lunes, 13 de octubre de 2008

Segunda entrega de Cuadernos para una gótica.


A veces, en estos años interminables, me ha asaltado la desesperación. La inmortalidad no es tan bella como soñáis. Algún día te contaré mi origen y mi condición y por qué de nosotros sólo puede existir uno excepto en unas décimas de segundo. Pero esas décimas de segundo valen todos los años de soledad. Tenéis demasiadas supercherías sobre la pasión: el amor quema, destruye y crea de una forma tan extrema que ni podéis soñarla. Llega tan adentro que asfixia, te deja sin respiración y cambia cada una de las células de tu cuerpo. En ese momento, sabes que toda tu vida ha tenido una razón de ser: tu cuerpo se tensa hasta que explota y duele en el cerebro. ¡Qué suave dolor, qué muerte más bella!

Vas recuperándote mientras te notas cambiado: eres otro ya. Y adquieres esa conciencia de forma tan lenta que no sabes si todo ha pasado en minutos o años. Ya no importa: el tiempo se mide por pulsos diferentes.

Al final, puedes ver y levantarte. Yo puedo contarte lo que me dijo ella o lo que yo sentí, nada más: como tú se lo contarás al próximo. Ni siquiera sé lo que tú sentirás.

Cuando me incorporé, vi su cuerpo amado tendido en el suelo, muerto y lleno de cicatrices y desgarros. Igual que el mío, pero el mío sanó en unas horas. Ella me lo había dicho, yo lo sabía, pero no había querido creerla. Pensé que podríamos salvar nuestra tragedia. Pero no es así, no hay esperanza para nuestro amor: siempre mata. Poco antes la había tenido entre mis brazos mientras nos besábamos, ansiosos y feroces, hasta el mordisco y la sangre. Mi piel aún tenía la huella de la suya, su sabor y su olor. Qué lucha de abrazos y besos, mientras veía mis ojos reflejados en los suyos hasta abismarme. Sé que dejé de pensar para percibir cada una de sus sensaciones.
Nunca olvidaré los ojos de su cadáver, húmedos y humanos al fin. Tan hermosos que me dejaron sin aliento aunque yo ya no necesitaba respirar. Ni la sonrisa dulce de sus labios ensangrentados. Cómo la amo aún, a pesar del tiempo. Cómo la amo. No sé a los que vinieron antes que a mí, pero aquella pasión es lo que me ha empujado cada uno de los días: la he buscado en cada uno de vosotros que he desgarrado.
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©Pedro Ojeda Escudero. Cuadernos para una gótica (2008).
Todos los derechos reservados.

43 comentarios:

Silvia_D dijo...

Creo que ya no quiero que me muerdas!! me has asustado :)

Se puede buscar la utopía sin importar los daños colaterales? buscar en otros lo que nos falta, sin que nos importe nada más? es egoísmo, quizás.

Estos relatos tienen mucha fuerza, Pedro, tienes mucho dentro y cuando lo sacas es una explosión total :)

Besos y bocaos^^

Antón de Muros dijo...

"Dejar de pensar para percibir cada una de las sensaciones"
Hay veces que razonamiento y sentimiento son irreconciliables, ¿verdad?

Un abrazo.

Antón.

Anónimo dijo...

Qué desgarro, Pedro. Qué relato tan doloroso.
El final es muy bueno, me ha gustado mucho.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

la inmortalidad tal y como vivimos y tal como tenemos el entorno... mejor que no. un abrazo

Martine dijo...

" La petite mort, la douce mort..." Pero esta no es...

Me ha conmocionado y gustado este relato, Pedro, mucho...

Un beso...

jg riobò dijo...

Amar y morir, todo a la vez.
Perseguir un cadaver toda la vida.
Y es eterna.

MeTis dijo...

vengo de merche, felicidades por tus dos añitos!.

muacks

matrioska_verde dijo...

me encanta tu parte oscura, ya te lo he dicho... me apetecería seguir leyendo más y más... sentir mi desgarro para que alguien me amara de ese modo tan intenso... no me importaría morir como ella.

biquiños y felicidades,

Teresa dijo...

A mi no hace falta que me mires que no soy tu tipo..

Creo que te voy a prestar la voz que me imagino..

(menos mal que no hay imágenes...)

Merche Pallarés dijo...

