jueves, 23 de julio de 2009

El sueldo de Sancho y una elipsis (2.7).


Ya conocemos estos capítulos cervantinos en los que los hilos se cruzan con otros anteriores y posteriores. Aquí, Cervantes condensa con maestría esta técnica que vimos en la Primera parte de tal forma que nos parece novedosa porque ha alcanzado una asombrosa naturalidad en la disposición de los elementos. Y, en el medio de todo, una elipsis con consecuencias futuras que escamotea al lector, de forma confesa (El designo que tuvo Sansón, para persuadirle a que otra vez saliese, fue hacer lo que adelante cuenta la historia, todo por consejo del cura y del barbero, con quien él antes lo había comunicado), una parte de los sucesos.

En efecto: el ama intuye que la tercera salida está próxima y acude a buscar ayuda al único que en esos momentos puede dársela según su juicio, el bachiller Sansón Carrasco. Pero éste cumple su papel de estudiante burlón y no renuncia a pasar un buen rato a costa de la angustia de la mujer:

- No es nada, señor Sansón mío, sino que mi amo se sale; ¡sálese sin duda!
-Y ¿por dónde se sale, señora? -preguntó Sansón-. ¿Hásele roto alguna parte de su cuerpo?

Todo en su intervención tiene el sentido festivo de la burla. El bachiller quiere disfrutar en persona lo que hasta ese momento sólo ha podido reír como lector:

Admirado quedó el bachiller de oír el término y modo de hablar de Sancho Panza; que, puesto que había leído la primera historia de su señor, nunca creyó que era tan gracioso como allí le pintan; pero, oyéndole decir ahora testamento y codicilo que no se pueda revolcar, en lugar de testamento y codicilo que no se pueda revocar, creyó todo lo que dél había leído, y confirmólo por uno de los más solenes mentecatos de nuestros siglos; y dijo entre sí que tales dos locos como amo y mozo no se habrían visto en el mundo.

Cervantes dosifica muy bien a este personaje para crear un carácter con una raíz común a don Quijote (un lector que participa de la fantasía de lo leído en el mundo real) pero con matices que lo diferencian notablemente (no se cree el juego caballeresco ni tiene la misma altura de miras del hidalgo, puesto que sólo pretende divertirse a costa de sus vecinos): Sansón es la parte más oscura del lector del Quijote, la que disfruta sin miramientos con las excentricidades de don Quijote y se ríe más cuanto más loco parece y mayores golpes recibe. Por eso, su forma de dejarse arrastrar por la fantasía quijotesca carece del atractivo que tiene el protagonista. Su lado burlón también le separa del cura y el barbero, que parecen sus aliados, puesto que sus acciones no se motivan inicialmente por el humanitarismo, la amistad o el cariño.

En este capítulo, además, protagoniza una elipsis que no se resolverá hasta pasado un tiempo. Cuando parece que se va a poner de parte del ama y la sobrina para evitar la tercera salida, tras hablar con el cura aparece en casa de don Quijote animándolo a salir y preparando con él y Sancho la marcha, con la lógica sorpresa de las mujeres, que lo maldicen. Incluso los acompaña en la primera media legua del camino hacia el Toboso.

El diálogo central del capítulo lo protagonizan don Quijote y Sancho y viene a tratar de la condición del escudero como el que tuvieron don Quijote y su sobrina en el capítulo anterior abordaba la del caballero andante. Ambos son complementarios y nos presentan a don Quijote tratando con serenidad un debate en el que los puntos de partida se presentan en términos muy duros: en el anterior, la intervención de su sobrina, que destruía la fantasía caballeresca del protagonista en la intimidad de su casa; en éste, su compañero de aventuras y golpes, le presenta la demanda de un sueldo -recuérdese que ya se hacía en la Primera parte- puesto que no confía en la consecución del gobierno de la prometida ínsula e incluso amenaza con no acompañarlo. Como en la Primera parte vimos reaccionar violentamente (verbal o físicamente) a don Quijote en similares ocasiones, no podemos menos que constatar que algo ha cambiado en el personaje tras el mes de reposo.

