miércoles, 20 de agosto de 2008

La muerte como espectáculo infame.

Han muerto más de 150 personas en el accidente aéreo que ha tenido lugar hace unas horas en el aeropuerto de Barajas (Madrid). Aquejado de una dolencia menor, he permanecido toda la tarde ante el aparato de televisión y he podido comprobar cómo, en algunas cadenas, se deslizaban por un camino que convertía la información sobre la muerte de los que viajaban en el avión en un espectáculo infame.
Quizá porque estamos en verano y muchos periodistas titulares de la información disfrutan de sus vacaciones; quizá porque los que estaban más cerca de la noticia eran los profesionales que habitualmente cubren la información mal llamada del corazón y que se apostan en aeropuertos y estaciones; quizá porque ha sucedido a una hora en la que algunas emisoras televisivas programan espacios cuyos presentadores y contertulios han adquirido las maneras del peor periodismo que se puede hacer, en el que se habla de todo con la misma ligereza que cuando nos tomamos un café en un bar con los amigos y han tenido que llenar horas con una cuestión que, a todas luces, les ha superado. Quizá porque ya nadie tiene pudor, porque a nadie le importa ya nada, porque todo se ha convertido en sensacionalismo de baratillo.
He visto a familiares de las víctimas y miembros de los equipos de ayuda -enfermeros, psicólogos- tener que sortear una barrera de cámaras de televisión y micrófonos esgrimidos con el mismo descaro que cuando se acercan a un famosillo del tres al cuarto. He visto y oído poner en el mismo nivel informativo la opinión de un experto que la de alguien que pasaba por allí y aun no se había recobrado de la emoción de la tragedia que sólo había visto de lejos. He visto y oído cómo se mantenía al teléfono durante minutos interminables a una madre cuyas hijas y nieto viajaban en el avión y no sabía si estaban con vida, para terminar preguntándole por qué hablaba con tanta tranquilidad si sus familiares podían haber muerto. He visto y oído a algunos periodistas y colaboradores comenzar a impacientarse porque ninguna autoridad (cumpliendo exactamente con su deber) daba la información que ellos creían necesaria.
No han sido todos, pero estas maneras tan impropias se han instalado tanto en los medios de comunicación que a muchos de los espectadores ni les habrá sorprendido.
Mañana, los familiares de las víctimas podrán ver fotografías e imágenes más que cuestionables de personas destrozadas por el dolor o de sus propios familiares calcinados.
Y que siga el espectáculo.

45 comentarios:

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Pedro coincido contigo, lo que pasa es que quizá tuve más suerte que tú, pues me fui con mis hijos a las orillas del Guadalquivir, por lo menos me libré del espectáculo. Saludos

CarmenS dijo...

Estoy de acuerdo en que no se puede hacer un espectáculo amarillo (o rosa, quien sabe) con una tragedia de estas dimensiones, que no se le puede meter un micrófono a un herido o al enfermero que lo atiende, que no se puede comercializar el dolor de las personas, su incertidumbre, sus ganas de desahogarse, sus zozobras. Me fastidia que se haga este tipo de periodismo, del que yo reniego, porque es nefasto para la sociedad.

Silvia_D dijo...

Creo sinceramente que el derecho a informar y la voracidad con que algunos tratan las noticias no es proporcionada, son verdaderos lobos, dan entre asco y pena y ganas de matarlos.

Yo, una de las últimas veces que flipé, fue con la manera de comportarse de la prensa delante de los familiares de M, Luz, la niña gitana , secuestrada y asesinada, fue de circo, vergonzoso.

Las desgracias son carnaza para ellos, son inhumanos.

Para ellos mi total condena.

Y mi condolencia para los familiares de las víctimas, lo siento mucho.

Un beso , Pedro

Diego Fernández Magdaleno dijo...

Querido Pedro: me he enterado hace unas horas de la terrible noticia. Estoy en Londres y no he visto la televisi'on de Espa'na. Lamento mucho que sus emisiones hayan carecido del rigor y la sensibilidad necesarias siempre y m'as, si cabe, ante la tragedia.
Saludos,
Diego

Euphorbia dijo...

Periodismo carroñero que espera que lo ocurrido todavía sea más grave para poder contarlo.
Una vergüenza nuestra televisión.

maggi dijo...

