viernes, 1 de mayo de 2009

Madrugada y ciudad


A veces conviene salir a la calle cuando la ciudad no se exhibe y los edificios parecen arroparte. En la madrugada, se suman aquellos que vuelven y aquellos que van. Quizá hoy, que es fiesta, sea yo el único que he salido a ver la madrugada, sólo a eso. A pasear, lento, muy lento, para recibir en el rostro el frescor de esa hora en la que no se sabe bien qué día es aquel en el que uno se encuentra.

34 comentarios:

Anónimo dijo...

Es una buena idea. Ver la ciudad de otra manera, sin prisas, sin gente ni coches. Espero que pases un buen puente. Un abrazo Pedro. Isabel.

Mariluz GH dijo...

Es magnífico que -todavía- se pueda hacer eso sin temor a "cualquier cosa".
Por aquí no sé si me atrevería :-)
Saludos, Maese Pedro.

Silvi (reikijai) dijo...

Pedro... Fuimos dos,al igual que tu;disfrute de Buenos Aires.No puede sacar fotos,se rompio mi camara(mañana compro otra);maneje hasta los bosques de Palermo.
Estaba fresco,igual camine en rededor del lago.Una conexión con el todo.Besito.

impersonem dijo...

Un paseo como el que dices puede ser reconfortante, lleno de matices y de contrastes.

Abrazos.

María dijo...

Cualquier paseo a cualquier hora del día puede ser gratificante para uno mismo, si es a primera hora de la mañana en un día festivo, puedes encontrarte sólo con tu sombra porque no hay nadie a esas horas, pero si te gusta la tranquilidad, es mejor que a cualquier otra hora del día.

Un beso.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

verdaderamente es que asi nos reencontramos con la realidad...real. Saludos

Myriam dijo...

Frescor en el azul y
en el no tiempo...
lento, muy lento....
y sentido caminar, Pedro.

Nome Andrés dijo...

Salir a pasear cuando parece que todo está todavía dormido acentúa nuestras sensación de que estamos más vivos que nunca. Es un placer pasear así. Un abrazo

Laura Gómez Recas dijo...

Esa es la hora perfecta. El mejor momento del día, ¿o de la noche? Eso, seguramente, es lo de menos.

Un abrazo.

Gabiprog dijo...

Horas de curiosos encuentros mientras no se sabe bien si acaba la noche o empieza el día.

lichazul dijo...

a esa hora y antes de la primera luz
la atmósfera es pura paz...

muakis de luz

Martine dijo...

Y agradable es la vuelta a casa depues de un paseo en busca del día naciente y sin prisas, tomar un café bien cargado y volver a la cama.. porque no...


Un beso, de madrugada...

Marcelo dijo...

Esos paseos demadrugada, me gustan tanto como a vos.
Un abrazo

ebge dijo...

Caminando en el silencio y mirando al cielo-techo en busca de una salida demasiado inaccesible para serlo. Estos edificios son las mandíbulas que me alcanzan ya.

elena clásica dijo...

La madrugada ese momento mágico y lleno de vida, oculta para ciertas miradas.
Un saludo.

begoyrafa dijo...

En esos momentos la ciudad es otra y parece que pertenenece al paseante en su totalidad.
Un abrazo
Rafa

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

Me gusta la ciudad sin gentes, como abandonada por una emergencia. Disfruto los paseos de madrugada los fines de semana.

Así que identificación plena con la entrada.

Abrazos.

Camille Stein dijo...

perderse en la ciudad, en la transición del tiempo, cuando su rostro se redescubre con la luz de lo novedoso

un abrazo

Ele Bergón dijo...

Es la hora del conticinio. Me gusta la palabra, me gusta la hora, pero siempre me pilla durmiendo o en casa. Nunca la disfruto como lo has hecho tú. Un día, en el verano,en un lugar apartado, tendré que seguir tu ejemplo.

Espero hayas disfrutado del paseo.

Un abrazo.

PIER dijo...

Si..
Si tanto ruido sin tanta gente.
La ciudad a esas horas te regala una calma hermosa!!
Sigue disfrutando de tus madrugadas solitarias..
Que tengas un buen sabado.
Te dejo abrazos.

Antón de Muros dijo...

Pedro: la sensación de vida y protagonismo que alcanzas cuando paseas en horas tempranas por la ciudad, se puede comparar con una caminata a orillas del mar en una playa virgen.

Necesitamos estar un poco solos para luego poder relacionarnos mejor.

Un abrazo.

Antón.

Anónimo dijo...

Buenas tardes, profesor Ojeda:

Hoy sí que he sentido envidia al leer lo de su maravilloso paseo, de madrugada, por las calles de nuestra Ciudad. ¡Y éso que había luna nueva!.

Saludos. Gelu

Unknown dijo...

Debería de ser obligado por nuestros propios instintos el salir a la calle cuando nada de lo cotidiano parece tener vida. Seria un buen ejercicio de humildad para nuestros propósitos.
Un abrazo

Hernando dijo...

Creo que en ninguna ciudad estaremos sólos, que las calles en la madrugada estén vacías no significa que en nuestro paseo vayamos sólos, siempre hay alguién que nos observa, desde una ventana con luz, detrás de una cortina o desde una ventana sin luz que detrás de ella aparentemente no hay nadie.

Anónimo dijo...

hola pedro!

me gusto esta pequeña refelxion..me sono an trago tranquilidad ...serenidad y pensamiento mudo...es bueno sentir ese frescor de la madrugada pues yo lo siento todos los dias cuando me coya trabajar a las 6 de lamañana y mas ahora que por estos lados del mundo es otoño ....
ne gusto y mucho!!! lindisima fotografia..
besines !
:o) sau

matrioska_verde dijo...

A pasear, melancólico, muy lento, para recibir en el rostro el frescor de esa hora donde la melancolía se hace más profunda.

bicos,

Paula Daiana dijo...

Es muy lindo el misterio que guarda la noche...
Besos
Pau

Caminante dijo...

A veces... es conveniente recordar que existen otras horas, que existen otras "luces", que los tonos del cielo nos hacen percibir los edificios, las "cosas", de otras maneras, que la realidad es múltiple -frase hecha y no por mí-. Besos (te encontré en casa de Nome)
PAQUITA

CarmenS dijo...

Es un momento hermoso de la ciudad bulliciosa, cuando deja de serlo o comienza a serlo. Pero salir de la cama a esas horas sin tener una obligación que cumplir, me resulta costoso.

Teresa dijo...

Y entrar en la primera cafetería y pedirse un café con leche con porra... aunque eso es en Madrid y por eso aquí no se puede salir a pasear de madrugada...

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

YO soy muy nocturno. Y disfruto muchos de estos momentos que tan bien narras. Un abrazo.

nachocarreras dijo...

Los mejores momentos del día.
Saludos.

LUISA M. dijo...

Pero... ¡qué madrugador! ¿y tú, cuándo duermes?
Un buen momento del día, sin duda, como bien nos transmites en el texto. Pasear por la ciudad cuando está medio dormida o no está aún despierta...
Saludos.

Pilar dijo...

Siempre me gustó más madrugar que trasnochar.
Me parece más limpia la madrugada.
Es empezar de cero.
Si la tristeza o la angustia me invaden por la noche, llega la "madrugá" y todo desaparece.
Besos, Pedro.