En vez de eso, usa de la ironía verbal para destruir el argumento de Sancho: le hace ver, como no cabe menos, que no hay costumbre en los libros de caballería de pagar un sueldo al escudero, pero, sobre todo, le recuerda los famosos escudos (a partir de la confusión gata-rata) y le muestra lo frágil que resulta que Sancho se refugie tras su mujer para pedir el sueldo (en la frase volveos a vuestra casa, y declarad a vuestra Teresa mi intención hay toda una sentencia contra la condición de varón de Sancho en la concepción de la época, puesto que revela que debe pedir permiso a su mujer).

La respuesta de don Quijote deja a Sancho conmocionado (qué bella la forma que elige Cervantes para decirlo: se le anubló el cielo y se le cayeron las alas del corazón), que responde con lágrimas en los ojos a su amo para corregir su demanda, echando la culpa a su mujer, y se conforma con la cláusula en el testamento acordada en la Primera parte.

Obsérvese que esta discusión ya no termina como las de la Primera parte: Finalmente, don Quijote y Sancho se abrazaron y quedaron amigos.

Y así, a los tres días, por la noche pero ya no a escondidas, salen rumbo a la gran ciudad del Toboso. Veremos qué sucede en el capítulo VIII el próximo jueves.

33 comentarios:

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Veamos.

D. Quijote sale, se nos va de nuevo de aventuras, esto esta claro. Pero yo quisiera destacar un aspecto muy concreto: la salud fisica de Alonso Quijano.

En esta segunda parte, al principio, el cura y el barbero encuentran a D. Quijote tan seco y amojamado que "no parecia sino hecho de carne momia".

Lo cual dice muy mal de los cuidados que ama y sobrina propinaron a D. Quijote.

Y ahora creo percibir cierta indignación del bachiller Sanson hacia el ama, cuando habla de las gallinas ponedoras con cuyos huevos alimentaron a D.Quijote.

Sancho la denomina: Ama de Satanás.

En fin...¡yo pienso que este ama y esta sobrina eran un par de reprimidas que solo pensaban en heredar a D. Quijote!

(Mmmm....)

En fin, queridos amigos todos; hoy estoy en plan bromista, de modo que me perdonareis que este comentario os lo haga, medio en serio medio en broma, o "iocandi causa".

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Por cierto:


UN ABRAZO PARA TODOS.

Unknown dijo...

Comienza la aventura andante de nuevo. Con más experiencia, mas madurez, pero esa pizca de locura necesaria para seguir teniéndonos en vilo capitulo tras capitulo.
Curiosa la actitud de la ama y su ultima esperanza visitando e implorando la aparente cordura del bachiller Carrasco.
Menudo viaje nos espera siguiendo la estela del hidalgo caballero, su fiel escudero y su no menos fiel Rocinante, con el rucio que soporta plácidamente a Sancho.
Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

En este capítulo, el ama, ya está trepándose por las paredes pensando que nuestro Quijo se va de nuevo a sus “venturas”. Busca desenfrenadamente al bachiller Sansón que siendo “bien hablado y amigo fresco” le convencería a su señor de no cometer tal locura.

Le halló paseándose por el patio de su casa. Sansón le pregunta porque está en ese estado de desazón y desasosiego. Ella le dice “...que mi amo se sale, ¡sálese sin duda!” “Hásele roto alguna parte de su cuerpo?” le pregunta el bachiller. No, dice el ama “se sale por la puerta de su locura”. Cuenta como vino hecho polvo las dos últimas veces que “se salió” “que no le conociera la madre que le parió, flaco, amarillo, los ojos hundidos en los últimos camaranchones del celebro”. Que se gastó más de seiscientos huevos “para haberle de volver algun tanto” “...como lo sabe Dios y todo el mundo y mis gallinas, que no me dejarán mentir”.

Sansón le cree porque las gallinas son “tan buenas, tan gordas y tan bien criadas, que no dirán una cosa por otra, si reventasen”. Le dice que le reze la oración a Santa Apolonia “si es que la sabe” y que luego el irá allá “y verá maravillas”. ¿Rezar a Santa Apolonia? Eso es solo para el dolor de muelas no “de los cascos”. Carrasco le responde que sabe lo que dice y que no le discuta porque “soy bachiller por Salamanca, que no hay más que bachillear”.

