miércoles, 21 de enero de 2009

La ciudad son huellas



Recorrer la ciudad es hallar las huellas de nuestro pasado. Pasearla con el aire frío de este invierno es buscar las tuyas: los besos y las caricias; tu piel bajo el jersey y la mano que descubre la suavidad cálida de su geografía; aquel día en el que una despedida se convirtió en un reencuentro justo en este lugar, en otro invierno. Los rostros que miran son el tuyo: toda la ciudad la llevas dentro. Porque las huellas del deseo dejan su raspadura en las entrañas.

40 comentarios:

J.R.Justo dijo...

A veces paseamos tan solos. Solo con lo que más queremos...

MAMEN ANZUÉ... dijo...

Las mejores huellas son las del deseo, sí señor¡¡¡¡;)))

TE DEJO UN BESOOOO MIENTRAS DEJO MIS HUELLAS, JEJEJEJE¡¡¡

María dijo...

Aún en pleno invierno se puede llegar a sentir tanto calor como cuando dos almas enamoradas están acurrucadas entre abrazos, carantoñas, besos y caricias, y se funden en el fuego del deseo y de la pasión, sin apreciar ese frío invierno que acaricia sus pieles porque sólo sienten en su piel las suaves caricias del tacto de sus dedos, los besos abrasados entre mares y el amor entre-abrazos ...

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Porque las huellas del deseo dejan su raspadura en las entrañas.

Que se puede decir ante eso??...pues eso...precioso Pedro.

Martine dijo...

"..tu piel bajo el jersey y la mano que descubre la suavidad cálida de su GEOGRAFÍA..."

Una de mis asignaturas preferidas...

Un beso, viajero, Pedro...

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Ya lo creo que deja huellas...

Un abrazo.

Miguel Ángel García González dijo...

A cada paso la ciudad ve formando parte de tí, como tú lo formas de ella...

Silvia_D dijo...

Y vendrán otros inviernos y la ciudad y las huellas seguirán ahí dentro.

Me gustan estas fotos de deseos y disoluciones.

Seguiremos en la niebla, es más cómodo ;)

Besos, de gorila, claro :D

lichazul dijo...

huellas recortadas
como recortados se quedan los recuerdos en la memoria fragil
estos post de las ciudades ,con el de la memoria nose si fueron hechos a propósito o son mera coincidencia
pero se entrelazan y se potencian con gran tino

Un abracito de luz profe:-)

Anónimo dijo...

Tu cuerpo fue la ciudad, tu vientre la gran explanada, tus pechos la Jerusalén Celestial. Cuando te fuiste, lo que hubo alrededor sólo fue asfalto, grisura y ruido.

Gabiprog dijo...

Puede que el lienzo lo pongan otros, pero los pinceles para el paisaje urbano son tuyos.

Merche Pallarés dijo...

¡Qué romántico! Me ha gustado mucho esta entrada y la foto (aunque son mejores los reencuentros en el calor del verano--menos ropa). Besotes, M.

XuanRata dijo...

Ay, aquellas citas que eran un simple pretexto para llegar a la intensidad púrpura de la despedida...

Juan Luis G. dijo...

Los recuerdos son la mejor lupa para seguir esas huellas.

Saludos.

Ayla dijo...

A mi los recuerdos, se me despiertan más en otras estaciones, ahora voy corriendo por la calle, sólo preocupada por ponerme bien el gorro, la bufanda...
Pero el relato es bonito y sin el aire dándote en la cara se ve mejor que en la realidad.

JESUS y ENCARNA dijo...

cada rincón guarda un trocito de uno mismo, gratos, dolorosos, pero parte de toda una vida
Besicos
Encarna

Pedro Ojeda Escudero dijo...

J.R.JUSTO: a veces, paseamos en esa soledad, entre las ruinas.

MAMEN: sigo tus huellas, entonces. Besos.

MARÍA: es la mejor forma de estar: abrazados en invierno.

CARMENSABES: gracias.

SELMA: y uno no quiere suspenderla. Un beso.

CORNELIVS: y tantas. Un abrazo.

MIGUL: se integra muy adentro y, o te acepta, o te rechaza.

DIANNA: seguiremos, buscando esos besos, entre la niebla.

ELISA: todo es parte de lo mismo. Un abrazo.

FERNANDO: esas ausencias hacen gris cualquier calle.

GABIPROG: pues pintemos.

MERCHE: queda mucho para el verano. Demasiado. Besos.

XUANRATA: intensidad en la que todo se condensaba.

JUAN LUIS: recordemos.

AYLA: llegará un tiempo en el que la nostalgia te asalte en invierno. Saludos.

Gracias por vuestros comentarios.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ENCARNA: y no debemos renunciar a ellos.

Anónimo dijo...

son huellas y recuerdos de por donde uno ha pasado, ha vivido y ha disfrutado. Un abrazo.

Marian Raméntol dijo...

Una ciudad encierra todos nuestros rincones, su humedad, piel y escalofríos, una maleta siempre abierta y sin fondo...

Un abrazo
Marian

dafd dijo...

La geografía está muy bien, pero no sé si la geología mejor.
A las raspaduras el tiempo y otras cosas. Poco a poco se van disolviendo y lo que queda de ellas es un futurible, una novela no más.

Pilar dijo...

Siempre en esta ciudad,
cuando hablo, siento o pienso en ciudad, pienso en mi ciudad y es en Burgos.
Aquí nací, crecí, jugué, sufrí, lloré, reí, me enamoré....
Aquí está mi pasado.
Y aquí está mi presente, sigo creciendo, sigo llorando y riendo, me voy haciendo mayor... Y mi ciudad está conmigo, no me abandona, tal vez porque yo nunca la he abandonado, aunque haya querido en alguna ocasión (lo confieso)...
Mi vida, hoy por hoy, se une sólo a una ciudad, a esta mi ciudad: Burgos, en ella estoy yo y ella está en mí.
Un beso, Pedro

São dijo...