Descripción desgarradora de una pasión que llega al límite. Preciosa, apasionante y truculenta; lástima que desemboque en ese final... Muy bello cómo lo has escrito, querido Pedro. Besotes, M.

Pedro dijo...

Me sigue guatando mucho. El lenguaje que usas es el justo y necesario. Además la introducción dela mor que mata, y la eterna soledad me parecen elementos muy buenos.


Un saludo,


Pedro.

Meri Pas Blanquer (Carmen Pascual) dijo...

Si te atreves a sorprender
la verdad de esta vieja pared;
y sus fisuras, desgarraduras,
formando rostros, esfinges,
manos, clepsidras,
seguramente vendrá
una presencia para tu sed,
probablemente partirá
esta ausencia que te bebe.



DE Alejandra Pizarnik



Besos

Unknown dijo...

El olor de la muerta no se despega..., poco para dar te queda.

Silvia_D dijo...

Paseaba por aquí :)

Besos y feliz día, niño :)

Guadalupe Munguia dijo...

Después de leer esta entrada, quedarme sin aliento y con el recuerdo de cierta pesadilla recurrente en mi infancia... paso a saludar y a felicitarte por los dos años blogueros (si es que es lo que tienen los dos años, por eso les llaman "terribles" jejeje)


Un abrazo (el beso lo reservo, para cuando desaparezcan los colmillos jejejeje)

la inkilin@ dijo...

hola vecino!!

Caray!! que relato mas sorprendente
cierto es que mucha gente le gustaría ser inmortal

pero a que precio???

Pues nada yo seguiré con mis cafés y mis pastitas..son menos desgarradoras
lo único que me puede pasar, es una indigestión

Vampi666 dijo...

"Mi piel aún tenía la huella de la suya, su sabor y su olor."
Apasionante y apasionado, me estoy enganchando, espero con impaciencia la próxima entrega.
Un besito desde mi mundo.

Anónimo dijo...

Hola!! Bueno es la primera vez que escribo por aquí, me ha gustado mucho los dos relatos, quizás el primero me ha parecido un poco más raro y eso que a mí me encanta el género este de vampiros y estas cosas.Primero, enhorabuena por los relatos y segundo, una pregunta: ¿has leído la saga de Crepúsculo? Es juvenil pero te lo pregunto porque para mí no hay edad de leer cualquier tipo de libro, y si los has leído ¿qué te parecen?

María dijo...

Pedro:

Te felicito, me ha maravillado este relato, apasionadamente salvaje, me ha encantado cómo lo has narrado, y ahora mismo paso a conocer la primera entrega.

El amor apasionadamente ardiente, que puede convertirse en fuego y pasión, pero que puede llegar a la destrucción de la personalidad, que llega a absorver y a asfixiar, hasta llegar al límite, puede ser una auténtica destrucción y tormenta para ambos miembros de la pareja.

No existe la inmortalidad, todo tiene su fin, y lo que puede llegar a hipnotizar en un principio, quizá un día no muy lejano puede llegar a ser una auténtica prisión.

Un beso.

María dijo...

Acabo de venir de ver la anterior entrega y yo ya la había leído y comentado y ... ¿sabes? me parece un gran acierto esta serie de entregas góticas ¿para cuándo vas a publicar más?

Lazarillo en América dijo...

Pensamiento y sentimiento suelen ser irreconciliables, no??

Gabiprog dijo...

Como las perspectivas, las unidades de tiempo son variables y subjetivas; el valor de una privilegio cambia desde su ambición hasta su involución. Y hay poderes que acaban siendo tu castigo.

Un abrazo.

Beatriz Montero dijo...

Felicidades por tus relatos góticos. Por esa historia de amor ambivalente de te doy y también te quito.

Ariel Luque dijo...

Pedro me has dejado perplejo con este escrito. Realmente me regodeaste con temas que provienen del lado oscuro y abismal del amor y del corazon. El amor eterno y la sed de amar sin importar las consecuencias...el amor nos vuelve ciegos... nos hace pensar y hacer cosas que nunca pensamos o creimos que podiamos hacer. Un gran relato! Un abrazo querido.

Ariel.

Merche Pallarés dijo...

ANONIMO, no sé porque pero me parece que eres mi THIAGUIÑO... Besotes, M.
(Perdona Pedro que haya utilizado tu espacio...)

