sábado, 12 de septiembre de 2009

Acuse de recibo: Antonio Gómez, El tocador de pitos.


Antonio Gómez es uno de los mejores representantes de la poesía experimental española de la segunda mitad del siglo XX. Desde la década de los setenta del pasado siglo, ha producido una obra rigurosa, coherente y de gran calado, en la que podemos hallar todas las variantes del poema nacidas tras la experimentación de la vanguardia de entreguerras, desarrolladas por los autores experimentales de los años cuarenta y cincuenta e impulsadas por la postmodernidad a partir de los sesenta: texto, poesía objetual, poesía visual, acciones poéticas, etc.

En su obra hay una profundidad y una coherencia reconocible. Por eso mismo, siempre ha estado presente en todas las antologías, encuentros y estudios dedicados a este tipo de poesía. Suele trabajar Antonio Gómez con la descontextualización y el juego a partir de elementos cotidianos que cobran nuevo significado en la creación poética, lo que produce un impacto en el receptor que le lleva a cuestionarse no sólo el formato de la poesía o de la materia de las cosas, que se cree inmutable o firmemente asentada como principio social. En efecto, en la poesía experimental de Antonio Gómez siempre hay una carga ideológica que cuestiona las cosas y provoca la reflexión a partir de la denuncia, la inversión y un humor serio, que es uno de los sellos de este poeta.

El libro que presento, El tocador de pitos (Badajoz, Diputación Provincial, 2008), parte de una acción creativa desarrollada durante los meses que van de mayo de 2006 a mayo de 2007. Durante ese periodo, Antonio Gómez realizó 26 pitadas, todas ellas documentadas gráficamente y certificadas. De hecho, el libro es eso: la publicación de las fotografías en las que se observa al poeta con el silbato en la boca en los espacios en los que llevó a cabo la pitada y los certificados de los organizadores o de los responsables de dichos espacios. Cuenta con un prólogo del poeta en el que aclara el punto de partida de las acciones. Desde 1987 hasta 2005, Antonio Gómez fue representante sindical y delegado de CC.OO. Durante ese tiempo, participó en huelgas, manifestaciones, encierros y protestas sindicales en las que el silbato -el más cotidiano y humilde, el de plástico que usan los niños en sus juegos- fue una herramienta de protesta. Según confiesa, guardó dichos silbatos en una caja. Una vez terminada su vida como delegado sindical, decide darles un nuevo uso en espacios públicos como "museos, galerías, institutos, programas de radio, de televisión, encuentros, congresos y charlas literarias". A partir, pues, de la descontextualización del objeto usado en manifestaciones sindicales provoca una nueva carga de sentido en las acciones, puesto que el objeto, inevitablemente, lleva en sí parte de su significado original. Todo sin perder su origen de juego infantil y enfrentado a la formalidad oficial de los espacios en los que se desarrolla la acción.

Hay en estas acciones un cruce de hilos que tejen una complicada red: de la infancia a la madurez, del juego al compromiso, de la protesta a la acción creativa, de la formalidad de los espacios -muchos de ellos cargados de literatura y academicismo- a su trasformación por un mero acto que a muchos parecerá carente de sentido o mera provocación, de la multiplicidad de análisis a la simplicidad de alguien que sólo un toca un pito durante unos segundos. El libro no es más que el testimonio de las acciones llevadas a cabo por Antonio Gómez (efímeras y sin afán de permanencia), pero, en sí mismo, es un juego irónico con el objeto libro, como esos certificados oficiales son una reescritura que dinamita la seriedad del certificado administrativo.

Quizá todo en nuestra existencia se pueda explicar por ese acto: un poeta que toca un pito.

21 comentarios:

Marina dijo...

Un poeta puede tocar lo que quiera... incluso el pito, siempre que lo haga bien.
Abrazos.

elena clásica dijo...

Que gusto que existan los poetas experimentales, qué gusto de juegos artísticos.
Besitos.

Merche Pallarés dijo...

¡Suena genial! Lo voy a leer, seguro. Besotes, M.

Hernando dijo...

Cada día se aprende algo nuevo en la acequia, no conocía a Antonio Gómez, pero con los poemas visuales que he observado, ahora sé un poco más de Antonio, pues en ellos destila su pensamiento político, social y humano,en ellos no hay una tapadera que les haga incomprensibles para la gente llana, todo lo contario se muestran desnudos, hablan y expresan.

Antonio Aguilera dijo...

Seguro que aquì se dan la mano el pito y el verso.
Juntos claman por la dignidad del eslabòn màs fràgil de la cadena de producciòn: "el currante".

amelche dijo...

Curioso nombre para un libro de poemas y curioso también el origen, todo eso que cuentas de las pitadas y de su pasado sindical. Antes de leerlo pensaba que el poeta era árbitro o algo así. La verdad es que me han dado ganas de agarrar un pito e irme por ahí a protestar por lo que sea. :-)

Martine dijo...