Deliciei-me com o texto.
Bem hajas, Pedro!

El Ente dijo...

dejé mis huellas en tantos sitios que sería dificil librarme de mi delito: Amar y desear.

UN ABRAZO AMIGO

María dijo...

Y sigue el invierno...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

FERNANDO: o sufrido, pero todo es parte de uno mismo. Un abrazo.

MARIAN: por mucho que rebusquemos en su interior... Un abrazo.

AECAGH: ¿y no somos más que un relato que se borra con el tiempo?

PILAR: a veces son las ciudades las que le eligen a uno. No sé. O siempre quedarán otras por descubrir. Un beso.

SAO: gracias, querida amiga.

ENTE: algunos tienen mucha biografía. Un abrazo.

MARÍA: aún nos queda, en efecto.

esteban lob dijo...

Las ciudades tienen un amplio espectro para generar recuerdos y actualizar sensaciones.

¿Y los pueblos?...¿Y los villorios?

Saludos.

Anónimo dijo...

esa ciudad es nuestra pequeña Ítaca, siempre como Penélope nos estará esperando, tejiendo y destejiendo, transfomándose, pero como buena amante nos hace sufrir,-cuando desaparece ese vijo roble, bajo su frondosa sombra, conocimos palmamos, sentimos nuestros Atlas de geografía humana (Almudena Grandes) tú el mío, yo el tuyo, sus montañas, valles montes,volcanes, humedades, ríos y acequias.
Conocemos otras ciudades que como Calyps, trataran de atraparnos, pero siempre regresaremos a la ciudad donde vimos la primera luz. A nuestra pequeña Ítaca.

María dijo...

¿Y para el siguiente post cuánto queda?

matrioska_verde dijo...

toda la ciudad es ella porque ella está en ti.

bicos,

Nerea dijo...

...las huellas de amor y deseo bien saben como dejar su rastro, perduran dentro de nostros reviviendo cada paso.

Besosss!!! :)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ESTEBAN LOB: esos tienen paisaje. Saludos.

HERNANDO: a veces regresamos -¡tristemente!- porque no tenemos otro sitio a donde ir...

MARÍA: poco.

ALDABRA: o porque ya no está. Besos.

NEREA: ojalá fuera siempre así. Besos.

María dijo...

En una de esas saltaría de la acera al arcén con los brazos abiertos y pararía tu camino de una vez por todas. Aquel que todos lo días repites sin plantearte de dónde partes o a dónde te diriges.
Juegas a lo diferente y no logras distinguirte en nada. Vamos, en nada más allá de lo que, por lo pronto, eres. Eso que eres frente a mí, o frente a ellas; o frente a aquel otro que te mira en la avenida. ¿A qué lo estrafalario si la naturaleza siempre te viste, sin tú quererlo, con sus mejores galas para hacer del todo algo único?
De verdad. Cada día te entiendo menos y cada día das un paso de mí mismo hacia la nada. Quizás hacia la esquina izquierda de mi olvido.
Si en algún momento decidieras conformarte (¿aceptarte?) no lo dudaría un instante: doblaría mi tronco frente a ti para dedicarte la reverencia del más fiel discípulo.
Mientras tanto, sólo se me ocurre rezar. Orar a los elementos para que esa consciencia dormida atine a abrir los ojos y vea que, lejos del recorrido habitual, espera cualquier camino (plausible por lo distinto, por la hazaña de lo nuevo).

Un saludo,
María

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Estimada María: esto es un juego de espejos. Uno ve en el otro lo que le complementa o lo que desea. Cuando queremos cambiar al otro quizá deberíamos cambiarnos nosotros. Todos los caminos son válidos siempre que sean libremente elegidos. Mientras tanto, aquellos que crean, que recen. Seguiré mirando los escaparates de la calle, para ver, si en un reflejo, encuentro en el momento oportuno tus ojos, para darme la vuelta. No hay nada nuevo, sólo nos lo parece: esas miradas se habrán cruzado antes cientos de veces. Espero, en vez de una reverencia, un abrazo. Son necesarios, para seguir andando.
Hermoso texto el de tu comentario.
Saludos.

jg riobò dijo...

Es bonito tener la posibilidad de recorrer el pasado y hacerlo vivo.
Suerte tenerlo tan a mano.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JAVIER: lo mejor de la memoria es que siempre está a mano. Lo peor es eso mismo también.

LUISA M. dijo...

Me ha vuelto a pasar. No puedo seguir tu ritmo de publicaciones. Entro a comentar una entrada tuya que leí ayer y me encuentro no con una sino con dos más. Es que eres un escritor-blogger muy prolífico.
Este texto me parece complementario del anterior sobre la ciudad (que era el que venía a comentar), pero aquí aportas una visión más optimista y más intimista. En la ciudad están las huellas de la persona con quien la recorrimos y de los momentos que compartimos allí. Me gusta mucho ese mensaje.
Besos.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

LUISA M.: lo bueno que tiene esto es que aquí están el texto y la imagen, esperando para que lo comentes, cuando puedas. En efecto, esta entrada y la anterior fueron concebidas juntas: lo delata el tono y las fotos.
en la ciudad está todo lo que hemos sido.
Besos.

Teresa dijo...

Sólo puedo decir, que el personaje está pillao' hasta los tuétanos... Dura y amarga despedida porque todavía existe amor... ¿Por qué entonces hay despedida?

Pedro Ojeda Escudero dijo...

BIPOLAR: ¿hay amores que son imposibles?