Merche Pallarés dijo...

Estoy teniendo problemas en seguir con mi comentario. Volveré a intentarlo.

Merche Pallarés dijo...

Mientras tanto Quijo y Sancho “platican” en su aposento. Sancho le dice que ya le tiene “relucida” a su mujer. “Reducida has de decir” le corrige Quijo. Sancho que está muy subido en esta segunda parte por el protagonismo que tiene, le ruega que no le “enmiende los vocablos”. Al fin y al cabo él es muy “fócil”. Se enzarzan en una conversación de besugos de si “no te entiendo”, “menos te entiendo ahora” “pues si no me puede entender” hasta que llega a la conclusión de que lo que quiere decir Sancho es que es “dócil”.

Sancho le pide a Don Quijote que en esta nueva aventura que van a emprender, le pague un sueldo mensual porque se lo ha pedido Teresa. Lo enfatiza con una retahíla de refranes: “que ate bien mi dedo con vuestra merced” “que hablen cartas y callen barbas” “quien destaja no baraja” “más vale un toma que dos te daré”. Luego se embala hablando de la muerte “hoy somos y mañana no” “tan presto se va el cordero como el carnero” “la muerte es sorda y siempre va de priesa” no la para “ni ruegos, ni fuerzas, ni cetros, ni mitras” “...según nos lo dicen por esos púlpitos”. En fin, que Sancho quiere saber “lo que gano, poco o mucho que sea, que sobre un huevo pone la gallina, y muchos pocos hacen mucho y mientras se gana algo no se pierde nada”.

Claro que si recibe la “ínsula” le puede descontar su “salario gata por cantidad”. “A veces buena suele ser una gata como una rata” le contesta Quijo. Aquí sigue una conversación de entendidos y no entendidos. Tanto le ha entendido Don Alonso que sabe “al blanco que tiras con las innumerables saetas de tus refranes”. Que el sepa “ningun caballero andante haya señalado conocido salario a su escudero”. “Todos servían a merced”. Si no quiere seguirle que no lo haga porque hay MUCHOS que sí lo harían “si al palomar no le falta cebo, no le faltarán palomas” y “vale más buena esperanza que ruin posesión, y buena queja que mala paga”. Le habla así porque él tambien sabe “arrojar refranes como llovidos.” Que se quede con Dios porque a él no le “faltaran escuderos más obedientes, más solícitos, y no tan empachados ni tan habladores como vos”.

En estas aparecen el bachiller con el ama y la sobrina. Éste le lanza unas flores verbales muy floripondias a nuestro Quijo y le encomienda a que “vuelva a ejecutar sus altos y nuevos pensamientos” “porque defrauda con su tardanza el derecho de los tuertos, el amparo de los huérfanos, la honra de las doncellas, el favor de las viudas y el arrimo de las casadas (ejem, ejem...) y otras cosas de esta jaez, que tocan, atañen, dependen y son anejas a la orden de la caballería andante.” ¡ Hasta se ofrece de ir como su escudero! Y, claro, nuestro Quijo henchido de orgullo le dice a Sancho “No te dije yo, Sancho, que me habían de sobrar escuderos?” Sancho se enternece, le saltan las lágrimas y le dice que se irá con él, diga Teresa lo que diga porque él es un HOMBRE o sea que “ordene su testamento, con su codicilo, en modo que no se pueda revolcar”. El ama y la sobrina no pueden maldecir mas al bachiller por su traición, “mesaron sus cabellos, arañaron sus rostros” y se volvieron plañideras como si su señor ya hubiese muerto.

Trato de resumir lo más que puedo pero no puedo... Perdonad de nuevo la extensión del comentario.

Sigamos cabalgando por el Cap. VIII. Besotes, M.

Merche Pallarés dijo...

Pedro, estupendo como siempre tu análisis y sí, esa actitud soberbia, chulesca y burlona del bachiller, me repatea.
Se te echa de menos en la foto... Besotes, M.

