sábado, 7 de febrero de 2009

Los años de ausencia, un autorretrato quijotesco de Jan Puerta en la pared y noticias de nuestro Quijote

Hemos comenzado esta semana el comentario del relato del cautivo: veintidós años ausente de España, enrolado en los tercios y preso en una galera y en Argel. Como hemos advertido sobre los motivos autobiográficos de esta historia, conviene apuntar algunas cuestiones.

Cervantes estuvo ausente de España, según lo que conocemos, desde finales de 1569 hasta octubre de 1580: 11 años, contando los 5 que estuvo preso en Argel.

Las causas de su marcha no están claras: se supone que huyó de la justicia, por una providencia real que manda perseguir a un tal Miguel de Cervantes acusado de herir en duelo (los duelos estaban prohibidos) a un maestro de obras llamado Antonio Sigura. De ser este Cervantes nuestro autor, tendríamos una causa efectiva, primera, pero quizá no del suficiente peso como para justificar su salida de España. Otros, en su época, vulneraron la prohibición de batirse en duelo y, a pesar de la dureza de las condenas iniciales (en este caso, cortarle la mano derecha y destierro de diez años: qué burla del destino si fuera así, porque volvió con la mano izquierda inútil y tras 11 años) no salieron demasiado malparados por la corrupción de la justicia del momento y las muchas formas de burlarla, al menos no tanto como para justificar que dejen toda su vida y marchen a un incierto futuro.

Se han barajado varias explicaciones que, sumadas al delito (de ser éste cierto), puedan explicar su marcha de España. Según la leyenda popular, saldría huyendo de Madrid hacia Barcelona, desde donde pasaría a Italia (el refugio en la Corona de Aragón era frecuente entre los acusados de crímenes en la Corona de Castilla, porque ambas tenían legislaciones diferentes).

Algunas de estas explicaciones son propias de la sensibilidad romántica: Cervantes se batió por amor y por ese amor, ya imposible, se fue de España. Participar en los tercios, como más recientemente en la Legión, servía en la época para expiar un crimen y limpiar el nombre.

Otras profundizan en la casi segura adscripción de la familia de Cervantes al tronco de los judeoconversos. Al tener este origen familiar (que explicaría también su mirada realista al mundo y que se le negara el permiso para marchar a Indias cuando lo solicitó), Cervantes no podía arriesgarse a que se le encausara porque saldría a la luz que no era cristiano viejo, por lo que optó por la huida.

Hay otras que explican una inquietud que ya tendría aquel joven estudiante, con aptitudes más que demostradas para la escritura y una educación y mentalidad moderna, propia del que se ha formado en círculos humanísticos, en una España que comenzaba a cerrarse en torno a la ideología contrarreformista. Quizá el duelo sirviera de espoleta para marchar al mundo, a correr aventuras y vivirlo en primera persona.

Quizá ninguna de estas teorías sean ciertas. Quizá lo sean las tres, puesto que se complementan.

El caso es que tenemos en Italia a nuestro joven: primero, al servicio del cardenal Acquaviva (hay quien sostiene que entre ambos hubo una relación sentimental cuya ruptura provocó que Cervantes se enrolara en los tercios), luego como soldado. En la primera colocación conoció alguna de las ciudades más florecientes del momento: Roma, Palermo, Milán, Florencia, Venecia, Parma, Ferrara. Hay indicios de que en estos momentos leyó mucho a los grandes escritores italianos, participó en academias y debates: en definitiva, se empapó de cultura y aprendió que la novela (muy cultivada en Italia, especialmente la novela corta) podía ser un gran género literario manejado con sutileza.

Como soldado, en la compañía de Diego de Urbina y luego en el regimiento Lope de Figueroa, al mando de Manuel Ponce de León, no dejó de recorrer buena parte de la geografía italiana. En la vida de un soldado no todo era la guerra: el compañerismo y el viaje son parte sustancial y un joven como Cervantes debió aprovecharlo para aumentar su bagaje cultural. También participó en grandes batallas, alguna de las cuales nos ha narrado el cautivo como podía contarlas el mismo Cervantes: Lepanto (en donde tuvo un comportamiento heroico y perdió el uso de la mano izquierda por una herida), Navarino, Corfú, Bizerta, Túnez. Después estuvo en Sicilia, Génova, Lombardía, Nápoles. Sin duda, en los momentos de paz se relacionaría con los escritores y artistas de aquellos lugares, aprendería de ellos, se probaría como escritor. Algo de la vida de Cervantes esos años puede intuirse en los documentos que se han descubierto recientemente en Valladolid.

