir al personaje en lector,para encajar lo de Cide Hamete. Había pocos narradores y yo voy y me invento uno más. Todo es posible con "La acequia" y Pedro Ojeda...

El primo va a seguir otro capítulo más, aunque en el capítulo XXV sea un simple espectador y no intervenga.

Capítulo mono, como el que más. Monísimo.

Estupendas las fotos bejaranas.

Un abrazo

Pocomancha dijo...

Imagen y palabra conjuntada a la perfección. Saludos.

blogochentaburgos dijo...

Cuantas cosas Pedro¡¡¡¡ Fin de semana productivo evidentemente

Cervantes Project dijo...

Vengo de la pag. Iconografia de Don Quijote.
He estado buscando a Teodoro Miciano en su pag. pero no lo encontré

Pero están dos artistas burgaleses
Rodrigo Román y José Vela Zanetti en Museo Iconográfico del Quijote. Guanajuato. México

Merche Pallarés dijo...

Eso es lo interesante de Cervantes, la descripción de la España de la época, sus vestimentas, sus costumbres.
He leido a todos nuestros colaboradores. Excelentes como siempre. Besotes, M.

Alatriste dijo...

Desde luego la visión del soldado joven así también la situación de cómo quedan al llegar a viejos y el pago a sus servicios sólo podría haberlo escrito un hombre con experiencia militar.

MAJECARMU dijo...

Aunque me he incorporado tarde,trato de leeros y apoyar vuestra lectura del quijote.Siempre he pensado que nuestro querido Quijote es el mejor ejemplo de nuestra doble naturaleza, humana y divina.El hombre que tropieza con lo material y se eleva por encima,sobreponiéndose a sus circunstancias.

Mi felicitación y mi apoyo,Pedro.
M.Jesús

São dijo...

As fotos estão interessantes,

Focares os eremitas trouxe-me à memória os "alumbrados", tão perseguidos.

Besos, amigo mio.

pancho dijo...

Hay mucha variedad de temas tratados en el capítulo, pero qué bien lo trama todo Cervantes para que la historia siga su curso, aunque algo de lío se hace con las idas y venidas a casa del ermitaño.

Ahora el papel de mecenas lo hace el estado; sin las subvenciones mucha de la producción cultural no existiría. Puede que se pierda independencia, pero al menos permite que algunos puedan vivir de sus creaciones.

El personaje del mancebo es de los mejor presentados y más complejos de la obra. Ha vivido mucho para tener sólo 18 años. Interesante desde el punto de vista folclórico por las seguidillas que entona al caminar y romántico y castizo con el hatillo al hombro para no gastar las ropas. Contraste de nuevo entre la alegría que muestra al caminar y su destino como soldado, que tiene de todo menos alegre.

En estas tomas cervantino - bejaranas se ve la mano de fotógrafo.

Si el del bombín apareciera en el patio sevillano no te quepa duda que se haría con el control del descontrol.

Un abrazo

Gabiprog dijo...

Me has hecho recordar una tertulia radiofónica donde un escritor comentaba a la locutora (Julia Otero) sobre el deficiente y deficitario mecenazgo español frente a las mismas figuras protectoras que había en otros países de Europa como Francia.

Sorprendido me he quedado con eso de los excesos de los habitantes de las ermitas...

Anónimo dijo...

Mucho muy interesantes tus análisis sobre el Quijote. En verdad es buena tu página. Gracias por compartirla.

Un placer leerte.

Silvi (reikijai) dijo...

Pase por todo los blog y link… hice un pequeño rally. Muy buenos. Pido disculpas por no dejar comentarios…. Estoy medio liada, como dicen Uds.;espero esta semana,retomar y ponerme al día…Besitos. Silvi.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

No si todavía hay quién se arrima a buen árbol...y si esto sigue así...veremos que leemos. Un abrazo

elena clásica dijo...

La independencia de espíritu del escritor, difícilmente está respaldada por una libertad económica.

Tantos jóvenes, casi niños que van a la guerra y no han de volver nunca, terrible la Historia.

Besazos.

Myriam dijo...

¡Cuántos tesoros depara ese Mesón!

Teresa dijo...

¿regentar una ermita? esto es el acabose. ¿Eran las tabernas los cimientos de los partidos en clandestinidad?

Lo de los mecenas no ha cambiado mucho ¿no?... topa con una buena distribución/publicidad y túmbate a dormir