Guarevers Son dijo...

Exelente post.


saludos

Hernando dijo...

En esta tercera salida, nadie se esconde, ni salen a hurtadillas para que nadie les reconozca, es de dominio público que la salida está muy cerca de producirse, ni Don Quijote ni Sancho se esconden, van a salir con la cabeza bien alta, hasta el cura y el barbero un poco ausentes en estos últimos capítulos lo saben, su mensajero será Sansón Carrasco. Salvo la sin par Dulcinea en este capítulo, toman parte todos los personajes del libro, pero Cervantes no se olvida de ella y veremos lo que pasa en el siguiente capítulo. Pedro con tus comentarios y análisis de la obra terminaremos siendo todos unos auténticos cervantinos.

marga dijo...

LA RECUPERACIÓN DE DON QUIJOTE ¿Cuánto tardaría Don Quijote en recuperarse? ¿Los diez años trascurridos? No, creo, es demasiado.
Pero ¿si se recuperó antes por que no salió? El ama se queja de que le costo seiscientos huevos recuperarlo. Si su recuperación hubiera durado diez años sólo hubiera comido uno a la semana, cantidad que no es para rasgarse las vestiduras. Esta estupidez que acabo de escribir, está patrocinada por la Dirección General de Anticolesteroleicos anónimos.

LA NEGOCIACIÓN DEL CONVENIO: La segunda parte del capítulo se salda con una enigmática conversación entre don Quijote y Sancho.
Para pedir un salario y ser negado echan mano a todo el acerbo de refranes de la época, resumiendo: “Hombre refranero, medido y certero”

LA PATRONAL ENDURECE SU POSTURA: Me sorprende que ante esta petición Don Quijote trate con tanta indiferencia y desapego a su escudero, no me extraña que “se le anublara el cielo y se le cayeran las alas del corazón” afortunadamente todo se salda con un abrazo
Y COLORIN COLORADO: Envueltos en la luz violeta del atardecer les vemos alejarse lentamente del pueblo.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

me encantó en especialel comentario de Marga, que coincide con lo que escrimí esta semana en mi blog. Creo que como bien dices Sancho y Quijote son personajes que van de la mano no tienee uno razón de ser sin el otro. Enigmática la foto...un abrazo

matrioska_verde dijo...

pues me ha dado mucha pena Sancho en este capítulo por todo lo que tuvo que oir decir a su amo... pobre... creo que sus lágrimas eran sinceras.

la foto de hoy está muy lograda... esa oscuridad que le da un toque de misterio y ese Quijote brillante y destacando en primer plano.

fnatástico.

biquiños y buen finde.

Martine dijo...

Reivindicaciones salariales de entonces y de siempre... la oferta y la demanda.. con ello juega DQ, en este caso la Patronal ayudado por la "interesada" complicidad de Sansón.. y nuestro Sancho cae y se "revuelca" en esta trampa.. pero con su faceta emocional , más que nada.. o por querer escapar de la "marimandona" Teresa..


Besos, Pedro y como siempre reverencias muchas ante Post y Comments!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

CORNELIVS: en efecto. Percibiremos esta fatiga de don Quijote a lo largo del libro. Da verosimilitud a muchas de las cosas que pasan a partir de ahora: ya no será él el que fabrique fantasías con la misma constancia que antes; explica el final de la obra.
Qué mal te caen ama y sobrina...
Un abrazo, amigo.

JAN: preparémonos a disfrutar, esta tercera salida nos llevará más lejos que las dos anteriores.

MERCHE: este capítulo era muy difícil de resumir, tiene muchos hilos cruzados, como has detectado estupendamente. Estoy en la foto, pero en tinieblas... Besos.

GUAREVERS SON: gracais.

HERNANDO: en efecto, ya no podrá esconderse... Vamos a por Dulcinea y seguiremos caminando hasta tu Barcelona...

MARGA: fue un mes tan solo. Así que más de 600 huevos por 30 días... cuánto colesterol. De ahí quizá el cansancio de don Quijote.
Bien vista la negociación. Además, como aun no estamos en el capitalismo, a don Quijote le funcionó muy bien el chantaje emocional... Saludos.