Démonos cuenta de estos hechos: un joven español, que prometía ser un gran letrado y con afición a escribir, acaba como soldado raso de los tercios, recorre las grandes ciudades italianas y participa en las batallas más importantes del momento. A Miguel de Cervantes le parecería estar en donde el mundo crecía y ensancharlo con sus pasos.

Continuaremos, el próximo sábado, el relato de los años de ausencia.

Un autorretrato quijotesco de Jan Puerta


Jan Puerta es el autor de un excelente blog, Imágenes y palabras, que reúne la brillantez de las imágenes con la de las palabras y cuya visita os recomiendo. Hace unos días, me mandó su autorretrato quijotesco. No os sorprendáis al mirar la imagen y ver cómo la calificamos él y yo de autorretrato: Jan Puerta, como el Paseante de La Acequia, busca con insistencia encontrar su imagen en las paredes, para hallarse o poder, al menos, aproximarse a sí mismo a través de las huellas de otros y de la propia mirada. Quizá algún día lo logremos, querido Jan. Por ahora, posiblemente hayas dado con una de las claves de tu espíritu en esa pared que nos regalas.

Próximo autorretrato: Pancho.

Recordad que todos podéis haceros un autorretrato en el que se os reconozca o no. La única condición es que aparezca un volumen de la obra o estéis en actitud quijotesca. Mandádmelo por correo electrónico para publicarlo. Será un buen testimonio de esta locura colectiva y pensaremos qué hacer después con todo este material tan interesante.

Noticias de nuestro Quijote

Abejita de la Vega escribe un corto pero útil texto en el que se nos da cuenta de lo que escribió Cervantes sobre la medicina. Pensemos que él, como soldado, hubo de recurrir a ella en varias ocasiones.

Manuel, en El Quijote y el manco de Lepanto, contextualiza el capítulo de esta semana en el fragor de Levante y las consecuencias para Cervantes: muy útil para situar lo autobiográfico de la historia del cautivo.

Javier nos propone esta semana, en su comentario en imágenes del Quijote que miremos el vértigo en el que vivían aquellos jóvenes que componían los tercios españoles que veían el mapa de Europa como algo propio... y la guerra.

Antonio Aguilera ha publicado el comentario al capítulo XXXVII, con su gracejo de siempre: en efecto, la venta se ha convertido en un lugar en el que compiten las mujeres bellas. También tiene razón, y mucha, en cómo podemos comprobar en la vida real las palabras de don Quijote.

Enlace con el índice de nuestra lectura, elaborado por Raúl, aquí.
Enlace con el grupo en Facebook, aquí. (Este grupo no sustituye a la lectura en este blog y no estáis obligados a uniros: lo usamos sólo como complemento, para informarnos, preguntar y debatir.)
Enlace con la entrada en la que encontraréis sugerencias si os incorporáis con la lectura ya iniciada, aquí.
Si me he olvidado de alguien, hacédmelo saber y lo subsanaré.
Recordad enlazar vuestras entradas con La Acequia, para poder encontrarlas.
Vale.

28 comentarios:

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Desde luego que retrata la guerra, sus razones tendrá ...lo mismo son recuerdos nostágicos de su pasado, en los que quizá estuviese pleno de ardor guerrero y patriótico y por otro frustración por haber sido herido en su creciemiento como soldado de importancia, y lo mismo la situación le corto su ascenso...en fin solo conjeturas,...

Saludos

Anónimo dijo...

Increíble el autorretrato de Jan; lástima que no se pueda ampliar la foto para verla meor; al menos yo no puedo

Merche Pallarés dijo...