Ele Bergón dijo...

Freud decía algo parecido a esto: "Si amas sufres; pero si no amas enfermas" ¡Qué misterioso es el amor¡ Se sabe cuando se tiene y se nota cuando te falta, pero es imposible definirlo.

Enhorabuena por tu misterioso relato lleno de amor mortal e inmortal.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Emmm... no... yo a ti no te conozco jeje una confusión...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Perdonad que os conteste a todos en grupo, pero hoy he tenido poco tiempo para conectarme y mañana madrugo.
Gracias por vuestras palabras. Como habéis visto, los que votasteis la opción de que siguiera la serie, aquí está. Y seguirá. No publicaré la novela completa, sólo algunos fragmentos. Los suficientes.
En efecto, como muchos habéis visto, amor y muerte -temas eternos-, están unidos en el texto. Veremos dónde nos lleva nuestro monstruo.
Sí que me interesaría saber qué voz le pone BIPOLAR, que me ha intrigado -después del rostro de su Cervantes-.

ANÓNIMO: si eres fiel lector de La Acequia, sabrás que me gusta que los anónimos se pongan un nombre o pseudónimo que usen siempre en sus intervenciones, para que no pase lo que le ha sucedido a MERCHE.
En cuanto a tu pregunta, no, no he leído esa saga, pero prometo echarla un vistazo.
Sé bienvenido/a a La Acequia, en la que espero encontrarte siempre que quieras.

Esther dijo...

Muy buen relato aunque creo que aunque la busque en miles de cuerpos nunca la encontrará,su busqueda será eterna..

besos

Merche Pallarés dijo...

THIAGO, te conozco como si te hubiera parido... Besotes, M. (Pedro, gracias por dejarme usar tu espacio de nuevo)

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ESTHER: su busca será desesperada, pero no eterna. Encontrará a otra que le dé paz. Besos.

MERCHE: perdonada. Besos.

Silvia_D dijo...

Novela, dices... ya publicada, a medias?? o cómo? yo lo quiero leer entero, todo, todo.

Paz, pues si no la encuentra uno dentro de si mismo, yo, hoy por hoy, dudo que que nadie sea capaz de dar una puñetera gota de nada que no sea guerra.

Claro que cada uno opina por como le va el baile, no?
Yo no quiero paz, yo quiero saltar al abismo :)) me das la mano?

Besos, niño

Pedro Ojeda Escudero dijo...

DIANNA: la novela está registrada y en negociación para su publicación. Aquí sólo voy a daros algunos fragmentos: suficientes, no os preocupéis.
¿Paz? Hace tiempo salté al abismo.
Besos.

ARSINOE dijo...

..y maldigo la suerte de amarte a muerte..y no tenerte ya conmigo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

eso mismo, TAREIXA.

Euphorbia dijo...

Me ha gustado mucho cómo está escrito, aunque no es un estilo que me apasione, la verdad.

Aún así, seguiré leyéndo estas entradas, una que es curiosa. (yo voté que sí y hay que ser consecuente)

Un beso

Pedro Ojeda Escudero dijo...

EUPHORBIA: pues ya sabes, a ser consecuente... Un beso.

Isabel Huete dijo...

Me doy cuenta de que me pierdo si no lo leo todo seguido, así que creo que voy a ir copiando los capítulos para hilvanar como es debido.
Al amar apasionadamente, se mata y se muere. Nos gusta vivir el amor para morir con él. Después del éxtasis viene el duelo.
Preciosa entrega.
Un besazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ISABEL: una de las características de este relato -al menos de su versión aquí- es su condición de fragmentario.
Amor y muerte, vaya pareja eterna. Un beso.

Unknown dijo...

Estos relatos me desconciertan. Amor y muerte. Como en Romeo y Julieta. Pero con sangre mordiscos y desgarros.
No sé si en las entregas siguientes seré capaz de escribir un comentario coherente. Tal vez sea demasiado mayor para los góticos.
Un abrazo

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ANTÓNIA: nunca se es mayor para nada. Inicié el relato como una apuesta (que algún día confesaré) y me quedé enganchado. Tómalo como símbolo.
Un abrazo.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

La muerte forma parte de la vida.
Buscamos, buscamos y todo esta en ti, en el, en mi...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

SEDEMIUQSE: no sólo eso: la muerte nos forma.