MANUEL: visto y comentado. Ya no pueden ir solos. Lo harán brevemente en esta parte, pero volverán a juntarse, porque ya no tienen destinos individuales. Un abrazo.

ALDABRA: tranquila, que no saldrá perdiendo... Seguiré a oscuras, entonces. Besos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

SELMA: pobre Sancho, entre la patronal y Teresa... Besos.

Anónimo dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

El capítulo de hoy es interesante en cada renglón. No se puede suprimir nada para hacer un resumen; sólo enriquecer, como hacen los comentaristas cuando extraen algunas de las frases que más les han llamado la atención.

Saludos.

Anónimo dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

No me gusta enviar Anónimos que no sean fácilmente identificables. El anterior comentario, era mío, pero olvidé poner mi nombre.

Saludos. Gelu

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Don Quijote y Sancho son insuperables. El uno sin el otro no serían nada. Siempre acaban como amigos. un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

Al volver a ver la foto, te he visto en la penumbra... ¿¿Dónde estará nuestro/mi SEÑOR DE LA VEGA?? Anda MUY desaparecido... Besotes, M.

Caminante dijo...

Averaver... esto no tiene nada que ver con tu texto ni los comentarios suscitados ¡Entendido!
Conexión realizada: ... ¿Viste el vídeo anterior, el de Monge-Ayuda de escritorio? Si no lo hiciste te lo recomiendo encarecidamente ¡es genial! ¡poresta!
Saludos. PAQUITA

Anónimo dijo...

la imagen ...mortal!!!!!!!!!!!!


el post !"ojo" fantastico un mundo para pensar!

besines te cuidas del calor!
de lo contrario te mando unos copos de nieve de aqui..

a nevado!!!!!!!!!!!!!!!!

besones ´pedro!!!
:)sau

Serendipity dijo...

Estas completamente enfrascado en la lectura! Felices momentos!

Un saludo

Abejita de la Vega dijo...

El ama tiene el corazón en un puño. ¡Se han encerrado! ¡Ese malandrín de Sancho y su señor se van en busca de “venturas”! La apesadumbrada y sudorosa mujer coge apresuradamente su manto, no hay tiempo que perder, ha de ir a casa de Bartolomé Carrasco. Acaso su hijo, el señor bachiller por Salamanca, ese amigo “fresco “de don Alonso, ese pico de oro, pueda impedirlo. Allá va.

El ocioso bachiller pasea por el patio, está aburridísimo y no desaprovechará la oportunidad de reírse de quien caiga. Hizo bien su señor padre en pagarle esos estudios que tanto fruto han dado. El “perpetuo trastulo y regocijador de los patios de las escuelas salmanticenses” es ahora doctor en socarronería. Me da la impresión de que Cervantes conoció, entre sus compañeros de estudios, algún ejemplar de esta misma especie. Bueno, todos hemos conocido alguno…

El ama se deja caer implorante ante sus pies, como una Magdalena, para declarar que su amo se sale. Sansón pone en marcha la burlona artillería, preguntando por dónde se sale y si se le ha roto alguna parte de su cuerpo. La buena mujer no ha estudiado en Salamanca, pero no se deja avasallar por el ocurrente bachiller. Don Quijote “no se sale sino por la puerta de su locura”. Hace memoria: volvió apaleado, atravesado en un jumento, enjaulado, encantado, triste, flaco, amarillo... ¡por Dios, otra salida no! A sus gallinas pone por testigos del gasto de seiscientos huevos. ¡Veinte huevos diarios para que volviera a ser el don Alonso de antes! Que tampoco es que tuviera un aspecto muy saludable, muy alegre no era y entrado en carnes, tampoco…Mas no estaba tan flaco ni tan amarillo ni sus ojos semejaban cuevas que llegaran al celebro…

Encantado de que le den huevos a batir, Carrasco sigue con la broma gallinácea. Sus gallinas tan buenas, tan gordas, tan bien criadas…se portarán de acuerdo a su exquisita educación, no la dejarán en mal lugar. Lo de irse por ahí…nada, tranquilaaaa. Si no hay otra cosa ni ha sucedido otro desmán…no tenga pena. Que vaya a su casa, le prepare un almuerzo calentito y de camino se ponga a rezar a Santa Apolonia, abogada del dolor de muelas…las de Sansón.