Me dí un Paseo por los Poemas visuales.. me recordó a Joan Brossa, es un verdadero descubrimiento el que me brindas, Pedro, con Antonio Gómez, lo desconocía, pero ya no...
Gracias una vez más por ir llenando con paciencia y buen hacer todas mis lacunas que no son pocas..
Besitos , muchos, Pedro.

lichazul dijo...

interesantisima entrada nos presentas profe

el autor ha de tocar sin duda todos los artefactos que se le ocurra, y componer su partitura para regalarnos su visión peculiar de lo que la musa le inspira:=)

o como dice mi profe de taller, reciclar lo antes ya hecho y dicho es parte de toda acción poética, y acá nadie va a inventar nada, porque todo ya está hecho :=)

besitos de luz Pedro
que pase un excelente domingo

Amig@mi@ dijo...

Te debo algo hace mucho tiempo, pero no por más días transcurridos menor recuerdo, lo sé y cumpliré.
Hoy me acordé de tí con esto que encontré:
http://www.artelista.com/obra/5374051656118988-seriedomquixote.html
Espero que lo disfrutes :)
Un abrazo

María dijo...

Pues habrá que leer "El tocador de pitos".

Un beso, Pedro.

pancho dijo...

Es curioso, pues para el capítulo 15, tenía pensado poner alguna foto de su exposición de ex-libris del Quijote. No hay gráficos descontextualizados (de moda la palabreja)ni contextualizados de dicho capítulo tan breve.
Algo había visto de su obra. ¡Qué buen poeta y qué imaginación en sus trabajos!
Veo que te has tomado en serio lo de la propiedad intelectual: has cambiado el logotipo picassiano del Quijote. No creo que le pasara nada al susodicho por usarlo.

Isabel Huete dijo...

¡Qué grande es Antoñito Gómez! Merece estar entre los grandes por su ingenio y calidad. Y además es una gran persona.
Un besazo.

Hernando dijo...

A mí me sale el mismo y no lo tienes que quitar, era una broma cierta, y por supuesto no se van a fijar en una cosa tan pequeña. Si hubiera pensado que te lo ibas a tomar en serio no hubiese dicho nada al repecto, intentaba decir únicamente si los herederos de un gran creador tendrían derecho a vivir toda la vida, de la propiedad intelectual y del gran trabajo de Picasso, pensemos que viven hijos, nietos, biznietos..etc.
Lo siento y no me siento bien.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Es increible Pedro: ¡me queda tanto, tanto, pero tantisimo por leer aun...!

Un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

HERNANDO, el segundo comentario tuyo no lo he entendido ¿a qué te refieres? Besotes, M.

Hernando dijo...

Si Merche, no tengo ningún problema. En la entrada de "De alcaldes demagogos en verano. En defensa de la propiedad intelectual" hice al final un desafortunado comentario sobre los derechos de autor sobre la litografía del Quijote de Picasso, en la lectura de los jueves el Quijote, criticaba o ponía sobre la mesa si los herederos tienen derecho a vivir cómodamente gracias a la creación y sudor de Picasso. Y nuestro amigo y profesor Pedro Ojeda raudo y veloz nos ha quitado el logotipo.

Euphorbia dijo...

Me gustaría pasar más a menudo por aquí como podía hacer hace unos meses. Antonio Gómez, al que no conocía, también me recordó al desaparecido Brossa.
Y por cierto, ¿no tuvo problemas con alguno de esos guardias jurados que rondan por museos y otros espacios? A veces dan miedo, la verdad, como para tocar un pito delante de ellos.
Besos Pedro

Merche Pallarés dijo...

HERNANDO, ahora te he entendido. Volví a releer ese post y me di cuenta de todos los comentarios que ¡me había perdido! Al final de leerlos, se me había olvidado lo del logotipo que mencionas. ¿Era de Picasso? Pues, chico, creo que muy pocos nos hubiéramos percatado... No creo que los herederos quisieran cobrar derechos porque nuestro Pedro lo haya puesto como insignia de su post sobre el Quijote, la verdad... Va, haced las paces que el tema no merece que la sangre llegue a la acequia... Muchos besotes, M.

Anónimo dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

La POESIA tiene que provocar sentimientos, y conseguir encontrar alguno -si los poderosos lo tienen-, que logre mover sus conciencias.
Creo que Antonio Gómez, a su manera intenta hacer una llamada de atención, a los que en un momento dado tienen el poder en "sus manos".
Pero no seamos niños. El poder está: "en las nuestras", cuando les votamos.
Tal vez, en esas ocasiones, lo desperdiciamos.
Luego, con pito o sin pito, sólo nos queda lamentarlo.

Saludos. Gelu

P.D.: Me gustaron los Ex-libris del Quijote, de la colección de Antonio Gómez, que puso pancho.

Pocomancha dijo...

No lo conocía, gracias.

jg riobò dijo...

Kaka de Luxe tiene un tema por título "Toca el pito" y otro por título "Pero que público más tonto tengo"; su unión nos dá la performance de Antonio Gómez.