Esto, lo que ha pasado en el aeropuerto de Barajas, es lo unico que ha podido despistar la atencion que he prestado a las olimpiadas. Me he dado cuenta de lo atontada que estoy cuando hay deporte con tanto espectaculo porque es como si nada me importara mas que los juegos olimpicos en estos momentos. Igual les pasa a los periodistas y al publico lo que me pasa a mi! Ahora, no obstante, Pedro, me he dado cuenta! Aunque lo describas como un espectaculo infame, yo he logrado abrir los ojos, aunque no llegue a sentir la misma desesperacion que sentirán los familiares de los pasajeros a bordo del vuelo. Porque vemos lo que queremos aceptar. Es cuestion de espabilarse.

Antonio dijo...

Yo sí me permito discrepar de tu opinión y de algunas otras que ya se han expresado en los comentarios. Hay que dedicarse al periodismo y verse en una situación así para saber de forma fehaciente de lo que se está hablando. Por lo que conozco de las experiencias más próximas a esa que he tenido como periodista hasta ahora (por mi juventud y por suerte, pocas), se trata de momentos de suma confusión, en que tú sabes lo mismo que el que está en casa, porque ninguna fuente oficial te dice nada y todo no son más que rumores e informaciones más o menos fiables, a veces incluso contradictorias, y mientras, al otro lado del móvil tienes a un jefe que exige más, más y más.

Y como no te puedes inventar nada, no queda más que repetir lo que ya sabes, que para los profesionales de la televisión tiene un problema añadido: el de estar hablando en directo a una cámara, con el riesgo de poder quedarse en blanco o decir algo de lo que se puedan arrepentir al instante, pero que ya no tiene vuelta atrás (como hacer un comentario con poco tacto, por ejemplo). ¿Que hay malas prácticas y que no hace falta regodearse en el dolor ajeno para mostrar con toda su dureza las consecuencias de un suceso? Por supuesto. ¿Que hay 'listos' que aprovechan estas desgracias para engrandecer su ego profesional y personal? Evidentemente. Incluso me parece demasiado, por lo forzado que puede llegar a ser, el que los especiales en directo duren tanto: hoy no habría hecho falta tanto, porque hasta que han empezado a darse datos más definitivos, ¿qué ha habido? Caos y repetición de datos. Pero insisto, creo que de todo eso hay poco imputable al periodista de a pie que está en medio de una situación tan convulsa. "Muy poco", recalco, no "nada", no voy a ir de mártir por la vida. Todos nos equivocamos, y los periodistas también.

Y puede que no sea lo más agradable del mundo abordar a una persona a la que le acaban de decir que sus familiares han muerto, pero es que, en ese momento, esa persona te puede dar una información concreta y veraz, y tú tienes la obligación de conseguirla y la presión por parte de tus superiores. Que hay formas adecuadas para hacerlo y que en ocasiones se hace todo lo contrario, por supuesto. Y no pongo en duda que se haya hecho; no obstante, yo he seguido la cobertura del suceso en TVE desde las 17.00 hasta las 20.00, y me ha parecido de lo más correcto. Ha habido algún traspiés, como el de una reportera que ha comentado que uno de los heridos estaba totalmente carbonizado; para mi gusto ese detalle sobraba, pero al mismo tiempo me imagino a la chica de cara a la cámara, nerviosa perdida, con alguien gritándole al otro lado del 'pinganillo' que hable más, que la conexión ha de durar más. Y entonces comprendo ese fallo y otros más por el estilo. No creo que sea una falta de sensibilidad, en este caso concreto, sino de un error como el que cualquiera puede cometer en su actividad profesional.

Otra cosa muy distinta, en cambio, es el morbo deliberado, que lo hay, por desgracia y para repugnancia de muchos periodistas. Siento verdadera vergüenza de quienes se crecen ante hechos así y describen con todo lujo de detalles las escenas más sangrientas, sólo por hacerse los interesantes. Pero creo que nunca se debe generalizar. No digo que lo hayas hecho, Pedro, pero me parece que este 'repaso a las conductas más reprobables de los periodistas en el 20 de agosto de 2008' tampoco es del todo adecuado. Pienso que contribuye a reforzar una imagen negativa del periodismo que, por mucho que lo tratemos de impedir muchos profesionales, crece día a día en la sociedad. Y no hay que esconder los errores ni las miserias, pero tampoco exagerarlos.