¡Cómo eran, y son, los cardenales!
Me ha gustado la foto de JAN PUERTA pero SEGURO que a tí te ha encantado con esa pared oxidada...
Como siempre, querido Pedro, muy pedagógica tu entrada. Me ha encantado. Ya he ido a los enlaces, bueno me falta JAN PUERTA que voy rauda en cuanto acabe este comentario. Las fotos de Riobó muy buenas tambien, como siempre. Besotes, M.

CarmenS dijo...

Interesantes tus comentarios sobre la vida de Cervantes. Supongo que las especulaciones sobre su biografía y sus motivos han ido modificándose con el tiempo, las modas y las conveniencias sociopolíticas de cada momento. Lo que parece cierto es que Cervantes no tuvo, ni mucho menos, una vida regalada. Que lo pasó mal, muy mal en vida. Y eso, como te decía el pasado sábado, no sé si habrá sido compensado con la admiración universal que ahora sustenta su recuerdo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

También se habla que siendo recaudador de impuestos no tenía claras las cuentas, y creo que no se aplicó su propia medicina, "quién robara que robare para tres, para uno mismo, para la iglesia y para el hombre de leyes"
No obstante el viaje a Italia,Lepanto..etc, yo lo veo como un viaje iniciático y ejemplos en la literatura hay muchos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MANUEL: supongo que, cuando llegó al relato de batallas, no pudo impedir que le afloraran los recuerdos: es lo mejor de esta narración. De hecho, hay quien propone que esta novelita circuló independiente antes de la redacción del Quijote. Y, como tú sugieres, ¿qué pasaba por la cabeza de aquel viejo que había vivido algunas de las batallas más importantes de su generación, sin que le hubiera servido para nada?

FERNANDO: intenta grabarlo en tu ordenador y ampliarlo con algún programa. Lo merece.

MERCHE: Te gustará el blog de Jan, es magnífico.

CECILIA: en efecto, en cada época ha habido un Cervantes. Y él lo pasó mal, no creo que le compensara. Un abrazo.

HERNANDO: en efecto, no están muy claros algunos de los pasajes de la vida de Cervantes. Lo de los impuestos "perdidos" lo ha justificado la crítica amable diciendo que él no fue responsable, que quebró el banquero en el que había depositado el dinero. Tampoco está claro a qué se dedicaba unos pocos años antes de publicar el Quijote.
En efecto: esos viajes y esas batallas, para un joven, debieron marcarle.

Gracias a todos por vuestros comentarios.

Antonio Aguilera dijo...

A Cervantes, como le pasara tambièn a Dostoyevski sobretodo, sufriò en sus carnes situaciones extremas: guerras, mutilaciòn fìsica, quizàs desengaños amorosos, cautiverio.

Vivìan al lìmite del dolor, de lo humanamente soportable.
De esta forma se gestan y nacen esas obras que nigunos otros escritores pueden igualar.

Feliz domingo, Pedro y demàs amigos.

Silvia_D dijo...

Buen repaso a nuestro celebrado escritor y geniales las entradas, todas.

Pasa un buen domingo, niño :)
Besos

Miguel Ángel García González dijo...

Apasionante la vida de cervantes, pero quién sabe si no se encontró el Quijote en aquel mercadillo de Toledo...

Abejita de la Vega dijo...

A ver si Zoraida nos pesca con su caña...uy, no digo más.
Hablando de novela bizantina,me han aconsejado que lea el Persiles pero no me atrae mucho esa lectura, la verdad. Tengo poco espíritu aventurero, será eso.
A pesar de que el cautivo no es, para mí, lo más cautivador,lo he pasado igual de bien redactando el comentario. Esta semana he estado ganándome unos créditos y he tenido menos tiempo.Por eso colgué más tarde el comentario.Por cierto, he podido comprobar que hay por ahí unos filólogos aburridísimos.¡Con lo bien que yo lo paso con lo que tú escribes!
Un abrazo y mi enhorabuena al fotógrafo.

Martine dijo...