Ahora sí que la pobre mujer no entiende nada, el mal de su señor no está en la dentadura sino en los cascos. Y este zangolotino, tan gorrón , tan hambrón, le dice que se vaya y no le replique que está ante un bachiller por Salamanca, el bachiller más bachiller de todos los bachilleres. Y el que más bachillerea…

Prestemos atención a lo que viene a continuación:”Y con esto se fue el ama, y el bachiller fue luego a buscar al cura, a comunicar con él lo que se dirá a su tiempo “. ¿Qué estarán tramando?

Continúo mañana

Un abrazo a todos

São dijo...

Más una magnifica lição.

Muchas gracias, Pedro mio!

Antonio Aguilera dijo...

Sancho "quijotizado" es capaz de servir a su señor altruistamente...., pero la señora Panza quiere dinerillo, no ilusiones: tiene que acabar de criar a los chiquillos, aunque Mari Sancha ya fue visitada por "el nuncio", en el sentido que le asigna Valle en Luces de Bohemia.

pancho dijo...

CAPÍTULO 2.7
Cuando el ama ve cómo DQ recibe a S, tan efusivo, toma su manto y se dirige a casa del Bachiller, Sansón, a darle cuenta de sus temores con la esperanza de que él pueda convencerle de la inutilidad de una nueva salida, habida cuenta de que las anteriores se lo habían devuelto de mala manera: terciado a lomos del burro y enjaulado en una carreta tirada por bueyes.

El Bachiller le recomienda la vuelta a casa, que le espere con el almuerzo listo y que le vaya rezando a Santa Apolonia, en espera de maravillas. Aunque su especialidad sean las muelas, se pueden aplicar los posibles beneficios a otras dolencias, si poco, o nada, se puede hacer con relación a la principal, por carencia de elementos.

No se olvida C de recordarnos que él sólo está contando una historia narrada con anterioridad, al contarnos la conversación que sucede entre el escudero y su amo.

S le reprocha al corrector de voquibles que le siga enmendando sus expresiones. DQ responde con una firmeza que desconcierta a S, que se pensaba imprescindible en su labor de escudero para su amo, provocando que "se le anuble el cielo y se le caigan las alas del corazón", cuando S le propone que le ajuste un jornal, sin desechar la posibilidad de cobrar en especie el gobierno de la ínsula que le tiene prometido. Luego harán cuentas. Vamos; estar en misa y tocar las campanas es lo que pretende S.

Sansón entra en escena con su socarronería y saco de halagos para DQ que lo terminan de trastornar. Llega a ofrecerse de escudero, en un claro acto de deslealtad, rompiendo la fuerza que trataba de hacer S con su amo, presionado por su señora, Teresa: que "no hay mazo que tanto apriete los aros de una cuba como ella aprieta a que se haga lo que quiere".

De esta forma planteada la situación, no le queda a S sino ceder en la negociación con su amo, en otra muestra más de manejo de la novela de C, a la hora de resolver situaciones conflictivas. En esta ocasión introduce la intervención de un Sansón, esquirol, como pieza clave en la resolución del conflicto colectivo que parecía enquistarse.

Una vez firmado el acuerdo entre los dos protagonistas, Sansón ( algo que ha tramado con el cura y el barbero, sabremos más tarde) se ofrece para hacerle llegar a DQ una celada herrumbrosa que guarda un amigo.

Tanto DQ como S, tuvieron que dedicarse los tres días siguientes a apagar los fuegos domésticos con sus damas respectivas. Al tercer día, a la luz de los faroles, bien arreadas las caballerías y acompañados de Sansón, al que poco le debía agradar dormir al raso, pues pronto da la vuelta, se dirigen al Toboso.