Lamento si se me considera corporativista en exceso, pero me gusta mi profesión y creo fervientemente en lo que hago, por lo cual pienso que debo defenderlo cual gato panza arriba.

Un cordial saludo.

Teresa dijo...

¡Qué razón tienes!
Tu exposición me ha traído a la memoria a la pionera de este tipo de macabro sensacionalismo en el caso de las niñas de Alcasser.

Todos los días me toca discutir en mi casa a la hora de cualquier informativo. No es ya proteger al menor, yo misma, con mi edad, hiere mi sensibilidad la falta de escrúpulos ante las imágenes de las personas recién fallecidas.. Es que no lo puedo soportar.
Creo que las noticias por si mismas son terribles. No les hace falta nada más.

Borja Santos Porras dijo...

Vivir esta tragedia ha debido ser muy doloroso, pero si ha pasado según nos cuentas, ha tenido que ser repugnante.

Merche Pallarés dijo...

No lo vi porque tenía excursión pero mucho me temo, querido Pedro, que tenemos carnaza para un buen rato. Hasta septiembre minimo... ¡Qué vergüenza! Tambien mis condolencias a los familiares y allegados. La vida es tan efímera... Besotes, M.

Anónimo dijo...

Estoy tanto o más indignado que Tu, siempre que ocurre algo así, las victimas se convierten en marionetas para los periodistas, cada vez que tienen que dar una noticia, hacen lo posible para captar la máxima audiencia sin pensar en el dolor y el sufrimiento de familiares y personas que lo están sufriendo.
Pero lo peor, es que por ver la noticia tenemos que aguantar tan infame grosería.
Desde aquí lanzo mi mas sincero pésame a las familias y espero que algún día las noticias se den pensando en quien las esta sufriendo y no en quien las va a escuchar.

Juan Luis dijo...

Hola Pedro.

Noticia totalmente terrible y totalmente vergonzoso el espectáculo que montan algunos medios. La verdad es que aquí se llama periodista a cualquier alcahueta o correveidile. Pude presenciar el programa (Antena 3) que cuentas de la señora contando lo de sus hijas y su nieto; esa señora estaba con tal golpe emocional que aún no sabía lo que le había sucedido, y aún así, los llamados periodistas no cejaron en escarbar en la herida. Ya no pude más y apagué la televisión. Parecía que se buscaba más el rostro del familiar roto de dolor que la propia noticia del accidente.

Todo esto me produce mucha rabia, pero a lo mejor tenemos los medios que nos merecemos.

Mis condolencias a todos los afectados por esta trajedia.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Llego aquí a través de los enlaces de Hoy dice el periódico de Rafa.
Estoy de acuerdo contigo en lo de comerciar con el dolor ajeno, pero creo que los periodistas hacen lo que les demanda el público. El público es el que es sensacionalista.
Saludos

begoyrafa dijo...

Y mucho me temo Pedro, que esto no ha hecho más que empezar. Al principio, aún se tiene "un poco" de respeto; a medida que pasen los días las cosas irán a peor.
Un abrazo
Rafa

Anónimo dijo...

hienas en busca de carroña.