Es casí seguro que las teorías que mencionas tengan un nexo, dado el contexto de la época...
Su estancia en Italia seguramente le inspiró escribir e introducir "El curioso impertinente" por lo que leo en tu Post: .." muy cultivada en Italia, (especialmente la novela corta) podía ser un gran género literario manejado con sutileza..." y que ya mencionaste en otras Entradas...

El Autorretrato , de los más originales, sin lugar a dudas...

Ahora a por los Enlaces...
Un beso, Pedro..

FERNANDO SANCHEZ POSTIGO dijo...

Esta serie sobre "El Quijote" es una fuente de cultura inagotable. Enhorabuena. Aprende día a día. un abrazo.

Unknown dijo...

Gracias Pedro…
La imagen tal como te expliqué pertenece a un solar del viejo Valparaíso. Ubicado cerca del puerto. El edificio después del incendio que acabo con su vida y su historia, albergó como suele suceder infinidad de nuevos habitantes. Okupas, vagabundos, delincuentes escurridizos después de una fechoría, “grafiteros” sin mucho don y artistas que hicieron de sus muros internos verdaderas muestras de arte.
Una de ellas es sin duda la figura de Don Quijote. Al lado, debió de estar su escudero Sancho, pero las inclemencias del tiempo terminaron por hacer desaparecer al insigne personaje.
Si no hay nada nuevo, el próximo martes publicare la imagen. Con mayor resolución para que se pueda ver mejor. A ver si puedo averiguar alguna cosa más al respecto. O se me ocurre algún texto alternativo que ilustre la imagen.
Un abrazo amigo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ANTONIO: en efecto, en la obra de Cervantes hay un poso que sólo puede explicarse por su vida. Feliz domingo.

DIANNA: Feliz domingo también para ti, Dianna. Besos.

MIGUL: quién sabe... Pero si fue así sólo él fue capaz de hacerlo literatura.

ABEJITA: te podría dar yo una lista de filológos-ladrillo... Un abrazo.

SELMA: la estancia en Italia debió ser apasionante para un joven como Cervantes. Qué pena tener tan pocos documentos. Un beso.

FERNANDO: Un abrazo.

JAN: en primer lugar, gracias por mandarme tan extraordinaria imagen. Efectivamente, en esta serie la calidad de las imágenes sufre, así que espero con ganas tu publicación el martes. Seguro que se te ocurre un texto.
Un abrazo.

María dijo...

Conozco el blog de Jan Puerta y estás en lo cierto, su blog es excelente, y por cierto, ahora mismo me paso por allí.

Un beso y feliz tarde.

São dijo...

Continuemos a aprender.
O blogue de jan recusou abrir.
Boa semana, amigo.

MAMEN ANZUÉ... dijo...

Aiinnnsss, la de cosas que se aprende leyéndote Pedro¡¡¡¡;)).. La foto estupenda¡¡¡¡

BESOOOOSS GUAPOOOO¡¡

Myriam dijo...

Hola Pedro:

Me dieron ganas de incorporarme a la lectura!!!! fijate que fui pinchando y me encontre con la primera capa de cebolla de Cervantes...enganiandonos con la vida!

La foto de Juan Puerta esta genial, vistare su blog, que aun no conozco.

Tengo un unico inconveniente y tendras que perdonar mi ignorancia. Lei partes del Don Quijote, alla lejos y hace tiempo.... En mi biblioteca actual, que no es precisamente pequenia...brilla por su ausencia y no vivo en un pais de habla hispana..... vere si lo puedo conseguir por Amazon. Sino te tendre que pedir ayuda...con algun nombre de libreria espaniola.

En realidad no solo es interesantismo lo que escribes aqui, sino que tambien lo es, el libro mismo (Obvio) y la epoca historica en la que el vivio.
Y quien hubiera dicho que podria haber sido hasta... judio converso.... Que tal?

Un abrazo
PD. Volvere a comer moras a la vera de tu acequia y a sentarme a la sombra de tu peral, si ella llega hasta el. Si, peras tambien comere! y al Quijote he de encontrar.. a plena luz del dia, pues en nocturno me asustaria...

Anónimo dijo...

