domingo, 6 de abril de 2008

Deslumbramiento de óxido

Los caminos que hemos transitado en nuestra historia están llenos de herrumbre. A pesar de todos los grandes profetas que nos han indicado la forma de no dejar huellas de óxido a nuestro paso, hemos preferido a los otros, los que nos mostraban la senda fácil de nuestro egoísmo: embaucadores y palabreros. Sabemos que para salvar nuestro mundo, si es no hemos llegado ya al punto de no retorno, hemos de vivir peor pero no queremos. Deseamos idolatrar al becerro de oro porque, en el fondo, nos vemos reflejados en su superficie con gestos que nos halagan. Ninguno de nosotros cumplimos, tan inmersos como estamos a nuestro cotidiano caos. Hubo una teoría que explicó nuestra evolución como si fuéramos el virus de la Tierra y ésta ya no tiene fuerzas para defenderse de nosotros. Y es verdad que cuando nos miramos cada mañana al espejo nos decimos que ya comenzaremos mañana a ser de otra manera. Delegamos en otros que piensen la solución por nosotros a pesar de que esos otros se deben a intereses a los que sirven con fidelidad de esclavos y, como mucho, depositamos unos pocos residuos de nuestra vida separados por colores, como si fuera suficiente. Por unas monedas vendimos nuestra armonía con la naturaleza. Hemos hecho todo lo posible para que se nos expulse del paraíso que vivimos y ya no tendremos lugar en donde refugiarnos. Puede que unos pocos luchen cada día con coherencia, pero, a la mayoría, la hipocresía, la pereza y el interés nos ciegan. Y quizá el tiempo haya llegado: yo sólo veo oxidación en todas nuestras obras.

30 comentarios:

Unknown dijo...

UN 10.

Anónimo dijo...

Es cierto lo que dices, pero también es cierto que hay gente luchadora para que esto no suceda y aportan su pequeño grano de arena y que merecen nuestra admiración. Besos Isabel.

jg riobò dijo...

Sobran las palabras.
Sólo quedará óxido y muy pronto.
Foto magnífica y texto que no deja lugar a dudas.

Teresa dijo...

Ultimátum a la civilización humana
¿Quién te oirá? Si parece que todos tienen sus tímpanos dilatados, como tú tus ojos.

(la imagen parece el alerón de una nave espacial, quizás simbolice la esperanza)

Capazorros dijo...

¡Hay qué ser más optimistas!
Pasaba por aquí.

São dijo...

Os teus olhos não estão oxidados e o teu coração ainda menos : isso já é motivo de esperança, sabes?
Feliz semana, amigo ibérico.

Anónimo dijo...

En tu enlace a Bitácora Almendrón
Revista de Prensa
he encontrado este artículo titulado
UNIVERSIDAD, DECADENCIA
(sabado 5 Abril)
de Pablo Jauralde Pou, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid.

Está así de OXIDADA esta Institución donde TU trabajas?

Termina diciendo

Quiere decir que esta institución ha entrado en total decadencia(Roña)y que necesitaría, definitivamente, sin piedad, de una vez, su reforma absoluta (en Acero inoxidable)

Anónimo dijo...

Texto primoroso,delicado e consciente Pedrinho.
Bela foto, como um caminho de ferrugem e uma luz no fim do tunel escuro.

Anónimo dijo...

E os olhos como estão??Nana

Vampi666 dijo...

Yo estoy con Isabel, realmente hay gente maravillosa que se esfuerza y empeña con seriedad para que podamos seguir disfrutando del paraíso, que es todavía este mundo en el que vivimos.
Un saludito.

Merche Pallarés dijo...

La foto es muy interesante, con ese destello al fondo que nos atrae como un imán. Cuánta razón tienes, querido Pedro, hemos vendido nuestras almas al diablo como en "Fausto"... Besotes, M.

Anónimo dijo...

Ay dios, qué bajón para empezar un lunes.
Que no. Que yo quiero creer que no.
(Vamos, que querer sí que quiero, pero no creas que lo consigo, aunque eche mano de las palabras para ayudarme)

PILAR dijo...