(sin pensar del daño emocional que causan)
todo por la libertad de prensa

Saludos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Gracias a TODOS por vuestros comentarios. Permitidme que hoy os responda en general y a ANTONIO en particular. En efecto, es malo generalizar. Estoy contigo, Antonio, en que el periodista joven, que se encuentra en esos lugares debe improvisar y buscar algo con lo que rellenar los segundos que va a durar la conexión. También que está presionado, muy presionado por sus jefes: gente que tiene la piel muy dura y no escatima nada por conseguir la imagen o las palabras más impactantes que aumenten la audiencia. En efecto: un periodista está obligado a indagar en esos momentos para encontrar el dato que pueda orientar su investigación, pero no debe emitirlo todo.
No se puede generalizar. Efectivamente, TVE1 hizo el mejor programa, a pesar de algún desliz: contenido y con la duración correcta (aunque hoy me ha sorprendido alguna afimación cuestionando que acabara tan pronto mientras otras cadenas seguían cubriendo la noticia con repeticiones que no iban a ningún sitio). Pero no todas las cadenas actuaron igual. Especialmente reprobable me pareció el programa de Antena 3, llevado no por profesionales especialistas en este tipo de información sino por los mismos que cubren las tardes con las cosas más ligeras y que se vieron desbordados por la noticia que cubrían.
Sin embargo, perdóname que cuestione algo de lo que dices: comprendo que hay que ganarse la vida, pero uno decide cuál debe ser su futuro en la profesión. Si hoy presionas en directo al familiar de una víctima, pones tu cámara como muralla para que los que sufren no puedan refugiarse en la intimidad y tu micrófono para captar su dolor más vivo, tu futuro se adivina. No se hace nada que no se haya hecho, en efecto, nada distinto de cuando entrevistas a un famosillo que baja del AVE y al que sorprendes con su nueva pareja. Si no se sabe tratar las cosas que son diferentes de diferente manera, sigues el camino equivocado, aunque te dé muchos éxitos profesionales. Me gustaría que todos los jóvenes periodistas pensaran como tú. Pero, sobre todo, me gustaría que los directivos pensaran como tú: que supieran que cubrir un accidente aéreo no debe llevar a según qué cosas. Y que un programa de este tipo debe tener la duración exacta para no someter a tus trabajadores a la necesidad de llenar interminables minutos de programa rebuscando en el dolor, en las fuentes de información dudosas, en la búsqueda de ángulos que nunca deberían estar en un gran medio de comunicación.
Y, en efecto, el amarillismo y el sensacionalismo son demandados por el público. La empresa y el profesional debe decidir si lo cultivan o hacen algo digno.
Saludos a todos.

CarmenS dijo...

Yo apoyo los comentarios de Antonio, porque no son los jóvenes periodistas, los que están empezando y tratando de afianzar un puesto de trabajo en el que quizás estén provisinalmente, no son ellos los que están actuando erróneamente, sino los que les van dictando las preguntas que tienen que hacer y a quién. Podrían negarse a hacerlo pero no tienen argumentos suficientes ni la seguridad de que lo que les piden sea desacertado.
Un joven puede negarse a meterse en un programa de este tipo, pero también puede plantearse que es una manera de empezar, de introducirse en un medio de comunicación, de empezar a mantenerse por sí mismo y descargar a su familia de un gasto. Los directivos los saben y buscan chicos inexpertos para sus empresas porque los pueden manejar, moldear, explotar. A los mayores no.
Lo malo también es que esos programas basura tienen millones de espectadores. Y que la publicidad exige audiencias exorbitadas. Ojalá nadie viera esos programas. Ojalá se demandaran esos contenidos.
Y como le decía ayer a Tuccitano, no condeneis al mensajero, porque en general este no es más que un pringadillo que lleva un papel o un micrófono de un sitio a otro.

Anónimo dijo...

Hay periodistas de todos los tipos. No todos son así. De todos modos, muchos periodistas dan lo que el público quiere ver. Si la audiencia no respaldará este tipo de periodismo basura, no tendría éxito. Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

CECILIA: pues deberíamos empezar a tratar de manera diferente a las empresas periodísticas serias de las sensacionalistas. En todos los aspectos.
Comprendo lo que dices de los jóvenes periodistas. Espero que tengan dentro algo que les diga "así no, así no" y puedan continuar con una línea de trabajo diferente.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

FERNANDO: lamentablemente, en una sociedad como la nuestra, la audiencia siempre buscará estas cosas. ¿Una empresa seria debe dárselo?

Isabel Huete dijo...

Suscribo totalmente tus palabras de respuesta a Antonio, Pedro. Yo estuve zapeando y realmente no todas las cadenas transmitieron las cosas de igual manera, la mejor TV1 (a pesar de algún desliz comprensible ante el caos) y CNN+. Con Antena3 setí auténtico asco y no volví a conectarla.
Para mí los mayores responsables son los directivos de las cadenas que son capaces de cualquier cosa con tal de ganar audiencia, aunque sea provocando y satisfaciendo el morbo. El dolor de los afectados se la trae al pairo, lo suyo es remover la mierda e intentar acostumbrarnos a su olor. Pero el periodista de a pie no está exento de culpa al dejarse manipular así porque es libre de elegir el tipo de periodismo que quiere hacer, al servicio de qué y quienes quiere poner su profesión. La dignidad debería estar por encima de cualquier otro interés, aunque sé lo que eso cuesta cuando hay que trabajar para vivir. Ya sé que oponerse puede suponer la pérdida del curro, pero si la mayoría se negara (siempre habrá quienes no lo hagan)no habría periodistas suficientes para sustituirlos. Pero vivimos en un mundo en el que eso de que "la unión hace la fuerza" está totalmente devaluado y la solidaridad brilla por su ausencia. Nuestro ombligo nos gusta más, aún siendo el ombligo más pringao del mundo, y eso no sirve nada más que para afianzar a los que mandan en su pedestal de miseria.
Me duelen los muertos y sus familias, y a los desaprensivos que les den.
Besazos.