Dejo el comentario. No es fácil cuando dependes de cibers o de las conexiones de otros. Las cosas no funcionan igual con otros ordenadores. A ver si el próximo ya estamos de vuelta.

Abejita de la Vega dijo...

Continuación del comentario al capítulo VII. segunda parte del Quijote.

Pero volvamos al encierro que tanto soliviantó al ama, a la misteriosa reunión del caballero con escudero. Sancho comienza asegurando que su mujer está “relucida”; aunque, a juzgar por lo que expresa después, el reducido, subyugado, sometido o dominado es él. A partir de aquí entran en una discusión “filológica”. Don Quijote le enmienda un vocablo incorrecto y Sancho, irritado, no ve la necesidad de corregir lo que, de cualquier manera, se entiende. Así que pide, en un tono que hubiera sido impensable en la primera parte, que sólo se le enmiende lo que escape a la comprensión. Don Quijote asiste divertido a las aclaraciones “filológicas escuderiles” y cuando cambia una palabra por otra, dócil por fócil, simula no entender, para ver hasta dónde llegan las “patochadas” sanchescas.

Pero volvamos a la “relucida” Teresa. Nuestro hidalgo quiere conocer su opinión, sabe lo que hay…Y, además de no dejarse avasallar en unos tiempos de esposas sumisas, estamos ante una madre con dos hijos que no quiere volver a antiguas incertidumbres. El rosario de dichos y refranes que su marido le atribuye va en esa dirección:” que ate bien mi dedo con vuestra merced, que hablen cartas y callen barbas, porque quien destaja no baraja, pues más vale un toma que dos te daré.” Y Sancho sentencia “que el consejo de la mujer es poco, y el que no le toma es loco”. Y el enamorado de Dulcinea está de acuerdo, todo un experto en el trato con mujeres.

Don Quijote sabe por dónde van a ir los tiros y le induce a que pase adelante. Tras una tópica reflexión sobre la muerte, tal vez esté pensando en lo peligroso de la a ventura, aterriza de golpe en su reivindicación de contar con un salario conocido, Mas, para su amo, las novelas de caballería son el espejo y la norma por la que ha de regirse y en ninguna consta un escudero asalariado. Si hay suerte, ínsula o cosa equivalente al canto .Si no es así, resignación cristiana.

A continuación, Sancho va a oír de su amo lo que más le puede doler, lo que nunca hubiera imaginado, en su seguridad de ser imprescindible. El cielo se nubla, se le caen “las alas del corazón”. Que se vaya a su casa, le pregunte a su mujer y si los dos están conformes, adelante. En caso contrario, no le faltarán escuderos “más obedientes, más solícitos, y no tan empachados ni habladores”, que "si al palomar no le falta cebo, no le faltarán palomas".

¡Ay, don Quijote ha puesto el dedo en la llaga! ¿Acaso está insinuando que no es el que manda en su casa? ¿Cómo va a encontrar alguien más obediente que el tantas veces apaleado, e incluso manteado, por su causa?
Sigue

Abejita de la Vega dijo...

Suspenso y pensativo estaba el buen Panza, cuando entra Sansón el socarrón con su abrazo y su saludo a la “flor de la andante caballería”. El ama y la sobrina esperan palabras persuasorias que le hagan desistir de sus aventuras y se quedan con la boca abierta. ¡Todo lo contrario! El bachiller “plega” a Dios para que nadie estorbe su tercera salida, maldiciendo a quien la impida. En su arenga caballeresca, en el más puro estilo, sin olvidarse de los “tuertos”, llega a ofrecerse como escudero. Qué más quiere don Quijote, no te dije yo…pero no, Dios no lo quiera así. ¿Qué harían las ciencias, las letras y las artes sin el gran Carrasco? Mejor que se quede con sus canosos padres…

Sancho llora y asegura que nunca se dirá de los Panzas que fueron desagradecidos. Nos confiesa que ha sido su mujer la que le ha presionado como un mazo que aprieta los aros de una cuba, pero el hombre ha de ser hombre…faltaría más. Ya no hay más que hacer, ordene su amo el testamento, sin revolcones, y él se ofrece a servirle mejor que los de pasados tiempos. Don Quijote y Sancho “quedaron amigos”, fijaos en esto. ¡Qué lejos quedan aquellos capítulos en que Sancho terminaba castigado físicamente por su señor!" Dos locos como nunca se han visto en el mundo".