Ya sabes Pedro, soy niña tonta enamorada.
Creo en la vida.
Creo en el ser humano.
Intento mirarme al espejo cada mañana con ternura, con indulgencia, con cariño. Ya estuve esquivando muchos años la mirada en ese mismo espejo de mis mañanas y de mis madrugadas...
Y eso mismo intento hacer cada día con los demás. Que por cierto, en ciertas ocasiones, me cuesta de cojones.
Sí, somos limitados, erramos a cada paso, nos equivocamos, nos confundimos, sabemos dónde está el bien, sabemos aquello que nos hace felices. Y muchas veces hacemos lo que no queremos y no hacemos lo que queremos.
Pero, sigo viendo el sol cada mañana, y aunque se me tache de cursi,ahora mismo estoy oyendo a los pájaros cantar y a la vez a mi jefa mandar, pero me quedo con el canto del pájaro.
Los caminos también están llenos de hierba que vuelve a crecer, las margaritas que nadie las planta y salen aunque se haya pisoteado sobre ellas durante el invierno de nuestros días.
La naturaleza sufre y grita pero también se alegra cada mañana.
A mí, hoy me deslumbra el intenso azul del cielo.

Paco dijo...

efectivamente en esta vida hay de todo,pero genalmente prima el capital economico por encima de todo interes ecologico... fijate tu que hasta Al Gore que parece que va de nuevo "guru" del ecologismo, a fin de cuentas lo único que parece ser le mueve es la pasta que se mete por conferencia y poco más...

abrazos

manzacosas dijo...

Hola. Es curioso. Hay una cosa en la que tienes toda la razón del mundo, y que comparto. Consiste en que todos vemos el problema, nos concienciamos del problema, pero dejamos que la solución del problema que vemos la adopten otros. Ahora bien ¿es comodidad o es impotencia? A lo mejor ambas cosas... Un saludo

Anónimo dijo...

Otro articulo en Almendrón es de Gregorio Morán.
Sobre la figura de Rafael Azcona, dice >>

Era alérgico a la estupidez y eso le hizo misántropo, como no podía ser de otra manera.

La misantropía (del griego μίσος, «odio», y άνθρωπος, «hombre, ser humano») es una tendencia social y psicológica caracterizada por una antipatía general hacia la especie humana. No representa un desagrado por personas concretas, sino la animadversión de los rasgos compartidos por toda la humanidad. Un misántropo es, por tanto, una persona que muestra antipatía hacia el hombre como ser humano. Puede ser ligera o marcada, así como puede tener características muy diferentes que van desde lo inofensivo hasta la crítica social o en su defecto desde el sectarismo hasta la autodestrucción. Su antonimia es filantropía

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MAFALDIA: gracias. Así da gusto.

ISABEL: en efecto, pero, a pesar de todo el esfuerzo de los pocos un grano no mueve molino. Ojala tomara conciencia la mayoría. Besos.

JAVIER: lo bueno que tiene el proceso de oxidación es que lleva a la naturaleza lo que una vez perteneció a ella.

BIPOLAR: no. Simboliza sólo nuestro camino oxidado.

CAPAZORROS: Ojala se pudiera. Todos los indicios nos llevan, en esto, al pesimismo. ¿Ser felices hasta que todo suceda? Puede ser una opción.

SAO: gracias, por tus palabras. La pena es que nuestra oxidación no es tanto individual como de especie. Feliz semana, amiga.

ANÓNIMO: Ya tengo varias cosas dichas aquí al respecto (pincha en la etiqueta "Universidad"). Volveré al tema.

NANA: Gracias. Lo contaré en unos días: presbicia. La edad, ya sabes.

VAMPI666: "Todavía" es la clave de tu frase. ¿Hasta cuándo? Saludos.

MERCHE: por cuatro perras, además. Besos.

BRUJAROJA: ¡Sursum corda! Actuemos cada día como si pudiéramos cambiar esta inercia. Bienvenida a La Acequia. Espero verte más por aquí.

PILAR: disfrútalo, Pilar. ¿Cuánto tiempo queda para que podamos hacerlo? Un beso de lunes.

PACO: el dinero... siempre el dinero. Un abrazo.

MANZACOSAS: Es un mal endémico de nuestra especie. Un saludo.

LAS OTRAS MUERTES: lo malo es que la filantropía, aunque existe, no abunda.

Gracias a todos por vuestos comentarios.

Isabel Huete dijo...