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Estoy con Dianna. Califico este espectáculo (sin ningun rubor), como "vomitivo".

¿Esta enferma la sociedad?

Mis condolencias para los familiares de los fallecidos.

lichazul dijo...

el morbo vende...
un abracito de paz y consuelo para quienes en tu país están sufriéndo
desde acá se siguió la noticia con tristeza .

Anónimo dijo...

Me gustaría una mayor separación entre información y entretenimiento ya que, "el protagonismo de la información debe ser sólo de los servicios informativos" (se supone que deben de actuar en consecuencia) y los programas de entretenimiento "no deberían incorporar la noticia a su guión". La información tal cual, sin opinión, ni imágenes innecesarias y respetando la intimidad de las familias.

Pero los olmos no dan peras...

Saludos.

Merche Pallarés dijo...

Muy interesante el comentario de Antonio como joven periodista y tu contestación Pedro al igual que el de Cecilia y el de Isabel. Referente al comentario de Fernando, no, no creo en absoluto que eso sea lo que la "audiencia" demanda. Eso es lo que los directivos de los diferentes canales(Antena3 y Tele 5) sobre todo nos han impuesto, (curiosamente propiedad de Berlusconi las dos...) machaconamente, hasta hacernos creer que eso es lo que queremos. NO. Nos están manipulando descaradamente (como creo que le contesté a Tucci) y lavándonos el cerebro para atontarnos (desgraciadamente lo logran con las capas más incultas de la sociedad) para que no rechistemos. Calladitos y sin reaccionar. Si yo fuera un periodista joven y escuchara en el pinganillo que tenía que acribillar a un pobre pariente sobre esta tragedia, me negaría en rotundo. Cara a la cámara aunque eso me costara el trabajo pero no me rebajaría a las exigencias de unos cuantos mafiosos que dirigen nuestras televisiones. Besotes, M.

Pilar_Cordoba dijo...

COmo dijo Miguel Bosé en un programa de TVE arremetiendo contra la telebasura: "Si esa basura que tantas veces se ve por televisión es el viático que hay que pagar por ser español, si esa mierda hay que soportarla para ser de aquí, entonces bórrenme, quítenme el pasaporte que no quiero ser español".
Yo opino igual, si hay que pasar por eso, no quiero ser española.
Desde aquí mi más sinceor pésame a todos los familiares de las víctimas.

Paco dijo...

Antonio habla de momentos de extrema confusión, pero eso no evita que por alli cerca este el tipico saltamatas, que busca encontrar la exclusiva de su vida... yo aún recuerdo el espectaculo que una conocida presentadora de TVE dio con el famoso tema de las niñas de Alcaser, al que un poquito más e invitan a José Luis Moreno para amenizar el tema... vamos patetico.

Cuspedepita dijo...

Tienes razón, Pedro, ya no me sorprenden estas cadenas ni estos supuestos periodistas, y digo supuestos porque creo que ser periodista es otra cosa, y sé que hay gente que sabe ejercer esa maravillosa profesión con dignidad y respetando a las personas.
Que me digan que exclusivas vendió la pobre gente que se quedó ayer sin sus familiares y que derecho tienen ellos a hacer de su dolor un espectáculo.
Estas invasiones de la intimidad, estas persecuciones y entorpecer el camino de heridos, servicios médicos, familiares y personas que les estaban ayudando, deberían estar tipificadas como delito, ya que falta la más mínima humanidad y con la educación y las reglas de convivencia parece que no es suficiente.

Anónimo dijo...

es imposible oponerse ya la prensa lucra con el dolor ajeno es una catastrofe!!!
acompaño en el sentimiento ...
un besito.

jg riobò dijo...

Aderezado con la puntual publicidad.

Esther dijo...

Hola Pedro tienes razón buscan el morbo de la noticia y tenían que tener un respeto.Sacar a los familiares llorando como portadas o imágenes de los heridos en camillas que tienen derecho a una intimidad. En los hospitales no dejan entrar cámaras ¿por qué a estos lugares si? Siempre prevalece la libertad de información y eso no está nada bien..


