sábado, 19 de julio de 2008

La violencia en el Quijote y noticias de nuestra lectura.

Varios de los comentaristas de La Acequia me han manifestado su sorpresa por la violencia que se refleja en el Quijote. No es sólo en estos primeros capítulos: su presencia es continua, aunque no siempre con el mismo nivel de intensidad ni la misma intención de uso. En especial, se modifica en la Segunda parte. Hay varios artículos académicos publicados al respecto.

En efecto, en el Quijote hay mucha violencia: los golpes que recibe y da don Quijote, los que se llevan otros personajes por diferentes motivos, amenazas... En la Segunda parte, además, habrá muertes y cadáveres de ejecutados colgados de los árboles.

Sin embargo, me intriga la sorpresa de muchos: la violencia está presente en el arte desde siempre, incluso hoy la tenemos a diario en películas, series de televisión, novelas y obras de teatro. No sé bien por qué el Quijote debería verse libre de ella: no es un libro amable, en absoluto, aunque la visión edulcorada que se ha pretendido dar de los dos protagonistas en muchas versiones hayan fijado cierta idea ñoña de lo que es esta novela.

En primer lugar, hemos de aclarar que la violencia cotidiana era mucho más frecuente en aquella época que en ésta y estaba presente en todos los ámbitos porque era más visible: en el doméstico, en las relaciones personales, en la escuela, en los negocios, en la forma de gobernar, etc. Y era más tolerada que hoy puesto que, aunque las voces civilizadoras reclamaban otras soluciones, no estaba ni tan perseguida por las leyes ni tan mal vista por la sociedad.

Es curioso que la primera acción de don Quijote sea la de librar de los azotes a Andrés, el mozo al que golpeaba su amo y que la consecuencia sea la de mayor castigo físico al muchacho. Don Quijote, como ensoñado caballero andante, sólo ve bien la violencia contra un igual que pueda defenderse, pero ya veremos cómo también se traiciona.
Una buena parte de esta violencia nace del género parodiado: la novela de caballerías es relato de batallas, de caballeros que viven armados de forma permanente. De ahí muchas de las frases en las que, en juego irónico con los originales, se afirma que si hubiera acertado con tal o cual golpe se hubiera partido por la mitad al contrario. Las heridas que reciben no son de ese calibre: contusiones, heridas, un trozo de oreja menos... Es decir: heridas más reales que, en la figura de don Quijote, tienen el efecto de ir deteriorando su figura.


Veremos más casos de violencia en el Quijote que proceden de las modalidades aquí vertidas: historias de bandoleros, novela bizantina, etc. No hay que menospreciar tampoco, sino todo lo contrario, el efecto humorístico de los golpes recibidos por don Quijote, aunque ahora ya no hagan tanta gracia como hasta hace bien poco.

No olvidemos, que Cervantes es un viejo soldado, que ha visto todo tipo de golpes y heridas reales en la batalla: él mismo recibió varias. La más significativa, el arcabuzazo que le atrofió la mano (no se la cortó: no era manco en sentido estricto). Y también buen observador de cómo se solucionaban muchos conflictos en su época. A pesar de ello, es constante en su obra la alabanza de la solución pacífica usando el sentido común, la justicia y las virtudes ciudadanas; de tal manera es así, que veremos cómo muchos de los personajes con comportamientos más nobles de la obra responden a esta vía.

Hay también toda una teorización sobre la violencia como forma legítima de actuación en el Discurso sobre las Armas y la Letras, pero esto nos tocará tratarlo en su día y lo dejamos para ese momento.

Noticias de nuestro Quijote


Euphorbia ha publicado una brillante entrada en la que, a partir del morisco aljamiado que aparece en el capítulo IX, nos lleva de la expulsión de los moriscos de España hasta Dagoll Dagom. Me ha gustado mucho cómo ha hilado todas las citas y os recomiendo pasaros por La expulsión de los moriscos.


Juan Luis, en El derecho de fuga, ve con acierto, las salidas de don Quijote -y, ahora, también de Sancho-, como parte de la libertad de vivir de los personajes: una libertad ejercida de forma voluntaria que les lleva a huir de la vida que llevan. Muy recomendable.


Antònia, en Hablando se entiende la gente, se centra en un hecho de esta obra: el diálogo hace avanzar la acción y el carácter de los personajes porque es un intercambio de ideas y opiniones que enriquece a los dos interlocutores, sin anularlos. Sugiere también una interesante comparación con una versión moderna del mito de Pigmalión.

Javier ilustra el capítulo X con su mirada sobre los escaparates y sus reflejos. ¿Qué pensaría Sancho de los precios de las frutas secas que nos retrata en su entrada del viernes?

Manuel dedica su entrada a El Quijote y la Santa Hermandad, recogiendo lo que era esta institución y la sensatez de Sancho. Lo ilustra su hija Inés con un buen y divertido dibujo (¡qué gracioso el vizcaíno!).

Si me he olvidado de alguien, le ruego que me lo haga saber para corregirlo en las próximas noticias.

Os agradezco que sigáis colaborando en esta lectura colectiva y virtual, sobre todo en estas fechas veraniegas.

Vale.

13 comentarios:

Silvia_D dijo...