Lo que viene a demostrar el hallazgo de los documentos de Valladolid es lo poco que se ha investigado en este país. Parece mentira que todavía se puedan descubrir documentos inéditos referidos a Cervantes. Nos podemos imaginar lo que puede ocurrir con cualquier otro de menor relevancia. De todo menos aburrida fue la vida del genio de las letras. Había que estar allí para sacar la foto. pancho

misticaluz dijo...

Hola Pedo, que tal va todo?? Deseando esté todo bien, paso a saludarte y a ponerme al día con tus escritos. He estado una semana fuera y ando bastante retrasada en blog, pero siempre hay un rato para dedicarlo a tu lectura, apasionante y de gran calidad.

Voy a visitar tambien a Juan, que viniendo de ti, no me cabe la menor duda que tiene que ser cultural e interesante.

Amigo te dejo un relajante abrazo y seguimos en contacto.

Beatriz

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Segun muchos autores, estimado Pedro, la tesis de su huida de España con motivo de la reyerta que narras es muy verosimil. En fin, las otras tambien pudieron suceder. ¡Quien sabe!

Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MARÍA: me alegro de que ya lo conozcas. Un beso.

SAO: gracias. Feliz semana.

MAMEN: pues gracias y un beso.

MYR: pues ya sabes, puedes hacerlo. En la columna de la derecha tienes unos consejos para hacerlo. Un abrazo.

PANCHO: en efecto, hay todavía muchos documentos sin mirar de verdad... y muchos han sido mirados por estudiosos extranjeros, que los nacionales no estaban para esas cosas...

BEATRIZ. me alegro de que hayas vuelto descansada. Gracias por el abrazo relajante.

CORNELIVS: al menos, ésa está sostenida por un documento. Quién sabe... Un abrazo.

Francisco O. Campillo dijo...

¡¡¡ Excelente entrada !!!

Permíteme, no obstante, dos matizaciones.

Comparar a los Tercios con la Legión de hoy en día puede tener su fundamento, principalmente porque la segunda quiere emular a los primeros desde su fundación. Pero hay notabilísimas diferencias que van desde su dimensión, su relevancia, su modo de vida... No olvidemos que los Tercios dominaron Europa durante siglo y medio.

Mi segunda puntualización se dirige al término "soldado raso" que desde nuestra perspectiva actual tiene connotaciones diferentes a las de la época. "Una pica seca" -que era el equivalente al "soldado raso"- tenía una consideración muy diferente a la que nos podamos imaginar hoy en día. De hecho, está documentado que incluso algunos jóvenes pertenecientes a la nobleza, ingresaron en los Tercios con esa "graduación". No olvidemos que los Tercios eran una verdadera escuela de meritaje que ofrecía verdaderas oportunidades de progreso social.

Y no querría terminar sin felicitarte una vez más por la entrada. Es excelente y muy ilustrativa sobre la vida de nuestro Cervantes en aquellas españas... y en Berbería.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

FRANCISCO: gracias por las matizaciones, por si no hubiera quedado claro en mi entrada.
En efecto: los Tercios y la Legión son diferente, mucho. Yo las comparaba sólo en cuanto a su utilidad para expiar un delito.
También dejas muy claro el concepto de soldado raso. En efecto, serlo era muy diferente a lo que sucede en el ejército moderno.
Los Tercios permitían ascender al valiente, por sus méritos: así le sucede al cautivo, que llega a capitán. Curiosamente, Cervanes no pasó de ser soldado raso a pesar de su demostrada valía. Hay quien lo achaca a su origen judeoconverso.
Seguiremos en la próxima entrada con su vida en cautiverio.
Saludos.

Teresa dijo...

Genial entrada. Para disfrutar. Gracias.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BIPOLAR: me alegro.

Juan Luis G. dijo...

Hola Pedro.

Sin duda que Cervantes no habría podido escribir lo que escribió si hubiese decidido quedarse en el sillón de su casa. Creo que independientemente de los motivos para abandonar su hogar, también tendría una inquietud aventurera.

También me sorprenden esos tipos de hallazgos, me parecen fascinantes.

Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JUAN LUIS: sin duda alguna. Qué interesante debió ser. Un abrazo.