Besos

JESUS y ENCARNA dijo...

Buenas tardes Pedro.
Estoy bajando del Pinabeto vacacional en estas montañas, con gran parsimonia y temor por la puñetera rutina que se atisba en el horizonte urbanita, bueno...Temor ...Ya casi que no, incertidumbre tal vez...
En fin, te he leido en tus divagaciones de la "Mancha interior", esa que te deja en blanco, personalmente tengo unas que de vez en cuando me extasian y solo las veo a ellas.
Te he leido en tu visita al Museo de compraventas de huesos artisticos (Al fin y al cabo huesos); eso me podruce risa, pero como tu dices -Hay otros que se ganan la vida con menos-......
Por ultimo en el asunto del accidente aereo en Madrid, otra desgracia del progreso mal enfocado y regodeado por los jefazos de lo Mas-Media, cosa que han procurado instaurar pues como sabemos, esto tambien mueve dinero.
Pedro... Creo que me quedare a media bajada del Pinabeto color verde frondoso y me tomare el descenso a la tierra con mas calma.
Saludos frescos desde este arbol.
Jesus

Anónimo dijo...

Una tragedia lamentable (siempre lo es cuando cobra vidas), y como ya he comentado en algún otro blog al respecto, fortaleza..., muchísima fuerza a quienes se quedan, a quienes perdieron a sus seres amados... y paz, infinita paz a quienes se marchan.

Un abrazo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Os agradezco a todos vuestra participación y vuestras palabras.
No he querido condenar a toda una profesión, por supuesto, sino a aquellos que convierten la información en espectáculo. Lamentablemente, la fuerza de las empresas y el dinero que se juega en estos asuntos al conseguir unos niveles de audiencia determinados es algo con lo que resulta difícil luchar.
No lo solucionaremos, pero aquí queda, por lo menos, nuestra queja.

Antonio dijo...

Agradezco a todos los comentarios que habéis dejado a colación del que había puesto yo. Lo suyo sería poder ir respondiendo, rebatiendo, matizando o asintiendo uno a uno, pero entonces esto adquiriría tintes de foro y no de blog (que, además, no es el mío). No obstante, sí quiero contestar a Merche Pallarés acerca de lo de que ha comentado de que si ella fuera una periodista joven se negaría a acatar determinadas órdenes.

¿Si tuvieras 25 años y una paupérrima nómina (cuando no sueldo 'en negro'), y necesitaras al mismo tiempo de tu puesto de trabajo para cubrir tus gastos vitales, te negarías a acatar órdenes de tus superiores? Muy duro tendría que ser lo que te exigieran para hacerlo. Yo, ante una situación así, te digo que no me negaría, por miedo a quedarme de patitas en la calle. ¿Crees que están metiéndole el micrófono en la boca al familiar de un fallecido por capricho o por molestar? La inmensa mayoría, te digo yo que por pura (y sobre todo dura) obligación. La rebeldía utópica puede estar bien cuando nadas en la abundancia económica y lo mismo te da trabajar que no, pero cuando dependes de tu remuneración mensual para sobrevivir, o simplemente para empezar a labrarte una mínima independencia económica, te digo yo que no hay otra que hacer lo que tus superiores te pidan. No sé a qué te dedicas o te has dedicado en la vida, pero si has tenido superiores, supongo que más de una vez te habrán obligado a cumplir órdenes con las que no has estado de acuerdo, y habrás mascullado maldiciones hacia él, enviándolo a aquel lugar al que Fernando Fernán Gómez envió a su admirador, pero habrás hecho lo que él o ella te decía.

Para mí, sí tiene razón Fernando cuando dice que el público pide morbo. Puede que vosotros no, porque tenéis una formación y unos valores determinados, pero hay mucha gente que sí ansía saber de las vidas de los demás. Yo también encuentro esto patético, pero no puedo negar que existe. Y, ante sucesos como éste, morbosos o no, la gente demanda información constante: quiere saber. ¿Qué hacíais vosotros mismos, si no, delante de vuestros televisores o vuestros ordenadores? Si tanto demandabais información fidedigna, podríais haber esperado a ver los telediarios nocturnos o a comprar el periódico de hoy. Ayer a las cinco o las seis de la tarde sólo había confusión, es lógico que las cifras bailen, que haya carreras tras los sanitarios o los familiares para sacarles algo de información.