El ama y la sobrina hacen el duelo al estilo de las plañideras, mesándose, arañándose, lamentando la partida, maldiciendo al bachiller.

No sabemos todavía qué manejos se trae éste con el cura y el barbero, paciencia que más adelante lo cuenta la historia.

En los tres días siguientes, los dos amigos se aprovisionan, suponemos que de ropa y comida. Sancho aplaca a su mujer, difícil, es mucha Teresa, a pesar de la epístola de San Pablo. Don Quijote aplacó a su ama y sobrina, más fácil…

Salen al anochecer, nadie los ve sino el bachiller que les acompaña media legua, en dirección al Toboso. Cervantes quiere dejar bien claro las monturas: el caballero “en su buen Rocinante” y el escudero “sobre su antiguo rucio”. El antiguo, no otro…Tampoco se olvida de “la bolsa de dineros”. Sansón abraza al de la Triste Figura, que promete avisar de su buena o mala suerte, y se da la vuelta. Van hacia la “gran ciudad del Toboso”. ¿Ciudad?
Un abrazo

Myriam dijo...

Dos cositas....1- me cuesta digerir el chantaje emocional que DQ le hace a S cuando éste le reclama salario.

2- "se le anubló el cielo y se le cayeron las alas del corazón":

Esta me parece una de las frases más bellas del mundo jamás oidas o leídas por mí, para describir la tristeza de Sancho ante ese hecho.

Besos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

GELU: hay capítulos en el Quijote que dicen muchas cosas sin que lo parezcan, en efecto. Nominado. saludos.

FERNANDO: en efecto. Un abrazo.

MERCHE: quizá esté de vacaciones. Lo esperamos con ganas, en efecto. Besos.

LOC@; Visto. Saludos.

SAUVIGNONA: me cuidaré en lo que pueda. Ahora aprieta. Besos.

SERENDIPITY: el Quijote me arrastra... Saludos.

ABEJITA: qué divertido tu resumen de este capítulo. Carrasco, encantado, desde luego. Qué suspense, ¿verdad?

SAO: mil gracias, amiga.

ANTONIO: es que Teresa Panza es mucha Teresa Panza...

PANCHO: magnífico resumen, querido amigo. Un acierto cómo enfocas los tres días de preparativos. Esperamos tu vuelta a la era digital...

ABEJITA: en efecto, cómo pica don Quijote a Sancho al insinuar que no manda en casa. Ciudad insigne Toboso, a no ser que quieras vértelas con sus habitantes... Un abrazo.

MYR: en efecto, es un chantaje en toda regla que deja a Sancho tal y como dice Cervantes: debió tener fina psicología Cervantes para darse de cuenta de esto. Besos.

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Teresa dijo...

Este capítulo ha sido muy entretenido en contraposición con el anterior (a veces mete unos buenos serruchos Don Miguel)

El ama vaticina que la tercera salida va a suponer la muerte de su amo.

El personaje que se lleva mis antipatías es el bachiller. Odio este tipo de perfiles: reírse de los demás.

Creo que lo que apunta Cornelius tiene su aquel.

Teresa dijo...

Quería añadir, que DQ anduvo muy vivo al razonar con Sancho sobre la falta de fuente documental en otros libros de caballerías para justificar el salario...

(de buena gana te lo pagaba, no creas que es por mí, nada personal, pero no figura en el guión) :D :D

Asun dijo...

Se le ve muy guasón al bachiller, primero con el ama, luego riéndose de Sancho… No me está resultando muy simpático. Ya veremos como se va desarrollando la historia y si cambio de parecer, pero mucho me temo que no va a ser así.

Me pongo en el lugar de Sancho e imagino cómo se tiene que sentir después de que DQ le diga las cosas que le dice. No me extraña que se le anublara el cielo y se le cayeran las alas del corazón.

Besos