Hasta en el óxido que nos rodea, incluso en el que nos pueda corroer por dentro, hay armonía y belleza. Saber descubrir el óxido puede abrirnos puertas de luz.
Jode, Pedro, qué "oxidado" lo ves todo! ¿Estás bien?
Besazos

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Estoy melancólico y reflexivo y cabreado con esta especie tan egoísta en la que hay individuos que sí merecen la pena. Besos.

Redeyes dijo...

Yo tengo una terapia personal cuando siento desazón con lo que me rodea. Viajo hacia mi interior y descubro cuando necesito y cuanto me necesitan. Saludos, amigo

Anónimo dijo...

Lo peor de este panorama tan sombrío que nos has dibujado es que es verdad y no parece que nuestra concienzación llegue para, al menos, tratar de detener el deterioro. Ya que el daño ya está hecho y parece irreversible, lo único que nos queda por hacer es ínvertir lo ganado (con el destrozo y explotación del planeta) en intentar que las generaciones que nos sucedan puedan encontrar un planeta azul no tan hostil como el que se nos augura.

Había un encinar histórico por haber sido testigo de la retirada del ejército francés después de la derrota de la batalla de Arapiles, que permitía llegar con arbolado casi hasta Alba de Tormes, por cuyo puente cruzaron el río, perseguido por las tropas aliadas comandadas por Lord Wellington. Encinar centenario que se conservaba intacto hasta estos días en que las palas excavadoras han entrado a saco con el fin de hacer otra urbanización de esas que pueblan cada vez más nuestra geografía. No se podrá decir más que el sitio histórico de la batalla permanece intacto, como hasta ahora decían llenos de envidia los historiadores británicos.
pancho

XuanRata dijo...

La depredación económica, mientras se mantuvo como monopolio de una pequeña parte de la población del planeta, era llamada simplemente progreso. Ahora que se extiende a otras porciones más pobladas, la ilusión del dominio tecnológico desvela sus límites y su propio carácter ilusorio. No hay de qué preocuparse. El futuro del ecologismo está asegurado: cuando el agua sea agote, dejaremos de derrocharla. Cuando el pan escasee, todos haremos dieta. Pero para no ponernos demasiado apocalípticos debemos pensar que aun queda una parte de la población a la que nunca llegará el desarrollo económico: son los que no tendrán que apretarse el cinturón porque ni siquiera llevan pantalones. Tal vez el nómada del desierto esté llamado, de nuevo, a dominar la Tierra, y con él la especie entera reciclará ciertas costumbres. Al fin y al cabo nuestra civilización no merece más la permanencia que cualquier otra de las que dejaron su huella, y su óxido, en el polvo del tiempo.

Silvia_D dijo...

Aún rodeada de óxido no puedo dejar de sentirme optimista... porque siempre habrá personas como tú que nos hagan pensar... el ser humano , al menos algunos, tenemos el instinto de supervivencia, espero que pronto se reconozcan las señales de oxidación y se reaccione.
Besos^^

Anónimo dijo...

Yo veo sombras en todas nuestras obras

Merche Pallarés dijo...

Como no reaccionemos LOS CIUDADANOS, malament... Besotes, M.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

ISAAC: hay personas que ni saben dónde iniciar ese camino, ese es el problema de muchos, amigo. Un abrazo.

PANCHO: son demasiados ya los encinares que hemos arrasado en esta carrera loca sin sentido, amigo. Un abrazo.

XUANRATA: En efecto: el futuro ya está predicho. Exacto comentario.

DIANNA: gracias, hay que perseverar en este camino. Besos.

DARGOR: yo ya no veo sombras: para verlas tiene que haber un poco de luz.

MERCHE: malament, amiga. Me gusta tu idea de la revuelta de ciudadanos: cada vez más necesaria. Besos.

Incognita dijo...

Pedrito...sere atrevida, pero hombre hay que buscarle novia , se me esta volviendo depresivo, que mas da todo el herrumbe, si tu alma no es contaminda por el oxido.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

REGGIS: no creo que, en mi caso, sea cuestión de novias. Soy así: melancólico y reflexivo. Qué se le va a hacer.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

Amigo Pedro, es más cómodo que el otro actue por mi, es más cómodo el no sacrificarme por nada pensando: "¿sirve para algo?".... lo malo es que ya no queden esos que se sacrifican y lucha,,,salud y ánimos...

Pedro Ojeda Escudero dijo...

MANUEL: son muchos, pero no suficientes.