Por supuesto que hay fallos, que hay prácticas indebidas, que hay imágenes que no debieron emitirse, preguntas que no debieron hacerse... Pero imprudentes y malnacidos los hay en todas las profesiones. No entiendo por qué siempre que ocurre alguna catástrofe, los primeros que demandan información son también los primeros que criminalizan de forma buitrera a quienes la producen. No entiendo por qué se aprovechan estas ocasiones para rememorar los momentos más reprobables del periodismo. Sabemos que el drama de Alcàsser fue vilmente convertido en un espectáculo, pero ¿hace falta estar 16 años seguidos hurgando el dedo en la llaga? Vale la pena recordar también, hablando de este caso, que por aquella época las parrillas estaban llenas de programas que explotaban los sucesos ("Código Uno", TVE; "Misterios sin resolver", Tele 5; "Cita con la vida", Antena 3...), y que cada uno de ellos se llevaba su buen pastel de audiencia. De modo que, con todo lo escandaloso que fue aquello (sobre todo en Antena 3, con el espectáculo tan bochornoso que montó Nieves Herrero en la casa de cultura de Alcàsser), lo cierto es que tampoco se salía mucho de lo que se hacía por aquel entonces, por muy repugnante que fuera (que lo fue, y de un modo asqueroso).

Pienso que hay que limar muchas conductas en el periodismo, como la muestra de imágenes de dolor o las locuciones que se explayan en detalles escabrosos. También evitaría que los sucesos ocuparan gran parte de los informativos, como ocurre lamentablemente en Tele 5 desde que Pedro Piqueras está al frente de los mismos. No obstante, los sucesos son algo de lo que también debe informarse, y hay que tener en cuenta las particularidades especiales de este tipo de situaciones. Y otra cosa, que, como en todo, criticar algo cuyo funcionamiento interno se desconoce es más fácil que cuando se está dentro del mundillo correspondiente. Invito a esa reflexión.

Perdón por aprovechar en cierta forma tu espacio de internet para el debate, Pedro, pero me fastidia que siempre que hay algo así se saquen a relucir los fallos de la profesión periodística como fueran pecados de hereje. Todas las profesiones tienen algo que merecería lapidación pública. Si la cobertura que hicieron en concreto Tele 5 y Antena 3 fue errónea (que no digo que no lo fuera, aunque no puedo opinar puesto que seguí la de TVE), no está de más comentarlo, pero sin tomarlo como ejemplo de la norma. No digo que hicieras esto en tu post, Pedro, pero me da miedo que se llegue a ese simplismo, que sí entreveo en varios de los comentarios, como el de Euphorbia ("...que espera que lo ocurrido todavía sea más grave para poder contarlo."). Una visión un tanto ligera de los medios de comunicación, para mi gusto.

Os animo a la lectura de este artículo, que dice de forma mucho más concisa lo que trato de explicar:

http://www.elpais.com/articulo/Pantallas/Catastrofes/elpepirtv/20080821elpepirtv_1/Tes

Saludos de un periodista que no puede negarse a todo lo que su jefe le exige que haga y de lo que discrepa, que no oculta las carencias y vergüenzas de los medios de comunicación, pero que pide que estos defectos no se saquen a relucir con ensañamiento y, mientras tanto, se obvie todo lo bueno que pueda haber.

Unknown dijo...

Te dejo un dato que define mucho esta situación televisiva...

Dia 21 de Agosto. Telecinco. 13:45 pm

Llevan unas cuantas horas de basura mediatica y morbo, cuando la presentadora enseña unas fotografias: Los cuerpos de los accidentados cubiertos por bolsas en el suelo de Ifema...

La presentadora está hablando en directo con un especialista forense y dice mas o menos lo siguiente: Uno de nuestros fotógrafos ha podido colarse por unas rendijas y obtener estas imagenes, Estas fotografías deben ser dolorosísimas para los familiares...


Increible pienso yo... No sé si ella o la cadena se habrá dado cuenta...

Esto va a doler a los familiares... Pero lo emitimos, sabiendo que será "dolorosísimo" porque hay mucho muerto y eso vende...

En fin...

Anónimo dijo...