Los enlaces todos geniales, Euphorbia, Juan Luis, Antónia, Javier, Manuel, todos muy buenos.

Siento no haber tenido tiempo para unirme a vosotros, pero para hacer un churro... pues como que no :)


Besoss

Merche Pallarés dijo...

Ah, el dibujo de Inés es ¡del vizcaino! No sé porque creia que era Sancho... sí tienes razón, porque no era gordo... ¡Qué falta de observación la mia!
Lo que dices de la violencia, a mi no me ha llamado mucho la atención porque como comentas esa época era mucho más violenta a nivel personal que la actual. Besotes, M.

Euphorbia dijo...

Los caballeros eran medievales y siempre me han parecido de lo más bestias las batallas que debían llevarse en esa época con aquellos espadones enormes con los que golpeaban de arriba a abajo al enemigo y esos instrumentos en forma de bolas llenos de pinchos. Los campos después de la batalla debían causar pavor llenos de cuerpos mutilados... bueno, mejor lo dejo.
Gracias por la mención, Pedro. Estoy preparando algo sobre el capítulo X aunque más bien El Quijote me queda como excusa para pegar un rollo de los míos.
Un saludo

Francisco O. Campillo dijo...

Acabo de subir un post a CAMINANDO que creo que tiene bastante relación con éste.
Podéis verlo en http://campilloje.blogspot.com/2008/07/el-prisionero-de-argel.html

Teresa dijo...

Es curioso pero lo primero que pensé es que hoy en día con dos mandobles de estos que recibe Alonso Quijano te vas al otro barrio...

No me parece tan exagerado ni tan fuera de contexto, quizás voy a decir una barbaridad, pero esto es como un comic con sustancia, moralina y lecturas de fondo. Los porrazos no dejan la mella que debieran porque nadie resiste la somanta que le va a caer al caballero, menos sin entrenamiento de tal. Todo se recompone para seguir con la historieta. Esto es sólo secundario. Aporta los distintos matices necesarios para el golpe maestro. Según vamos profundizando en los distintos análisis de la obra más genial me parece. No lo puedo explicar pero entiendo su estilo narrativo. Todo es al azar y a la vez confluye en un sentido premeditado. jeje es como si leyera su mente.

Teresa dijo...

Viajaré por todos los enlaces

Por cierto, el escritor, sigo pensando que huía de la violencia -a pesar de que parece todo lo contrario-, parece que nos lanza un mensaje contradictorio, entre la socarronería-perversión y la bondad-humanidad

Anónimo dijo...

Es lógico que haya violencia. Tampoco es una una violencia desmedida o incoherente.

Tu idea sobre el Quijote y los blogs está siendo un éxito. Enhorabuena.

un abrazo.

Juan Luis dijo...

Hola Pedro.

¿Violento El Quijote? Estos no fueron a la escuela con Don Floro...

Muchas gracias por la referencia.

Un saludo y a tope con esas vacaciones....

Silvia_D dijo...

Pues a mi me pegaban las monjas grgrgrgrg... "a dios rogando y con el mazo dando"... :)
Así he salido yo, una santa!!

Amen...

digo, besoss!!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

DIANNA: si es que sufres mucho con tanta playa... En cuanto a lo que dices más abajo, qué tiempos aquellos en los que hasta en la educación se practicaba la violencia... Besos.

MERCHE: nuestra época también es violenta pero, al menos, en una parte del mundo tenemos conciencia de que no debe ser así. Besos.

EUPHORBIA: es exacto lo que dices: los campos de batalla eran carnicerías y la mayoría de los muertos los causaban las infecciones posteriores de las heridas. Esperamos la excusa: será oportuna. Saludos.

FRANCISCO: visto y comentado. Como dices, tiene mucho que ver. Apunto tu entrada para las próximas noticias de nuestra lectura.

BIPOLAR: me gusta tu análisis de esta violencia. En efecto, en algunos momentos el Quijote tiene mucho de cómic: así lo vieron sus mejores ilustradores.
En cuanto al mensaje contradictorio, piensa que Cervantes era hijo de su tiempo y que así lo reflejaba, pero, a la vez, era partidario de muchas ideas que hoy calificaríamos de progresistas y que promovían una mejor forma de sociedad.

FERNANDO: esta idea, sin vosotros, no iría a ninguna parte. Un abrazo.

JUAN LUIS: ¡qué maestros aquéllos! Gracias a ti por seguir dándonos muestras de tan buenos comentarios. Saludos.

Gracias a todos por vuestras palabras.

Euphorbia dijo...

Pedro, ya tengo la excusa colgada en mi página. Un beso

CarmenS dijo...

A veces se hace duro soportar tantos palos en la persona del caballero. A mí me dolían tantos golpes. Pero no podemos analizar esas escenas con la mentalidad de hoy, ni equipararlas con las escenas de violencia gratuita de películas y series actuales que, en mi opinión, son muchísimo peores porque no se justifican.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

EUPHORBIA: la vi. Gracias.

CECILIA: en efecto, en cada época rigen unas convenciones. Bastante lucha tenemos con intentar cambiar las que tenemos hoy y no nos gustan, incluidas esas series que citas.