Es una mezcla entre ambos, tanto el público como el periodismo actual recurren a este sensacionalismo morboso, que a unos entretiene y distrae de sus problemas que, durante ese rato, son menores y a otros les da de comer. Es complicado rectificar esto, aunque no imposible. Lo que ocurre es que se deberían respetar algunos límites... claro que primero habría que establecerlos, en muchas ocasiones.

Anónimo dijo...

Decía Rosa María Calaf que los "medios" utilizan imágenes que llaman ESPECTACULARES para describir estas desgracias...
¿espectacular? ¿espectáculo? Cualquier cosa menos eso: Estas imágenes pueden ser trágicas, injustas, conmovedoras, tristes, crudas, lamentables... pero no espectaculares.

Nos venden un espectáculo que no es.

Qué triste...

Isabel Huete dijo...

Cada uno debe decir lo que cree, piensa y quiere siempre que no exista ofensa por medio. En este debate nadie debería sentirse ofendido porque todas las opiniones han sido respetuosas,aunque libres. Y eso siempre hay que agradecerlo.
Besazos.

Silvia_D dijo...

Quitarse las culpas alegando que hay comprador para la mierda, no es excusa, al menos no para mi.

También hay público para la pedofilia, el asesinato y demás y lo condenamos hasta con cárcel, a los enfermos que les vendan medicinas, no fotos y morbo.

Si soy excesiva, disculpad, es mi pensamiento más desgarrado pensando en un padre que puede ver a su hijo carbonizado a través de un televisor, para simplemente elevar la audiencia.

Si no se gana para periodista con cosas normales y morales que se vayan a picar o a fregar que también es trabajo honrado.

PUFF!!

Pedro, besitos

Teresa dijo...

¿Dónde está el periodismo de investigación, la crítica social, la persecución a la corrupción, la palabra como arma en defensa del bien común?

Los medios se han embarcado en un papel político que no les corresponde gracias al potente sistema de difusión de que disponen. Para que no se note tanto, conviene desmenuzar cualquier hecho catastrófico y morboso. Pan y circo.

¡Qué tristeza que los ciudadanos no podamos encontrar apoyo en los periodistas!

Anónimo dijo...

No había leído tu post hasta ahora. Y precisamente hace un rato no me he podido aguantar (y mira que lo intenté) y he escrito sobre ello.
Poco más que decir, ya sabes...

Merche Pallarés dijo...

Querido Antonio, te entiendo como joven periodista que tiene que ganarse las lentejas... Pero si TODOS, no solamente tu, os negaseis a hacer cierto periodismo amarillista, te aseguro que una gran mayoría estaríamos de acuerdo y os apoyaríamos. Imáginate, decir a cámara que te niegas a acribillar a un pobre pariente y a hurgar en su herida ¡sería la revolución! Saldrías en todos los zappings. Te harías famoso y, lo que es más importante, serías un ejemplo para muchos jóvenes periodistas que, en el fondo, no está de acuerdo con ese tipo de periodismo. A veces en la vida, querido Antonio, hay que saber romper barreras, hay que rebelarse para que las cosas cambien y el futuro que, al fin y al cabo está en vuestras manos, cambie. Sé que no es fácil pero alguien se tiene que rebelar ante tanto desmán y los jóvenes sois los que teneis que rebelaros. El futuro está en vuestras manos. Los viejos, como yo, ya poco tenemos que hacer. Besotes, M.

São dijo...

Concordo de todo contigo, a comunicação social está perdendo todo o decoro!
Fica bem.

Antonio dijo...

Muchas gracias por tus palabras, Merche, tan cargadas de ánimos. Es verdad que si todo el mundo se rebelara a la vez muchas cosas cambiarían, pero el miedo y el individualismo hacen que al final nadie se preocupe más que de su propio pellejo. Apuntas muy bien al decir que no es nada fácil protestar. De todos modos, yo trato de poner mi propio 'granito de rebelión pasiva' trabajando con la debida cautela cuando me veo en este tipo de situaciones. Ojalá y determinados comportamientos hoy extendidos cambien a largo plazo. Pero no será de un día para otro. Por otra parte, aunque saliera en todos los zappings o me hiciera famoso, eso no me aportaría nada. No estudié periodismo para convertirme en un ídolo de masas, sino para dedicarme a aquello que me gustaba.

Gracias reiteradas por el comentario tan cargado de buenas intenciones. Besos.